CORTE SUPREMA DE JUSTICIA SALA DE CASACIÓN CIVIL Magistrado Ponente WILLIAM NAMÉN VARGAS Referencia: expediente 2002-00373-01 Bogotá, D.C., veinticinco (25) de enero de dos mil ocho (2008) (Aprobada por Acta No. 82 de 26 de noviembre de 2007). Se decide el recurso de casación interpuesto por la parte demandante contra la sentencia de 7 de junio de 2006, proferida por la Sala Civil del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Medellín dentro del proceso ordinario instaurado por Rubiela del Rosario Montoya Gómez y Diego Alejandro, Germán David y Yuliana López Montoya frente a Leasing de Occidente S.A. Compañía de Financiamiento Comercial. ANTECEDENTES 1. Ante el Juzgado Doce Civil del Circuito de Medellín, los mencionados demandantes convocaron a la referida demandada para que se declarara que incumplió el contrato de leasing 30661 celebrado con Germán de Jesús López Gómez, esposo y padre de los actores, al haber República de Colombia Corte Suprema de Justicia Sala de Casación Civil actuado abusando de sus derechos y de mala fe, y, como consecuencia de ello, se condenara a dicha sociedad a pagar junto con sus intereses lo siguiente: a favor de la sucesión del contratante la suma que dejó de ingresar al haber sucesoral a causa del incumplimiento (en su decir, CIENTO DIECISÉIS MILLONES TRESCIENTOS CINCUENTA Y SEIS MIL OCHOCIENTOS PESOS); a la cónyuge supérstite, como adjudicataria del bien materia del contrato de leasing, el dinero que tuvo que cancelar por cuenta del convenio (suma que inicialmente cuantificaron los accionantes en CIENTO CUATRO MILLONES SETECIENTOS DOCE MIL TREINTA Y CINCO PESOS) y; a los hijos del contratante, teniendo en cuenta que se encontraban vinculados a la acción contractual como herederos del causante, la pena contractual por incumplimiento, esto es, la suma de CIEN MILLONES DE PESOS (Folios 34 y 35, cuaderno de primera instancia). 2. Las pretensiones incoadas, en resumen, se sustentan, así: (a). El contrato de leasing contiene las siguientes características: fue suscrito el 21 de octubre de 1996 y su vigencia se extendió hasta el 21 de octubre de 1999; su objeto radicó en la entrega en arrendamiento financiero con opción de compra de una tracto-mula (cuyas especificaciones registra la demanda) por parte de la Compañía de Leasing a favor de Germán de Jesús López Gómez, debiendo este último pagar en contraprestación un canon mensual de CUATRO MILLONES SEISCIENTOS SETENTA Y CINCO MIL CUATROCIENTOS VEINTICUATRO PESOS ($4’675.424,oo,) y pactándose la suma de DIEZ MILLONES DE PESOS ($10’000.000,oo) como cuantía de la opción de adquisición; adicionalmente se pactó como obligación contractual la obtención de las coberturas de seguro relativas al automotor, cuyo beneficiario debía ser la compañía (fol. 28. cdno. 1). WNV Exp. No. 05001-3103-012-2002-00373-01 2 República de Colombia Corte Suprema de Justicia Sala de Casación Civil (b). En lo que a las coberturas del seguro respecta, también se estipuló en el numeral 9.1. del contrato: “EL USUARIO designa a la COMPAÑÍA su representante y ésta acepta el encargo, para celebrar con una Aseguradora establecida en Colombia los siguientes contratos: (…) d) El seguro de deudores cuando el USUARIO sea persona natural (…)” aclarándose en el parágrafo que “en algunos casos especiales que hayan sido previamente autorizados por escrito por la COMPAÑÍA, el USUARIO podrá contratar con una Compañía de Seguros aprobada por la Compañía, los seguros a que se refiere la cláusula 9.1.” (fol. 29. cdno. 1). (c). El 3 de febrero de 1998, encontrándose aún vigente el citado contrato de adhesión, falleció el señor GERMÁN DE JESÚS LÓPEZ GÓMEZ, restando aún 22 cánones mensuales por pagar (fol. 29. cdno. 1). (d). La muerte del contratante permitió vislumbrar el incumplimiento contractual de la Compañía de Leasing, particularmente de la cláusula novena, pues al intentar la cónyuge supérstite ejercer la opción de compra para integrar la tracto-mula al acervo sucesoral, fue requerida por la demandada para que continuara pagando los cánones