Martes 03.05.11 LA VERDAD 4 NUESTRA TIERRA que son autocompatibles y pueden autofecundarse por sí solas, como ‘Arabidopsis thaliana’. Uno de los métodos para transferir los genes implicados en este sistema de autoincompatibilidad de la amapola a otras especies es la técnica denominada «biobalística». Esta técnica consiste en el uso de pequeñas partículas de oro que son recubiertas de ADN. Estas partículas –cubiertas del ADN de interés– se disparan a las células vegetales provocando que el material genético que portan se quede en las células, transformándolas. Al transferir los genes implicados en el reconocimiento del polen presentes en la amapola a otras especies que pueden autofecundarse, se consiguen variedades que pueden cruzarse entre sí. Un abejorro se dispone a recolectar el polen de una amapola; planta que requiere fecundación cruzada. :: FEDERICO GAMBARINI Aplicaciones Las plantas saben con quién desean tener descendencia Un científico descubre el mecanismo que evita que las flores se autofecunden, con lo que se podrá mejorar la diversidad genética de muchas especies BOTÁNICA :: SILVIA ALGUACIL J avier Andrés JuárezDíaz, científico mexicano de la Escuela de Biociencias de la Universidad de Birmingham (Reino Unido), ha logrado transferir el sistema de autoincompatibilidad de la amapola (‘Papaver rhoeas’) –que impide que su flor pueda autofecundarse– a otras plantas que sí son autocompatibles y pueden fecundarse por sí mismas. Este avance será de gran utilidad en la mejora genética de especies botánicas, así como en el control de cultivos de variedades transgénicas. Las plantas hermafroditas presentan órganos reproductores femeninos y masculinos, lo que las capacita para poder autopolinizarse y producir semillas por sí solas. Ante este hecho, la autoin- compatibilidad es un mecanismo eficiente que muchas angiospermas (las especies vegetales que tienen flores) poseen. Se trata de la incapacidad de una planta hermafrodita para producir semillas por autopolinización aunque presente gametos viables. Esta estrategia reproductiva promueve la fecundación entre individuos que no están relacionados, evitando la endogamia, por lo que es un mecanismo que promueve la diversidad genética. La autoincompatibilidad involucra el intercambio de información entre el polen y el pistilo, permitiendo al estigma y estilo diferenciar al polen proveniente de plantas genéticamente idénticas del polen proveniente de El hallazgo permitirá mejorar cultivos y limitar el impacto de las variedades transgénicas otros miembros de la misma especie. Así, las plantas autoincompatibles son estériles respecto a su propio polen pero fértiles con respecto a granos de polen no propios. Javier Andrés Juárez-Díaz re- salta que las plantas «también son capaces de escoger la pareja con quien van a tener su descendencia; en concreto es la parte femenina de la planta la que decide qué polen la va a fecundar». Este investigador explica cómo en su grupo de investigación se ha logrado que el sistema de autoincompatilidad de la amapola sea funcional cuando se transfiere a otras especies de plantas Este descubrimiento permitirá optimizar cultivos al ampliar la posibilidad de obtener mejores variedades y controlar el impacto de las plantas transgénicas. :: H. PROEPPER Por ello, este descubrimiento será muy apreciado para la mejora de cultivos. Por ejemplo, se pueden obtener cultivos de cebada modificada para que sea autoincompatible. Por tanto, la cebada no podrá autofecundarse. El investigador podrá introducir el polen que desee de otra planta de cebada previamente seleccionada y así conseguir plantas cruzadas de forma artificial para obtener semillas de plantas con las características que elija el investigador. Actuando a la inversa, una posible aplicación interesante sería el caso de los cultivos de transgénicos. Actualmente existe el miedo de que el polen de este tipo de cultivos controlados de plantas modificadas genéticamente pueda escapar al medio natural, fecundando plantas silvestres, contaminando así a la población vegetal original. Existen medidas de seguridad que se adoptan con los cultivos transgénicos, así como normas de coexistencia entre cultivos transgénicos y cultivos tradicionales. El caso es que, a pesar de las medidas de seguridad que se puedan adoptar, el polen de dichas transgénicas podría escaparse de estos campos y fecundar a las plantas de los campos circundantes. Pero si se transfiriesen estos genes modificados convenientemente a las plantas transgénicas, se podría conseguir que su polen fuese estéril y, por tanto, no fuese capaz de fecundar a individuos silvestres, minimizando este problema de fuga de los cultivos.