ELECCIONES Y CAMBIOS POLÍTICOS Por Oriol Moya PROCÉS CONSTITUENT, LA HORA DE LA VERDAD >> El movimiento de Oliveres i Forcades encara su momento decisivo sin haber alcanzado sus objetivos de adhesiones y pluralidad >> ‘Construïm la República Catalana del 99%’ es la nueva campaña con la que incentivaran las asambleas para pasar a la acción Fotografías por Oriol Moya. Son las diez de la mañana y aún falta una hora para que empiece el espectáculo. Delante de las Cuatro Columnas jónicas de Puig i Cadafalch se desarrollará el Acto Central del Procés Constituent, suena Pastora por megafonía, el grupo de los hijos de Pau Riba. Una señora de la Organización me ve tomar nota y me advierte que hay 1.000 sillas colocadas pero que prevén más de 5.000 asistentes; también hay mesitas a lo largo de las Fonts de Montjuïc con cuatro humildes pins de marketing y las huchas de donativos. Un inmenso escenario cubierto elimina el riesgo de insolación de algún ponente. Quien se va a chamuscar será el público. Los impulsores de este nuevo movimiento político, pasean entre los asistentes más tempraneros. Hoy, 13-O, tendremos desde actuaciones musicales hasta la presentación de la primera campaña del Procés Constituent. “Haremos la revolución y la volveremos a hacer”, dicen. Teresa Forcades habla en El Suplement de Catalunya Ràdio y explica que, pasados 6 meses pretenden empezar la “fase de consolidación” del proyecto. Ya no será necesario ir pueblo por pueblo haciendo pequeñas charlas. Hasta ahora, buscaban el resurgir de la población indignada. Ha llegado la hora de madurar. Pero, ¿quién es la población indignada? Lejos de los 100.000 a que se aspiraba en las primeras semanas, apenas 45.000 ciudadanos se han adherido al Manifest Constituent, diez puntos esquemáticos que a partir de hoy se tendrán que desarrollar. De momento, tienen unas 90 asambleas locales y 4 sectoriales que se dedican a temas específicos: sanidad, educación, feminismo y universidades. Según los impulsores de este fenómeno de movilización política, ha llegado la hora de pasar a la acción. Para la segunda fase se convocan dos fechas: 16-N para el debate en todas las asambleas locales y 30-N de acción asamblearia libre y simultánea (ocupaciones, desobediencia civil, etc.), a nivel nacional. Grupos de amigos y asamblearios de todas partes aparecen con camisetas rojas (las del marketing oficial) y pancartas sorprendentes... “Es la hora del pueblo”, dicen muchos. Descoloca pero es un eslogan que sonará en repetidas ocasiones a lo largo del acto, en boca de todo el mundo. Con una primera impresión queda claro que la media de edad es la misma que en todas las asambleas y conferencias que se han hecho hasta ahora: avanzada edad. “Ya hemos delegado bastante, ahora somos protagonistas”, claman las pancartas de unos asambleístas de la comarca de Osona; “se ha acabado dejar hacer, ahora es hora de ir adelante”, reivindican los de Girona. Hoy toca el gran mitin. Si hace unas semanas vivimos la efervescencia “independentista”, hoy toca exaltación “socialista”. La segunda fase convoca dos fechas: un 16-N para el debate en todas las asambleas locales y un 30-N de acción asamblearia libre y simultánea con ocupaciones y desobediencia civil La cantante Txell Sota, de verde, arranca el acto nombrando todas las asambleas locales mientras el público responde “eeeeh!” cuando siendo el nombre de su población. Parece una fiesta, una manera infantil de romper el hielo y animar la audiencia. Cómo es lógico, son mayoría los barceloneses y barcelonesas, la gente está de pie y se coloca donde puede. Toma la palabra Arcadi Oliveres que empieza el repaso de los principios fundamentales del Procés Constituent. Durante las dos horas y media siguientes irán pasando por el escenario todas las personalidades que se están implicando en el movimiento y que tienen cosas a decir para cambiar, de arriba abajo, el modelo de sociedad en que vivimos. Como dirá Forcades para cerrar el acto, con alusión al Antiguo Testamento incorporada: “El proyecto es de ruptura democrática con el sistema capitalista porque no nos sirve; si no nos sirve y lo hemos construido nosotros mismos, más vale que lo cambiemos.” Contradictorio