insolutos; situación que no habría ocurrido de haber dado cumplimiento la demandada a las estipulaciones del contrato, toda vez que al fallecimiento del deudor, el seguro de deudores cubriría los cánones faltantes legitimando a los demandantes para el ejercicio de la opción de compra, sin embargo dicho seguro jamás existió (la demandada solo se preocupó porque el seguro que amparaba el bien objeto del contrato estuviera vigente, situación que encuadra en el abuso del derecho y la mala fe) (folios 29 y 30. cdno. 1). (e). Los demandantes, particularmente la cónyuge supérstite, se vieron en la necesidad de continuar pagando los 22 cánones restantes, WNV Exp. No. 05001-3103-012-2002-00373-01 3 República de Colombia Corte Suprema de Justicia Sala de Casación Civil habiendo cancelado por ese concepto un total de CIENTO CUATRO MILLONES SETECIENTOS DOCE MIL TREINTA Y CINCO PESOS así como los seguros necesarios para la continuidad del contrato. No obstante, faltando honrar dos cánones para la terminación del contrato, la cónyuge supérstite incurrió en mora y fue despojada de la tenencia del bien, a pesar de no haber aceptado ni suscrito el documento “ACTA DE RESTITUCIÓN VOLUNTARIA CONTRATO LEASING No. 30661” que la demandada pretendió inducirla a firmar y cuyo contenido se encuentra descrito en la demanda (folios 31, 32 y 33. cdno. 1). 3. Admitida la demanda, se procedió a realizar las notificaciones pertinentes mediante la fijación del aviso de notificación previsto en el artículo 320 del C.P.C., el emplazamiento contemplado en el artículo 318 ídem y el nombramiento de curador ad litem, dando este último contestación a la demanda oponiéndose a sus pretensiones. 4. El a quo pronunció sentencia de primera instancia el 1º de marzo de 2004, decidiendo: “1- No declarar el objeto de la pretensión: No hubo incumplimiento de la demandada y no tiene el deber de indemnizar a los demandantes conforme a lo expuesto en la parte motiva. 2- Costas en esta instancia a cargo de la demandante.”. 5. Surtida la apelación interpuesta por los demandantes, el Tribunal en sentencia de 7 de junio de 2006 confirmó el fallo íntegramente. LA SENTENCIA DEL TRIBUNAL 1. Previa reseña de los antecedentes procesales, la sentencia de primera instancia y el recurso de apelación, advirtió la necesidad de acreditar la relación contractual para la prosperidad de la pretensión WNV Exp. No. 05001-3103-012-2002-00373-01 4 República de Colombia Corte Suprema de Justicia Sala de Casación Civil declaratoria de incumplimiento, siendo “(…) la plena prueba, elemento esencial de una decisión condenatoria.”. 2. A continuación emprendió el examen del contrato de leasing a efectos de establecer los medios probatorios necesarios para acreditar su existencia, concluyendo su carácter “(…) atípico, consensual, bilateral, oneroso y de tracto sucesivo (…)” carente de formalidades o solemnidades, existiendo una amplia posibilidad probatoria, esto es, resulta posible “evidenciarlo mediante documentos, testimonios, confesión etc. (…)” y subraya la necesaria conformidad de los medios de prueba con los requisitos legales. 3. Descendió al caso concluyendo la ausencia de prueba de la existencia del contrato de leasing y por tanto mal puede declararse su incumplimiento, pues la fotocopia informal allegada con la demanda carece de mérito probatorio conforme al numeral segundo del artículo 254 del Código de Procedimiento Civil por ser menester la autenticación de la copia por el notario previo cotejo con su original y admitiendo en gracia de discusión su demostración con las tres notas remitidas por la demandada al supuesto locatario con “alusiones breves e incompletas al tema”, faltaría la acreditación de la cláusula novena según la cual la arrendadora asumió la obligación de adquirir el seguro de vida y tampoco son sustento del incumplimiento aludido, puesto que no constituyen prueba ni dan certeza del contenido del contrato. Concluyó en síntesis que “[p]ara la prosperidad de la pretensión era necesaria la demostración del negocio que se predica vulnerado, conforme