imágenes de medicina oral CasoClínicoXII DR. GERMÁN C. ESPARZA GÓMEZ Médico estomatólogo. Doctor en Medicina y Cirugía. Profesor titular de Medicina Bucal. Departamento de Medicina y Cirugía Bucofacial. Facultad de Odontología. Universidad Complutense de Madrid. medoral@infomed.es Descripción del caso Una mujer de 35 años, sin antecedentes dignos de mención, acude a un dentista para que le efectúe revisión de su cavidad oral. Al explorar la lengua, el profesional descubre la presencia de surcos y pliegues profundos sobre el dorso, que se evidencian más al extender la superficie lingual con dos espejos. La paciente no había reparado nunca en ello, ni refiere haber percibido molestias o alteraciones en ningún momento. 51 Aspecto de la superficie dorsal de la lengua, que presenta numerosos surcos profundos en gran parte de su extensión. MaxillariS Octubre 2005 imágenes de medicina oral Diagnóstico Clínico: Lengua Fisurada Comentarios: 52 La lengua fisurada es una condición benigna que afecta a la lengua y que se caracteriza por la presencia de surcos y fisuras evidentes a la inspección clínica sobre la superficie del dorso y los bordes laterales de la lengua. En sentido estricto, parece que en la mayoría de los casos son profundizaciones excesivas de los surcos y pliegues que están presentes en la superficie lingual en condiciones fisiológicas, y tan sólo en algunos casos se producen auténticas fisuras, en donde se pierde la parte más superficial del epitelio en el fondo de la lesión. La prevalencia en la población general varía entre el 2 y el 5% y puede ser observada tanto en niños como en adultos, aunque parece que tanto la prevalencia como la severidad aumentan con la edad. La etiología es desconocida, pero parece que existe algún componente hereditario (bien transmitido de modo poligénico o bien autosómico dominante con penetrancia incompleta). También factores ambientales o la edad pueden jugar algún papel en su desarrollo. Desde el punto de vista de la clínica, los sujetos con lengua fisurada se caracterizan por presentar múltiples surcos, entre 2 y 6 mm de profundidad en la superficie dorsal y en los bordes laterales de la lengua. Existen diversos y muy diferentes patrones de afectación; así en algunos casos los surcos se distribuyen uniformemente sobre el dorso mientras que en otros predomina un gran surco central del que parten otros más pequeños lateralmente. En los casos más severos, surcos muy profundos separan áreas del dorso que aparecen como islotes distanciados unos de otros. El aspecto suele ser característico y puede recordar a otras estructuras anatómicas, por lo MaxillariS que también recibe el nombre de “lengua escrotal o cerebriforme”. Generalmente, no produce ningún síntoma y tan sólo algunos pacientes se quejan de sensación de ardor al introducirse determinados alimentos en la profundidad de los surcos. Suele ser un hallazgo casual en la inspección clínica que descubre el propio paciente o el profesional al explorar la lengua. Como ya se mencionó al comentar el caso clínico II (Maxillaris nº 70, octubre 2004, pag. 51) en ocasiones se presenta concomitantemente con lengua geográfica y quizás determinados genes pueden estar ligados a ambas condiciones. También conviene recordar que la lengua fisurada puede formar parte, junto con la parálisis facial y el edema labial, de la triada típica del síndrome de Melkersson-Rosenthal. Desde el punto de vista de la histopatología, el cuadro se caracteriza por la presencia de surcos profundos que separan las papilas, con hiperplasia de las crestas epiteliales y pérdida de la queratina en las vellosidades de las papilas filiformes. En ocasiones, es posible observar neutrófilos formando microabscesos en los estratos superficiales del epitelio. El diagnóstico siempre se realiza de modo clínico al observar los hallazgos característicos La lengua fisurada es una entidad benigna e intrascendente que no requiere ningún tratamiento específico más que informar al paciente de su naturaleza. Siempre debe recomendarse cepillar el dorso lingual para evitar el depósito de restos en los surcos que pudieran actuar como una fuente de irritación. En opinión de algunos autores, y al igual que sucede con la lengua geográfica, no debe considerarse una condición patológica sino una variación de la normalidad. • Octubre 2005