Los verdaderos símbolos de la medicina: la serpiente y el bastón de

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ARTÍCULO ESPECIAL
Los verdaderos símbolos de la medicina: la serpiente
y el bastón de Asclepio, pero no el caduceo
44.892
Basilio J. Anía Lafuentea,c, Margarita Asenjo Gonzálezb,c y José-Luis Suárez Almenarad
a
Hospital Doctor Negrín. Las Palmas de Gran Canaria. España.
Hospital Materno-Infantil. Las Palmas de Gran Canaria. España.
Universidad de las Palmas de Gran Canaria. España.
d
Residencia de Pensionistas de Taliarte. Las Palmas de Gran Canaria. España.
b
c
La serpiente
La interpretación de la relación entre la serpiente y la medicina varía según las leyendas de distintas culturas. Para algunos, al cambiar frecuentemente de piel, el ofidio simboliza el rejuvenecimiento. Para otros, las serpientes alejan las
enfermedades por ser animales proféticos y encantadores.
Y para otros la serpiente significa poder1.
Desde tiempo inmemorial la serpiente ha simbolizado en la
India a Kundalini, la energía evolutiva del hombre. Kundalini
es una palabra sánscrita que significa «enroscado», como
un muelle con el potencial para expandirse. Kundalini denota un almacén de energía psíquica localizado en un centro
ubicado en la base de la columna vertebral. El despertar de
este centro, normalmente dormido, se manifiesta por la súbita aparición de dones extraordinarios de elocuencia, intuición y talento literario. La primera vez que en el Libro del
Éxodo la vara se transforma en serpiente, Moisés dice: «¡Por
favor, Señor! Yo no he sido nunca hombre de palabra fácil,
ni aun después de haber hablado tú con tu siervo; sino que
soy torpe de boca y de lengua».
Queda aquí expresada figurativamente la idea de que Moisés ha despertado a Kundalini2.
El capítulo 7 del Éxodo conecta definitivamente estos fenómenos psíquicos con la serpiente-poder:
8 Habló Yahveh a Moisés y Aarón, y dijo:
9 «Cuando Faraón os diga: Haced algún prodigio, dirás a Aarón:
‘Toma tu cayado y échalo delante de Faraón, y que se convierta en
serpiente’.»
10 Presentáronse, pues, Moisés y Aarón a Faraón, e hicieron lo que
Yahveh había ordenado: Aarón echó su cayado delante de Faraón y
de sus servidores, y se convirtió en serpiente.
11 También Faraón llamó a los sabios y a los hechiceros, y también
ellos, los sabios egipcios, hicieron con sus encantamientos las mismas cosas.
12 Echó cada cual su vara, y se trocaron en serpientes; pero el cayado
de Aarón devoró sus varas3.
Asclepio
Asclepio era el dios griego de la medicina, hijo del dios Apolo y de la mortal Coronis, de cuyo vientre fue extraído por
Apolo tras morir su madre quemada en la hoguera. Los romanos lo llaman Esculapio (fig. 1).
Asclepio, dicen los epidaurios, aprendió el arte de la curación tanto de Apolo como del centauro Quirón. Llegó a ser
tan hábil en la cirugía y en el empleo de medicamentos que
se le venera como el fundador de la medicina. No sólo cura-
Correspondencia: Dr. Basilio J. Anía.
Hospital Doctor Negrín, planta 6.
35020 Las Palmas Gran Canaria.
Correo electrónico: banial@nexo.es
Recibido el 27-2-2001; aceptado para su publicación el 18-4-2002.
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ba a los enfermos, sino que además Atenea le dio dos redomas con sangre de la gorgona Medusa; con la extraída de
las venas de su lado izquierdo podía resucitar a los muertos,
con la extraída del lado derecho podía matar instantáneamente. Otros dicen que Atenea y Asclepio se repartieron la
sangre entre ambos: él la utilizaba para salvar la vida, y ella
para destruir la vida e instigar guerras. Atenea había dado
anteriormente dos gotas de esa misma sangre a Erictonio,
una para matar y la otra para curar, y ató las redomas a su
cuerpo de serpiente con cintas doradas4.