las reglas a el efecto establecidas por el legislador (…) Como no se logró tal cometido, la petición está condenada al fracaso.”, decidiendo así confirmar el fallo del a quo. WNV Exp. No. 05001-3103-012-2002-00373-01 5 República de Colombia Corte Suprema de Justicia Sala de Casación Civil LA DEMANDA DE CASACIÓN Al amparo de la causal primera del artículo 368 del C. de P.C. se formulan ocho cargos, todos los cuales se resolverán en conjunto por compartir las mismas falencias en su estructuración y ser idénticas las consideraciones a este efecto. CARGO PRIMERO Por la causal primera de casación contemplada en el numeral 1º del artículo 368 del Código de Procedimiento Civil ataca la sentencia por violación indirecta de la ley sustancial al desconocerse el artículo 357 ibídem, pronunciándose sobre un aspecto ajeno a la sentencia de primera instancia y a la apelación, esto es, sobre la carencia de certeza o autenticidad de la prueba de la relación contractual, cuando el recurso se interpuso por la indebida interpretación de las relaciones contractuales del a quo, esto es, las valoraciones teóricas acerca de los contratos bancarios y los presupuestos normativos para ellas, así como las “Valoraciones de contenido práctico para denegar las pretensiones y las que rodearon el contrato en cuestión.”. CARGO SEGUNDO Alega violación indirecta de la ley sustancial por indebida aplicación del numeral segundo del artículo 254 del C.P.C. porque la copia del contrato calificada por el ad quem de “informal” y carente de validez probatoria es totalmente válida y con eficacia procesal a la luz de una correcta aplicación de la norma citada, puesto que la documental WNV Exp. No. 05001-3103-012-2002-00373-01 6 República de Colombia Corte Suprema de Justicia Sala de Casación Civil presentada “(…) ha sido autenticada porque se cotejó con una copia autenticada”. Como fundamento esgrime que la “o” incluida en el numeral segundo citado, es disyuntiva y que por tanto “(…) para que se surta la autenticación de la copia, el cotejo se puede hacer con el original o con copias que presenten una garantía de autenticidad”. A más de lo anterior, reprocha al ad quem por imponerle unas consecuencias que no debe asumir, habida cuenta de la diligencia con que enfrentó el proceso, es decir, con la demanda solicitó interrogatorio de parte y durante su práctica el reconocimiento del contrato aportado, cosa que no sucedió por su negativa a acudir al proceso. CARGO TERCERO Reprocha violación directa por inaplicación de una norma de “obligatorio cumplimiento para el ejercicio jurisdiccional”, como lo es el artículo 179 del C.P.C. A este respecto y en lo que al reconocimiento de la copia aportada refiere, era deber del ad quem decretar la prueba solicitada en primera instancia y no fue practicada, pues tal decreto y práctica habría convalidado el valor probatorio de la copia aportada. Insiste nuevamente, que el documento aportado es copia auténtica de una copia auténtica, tiene plena validez y, al no ser tenido esto en cuenta en la segunda instancia, la prueba debió decretarse por la prevalencia del derecho sustancial sobre el procesal. CARGO CUARTO Acusa la providencia de “violación directa de una norma procesal con énfasis en la sustancial” por aplicación indebida de los preceptos relativos a las nulidades. Manifiesta confusamente el casacionista que de WNV Exp. No. 05001-3103-012-2002-00373-01 7 República de Colombia Corte Suprema de Justicia Sala de Casación Civil ser ajustada a derecho la apreciación del ad quem en lo tocante con la copia del contrato allegada con la demanda, ese hecho sería únicamente generador de una nulidad susceptible de saneamiento a la luz de los artículos 1740 y 1742 del Código Civil y que, en aplicación de los artículos 37 numeral cuarto, 140, 143, 144 numeral primero y 358 inciso tercero del C.P.C. en concordancia con el artículo 1746 del C.C. el ad quem debió remitir el expediente al a quo para que éste retomara la actuación desde el momento en que se incurrió en la supuesta nulidad. Así mismo, reitera