Leandro Sequeiros - Asociación del Profesorado de Córdoba por la

Anuncio
CIENCIA Y RELIGIÓN
TERTULIA EN EL JARDIN BOTÁNICO DE CÓRDOBA
El día 20 de octubre de 2011 tuvo lugar la primera sesión de las TERTULIAS
SOBRE LA CIENCIA que organiza el Centro de Profesores Luisa Revuelta de
Córdoba y la Asociación de Profesores para la Cultura Científica.
La primera sesión se dedicó a un de los temas más conflictivos hoy: las relaciones
CIENCIA y RELIGIÓN. Desde el mismo inicio de la Revolución Científica con Galileo
Galilei, las relaciones entre ambas no fueron cordiales. La poderosa institución
católica en el siglo XVII y los primeros científicos no se llevaron muy bien. Además
eran tiempos en los que la Iglesia Romana ostentaba un gran poder político en
Europa e imponía su autoridad ideológica sobre la cristiandad. Hoy las situaciones
históricas, culturales, políticas, ideológicas y religiosas son muy diferentes. Pero
aún hoy las relaciones entre CIENCIA y RELIGIÓN son conflictivas. Parece que el
conflicto está muy presente en las relaciones entre ambas concepciones del
mundo, entre ambos poderes, entre ambas ideologías, entre ambos paradigmas. Y
esta situación, como de puso de manifiesto en la tertulia, tiene implicaciones para
la enseñanza de las Ciencias, tanto en niveles no universitarios como
universitarios.
Pero, ¿qué se entiende por Ciencia y qué se entiende por Religión? ¿Tiene algo que
decir la Ciencia a la Religión y la Religión a la Ciencia? ¿Son “magisterios” que no se
cruzan, como defiende S.J. Gould? ¿Son concepciones del mundo irreconciliables?
¿Se excluyen? ¿Es necesario ser ateo para ser buen científico? ¿Cómo inciden en la
educación y en la cultura científica? ¿La Religión es “nociva” como afirma el biólogo
Richard Dawkins? ¿No tiene sitio Dios en la Ciencia como ha escrito Stephen
Hawking?
Para animar la tertulia, se invitó a dos personas que tienen una larga trayectoria de
reflexión y difusión de sus ideas: el profesor Leandro Sequeiros, Catedrático de
Paleontología y licenciado en Teología, profesor de Filosofía de la Facultad de
Teología de Granada (y ahora residente en Córdoba); y el profesor Juan Antonio
Aguilera Mochón, Profesor de Bioquímica de la Universidad de Granada y miembro
destacado de Europa Laica. El primero de ellos mantiene que hay conflictos entre
Ciencia y Religión, que esos conflictos inciden en la educación científica, pero cree
que es necesario tender puentes entre los que piensan de modo diferente. Los
objetivos de la educación científica son comunes para todos, pero las ideas
personales no tienen que influir en los objetivos educativos.
Aguilera Mochón también defiende el diálogo, pero incide en la irracionalidad de
muchas de las posturas de las religiones que pueden ser un freno, cuando no una
rémora, para la correcta educación científica. Su discurso se inspira en gran
manera en la epistemología de Mario Bunge, para el cual la verificabilidad es lo
propio del auténtico conocimiento humano. Y todo conocimiento no verificable,
como es el de la Religión, debe incluirse en el campo de la pseudociencia.
Determinados conceptos religiosos, como los milagros, la resurrección de Cristo, la
virginidad de María, son dogmas religiosos (de la religión católica) que no solo no
son verificables pero que incluso son contrarios a la racionalidad.
En el fondo del diálogo entre ambos hay dos cuestiones que es necesario discutir:
el estatuto epistemológico de las afirmaciones de las religiones y la cientificidad de
la Teología. Para construir la Ciencia y para construir la Religión se necesitan
herramientas filosóficas: la epistemología. Y hoy son muchos los planteamientos
epistemológicos. Desde el racionalismo crítico de Popper hasta otras posturas más
duras, hay una amplia gama de opiniones. Y por otra parte, existe entre el gran
público escaso conocimiento de lo que hoy es la Teología, alejada de las viejas
tutelas y condenas de antaño. Las religiones no se basan en dogmas de formulación
universal. La Teología intenta responder a los retos de las ciencias y reformular sus
contenidos de forma comprensible y razonable.
En el curso de la Tertulia, los asistentes insistieron en que hay conflictos, pero que
es necesario dialogar. Lo que se llamó tender puentes de comprensión para que
entre creyentes y no creyentes se pueda trabajar en la alfabetización científica de
las nuevas generaciones. Y que los científicos puedan trabajar con libertad
sometiendo a crítica lo que parezca contravenir la lógica más simple del
conocimiento científico.
Por supuesto, esta es la opinión de una de las partes de la tertulia. Tal vez la otra
parte pueda matizar muchas de estas afirmaciones. Una de las cosas más repetidas
es que nadie tiene el monopolio de la verdad. LEANDRO SEQUEIROS
Descargar