con sus principios Pensando en Forcadas y en Oliveres, Joan Subirats, catedrático de Ciencia Política en la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), advierte que este proyecto de movilización ciudadana surge “de una manera más carismática que social, se tratará de un movimiento que se sustentará por dos personas carismáticas y no tanto de abajo hacia arriba, y esto es contradictorio con sus principios”. Para empezar, el gran objetivo que tienen es concurrir a las elecciones catalanas del 2016 con unos principios claros –elaborados por las asambleas locales– y con una candidatura escogida directamente por el pueblo, desde la base, a través de unas primarias abiertas tanto por lo que hace a los participantes como en la lista de candidatos. Se quiere lograr la mayoría parlamentaria para poder disolver el Parlament y convocar una Asamblea Constituyente que lleve a cabo el proceso. Cómo ya hemos escuchado en reiteradas ocasiones, tanto Forcades como Oliveres no quieren más protagonismo ni ser la cara visible del Procés Constituent de Catalunya, llegado el momento de las elecciones. De entrada puede parecer utópico. Toni Aira, profesor de Comunicación Política de la Universitat Pompeu Fabra (UPF), aclara: “Entiendo que hagan declaraciones muy maximalistas y se presenten cómo que quieren alcanzar la mayoría en el Parlament, pero no creo que ni por ellos sean declaraciones serias”. Añade que “es como una estrategia de proyectar contundencia, de marcar perfil, de buscar un punto de ambición que no los sitúe como outsiders totales, que se vea que quieren tener presencia.” “El proyecto es de ruptura democrática con el sistema capitalista porque este no nos sirve” cuenta Forcades 30 segundos de silencio por las víctimas de Lampedusa. Arcadi Oliveres se pronuncia: La mayoría de la población no quiere pagar la deuda que han generado los bancos y sus banqueros. “Hay que crear trabajo nuevo, repartirlo y acabar con el paro deshonesto – explica–. Nos hace falta una ley de dependencia digna para los más castigados por esta crisis feroz e indignante”. Todo ello lo enlaza exaltado, mientras su tono va in crescendo, esta será la tónica de todos los discursos. La estrategia del Procés Constituent es movilizar la población inactiva. Dicen que hay un 50% que no se siente identificada con ninguna de las formaciones políticas y movimientos actuales y que comparte un rechazo total con la política. Este es su público potencial. Oliveres, presidente de Justícia y Pau, apuesta por las listas abiertas, unos pactos electorales sometidos a consulta y unos medios al servicio de los ciudadanos. Y todo ello sin ningún ejército, para lograr un mundo en paz y solidaridad, dice. El principal mensaje que tanto él como la monja Teresa Forcades quieren transmitir es que “hay que perder el miedo, todo es posible si utilizamos el trasfondo de la independencia”, dicen, “como herramienta para tener capacidad para decidir sobre todo”. “No nos tiene que interesar la independencia para ganar dinero”, deja claro Oliveres. Por sorpresa, salta Tortell Poltrona al escenario y empieza a exclamar: “In-inte-inteligencia!”. Su función es hacer más entretenido el acto político... en aquel preciso instante no puedo evitar pensar en Beppe Grillo La teoría parece poco factible Subirats también advierte sobre este nuevo movimiento que quiere sacudir los partidos tradicionales e incluso los movimientos independentistas: “Uno de los elementos más fuertes de su discurso es que las dos personalidades carismáticas que impulsan el movimiento dicen que no se presentarán a las elecciones”. Está claro que sin estos dos referentes el movimiento no sería ni mucho menos lo mismo. Según Subirats, “esto es muy coherente con la idea de que no quieren adquirir cargos y es coherente con su trayectoria política, cultural y ética pero, en parte, los debilita porque ¿quién gestionará la carga moral que ellos aportan, en unas elecciones?” La excepcionalidad ideológica del Procés puede ser vista como fuerza y como debilidad porque “si dices que todo el mundo que tenga sensibilidad de izquierdas puede entrar y no marcas los puntos programáticos básicos, la capacidad de dispersión puede