Mirando hacia atrás “No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas.” Isaías 43:18 ¿Cuántas veces a través de nuestra vida miramos hacia atrás y recordamos personas, situaciones, eventos agradables y buenos? ¿Cuántas veces miramos hacia atrás y los recuerdos no son ni buenos ni agradables, te ha pasado a ti? Yo estoy suponiendo que a todos les ha pasado, y también les cuento que a mi si me ha sucedido y con bastante frecuencia. ¿Qué sucede cuando recuerdas algo agradable? Muchas veces quieres regresar a ese momento, y terminas casi siempre diciendo: “los tiempos de antes si que eran buenos porque…”. ¿Qué sucede cuando lo que viene a tu mente es algo triste, penoso y lleno de dolor? ¿Qué sientes en esos momentos? Si eres como la mayoría, terminas el día con pena en tu corazón, y hasta posiblemente tus pensamientos y emociones comienzan a afectar tus relaciones, y la forma de mirar hacia el futuro. ¿Qué querrá decirnos Dios con la escritura que encabezo esta reflexión? ¿Qué no me acuerde de lo pasado? ¿Qué no haga memoria (me pare a reflexionar) en las cosas que formaron parte de mi vida en un momento, u tiempo? ¿Cómo voy a lograr eso? ¿Cómo voy a parar que mi mente piense, se detenga en esos pensamientos buenos o malos? ¿Cómo me sobrepongo a este estado de ánimo? ¿Cómo detengo que ese estado de ánimo deje de influenciar mi forma de ver el presente y el futuro? Lee la escritura en Isaías 43:19 que dice: “He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad.” Ya no sigas viviendo en el pasado, bueno o malo no lo traigas a tu presente. Dios quiere hacer algo nuevo con tu vida, con los tuyos, con tus sueños, con todo lo que tiene planificado para tu futuro y tú mismo lo estás obstruyendo. Él te promete hacer algo nuevo y tú eres el que paras que esto se manifieste en tu vida. Regocíjate en que hoy estás vivo, que sabes que Dios tiene planes para que se cumplan en tu vida, para tu familia, tu trabajo, tu negocio, tu nación. Toma hoy una decisión que todo tiempo presente es mejor que ningún otro, porque Dios está contigo, porque Él ha prometido cuidarte, proveerte, protegerte, enseñarte y guiarte hacia un camino lleno de vida con Él y para Él. Yo lo hice, y todos los días tengo que hacer mi parte, y es creer al Dios de la Biblia, creer que no hay otro Dios y fuera de Él no hay quien salve; Él es el que nos promete la vida eterna, Jesucristo Nuestro Señor. Señor hoy te pido que te reveles al espíritu de aquellos que han leído esta reflexión que Tú eres el Dios de hoy, que no hay tiempo mejor en nuestras vidas que este día para darte gracias, para alabar tu Nombre, para bendecir a todos a nuestro alrededor, y darnos cuenta de cuán bendecidos somos. Tú te revelaste a Moisés como el Yo Soy, y en el evangelio de Juan como el Yo Soy el pan de vida y no tendrás hambre; el Yo Soy la luz y el que viene a mí no estará en tinieblas; y el Yo Soy la puerta y el que entre será salvo. No dice que Él era, dice que Él es, Yo Soy es siempre en presente. Por eso hoy decidimos que nuestro presente es la manifestación de tu amor y misericordia actuando en nuestras vidas, y te damos gracias en nombre de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. ¡Amén!