Javier Solana: «Los pronunciamientos sobre Irak deben quedar en suspenso hasta oír mañana el informe de Blix» POR AMADEU ALTAFAJ. CORRESPONSAL Los ministros de Asuntos exteriores de la Unión Europea (UE) tratarán mañana de pactar una «posición común» sobre la crisis iraquí. De ello la influencia que los europeos puedan ejercer sobre la evolución del conflicto. Pero también representa un termómetro de la madurez política de la UE, de que su voz se oiga clara y fuerte en la escena internacional, aun a riesgo de irritar al aliado estadounidense. El Alto Representante de la UE, Javier Solana, opina que la UE presenta diferencias internas pero que defenderá en bloque la preeminencia del marco de Naciones Unidas y más tiempo para sus inspectores de desarme. -¿Qué posición común europea se puede esperar el lunes, a la vista de las diferencias entre los Quince? -Hay una posición común europea sobre algunos elementos, no sobre todos. La hay, en primer lugar, sobre la proliferación de armas de destrucción masiva, que es el tema que nos ocupa y que compete al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. En segundo lugar, todo el mundo está de acuerdo en que hay que apoyar a los inspectores, les hemos dado una confianza y si nos piden algo, hay que dárselo: más recursos o más tiempo. Si ése es el caso, la obligación de todos los países es dárselo. Tercer tema en el que estamos todos de acuerdo: Sadam Husein tiene que desarmarse. -¿Y si no lo hace? -Ahora estamos aquí y no hay otros temas sobre los que haya que ponerse de acuerdo, porque lo demás son posibilidades. De momento, lo que hay es la resolución 1441 de Naciones Unidas, que fue aprobada por unanimidad y ratificada incluso por organizaciones como la Liga Árabe por unanimidad y que hay que aplicar. El lunes, el señor Blix presentará un informe ante el Consejo de Seguridad y ése será el momento de hacer los análisis y ver qué es lo que el doctor Blix pide o cómo él ve la situación. Los pronunciamientos deben mantenerse en suspenso hasta ese momento. Y hasta entonces, debemos mantener con toda crudeza y con fuerza el mensaje a Sadam Husein de que debe colaborar con los inspectores, no salirnos del marco de Naciones Unidas y cooperar con los inspectores en lo que nos pidan. -Cuatro países de la UE se encuentran ahora en el Consejo de Seguridad, pero han tomado posiciones distintas. -Ninguno se ha definido todavía, salvo Alemania, que ha dicho que votará en contra de una acción militar. Francia ha dicho que hará todo lo posible para evitar la guerra, algo que todo el mundo hace, y Tony Blair, aunque expresado de una manera distinta, ha dicho lo mismo, que hay que seguir apoyando a los inspectores. -¿Si se optara por la fuerza, es deseable que haya una segunda resolución de Naciones Unidas? -La resolución 1441 obliga a un debate después de los informes de los inspectores. Que ese debate acabe o no acabe en resolución no está fijado en la 1441. Desde mi punto de vista, debería haberla. Me gustaría que se siguiera trabajando en el marco de Naciones Unidas y con la máxima legitimidad posible, es decir, a través de resoluciones del Consejo de Seguridad. -Estados Unidos alega que, con sus veleidades, los europeos le están haciendo el juego a Sadam. -Depende de lo que uno quiera obtener. La resolución 1441 es clara: lo que persigue es el desarme de Sadam Husein, no otra cosa. Sabemos que tiene armas de destrucción masiva, lo ha reconocido y las ha usado. Ese es el objetivo y para lograrlo decidimos un régimen estricto de inspecciones. Son un equipo serio y están haciendo su labor. Hay que esperar a ver lo que dicen el mes que viene y a partir de ahí se tomarán las decisiones. No creo que el lunes sea el último día, aunque es importante. Y el hecho de que se esté desplegando fuerzas por parte de algunos países también puede usarse como presión sobre el régimen de Sadam. -¿Aprecia un riesgo creciente de confrontación entre Estados Unidos y Europa? -Hay semillas, las estamos viendo todos los días. Hay que hacer un esfuerzo para que no fructifiquen. Cuando hay una buena relación entre Estados Unidos y la Unión Europea, el mundo marcha mejor, los problemas se resuelven mejor. Mi experiencia ha sido esa y me gustaría apartar esa sombra de separación entre los planteamientos de unos y otros. Credibilidad europea -¿Qué se juega Europa como actor político en el mundo con la crisis de Irak? -Europa está haciendo oír su voz. Aunque puede que no haya posiciones exactamente iguales entre todos sus miembros. Puede que no haya posición unánime de los Quince si hubiera una acción militar. Creo que la guerra es evitable si hay una cooperación más activa por parte del régimen de Sadam Husein con los inspectores. Hay que hacer todo lo posible para que así sea. -Si hubiera esas disensiones, ¿cómo hablar entonces de una Política Exterior y de Seguridad Común europea? -Por el momento, es una política común, no una política única. Por ejemplo, hay dos países que son miembros permanentes del Consejo de Seguridad y no están dispuestos