ser muy alta; si en cambio, marcas los puntos programáticos básicos y sigues dejando que todo el mundo entre, puede ser que alguien no quiera la nacionalización de la banca, por ejemplo... y esto les juega en contra”. Con la mayoría parlamentaria se quiere disolver el Parlament y convocar una Asamblea Constituyente que lleve adelante el proceso Para Subirats, la hipótesis más probable es que el movimiento coja cierto tamaño, entre en el Parlament, pero no consiga la mayoría suficiente para dar el golpe final de forma que, según él, acabaría quedando dentro del Parlament en un periodo de transición en que tendría que entrar en la lógica política actual (pactar, dialogar, etc.): “No se sabrá si han reunido la mayoría social suficiente hasta que se presenten a las elecciones”, comenta tajante. Subirats cree que “si ahora en vez de 45.000 firmas tuviera 250.000 sería muy diferente porque puede ser que falten años por las elecciones o no...”. Mientras tanto, el experto en comunicación política, Toni Aira, recuerda que “la izquierda catalana siempre ha estado muy fragmentada”, y que no hay ninguna posibilidad que el movimiento “alcance todas las izquierdas”. En esta línea, el análisis que hace Aira es que “esta mayoría social ahora inactiva no existe o de momento no se ha manifestado”. Sin embargo, admite que “hay un movimiento anti-político, de rechazo, de indignación y que en un ambiente político como el actual por supuesto que pueden llegar a entrar en el Parlament”. Cómo explica la activista Esther Vivas, precisamente “poder decidir qué futuro queremos como país nos tiene que permitir decidir qué políticas queremos para salir de la crisis”. Vivas cree que el derecho a decidir se tiene que reivindicar para otros muchos ámbitos de la vida porque “el objetivo es poder decidir sobre todo”. Y todo ello tiene cabida en el escenario de Puig y Cadafalch este domingo de octubre, con una serie de participantes que representan varios sectores de la lucha social. Para entrar fuerte, los periodistas de Cafèambllet, Albano Dante y Marta Sibina, que están por el proceso, como estarían en todo lo que fueran asambleas para cambiar las condiciones abusivas del sistema presente, denuncian que “los políticos se han dedicado a saquear nuestros hospitales, sin escrúpulos”. Albano Dante exclama que “si nosotros pagamos, nosotros decidimos”. Otro mensaje era la reivindicación del derecho a decidir sobre las políticas agroalimentarias. De la mano de Pep Riera, representante de la Unió de Pagesos y dirigente de la Assemblea Nacional Catalana se incita a decir basta a la industria agro-alimentaria, porque “para vivir bien, es tan necesaria la inversión en sanidad y educación, como el comer bien!”. A continuación, un representante de Papers i Drets x Tothom, vertebrada por los senegaleses desahuciados del Poblenou, protesta porque los inmigrantes no tienen los mismos derechos que todos los otros habitantes con quienes comparten el territorio. “No tenemos derecho a voto y somos el 15%”, dice Muhammad Abdul Mubarak, que acaba parafraseando Martin Luther King: “Tenemos un sueño, (un mundo) donde los inmigrantes podamos vivir en libertad...”. Cuando termina el público empieza: “Sí se puede, sí se puede!” Entre otros portavoces de colectivos, habla también Marta Afuera, de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) que, naturalmente, también está incluida en el Procés Constituent... “En el Procés Constituent todo cabe”, dicen. Mensaje entendido. El riesgo pero, también está claro: dispersarse. Las dificultades para alcanzar la pluralidad Recuerdo la presentación del Procés Constituent en Sta. Coloma de Gramenet con el Auditorio Josep Maria de Sagarra lleno a rebosar. Unas 650 personas de una media de edad exageradamente elevada. O el acto en Sarrià el pasado mes de junio, en un espacio muy pequeño, fácilmente saturable y otra vez con asistentes de un perfil de edad muy alto. También pienso en el acto en la Universitat Autònoma de Barcelona, el día 1 de octubre, con muchas sillas vacías en el Auditorio de la Facultad de Letras. Realmente, “este es el principal problema”, admitía Arcadi Oliveres La principal preocupación de los promotores es la