• CONSIDERACIONES GENERALES Para describir la vegetación de Marrazo, hemos utilizado la metódica fitosociológica de BRAUN-BLANQUET, extendiéndonos en cada unidad al máximo dentro de nuestras posibilidades, pero antes de entrar de lleno en nuestra exposición vamos a describir someramente el paisaje vegetal de la península en una rápida ojeada o vista general En la parte alta del sistema de montículos, que de forma más o menos sinuosa recorre la península de E. a W., destacan (sobre todo en las cotas más altas) los afloramientos desnudos de grani to (roca madre?; la•.meteorización de este granito produce un ran ker aobre el que únicamente se puede desarrollar un brezal bastan te pobre. Cuando este ranker ha evolucionado lo suficiente enriqueciéndose en materia orgánica, y se convierte en una tierra par da, meso-oligo-eu-trofa, sobre ella se observan ya, o bien zonas de cultivo de todo tipo, o en las partes más difíciles de trabajar de estas zonas, quedan como relicto de lo que debieron ser, los frondosos robledales que representan la climax de la zona. De la antigua extensión de los robledales nos hacemos una idea clara al observar los setos de separación de las pequeñas fincas, setos constituidos en su mayoría no por espinos como es frecuente en otros muchos lugares de aestidurilignosa, sino por pimpollos de roble con zarzas y plantas de borde de bosque. Las zonas de cultivo por aque lia causa edáfica están en las partes más bajas y menos escarpadas de la península y los robledales se suelen desarrollar en el límite superior de las mismas o bien subiendo por los cursos de agua hasta zonas más elevadas, internadas incluso en pleno dominio del brezal. En la actualidad este esquema se mantiene aunque un poco trans formado por las frecuentes repoblaciones de pinos y eucaliptos que se disponen preferentemente en la zona baja de ericifructiceta y en lugares donde se taló el robledal, aunque a veces, sobre todo por las laderas SE y NW llegan las plantaciones hasta la misma cumbre de las colinas.