R6 b LATERCERA Domingo 3 de mayo de 2015 Bitácora Ascanio Cavallo D Después de 10 semanas de palos de ciego, el gobierno parece haber encontrado un camino para restaurar su popularidad y su credibilidad, los dos atributos más dañados por las revelaciones del verano. Los primeros asomos de ese esfuerzo se mostraron en un conjunto disímil de operaciones de prensa en los que la Presidenta Bachelet sembró pequeñas señales acerca de su posición frente al caso Caval. Buenas o malas –ese juicio podría definir hoy la frontera de la desconfianza, o quizás el momento en que ésta es suplantada por la mala fe-, esas explicaciones pueden ser la razón por la cual la encuesta semanal Cadem-Plaza Pública registró un alza de tres puntos en la aprobación de la Presidenta, algo que no ocurría desde enero. Pero, además, las mismas acciones con la prensa crearon el piso para que La Moneda eligiera finalmente la que sería su ruta principal: la Comisión Engel, cuyas conclusiones fueron hechas públicas con la solemnidad (demora incluida) que ellas mismas solicitaban. Las 236 recomendaciones de la comisión son de pelaje muy diverso, en varios casos parecen altamente discutibles y hay algunas que no concitarían ninguna simpatía colectiva. Sin embargo, en conjunto lucen como una respuesta maciza a la mayoría de las objeciones en contra de las prácticas políticas nacidas durante los escándalos financieros. Si se examinan los ilícitos e incorrecciones presentes en los casos Penta, Caval y Soquimich, prácticamente todos quedan cubiertos dentro de las propuestas de la Comisión Engel. También hay que decir que varios de ellos ya estaban sancionados por leyes vigentes que no han sido respetadas, experiencia que invita a mantener un escepticismo profiláctico ante las nuevas medidas, y en especial aquellas que contrarían el mínimo del realismo político. Todo esto habría sido materia de una discusión pública prolongada y pormenorizada, si no fuera porque a continuación la Presidenta le agregó algo que no tiene nada que ver, pero que es muy superior en términos de relevancia política: el anuncio de que en septiembre se iniciará el proceso de consultas para una nueva Constitución. ¿Por qué la Presidenta decidió meter esta roca en el medio de propuestas que inmediatamente se convirtieron en pedruscos, por supuesto relevantes, pero con una gravitación muy menor? Como la política tiene a veces razones que la razón no conoce, la única explicación posible es el esfuerzo por dar satisfacción a toda esa ala de votantes de la Nueva Mayoría para los cuales ninguna reforma es suficiente si no se cambia la Constitución, ala que coincide con los iracundos antipartidistas, los incrédulos sin retorno y los que podrían decir que todos los contenidos de la Comisión Engel no son sino maquillaje, más maquillaje para el rostro revenido del oficialismo. De todos modos, en este río revuelto el único que puede pescar mejor es el propio gobierno, lo que significa que los anuncios del martes cumplieron cuando menos la función de devolverle por fin la iniciativa política. El otro triunfo de La Moneda, más secreto, menos estridente y ciertamente conectado con lo anterior, fue la elección interna del PS, donde consiguió la sorpresiva derrota de Camilo Escalona a manos de la senadora Isabel Allende. Aunque los programas de ambos no decían, en la letra, nada demasiado diferente, no hay socialista que ignorase que Escalona, convertido en el epítome de la “vieja guardia” por el ministro Rodrigo FOTO: AGENCIAUNO/ ARCHIVO Palos, rocas y piedras Peñailillo, representaba una posición crítica respecto de la conducción del oficialismo, y en especial del mismo Peñailillo y el equipo político. La senadora Allende, en cambio, no encarnaba amenaza alguna para la línea del Ejecutivo. Mejor aún, la parlamentaria puede constituir un dique eficaz para otros aspirantes a la sucesión dentro del mismo partido, un dato que comenzará a ¿Por qué la Presidenta decidió meter esta roca en el medio de propuestas que inmediatamente se convirtieron en pedruscos, por supuesto relevantes, pero con una gravitación muy menor? adquirir creciente relevancia desde el año próximo. El resultado de la interna socialista significa, en breve, que la Presidenta superó la más importante prueba de fuerza que ha afrontado desde su asunción hace 14 meses, y por ello pudo retirar de sus anuncios cualquier atisbo de presión sobre el gabinete y sobre la continuidad de su programa de reformas estructurales. Es lo que se puede llamar una victoria redonda, asumiendo el costo comparativamente menor de agitar el ambiente público con una enredosa discusión de materias débilmente conectadas entre sí. Por segunda vez en el año, Bachelet demuestra que la Presidencia tiene un poder superior del que se le suele suponer.R