que el hecho de no haber alegado dicha nulidad la parte demandada, condujo a que se saneara y sí en gracia de discusión la nulidad no fuese subsanable el fallo del ad quem confirmando aquel basado en la nulidad, se encuentra viciado. CARGO QUINTO Existe “violación directa de la ley procesal que incide sobre la ley sustancial”, pues al haber confirmado el ad quem la sentencia proferida por su inferior, deviene en responsable por sus errores. En tal sentido, el artículo 183 del C.P.C. en su inciso tercero establece que el juez deberá pronunciarse expresamente sobre las pruebas solicitadas por las partes y, al no haberse pronunciado el a quo acerca del reconocimiento del contrato (prueba que se solicitó para ser practicado en la diligencia de interrogatorio de parte), con la confirmación del fallo, el ad quem está sancionando la diligencia del demandante y avalando el actuar “negligente” de su inferior al no pronunciarse sobre la prueba citada. CARGO SEXTO WNV Exp. No. 05001-3103-012-2002-00373-01 8 República de Colombia Corte Suprema de Justicia Sala de Casación Civil Denuncia violación directa de la norma procesal que deviene en violación al debido proceso. Prosigue indicando que el artículo 304 del C.P.C. limita al juez a abordar en la sentencia el examen crítico de las pruebas y los razonamientos legales, siempre bajo el principio de unidad de la prueba, mientras que el 187 ídem lo obliga a pronunciarse sobre el mérito que le asigna a cada prueba; continúa citando el artículo 38 ibídem, para manifestar que el juez sólo puede fallar en equidad a solicitud de las partes y; concluye que el ad quem se equivocó al avalar una decisión en equidad del a quo, que a todas luces omite pronunciarse mediante una “valoración argumentada con fundamentos en la ley sustancial” sobre las pruebas distintas al contrato aportadas con la demanda. CARGO SÉPTIMO Invoca la violación directa de la ley sustancial por un error de hecho, en atención a que la prueba que soporta la decisión avalada por el ad quem ha sido apreciada erróneamente. Citando apartes de la sentencia de primera instancia, estima que la apreciación que del documento obrante a folio 12 hace el a quo es errada, puesto que extiende el requerimiento hecho por la demandada al contratante primitivo a asuntos ajenos al objeto del contrato. En otros términos, la prueba hace referencia a la póliza que ampara contra todo riesgo el bien objeto del contrato de seguro mas no al “seguro de deudor”, pues el objeto del contrato de leasing no es en ningún momento la salud del contratante ni el aseguramiento de su vida. CARGO OCTAVO Sostiene la “violación indirecta por una apreciación errada” de los artículos 4 y 871 del C. de Co., 1494, 1495, 1602, 1603, 1610, 1624 y 1757 WNV Exp. No. 05001-3103-012-2002-00373-01 9 República de Colombia Corte Suprema de Justicia Sala de Casación Civil del C.C., normas relativas a la contratación. Recalca que la decisión confirmada por el ad quem lo vincula y los errores de la misma le son reprochables. En tal sentido ataca la decisión de primera instancia, por cuanto, bajo el argumento de ser necesario en la interpretación de los contratos atenerse al sentido práctico de los mismos más que a su tenor literal, refiere a las nulidades del contrato de seguro y no al contrato de leasing el objeto de controversia. Anticipa que las estipulaciones contractuales en materia mercantil se prefieren sobre la costumbre y las normas legales supletivas, que los contratos deben celebrarse y ejecutarse de buena fe y obligan no solo a lo expresamente pactado sino también a aquello que se desprende de su propia naturaleza; para concluir indicando que el incumplimiento contractual de la demandada se fundamenta en una estipulación expresa, como lo es la cláusula novena del citado contrato y, en caso de atenderse a la naturaleza del contrato, “(…) existe la carga de establecer una garantía (…) en aras a obtener una relativa igualdad contractual.”