Apolo mereció la ira de Zeus sólo en una ocasión después
de la famosa conspiración para destronarlo. Eso sucedió
cuando su hijo Asclepio, el médico, cometió la temeridad de
resucitar a Glauco, hijo de Minos, utilizando cierta hierba
que le mostró una serpiente en una tumba. Hades, señor
del infierno, presentó su queja en el Olimpo contra Asclepio
por haber resucitado a un muerto y haberle por ello robado
un súbdito. Zeus mató a Asclepio con un rayo y Apolo, en
venganza, mató a los Cíclopes5.
Según relata Homero en la Ilíada, Asclepio era el padre de
Podalirio y Macaón, los médicos que atendían a los griegos
durante el sitio de Troya. En la literatura de los períodos
griego tardío y romano temprano, Asclepio aparece representando cada vez mejor al médico ideal. A su mujer y a
sus hijos se les presenta como la personificación de conceptos médicos abstractos. Epione, la esposa de Asclepio,
personifica a epios, que en griego significa «amabilidad»,
palabra que pudiera formar parte del propio sufijo de Asclepio y que atestigua su actitud característica para con
los que sufren. Podalirio es
el representante de la medicina interna, y Macaón lo
es de la cirugía. Las hijas
de Asclepio, Higía y Panacea, son mencionadas en el
Juramento Hipocrático6. Higía proporciona a Asclepio
una doble vertiente como
sanador y como conservador de salud, y Panacea representa los calmantes o
remedios sencillos con los
que el dios Asclepio conforta a los dolientes7.
Fig. 1. Asclepio, llamado Esculapio
por los latinos. (Museo Vaticano.)
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ANÍA LAFUENTE BJ, ET AL. LOS VERDADEROS SÍMBOLOS DE LA MEDICINA: LA SERPIENTE Y EL BASTÓN DE ASCLEPIO, PERO NO EL CADUCEO
Fig. 2. Bastón de Asclepio o vara
de Aarón.
Fig. 4. Emblema de la Organización Mundial de la Salud.
Fig. 5. Emblema de la Organización Médica Colegial de España.
Fig. 3. Asclepio apoyado en su
bastón.
Fig. 6. El caduceo.
El bastón de Asclepio
El caduceo
El bastón de Asclepio, a veces denominado vara de Aarón,
es un palo recto, grueso y con nudos, con una serpiente enroscada (fig. 2). El palo representa a los árboles sagrados,
que eran vistos como una conexión cósmica entre el mundo
real, el averno y los cielos. Por su parte, la serpiente representa, por un lado, el rejuvenecimiento y la curación, pero
por otro se asocia con la destrucción y la muerte. Esta naturaleza dual de la serpiente simboliza la lucha entre la vida y
la muerte, simbolismo derivado también de los movimientos
ondulantes de la serpiente entre la superficie y los mundos
subterráneos8.
Se representa a Asclepio apoyado en su bastón (fig. 3). El
bastón le servía a Asclepio para caminar, así como de ayuda para curar a los enfermos y como muleta para apoyo de
los dolientes. En su apoyo a los que buscan la curación, el
bastón de Asclepio difiere de otras derivaciones de los árboles sagrados, tales como el mazo, la batuta y el cetro, que
denotan sumisión8.
El bastón de Asclepio ha sido adoptado como símbolo por la
mayoría de las sociedades médicas profesionales, y forma
parte del emblema oficial de la Organización Mundial de la
Salud (fig. 4) y de la Organización Médica Colegial de España (fig. 5). La serpiente enroscada, con o sin bastón, se encuentra en el sello o emblema de muchos organismos y sociedades médicas de España y otros países.
La terapéutica transferencial, basada en la noción dinamista
de la enfermedad, se puede llevar a cabo por contacto con
una divinidad o persona portadora de una dynamis curativa,
o con un ser vivo u objeto que tenga una virtud específica
para curar. El propio Asclepio realizaba a veces sus curaciones por simple imposición de manos, y en la antigüedad se
reconocían los efectos de la varita mágica de Hermes para
infundir el sueño a los humanos9. Esta vara mágica de Hermes (Mercurio para los romanos), coronada por un casco
alado y en la que se entrelazan dos serpientes enfrentadas,
es llamada caduceo (fig. 6).
