49 BERZOSA_65 BERZOSA.qxd 15/06/16 16:24 Página 49 LA ECONOMÍA DESDE MI OBSERVATORIO Por Carlos Berzosa* Inversiones, sí, pero no a cualquier precio E n los últimos meses miembros del PP, fundamentalmente la presidenta de la Comunidad de Madrid (CAM), han lanzado ataques a la alcaldesa de la capital porque según su criterio está frenando las inversiones en esta ciudad. Se la acusa de estar contribuyendo a las altas tasas de paro que se padecen y engordar la fila de los desempleados. Estas críticas se refieren fundamentalmente a la operación Chamartín y a la compra por el grupo Wanda del Edificio España. En una entrevista en televisión Manuela Carmena negó que fuera cierto que las inversiones en Madrid estuvieran bajando y que ahí estaban las cifras para demostrarlo. Sería conveniente que se dieran a conocer esas cifras para desmentir las afirmaciones de la presidenta de la CAM que, desde luego, habla sin aportar ningún tipo de datos y pone solamente dos ejemplos que no tienen por qué ser las únicas inversiones que se pueden realizar. Se enfrenta la demagogia de las palabras a la realidad de los hechos. El Ayuntamiento de Madrid, por su parte, no se ha limitado a decir no, sino que ha presentado planes alternativos. Por lo que se refiere al edificio de la Plaza de España, bastante emblemático de la ciudad, se ha negado a que se derribe la fachada pero autoriza a que se pueda hacer una reconstrucción de todo el interior. El grupo Wanda, que en principio no estaba por la labor, parece que lo está estudiando. Por su parte, arquitectos prestigiosos han escrito artículos en prensa en donde ponen de manifiesto que es posible desde un punto de vista técnico conservar la fachada. Me parece muy razonable que esto sea así, pues no se puede destruir sin más edificios –en aras de inversiones– que son a su vez una parte muy significativa del paisaje urbano. Madrid ha sufrido diversos ataques al urbanismo y la destrucción de edificios sin ningún plan de conservación de lo que merece la pena, en contraste con lo que ha sucedido en otras ciudades europeas. Conservar lo antiguo y hacerlo compatible con la necesaria modernización es realmente deseable y factible. No se puede solamente atender los intereses de las constructoras y la maximización de beneficios a cualquier precio. Esto sin olvidar que en algunos casos lo que está detrás de todo ello son pelotazos urbanísticos y especulaciones. No se responde de esta forma al interés general, sino a los de algunos grupos empresariales. En la operación Chamartín se ha planteado por el Ayuntamiento un plan diferente al que estaba previsto, mucho más racional, al tiempo que se pretende poner limitaciones a la voracidad de bancos y empresas de la construcción, como se ha puesto de manifiesto en tantas ocasiones. Una obligación de los ayuntamientos es precisamente velar por que las nuevas inversiones respeten el entorno paisajístico y medio ambiental. Desde este punto de vista el comportamiento del Ayuntamiento me parece más que razonable. No se puede aceptar sin más inversiones que pueden generar empleo pero, a su vez, importantes concentraciones urbanas, oficinas y viviendas, que, sin duda, van a crear, entre otros males, congestiones del tráfico. Por lo que se refiere al edificio España, Madrid ha sufrido diversos ataques al urbanismo y la destrucción de edificios sin ningún plan de conservación de lo que merece la pena, en contraste con lo que sucede en otras ciudades europeas Un plan que requiere tiempo para su estudio ha sido despachado inmediatamente diciendo que no es viable sin que hayan ofrecido datos fiables que avalen esta negativa. Los esfuerzos que ha realizado el Ayuntamiento de Madrid para compatibilizar las inversiones con hacer una ciudad más vivible se topan con los intereses privados que algunos tratan de encubrir y confundir con los generales, vendiéndolos como una oportunidad para crear empleo en una economía que sufre unas tasas de paro realmente inaceptables. Pero no vale cualquier tipo de inversión al precio que sea con el engaño de que esto va a mejorar el estado de la economía madrileña. Hay suficientes ejemplos en Madrid y en el resto de España para observar los destrozos causados por la construcción sin freno y las burbujas especulativas a que han dado lugar para que no se aprenda la lección. El crecimiento económico es una condición necesaria en el sistema en el que vivimos para crear empleo pero no suficiente, pues lo importante es el tipo de crecimiento. Hay que analizar cuáles son las condiciones en qué tiene lugar ese crecimiento, esto es, derechos de los trabajadores, salarios, trabajo estable, así como la distribución de esos beneficios, la igualdad de género y la compatibilidad con el mantenimiento del medio ambiente y la naturaleza. Caer en el fetichismo de crecimiento como respuesta a los problemas existentes no supone una mejora de la calidad de vida de la mayoría de la población. ● *Catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Complutense. nº 1160. 20–26 de junio de 2016 49