. Citando una providencia de esta Sala, insinúa que ha sido víctima de un abuso del derecho por parte de la demandada, pues ella no solo redactó las condiciones del contrato, sino también mantuvo el control del mismo en la fase de ejecución o cumplimiento. Hace un recuento de lo establecido en los artículos 1494, 1495, 1602, 1610 y 1613 del C.C., para indicar que dichos preceptos legales fueron desconocidos por el a quo y endilga idéntica responsabilidad al ad quem. Finaliza manifestando que de haberse interpretado que en dicho contrato existía una ambigüedad, en aras de establecer a quién correspondía la obligación contenida en la cláusula novena, al ser el contrato de leasing un contrato de adhesión, dicha cláusula debió interpretarse contra el redactor del contrato y no contra los demandantes tal como lo ordena el artículo 1624 del C.C.; es por esto que la indebida aplicación que el a quo hace de los artículos 1502 del WNV Exp. No. 05001-3103-012-2002-00373-01 10 República de Colombia Corte Suprema de Justicia Sala de Casación Civil C.C., 1158 y 1058 del C. Co. tampoco resulta válida a la luz del artículo 1757 del C.C., pues quien alega la extinción de una obligación debe probar dicho hecho sin que sea permitido al fallador pronunciarse oficiosamente sobre ella (artículo 306 del C.P.C.). CONSIDERACIONES 1. El artículo 357 del C. de P.C. consagra el principio prohibitivo de la reformatio in pejus, elevado a rango constitucional en el artículo 31 de la Constitución Política y, por su inteligencia, le está vedado al juzgador de segunda instancia modificar la decisión apelada “en la parte que no fue objeto del recurso, salvo que en razón de la reforma fuere indispensable hacer modificaciones sobre puntos íntimamente relacionados con aquélla”. Dicho postulado encuentra venero en la garantía constitucional del debido proceso y en los principios generales del derecho procesal, en particular, en el sistema dispositivo, la finalidad de la apelación interpuesta en lo desfavorable al recurrente definitoria del interés para recurrir y del thema decidendum del ad quem, por lo cual, no puede ex officio imponer una condena más gravosa. La prohibición de la reforma peyorativa, limita ex naturalitir al tenor de la apelación interpuesta la competencia y facultades del superior tantum devolutum quantum appelatum (tanto se apela, tanto se devuelve; lo que no ha sido impugnado, no puede ser fallado de nuevo) y por ello no puede fallar más allá de lo pedido por las partes (non est iudex ultra petitum partium) encontrando una restricción en el agravio causado con la sentencia impugnada al apelante o a la parte en cuya protección se surtió la consulta, salvo las excepciones legales. WNV Exp. No. 05001-3103-012-2002-00373-01 11 República de Colombia Corte Suprema de Justicia Sala de Casación Civil Por esto, ha dicho la Corte: “Reformar en perjuicio es, (…) innovar la sentencia apelada de modo tal que el fallo de segunda instancia lesione el interés jurídico del impugnante único. Lo que, a contrario sensu, indica que no cualquier enmienda a la providencia recurrida configura desconocimiento del aludido principio, sino únicamente la que represente un desmejoramiento de la situación procesal que ya había logrado la parte apelante en la primera instancia" y "la limitación antes anotada desaparece cuando ambas partes apelan, porque entonces el ad quem adquiere competencia para reformar y revisar la providencia en todos sus aspectos, ya que lo favorable a la una será desfavorable a la otra. Si las dos partes se alzan frente a la providencia, la competencia del juez de segunda instancia es plena; no está sujeta a la comentada limitante" (G.J. CCXII, 2o. semestre 1991, p. 92). De este modo, la reformatio in pejus, no actúa cuando ambas partes han apelado, la no apelante adhiere al recurso, fuere menester modificar aspectos íntimamente relacionados con la providencia o tratándose de una materia de previo análisis forzoso, verbi gratia, los presupuestos procesales (CCVII, p. 212, cas. octubre 20/2000, exp. 5682, CCLXVII) o de aquellas que el ordenamiento jurídico impone el deber de pronunciarse. El desconocimiento de