carencia de pluralidad entre los ciudadanos que se están acercando al Procés Constituent. Un alto porcentaje de la gente que acude a las presentaciones y que se suma a las asambleas locales es mayor, de edad avanzada. De momento, están teniendo problemas para acceder a la población joven que parece que está inmersa en otros movimientos, de la misma izquierda anti-capitalista, incluso. Esto deja intranquilos a los líderes del movimiento, pero, a la vez, les hace tomar conciencia de que este no es su principal objetivo, por ahora. Como ya han contado en varias ocasiones, en esta primera fase de difusión se han centrado en convencer y movilizar la población inactiva, hasta ahora aislada de la vida política. La mayor parte de la juventud, aparte de alienación, de independencia y aparte de despreocupación –como otras muchas franjas de edad–, vive o bien en la inmadurez política, muchos veces, o bien en el desencanto más profundo, propio de una generación que ya ha crecido con el gran atributo del siglo XXI: el no-futuro o el futuro, cuando menos, incierto. Como nos contaba Toni Aira, el Procés Constituent “aparte de generar debate, tiene que ser capaz de hacer llegar el mensaje de que son una opción transformadora real, tienen que ser capaces de llegar a todas las realidades sociales diferentes, pero no creo que lo hayan hecho todavía”. Una cosa es movilizar los indignados o sectores cercanos a las luchas populares, pero Aira advierte que “otro tema es convencer a gente que nunca se ha visto capaz de movilizarse para cambiar, esto ya es más complicado”. Pienso en el acto en la Universitat Autònoma de Barcelona, el día 1 de octubre, con muchas sillas vacías. “Este es el principal problema”. Admite Oliveres A todo esto, el profesor de Comunicación Política de la UPF añade que los impulsores del proyecto “tienen ciertos handicaps como iconos de referencia de la juventud”. Sin embargo, Aira cree que “no está todo dicho y tienen que seguir haciendo más cosas que aparecer en los medios para crecer más”. En este aspecto, Joan Subirats apunta que “para conseguir llamar la atención de una mayoría grande convendría que las personas con las que se identificara el movimiento fueran más diversas, hace falta un liderazgo más plural”. Por otro lado, por más que tanto Teresa Forcades como Arcadi Oliveres rompen esquemas y han destacado por sus ideales anti-sistema, los dos tienen estrechos vínculos con la Iglesia. En el caso de la monja benedictina es donde se hace más visible esta relación, pero también lo es en el caso de Arcadi Oliveres, que preside la ONG Justícia i Pau, financiada por el Arquebisbat de Barcelona, además de por la Obra Social de La Caixa y las instituciones públicas. Por eso, es fácil que el Procés Constituent tenga una destacada proporción de seguidores cercanos al catolicismo de base. Gente que a lo largo de sus vidas se ha sentido identificada con las figuras de estos dos intelectuales activistas. Además, el hecho de que las principales propuestas del Manifiest del Procés Constituent sean compartidas con otras opciones políticas más cercanas a los jóvenes como las CUPAlternativa d'Esquerres, hace que este potencial plural con que tanto confía Teresa Forcades pueda quedar dividido. “Muchos veces los movimientos de carácter tan carismático se mueven por identificación, y en el caso del Procés Constituent, es muy claro qué perfil social se ve motivado por los dos impulsores”, nos explica Joan Subirats. Para Toni Aira, es muy difícil que este proyecto pueda conectar con la juventud por una cuestión cultural. “Hay ciertos elementos característicos y simbólicos, de las dos personalidades que promueven este movimiento socio-político que, más allá de la religiosidad, frenarán las motivaciones de los jóvenes”, afirma. Insiste que todo ello va más allá de la condición religiosa de los dos impulsores del Procés porque, en el caso de Teresa Forcades es muy clara su posición distante y divergente con la institución católica. Con las actuaciones de Lídia Pujol con País Petit y Gerard Quintana con ‘Els temps estan canviant’ el personal vibra. Forcades y Oliveres cantan como los que más, un ingrediente más del marketing, que nadie