Extender el señorío de Cristo. "Ningún problema humano en el fondo me puede ser extraño". "Que nuestra fe no nos adormezca" (22,24). "La intensidad de la vida interior, lejos de excluir la actividad social la hace más urgente". "La meditación, la oración, la educación deberían mantenernos con los ojos siempre abiertos al dolor humano, con el corazón adolorido por sus sufrimientos". Los jóvenes tienen la misión de transformar el mundo entero y hacer presente el Reino de Cristo. Penetrar "en las oficinas donde trabajan muchos empleados, en las fábricas donde trabajan obreros, en los liceos fiscales, en las Universidades, para organizar allí grupos de intensa vida cristiana que sean el fermento sobrenatural de toda esa masa". "Trabajo de evangelización de los conventillos, las misiones populares en barrios abandonados, la predicación del catecismo al aire libre, la colaboración con el párroco en la extensión del culto a los rincones más alejados de su parroquia. Una obra que reclama especialmente a los jóvenes católicos es la formación de la juventud obrera dentro de los principios de la vida cristiana"(ECh, 141-142). En resumen, "la Acción Católica persigue nada menos que una transformación completa de los individuos y del ambiente inspirándose en el Espíritu de Jesucristo". "Podemos multiplicarnos cuanto queramos, pero no podemos dar abasto a tanta obra de caridad. No tenemos bastante pan para todos los pobres, ni bastantes vestidos para los cesantes, ni bastante tiempo para todas las diligencias que hay que hacer. Nuestra misericordia no basta, porque este mundo está basado sobre la injusticia. Nos damos cuenta, poco a poco, que nuestro mundo necesita ser rehecho, que nuestra sociedad materialista no tiene vigor bastante para levantarse, que las conciencias han perdido el sentido del deber" (26,9,1). "Con claridad meridiana aparece que si queremos una acción benéfica, hay que atacar en primer lugar la reforma misma de la estructura social, para hacerla moral. No podemos aceptar una sociedad en que todo esfuerzo de generosidad, de abnegación tenga que dirigirse a socorrer a seres miserables. Dándole a la sociedad una estructura adaptada al hombre, a sus dimensiones reales, las miserias serán menos frecuentes" (26,9,2). "En la construcción de un orden social cristiano la primacía corresponde a lo sobrenatural (...) El principio 'politique d'abord' es falso. El primer elemento de restauración social no es la política, sino la reforma del espíritu de cada hombre según el modelo que es Cristo" (HS,p. 179). "¿Quiénes van a llevar esa luz (del evangelio)? Vosotras, luz del mundo, sal de la tierra, levadura de la masa. No dejéis la responsabilidad solamente a los sacerdotes, idea terriblemente errónea en nuestra mente cristiana. No es cierto que la Iglesia son sólo los obispos y sacerdotes; ¿quién es más cuerpo, la cabeza o el pie? Ambos igualmente, y tienen solidaridad. La Iglesia somos todos, vosotros tanto como el Cardenal de Santiago y el Papa Pío XII, Uds. tienen tanto la responsabilidad (la católica que trabaja en el Banco Central) como el Colegio Cardenalicio" (47,I,4,4). "Ha llegado la hora en que nuestra acción económica-social debe cesar de contentarse con repetir consignas generales sacadas de las encíclicas de los Pontífices y proponer soluciones bien estudiadas de aplicación inmediata en el campo económicosocial" (24,9,14). La educación: "No puede un católico culto desinteresarse de un problema de tan amplias proporciones. Ha de procurar conocer las conclusiones a que va llegando la ciencia de la educación para contribuir a educar mejor a sus hermanos los hombres, y a sus hijos aquellos a quienes Dios llama a la paternidad: cualquier conclusión que contribuya a hacer mejor la vida, a dar más alegría, más felicidad verdadera no puede ser despreciada por un católico digno de este nombre que debe ser un enamorado de la caridad" (PE, p. 12). "Por ser tan importante la solución del problema educacional y por estar tan lejos de tener en Chile una solución adecuada hemos de trabajar con toda el alma como católicos y como chilenos por levantar intelectual y espiritualmente el nivel educativo de nuestro pueblo (...) “El más grave de los problemas chilenos en el orden humano es la falta de una verdadera educación. Problema éste más grave aun que el problema de la escasez de salarios, la lucha de clases, el problema político y aun la misma desorganización de la familia, porque encierra en sí todos estos problemas y los acrecienta (...) ¿Qué podrá esperar la Patria del sufragio de ciudadanos que carecen de la más elemental cultura?" (PE, pp. 20-21). "Más grave aún que el problema del analfabetismo es la falta de educación que capacite a nuestro pueblo para llevar una vida digna de hombre. Más importante que deletrear un silabario y saber firmarse es saber vivir correctamente, saber vestirse, saber comer, saber tener un hogar" (PE, p. 22). "El valor central de nuestra vida social es la familia, célula de la sociedad. La mayor influencia que recibe un hombre es la de su familia; y la mayor influencia que recibe la sociedad es la familia. La familia es la primera y principal escuela" (20,3,1; conferencia en Sewel). "¿Cuándo ha de comenzar esta educación de los hijos? Un padre lo preguntaba a un gran pedagogo, y éste le preguntó a su vez: ¿Qué edad tiene su hijo? Dos años, respondió. Pues ha perdido Ud. dos años (...) El primer deber de los padres en materia de educación de los hijos es presentarles un hogar unido " (55,9,2). " Los padres deben en cierto sentido ser para sus hijos lo que Cristo fue para todos: 'Camino, verdad y vida'" (55,9,11). "La educación en el hogar se ha de hacer más por lo que el padre hace que por lo que dice, más por la vida que muestra que por las palabras que enseña, más por lo que es que por lo que tiene (...) Es casi nula una educación que no se basa en el ejemplo (...) La educación del ejemplo es, pues, la primera educación, y la que se da todos los días" (PE, p. 280).