este principio prohibitivo puede invocarse en casación por la causal cuarta prevista en el artículo 368 del Código de Procedimiento Civil y, por esto, el cargo formulado en la demanda vía indirecta no se ajusta a esta exigencia, a más de no indicar norma sustancial alguna ni individualizar las pruebas generatrices del error cas. marzo 9/2006, exp. 4105, cas. agosto 2/1999, exp. 5200) ni su clase, ya de hecho, ora de derecho (cas. agosto 17/1999, exp. 5170, cas. febrero 23/2001, exp. 5619). Al margen de esta deficiencia, la sentencia del ad quem confirmó la desestimatoria del a quo, con una argumentación jurídica diferente y por WNV Exp. No. 05001-3103-012-2002-00373-01 12 República de Colombia Corte Suprema de Justicia Sala de Casación Civil ello la censura aún de haberse propuesto por la causal cuarta no estaría llamada a prosperar, por cuanto, sólo es violatoria de la reformatio in pejus, cuando el agravio se encuentra en su parte resolutiva “donde debe buscarse el desbordamiento de la limitación que impide al juzgador hacer más gravosa la condición del único apelante, y no en su parte expositiva (…)” y “(…) si en dicho pronunciamiento se confirmó íntegramente la decisión de primer grado, es decir, se mantuvo por el ad-quem lo allí resuelto, sin variación, no hay manera de afirmar que hizo más difícil, para el apelante, la situación establecida por el sentenciador de primera instancia, circunstancia que obvia y necesariamente excluye una acusación por esa causa” (cas.mayo 4/2005, exp. 66682-3103-001-2000-00052-01, cas. diciembre 14/2006, exp. No. 08001-31-03-013-2000-00194-01, cas. 8 de febrero de 1963, CL, 65-66, cas. mayo 10/1989). Por lo anterior, no prospera el primer cargo. 2. El segundo cargo tampoco se ajusta a los requisitos, en primer término, porque el artículo 254 del Código de Procedimiento Civil, es norma probatoria y no sustancial (auto noviembre 13/2001) y, en segundo lugar, porque no enuncia ninguna de este último talante y, al margen de esta falencia, el Tribunal concluyó la carencia de mérito probatorio de la copia informal del contrato anexa con la demanda al tenor de precepto por ausencia de cotejo con su original o su copia auténtica y, eso es, lo que la norma preceptúa, por lo cual, las conclusiones del iudex son intangibles, “mientras el recurrente no logre demostrar con certeza que el ad quem al efectuar el examen probatorio y jurídico cometió yerro notorio de hecho o uno de valoración, por cuanto la disímil apreciación que de la prueba haga el censor a través del aludido recurso no es suficiente por sí misma para aniquilar o anonadar la providencia impugnada, ni siquiera en el eventual caso en que la Corporación pueda separarse del estudio que WNV Exp. No. 05001-3103-012-2002-00373-01 13 República de Colombia Corte Suprema de Justicia Sala de Casación Civil haya hecho el juzgador para admitir como más razonable la conclusión objeto de ataque” (cas. septiembre 18/ 1998). Por lo tanto, no prospera. 3. En el mismo sentido, los cargos tercero, quinto y sexto, no expresan el quebranto de ninguna norma sustancial, pues todos los enunciados son de linaje procesal, como de tiempo atrás lo ha señalado esta Sala en relación con los artículos 38 (auto octubre 25/1996), 179 (cas. junio 30/2005, exp. 7402, autos 268 de octubre 3/2003, 140 julio 1/1998, 180 agosto 12/1998); 183 (cas. septiembre 3/2004, julio 1/1998), 187 (cas. marzo 3/1996, exp. 4397, junio 30/2005, exp. 7569) y 304 del C. de P.C. (cas. febrero 20/2003, exp. 6345 y cas. marzo 9/1995, exp. 4105) y el cargo séptimo a más de no citar norma alguna, censura la sentencia del Tribunal por confirmar la del a quo citando apartes de ésta. Reiterase además que el recurso de casación procede frente a la sentencia como thema decisum y no del litigio como thema decidendum, pues la Corte, por mandato constitucional, “ostenta la privativa calidad de Tribunal de casación, como tal ajena al juzgamiento propio de los jueces de primero y de segundo grado” (cas. agosto 14/2000, exp. 5552) y el recurso de casación “ha de ser en