deja de lado. Con las apariciones de en Tortell Poltrona cada dos por tres, entre parlamentos, aprovecha para pedir donaciones, quedar-se en calzoncillos y citar Charles Chaplin en El Gran Dictador: “Hemos progresado muy de prisa pero nos hemos encadenado a nosotros mismos, nos hace falta humanidad, más que inteligencia, bondad y dulzura”. Las abuelas que se protegen del sol con pancartas para evitar entrar en ebullición, se encienden, definitivamente, cuando empieza su discurso Vicenç Navarro... Todo un referente Para cerrar el acto, Teresa Forcades presenta la campaña 'Construïm la República Catalana del 99%'. Una campaña que se iniciará con una jornada de debates simultáneos en todas las asambleas del territorio para decidir qué acciones se podrían llevar a cabo en cada localidad de cara a hacer más visible el movimiento. Esto será el día 16 de Noviembre. Más adelante, el 30 de Noviembre, Forcades invita a todas las asambleas a llevar a cabo las acciones consensuadas de desobediencia civil pacífica o de ocupación, también de manera simultánea en toda Catalunya. Ahora, cada cual tiene libertad para decidir en asambleas. Faltará ver si todo el mundo acatará, sin dilaciones, la propuesta de la monja. Para estas campañas, tanto Joan Subirats como Toni Aira, comparten que se tiene que apostar por los recursos que nos ofrecen las nuevas tecnologías. Según Subirats “la única manera de gestionar un movimiento así es con la tecnología”. Defiende que “más allá de la difusión en redes sociales, el partido Pirata o el reciente nacido Partido X impulsan el trabajo colectivo a través de sistemas de documentación que puedan tener accesos múltiples o, sino, lo que hace a menudo el Movimiento 5 Stelle es pedir que todo el mundo vote por Internet algunas decisiones polémicas, entonces la dirección se compromete a seguir las directrices de la gente”. Los dos teóricos coinciden que “tecnológicamente es más factible que hace años”. Antes de la intervención final de Teresa Forcades, el catedrático de Ciencias Políticas y Sociales a la UPF, Vicenç Navarro, exalta el público y consigue que incluso las abuelas griten y se enciendan, tanto las que se podían tapar del sol con un pancarta como las que estaban al borde de la ebullición. “El Estado español creció en desequilibrio dentro de un régimen fascista con unos medios de comunicación controlados, esta democracia incompleta no es la que nosotros queremos!”, proclama nada más acercarse a la tarima. España se encuentra a la cola en gasto social por habitante, de las más bajas de Europa. Pero, continúa el catedrático: “Cataluña tampoco es la que queremos, donde un burgués vive 10 años más que un trabajador poco calificado”. Y no se va sin advertir que “si hoy no salimos en los medios es porque nos tienen miedo”. En el noticiario de TV3, el Acto Central del Procés Constituent aparecería en cuarta posición fuera de los titulares del día, encabezados por la beatificación española en Tarragona. Cómo dice Toni Aira, “la izquierda está en crisis y no da respuestas, es normal que haya alguna opción que pretenda aglutinarlo todo, pero esto ya lo han intentado los partidos tradicionales otras veces y no lo han conseguido. Un proyecto nuevo, seguramente, a ojos de mucha gente puede tener más credibilidad, de entrada”, concluye el doctor en Comunicación Política. Sin embargo, como dice Albano Dante, periodista de Cafèambllet: “Allá donde haya una asamblea se tiene que estar”, para él, colaborar en este proyecto es más bien una cuestión de principios. Por eso, Esther Vivas, candidata del partido Revolta Global (unido a Izquierda Anticapitalista) en las elecciones europeas del año 2009, y que está teniendo mucho protagonismo dentro de este nuevo movimiento, clama sin tapujos: “Cuando los de abajo se mueven los de arriba tambalean, hace falta que nos movamos para que caigan y no se levanten nunca más”. Dicho está. Me voy con el hit de Lídia Pujol en la cabeza: “Haremos la revolución y la volveremos a hacer” (versionando Tracy Chapman), y preguntándome cómo se lo hará un movimiento que nace asambleario pero al mismo tiempo necesita del impulso imprescindible de dos líderes que hasta ahora lo han hecho todo.