Aunque a Hermes se le atribuye cierta participación en el
nacimiento de Asclepio, sus relaciones con la medicina son
más bien remotas: entre los atributos de Hermes se encuentra la habilidad para restablecer la armonía y la concordia, era el protector de los pastores y se le consideraba el
dios del comercio y de los ladrones, así como el conductor
de las almas de los muertos hacia el infierno10. En definitiva,
Hermes es la divinidad de las fronteras sociales, psíquicas y
míticas, que protege a los viajeros que se aventuran más
allá de las fronteras de su país, a los ladrones que cruzan
los límites del sistema social y a las almas que efectúan la
transición al final de la existencia. Como heraldo de Zeus,
Hermes unifica el mundo de los humanos con el reino de
los dioses. Cuenta la leyenda que Hermes encontró dos serMed Clin (Barc) 2002;119(9):336-8
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pientes que se peleaban e interpuso su vara en un acto de
pacificación, enroscándose las serpientes en la vara y cesando la pelea. Esa vara, con las serpientes entrelazadas
junto con dos esfinges aladas que representan la ascensión
hacia la deidad, es el atributo de Hermes, pero también fue
la insignia de los heraldos en Grecia y Roma. Por eso se llama caduceo (del latín caduceum, relativo al heraldo) o kerykeión (del griego keryx, heraldo)11.
La confusión de tomar el caduceo en lugar del báculo de
Asclepio por el símbolo de la medicina viene de muy lejos.
En algunas imágenes de la época de la decadencia del Imperio Romano, Asclepio figuraba con dos serpientes, pero
nunca con un caduceo. Al parecer, en el siglo XVI muchos
impresores tomaron el caduceo como emblema por ser el
símbolo del comercio, pero al empezar a circular libros de
medicina con dicho símbolo comenzó a asociarse el caduceo a la medicina10.
Esta confusión ha llegado hasta nuestros días, como se
puede comprobar en la vigesimoprimera edición del clásico
tratado de medicina de Cecil, en cuyo frente y lomo figura
un colofón que simboliza los aspectos universales de la medicina. Dicho colofón consta, según se explica en ese libro,
de un círculo que representa el mundo, un triángulo estilizado en la parte superior que es la imagen de las fuerzas
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positivas y negativas que rigen la Ley de la Vida, una línea
vertical con una rama hacia la derecha que sugiere la vara
de Esculapio y Hermes, y una barra horizontal que conecta
los tres símbolos12.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
1. Rodríguez Moro D. El caduceo médico. Rev Cubana Med Gen Integr
1997;13:409-11.
2. Kundalini Research Foundation. Moses and the gnostic rod of Aaron.
[Consultado el 27/7/2001]. Disponible en: http://www.renature.com/KRF/
artrev/moses.html
3. Biblia. Éxodo 7, 8-12.
4. Graves R. Los mitos griegos. Madrid: Alianza Editorial, 1985; p. 215-6.
5. Graves R. Los mitos griegos. Madrid: Alianza Editorial, 1985; p. 94.
6. Hipócrates. Aforismos y sentencias. Buenos Aires: elaleph.com, 1999; p. 3.
7. Bailey JE. Asklepios: ancient hero of medical caring. Ann Intern Med
1996;124:257-63.
8. Williams NW. Serpents, staffs, and the emblems of medicine. JAMA
1999;281:475. [Consultado el 8/8/2001]. Disponible en: http://www.amaassn.org/sci-pubs/msjama/articles/vol-281/no-5/jms90002.htm
9. Laín Entralgo P. Historia universal de la medicina. Barcelona: MassonMultimedia, 1998.
10. Dahlmann J. Acerca del báculo de Asclepios. [Consultado el 31/7/2001].
Disponible en: http://www.udo.edu.ve/x/asclep/baculo.htm
11. Enciclopedia universal ilustrada europeo-americana. Madrid: EspasaCalpe, 1908;10:353.
12. Bennett JC, Plum F, editores. Cecil, tratado de medicina interna. México: McGraw-Hill Interamericana, 1997.
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