últimas y ante la sentencia impugnada, una crítica simétrica de consistencia tal que, por mérito de la tesis expuesta por el recurrente de manera precisa, y no por intuición oficiosa de la Corte, forzoso sea en términos de legalidad aceptar dicha tesis en vez de las apreciaciones decisorias en que el fallo se apoya razón por la cual al analizar el recurso, la Corte tiene circunscrito su radio de acción a los límites señalados por la demanda, dado que no puede entrar oficiosamente en la consideración de cuestiones que no se hayan planteado concretamente, aspecto este que por lo mismo marca ostensible diferencia entre las funciones de juzgamiento en instancia y la que compete al Tribunal de casación, toda vez que aquellas son expresión de atribuciones amplias de los juzgadores para examinar las WNV Exp. No. 05001-3103-012-2002-00373-01 14 República de Colombia Corte Suprema de Justicia Sala de Casación Civil cuestiones de hecho y de derecho, en tanto que las de la Corte en casación están restringidas a examinar las causales invocadas dentro de los términos de cada una de ellas, y siempre que la demanda tiene la forma que prescribe la ley…” ( cas. septiembre 10/1991). La cuarta acusación es confusa imputando al fallo, la violación “directa” de una norma procesal con “énfasis en la sustancial”, o sea, no resulta claro si el ataque se está realizando por la vía directa o la indirecta, ni si se trata de una violación medio. No obstante, en gracia de discusión, si fuere por la vía directa, no indica la norma sustancial afectada por la sentencia sin atención a la valoración jurídica o material de los elementos probatorios y se aparta considerablemente de las conclusiones fácticas del sentenciador cuando “(…) la actividad dialéctica del impugnador tiene que realizarse necesaria y exclusivamente en torno a los textos legales sustanciales que considere no aplicados, o aplicados indebidamente, o erróneamente interpretados; pero en todo caso con absoluta prescindencia de cualquier consideración que implique discrepancia con el juicio que el sentenciador haya hecho en relación con las pruebas” (Sentencia de 20 de Marzo de 1973, G.J. CXLVI); contrario sensu, si la Corte asumiera que el ataque se realiza por la vía indirecta por violación de la ley sustancial derivada de la apreciación jurídica o material de los elementos probatorios, adolecería de la individualización de la prueba en que soporta la acusación y del carácter no sustancial de las normas invocadas, las cuales, deben ser base fundamental del fallo o debido serlo. Al margen de lo anterior, llama la atención el planteamiento del recurrente confundiendo las nulidades sustanciales consagradas en la normatividad civil con aquellas contenidas en el ordenamiento procesal civil, cuando las primeras se predican de los negocios jurídicos y están dotadas de una acción específica para su reconocimiento y las segundas pretenden corregir vicios acaecidos en el proceso judicial. De otra parte, la causal por la cual debe atacarse la WNV Exp. No. 05001-3103-012-2002-00373-01 15 República de Colombia Corte Suprema de Justicia Sala de Casación Civil sentencia cuyo defecto configure una nulidad procesal es la contenida en el numeral quinto del artículo 368 del C.P.C. y no la invocada por el impugnante. Prescindiendo de estas deficiencias, a propósito de las glosas al ad quem por no decretar pruebas oficiosas, recuérdese que toda “decisión judicial debe fundarse en las pruebas regular y oportunamente allegadas al proceso”, sujetas a su valoración racional e integral “de acuerdo con las reglas de la sana crítica, sin perjuicio de las solemnidades prescritas en la ley sustancial para la existencia o validez de ciertos actos” (artículos 174 y 187 C. de P.C.), correspondiendo al demandante y no al juez la carga probatoria (actori incumbit probatio) con elementos probatorios idóneos, y sujetos a contradicción y, en contrapartida, al demandado demostrar in contrario (reus in excipiendo fit acto), pues, al tenor del artículo 177 del C. de P.C. “incumbe a las partes