a compartirlo. Y la Unión Europea no está representada. -¿Lo desea? -Sería un sueño. Pero no creo que lo vaya a ver yo en mi vida. Aquí se ven las limitaciones que tiene, lo cual no quiere decir que no hay que trabajar dentro de esas limitaciones para sacar lo máximo. La Unión Europea no es un país y no se le puede tratar como tal. Es mucho más. Pero hay que hacer todo lo posible para que, dentro de esas limitaciones, consigamos posiciones comunes. La UE, actor político mundial -En el conflicto de Oriente Próximo, la UE forma parte del «cuarteto» que enmarca el proceso de paz pero Sharón no acepta la voz europea como mediadora. -Lo más importante que ha pasado es que por primera vez somos reconocidos como actores en el proceso de paz. El cuarteto, formado por Estados Unidos, la UE, la Federación Rusa y Naciones Unidas, trata de conformar un lugar donde se ponen en común las políticas. Por primera vez, la Unión Europea ha tenido un papel, antes lo único que hacíamos era pagar. La UE es una institución política, por lo tanto debe hacer política, no es el Banco Mundial o la Cruz Roja. Y, lo queramos o no lo queramos, seremos un actor político creciente en la escena internacional, porque esta Unión va a tener el doble de la población estadounidense y cuatro veces la del Japón. -¿Existe influencia política sin una defensa creíble? -Debe haber una defensa creíble pero no deberíamos caer en una especie de competencia militar con Estados Unidos porque no es necesario tener tanta defensa, aunque sí un poco más de la que tenemos. Hay que hacer un poco más de esfuerzo en capacidades militares modernas, para el mundo de hoy y mañana. Los ejércitos estaban pensados para unas cosas que ahora ya no son útiles, por ejemplo, la defensa de sus fronteras. Hoy nadie piensa que en el territorio de la UE va a haber necesidad de defender las fronteras. Los ejércitos tienen que estar preparados para desplegarse más allá de nuestras fronteras y eso supone una reestructuración de las fuerzas armadas de todos sus países. -¿La ampliación de la UE hacia el Este acrecienta su influencia o hay un riesgo de que se diluya? -Es un proceso extraordinario de exportar estabilidad el continente. Vamos a tener fronteras con Rusia. E imagínese que Turquía entre en la Unión Europea: ese día tendremos fronteras con Irak y con Siria. Los mecanismos de la UE son exportadores de estabilidad. Si nosotros defendemos el multilateralismo, es porque nos ha ido bien. El pasado siglo tuvo dos guerras mundiales, los europeos producíamos la guerra y la exportábamos a todo el mundo. Hoy, porque hemos construido una institución multilateral, la UE, es inconcebible que eso vaya a pasar. Es emocionante e impresionante. La Unión Europea es un gran éxito y debe progresar y ampliarse. París, Berlín y el futuro de Europa -¿Qué progresos aporta la propuesta de Francia y Alemania sobre el futuro de la UE? -Me parece bien, porque el eje francoalemán siempre ha sido el motor. Es una relación importante, lo cual no quiere decir que sea la única. En una Europa más grande, será más importante que exista pero también será menos influyente. Tiene que ser una Europa de iguales ante la ley. Lo que sí puede haber son cooperaciones reforzadas, es decir, acciones y políticas que pueden ser empezadas por un grupo de países. Así empezó el euro o los acuerdos de Schengen. Hay que aceptar que algunos países quieran ir más lejos. En cuanto al contenido de la propuesta, las preguntas que se hace son las correctas. ¿Es posible tener una Unión Europea con una presidencia rotatoria cada seis meses? Yo creo que no. Sobre todo para la representación exterior de la Unión, ya sea económica o política. Es imposible trabajar de manera razonable con terceros países si las personas que lo representan cambian cada seis meses. Sobre la respuesta concreta este problema, caben más matices. No estoy de acuerdo al cien por cien con todas las respuestas pero han hecho bien en poner las preguntas sobre la mesa. -¿Dígame al menos qué reformas habría que operar sobre sus competencias, sobre la política exterior de la UE? -Me parece que cuanta más fuerza se dé al Alto Representante, mejor. No quiero hablar de mí en concreto, pero esa figura ha jugado un papel en este período de tiempo. Creo que hay convicción que hay que darle más vuelo, más capacidades y más posibilidades en el nuevo Tratado. -De ser así, dejaría de haber motivos para la famosa pregunta de Kissinger, «Europa, ¿a qué número hay que llamar?» O necesitaría hoy una agenda electrónica para anotarlos todos... -Antes el problema era que tenían que llamar a todos los jefes de Gobierno. Ahora me llaman a mí, aunque todavía siguen llamando a muchos jefes de Gobierno y seguirán haciéndolo. Pero ahora hay menos números que antes y cada vez habrá menos para la representación orgánica de la Unión Europea. -¿Hasta cuándo seguirá Javier Solana al otro lado de ese teléfono, como Míster PESC? -Mi obligación era encauzar esta función y he hecho lo que he podido. El cargo no es una propiedad privada mía