REPORTAJES NICOLÁS GUZMÁN y CECILIA DERPICH. E n mayo de 1997 el entonces fiscal de la Corte de Apelaciones de Santiago, Marcial García Pica, fue obligado a dejar su cargo tras comprobarse su asociación con el narcotraficante Mario Silva Leiva, conocido comúnmente como el “Cabro Carrera”. También ese año el 25% de la Policía de Investigaciones de Antofagasta —60 funcionarios— fue acusado por tráfico ilícito de drogas y de consumir cocaína durante una de las cenas de aniversario de la institución. Fueron estos dos hechos clave los que abrieron el debate en torno al consumo de drogas en funcionarios públicos. Luego de ocho años, el 2 febrero de 2005, se promulgó en Chile la ley 20.000, que permitió someter a empleados públicos —seleccionados aleatoriamente— a procedimientos de control de consumo de drogas. Los parlamentarios quedaron exentos de esta normativa. Siete meses antes, el senador Jaime Orpis (UDI) presentó, en compañía de Alberto Espina (RN), Marco Aburto (Designado), José Antonio Viera-Gallo (PS) y Andrés Zaldívar (DC), un proyecto de características similares a la Ley 20.000, pero que incluía al poder legislativo en la toma de muestras. De salir positiva, sería una causal de inhabilidad para continuar ejerciendo sus cargos. La propuesta nunca se aprobó en la Cámara Baja y aún continúa en la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia esperando ser debatida. Hoy, los parlamentarios son regulados a través de una Comisión Ética, que sólo puede recomendar a quienes tengan algún grado de depen- DOMINGO 29 DE JULIO DE 2012 Debate luego que Fulvio Rossi admitiese que consumía marihuana: Los vacíos legales que abren las puertas al consumo de drogas en autoridades públicas Si bien desde el 2005 rige en Chile la Ley 20.000, que fiscaliza el uso de droga en funcionarios públicos, en entidades como Servel y Contraloría General de la República nunca se ha tomado una muestra. dencia a que asistan a tratamientos de rehabilitación. Esta semana el senador Fulvio Rossi reconoció que consumía marihuana “una o dos veces al mes”, abriendo nuevamente el debate. “Existe una vulnerabilidad tremenda en un poder del Estado tan importante como el legislativo, y eso obliga —en el caso del parlamento— a abordar con urgencia este tema”, dice el senador Orpis. “A nadie le concedo la autoridad moral para que enjuicie mi comportamiento y creo que tampoco hay razones objetivas para poder hacerlo”, responde el socialista ante las críticas. Rossi y Orpis: el primero admitió consumir marihuana. El segundo cree que eso debería ser causal de inhabilidad. La ley en el sistema público “El Mercurio” se contactó con diversas entidades públicas para conocer cómo rige hoy la Ley 20.000. Según los datos entregados por el Servicio Nacional de Prevención de Drogas y Alcohol (Senda), desde 2008 se han tomado 1.419 muestras, de las cuales sólo cuatro han resultado positivas. Desde la Asociación de Municipalidades, el concejal y presidente de la Comisión de Drogas, Francisco Olea, señaló que “nunca un alcalde ha sido llamado para tomarse algún test”. Asimismo, tampoco se ha realizado ningún tipo de control en el Servicio Electoral y la Contraloría General de la República. En el Tribunal Calificador de Elecciones (Tricel) y el Tribunal Constitucional, los ministros sólo deben firmar una declaración previa en la que acrediten que no tienen ningún tipo de “dependencia de sustancias psicotrópicas”, mientras que en el Poder Judicial y el Ministerio Público, ambos se rigen por sus propios sistemas de control. Hasta el final de esta publicación Senda confirmó que durante este año no ha se ha tomado ninguna prueba para determinar el consumo de drogas de funcionarios públicos. n La visión médica del consumo .................................................................................................................................................................................................................................................................. CLAUDIO BUENO D6 Raúl Schilkrut, psiquiatra de la U. de Chile y quien tiene desde hace 18 años un Instituto Médico especialista en tratamientos de rehabilitación por adicción, en su libro “Droga y Alcohol: Enfermedades de los sentimientos”, señala que, “es necesario que la discusión acerca de la legalización de la marihuana se apoye en hechos científicos y no se desplace al terreno de los intereses electorales”. En tanto, el Dr. Yamil Quevedo, quien desde junio retornó a Chile tras realizar una investigación en adicciones en la Universidad Johns Hopkins en EE.UU., enfatiza que “el uso de la marihuana produce descompensación aunque se consuma sólo dos veces al mes”. Además, explica que la injerencia de cualquier droga afecta en la concentración de la persona, por lo que le impide tener un buen desempeño en su trabajo.