probar el supuesto de hecho de las normas que consagran el efecto jurídico que ellas persiguen”, cuestión que en la autorizada opinión de Francisco Carnelutti “se desarrolla en procura de demostrar los supuestos fácticos que sustentan su proposición. También la noción de carga de la prueba incluye para el juzgador una regla de juicio que le indica cómo debe fallar cuando no encuentra la demostración de los hechos en que se fundamenta la pretensión o la excepción” y “se traduce en la obligación del juez de considerar existente o inexistente un hecho según que una de las partes le ofrezca o no la demostración de su inexistencia o de su existencia” (La Prueba Civil, Traducción de Niceto Alcalá-Zamora y Castillo, Ediciones Depalma, Buenos Aires, 1979, pp. 219 ss.). Por lo mismo, siendo del actor y no del juez el deber de demostrar los supuestos fácticos de las normas jurídicas, cuando se omite pronunciamiento sobre una prueba solicitada, es la parte afectada la legitimada para interponer recurso de reposición en dicha instancia, en los WNV Exp. No. 05001-3103-012-2002-00373-01 16 República de Colombia Corte Suprema de Justicia Sala de Casación Civil términos del artículo 348 del C.P.C. o en alzada, en virtud de lo establecido en el numeral tercero del artículo 351 ídem. En conclusión, la carencia de diligencia de la parte en cuestiones probatorias, no conduce a que el juzgador se vea obligado inexorablemente a actuar por ella mediante el decreto oficioso de pruebas. Por lo tanto, se desestiman los cargos. 4. El cargo octavo, va dirigido contra la sentencia de primera instancia y los razonamientos del a quo, dejando de lado los pilares fundamentales de la sentencia del ad quem, esto es, la ausencia de prueba del contrato cuyo incumplimiento pretendió, siendo así impertinente la mención de la normatividad enunciada. En este orden de ideas, la acusación presenta un serio desenfoque, pues como ha sostenido la Corte, “(…) cuando se apoya en la primera de las causales que consagra el Art. 368 del Código de Procedimiento Civil, el escrito (…) debe contener una crítica concreta y razonada de las partes de la sentencia que dicho litigante estima equivocadas, señalando asimismo las causas por las cuales ese pronunciamiento materia de impugnación resulta ser contrario a la ley. Y para que este requisito quede satisfecho del modo que es debido, es indispensable que esa crítica guarde adecuada consonancia con lo esencial de la motivación que se pretende descalificar, vale decir que se refiera directamente a las bases en verdad importantes y decisivas en la construcción jurídica sobre la cual se asienta la sentencia, habida cuenta que si blanco del ataque se hacen los supuestos que delinea a su mejor conveniencia el recurrente y no los que objetivamente constituyen fundamento nuclear de la providencia, se configura un notorio defecto técnico por desenfoque que conduce al fracaso del cargo correspondiente.”. WNV Exp. No. 05001-3103-012-2002-00373-01 17 República de Colombia Corte Suprema de Justicia Sala de Casación Civil Por lo anterior no prospera el cargo. DECISIÓN En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de Justicia, en Sala de Casación Civil, administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de la ley, RESUELVE: NO CASAR la sentencia de fecha y procedencia antes indicadas, dictada en el proceso ordinario instaurado por Rubiela del Rosario Montoya Gómez y Diego Alejandro, Germán David y Yuliana López Montoya frente a Leasing de Occidente S.A. Compañía de Financiamiento Comercial. Condénase en costas del recurso al recurrente. Liquídense Cópiese, notifíquese, publíquese y devuélvase al Tribunal de origen. RUTH MARINA DÍAZ RUEDA En comisión de servicios JAIME ALBERTO ARRUBLA PAUCAR WNV Exp. No. 05001-3103-012-2002-00373-01 18 República de Colombia Corte Suprema de Justicia Sala de Casación Civil PEDRO OCTAVIO MUNAR CADENA WILLIAM NAMÉN VARGAS ARTURO SOLARTE RODRÍGUEZ CÉSAR JULIO VALENCIA COPETE Ausente con excusa EDGARDO VILLAMIL PORTILLA WNV Exp. No. 05001-3103-012-2002-00373-01 19