Las controversias en la negociación del TLC con Estados Unidos van más allá de agricultura y propiedad intelectual http://www.portafolio.com.co/hist_imp/porta_secc/porta_porta/2005-0222/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR_PORTA-1983878.html Temas como el ingreso de ropa usada, la telefonía rural y los cuartos traseros trasnochan a los empresarios colombianos. La agricultura y la propiedad intelectual son los temas que mayor despliegue han tenido hasta el momento en la negociación del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. Y no es para menos: por un lado, se está hablando de seguridad alimentaria y de seguridad en la generación de empleo y conservación del bienestar en el sector rural. Por el otro, se plantea el tema del acceso a la salud y de qué tan costoso puede resultar para el consumidor final un tratado comercial. Sin embargo, por fuera de estos asuntos existen otros igualmente álgidos, que hoy cobran gran interés entre los empresarios que participan en este proceso. PORTAFOLIO hizo un recuento de estos asuntos y consultó al jefe negociador, Hernando José Gómez, sobre cómo se están negociando. 1. Grado de apertura, ¿camisa de fuerza? Los empresarios se han quejado de que existe un compromiso del gobierno colombiano de abrir el comercio en un porcentaje que, aunque no consulta la realidad del país, es prácticamente una camisa de fuerza. Ya entre muchos gremios ha circulado una solicitud presentada por el NAM National Associated of Manufacturing- a la Oficina del Representante Comercial de estados Unidos -Ustr- en la que el gremio plantea que el diferencial no debe ser mayor en la negociación con los andinos, a 20 puntos en términos de comercio, entonces. Esto implica que si finalmente Estados Unidos abre su comercio a Colombia en un 98 por ciento, nuestro país debería ofrecer el equivalente a 78 por ciento de apertura inmediata. Este diferencial ha sido planteado por los negociadores colombianos a los industriales "como guías para el cruce de ofertas, pero no es una cifra fatal", afirmó el jefe negociador, Hernando José Gómez. Para el negociador, los resultados de otros TLC muestran que el diferencial es de menos de 20 puntos de asimetría. En Cafta, por ejemplo, fue 18. "El tema no es de cuántos puntos se cedan sino cuánto se requiere de asimetría", afirma Gómez. Sin embargo, los empresarios están cada vez más alerta porque en este proceso de "toma y dame" podría darse un intercambio que termine afectando sus intereses. 2. Cesantía comercial, siguen las divisiones. Desde hace varias décadas existe en el Código de Comercio una figura denominada 'cesantía comercial' que ampara los derechos de los empresarios que, arriesgando su capital, deciden abrir negocios para acreditar otras marcas. Esta figura establece un sistema mediante el cual, en el momento en que el dueño de la marca quiera cambiar de concesionario, pueda hacerlo siempre y cuando pague por esta 'cesantía' en que deja al empresario. Los negociadores de Estados Unidos desde un comienzo han planteado que no están de acuerdo con esta figura, que se negocia en la mesa de servicios. Gremios como Anato, Fitac y Atac, entre otros, salieron públicamente a defender la cesantía comercial y a pedir a los negociadores colombianos que se mantenga para garantizar a los empresarios que arriesgan capital, que no se quedarán 'sin nada' de la noche a la mañana. Pero así como tiene amigos, también al Ministerio de Comercio han llegado cartas de empresarios que apoyan la iniciativa de E.U. y quieren que se elimine esta figura. "Obviamente hay unos a favor y otros en contra", dijo al respecto Hernando José Gómez. Por eso este es uno de los temas en los que se ha registrado mayor debate interno, que incluso ha convocado a representantes sector productivo y de la academia. Como los intereses son tan encontrados en este aspecto, el equipo negociador no ha entregado nada hasta el momento y se ha dedicado a revisar los "criterios objetivos" para determinar la decisión final que se tomará. "En este caso, el gobierno será el encargado de tomar las últimas decisiones", dijo Gómez, quien explicó que lo primero que se busca es el consenso y si no se logra, se buscará información de todas partes y reacciones de unos y otros para ver cuál es la decisión final, que en todo caso será informada a todos los interesados previamente. 3. Desequilibrios en el tema de los seguros Aunque en servicios financieros las negociaciones ya están muy adelantadas y los paquetes están prácticamente definidos, algunos aseguradores insisten en que mientras no se garantice la equidad en el manejo de los seguros adquiridos en el exterior y los que se compran en el país, se corre el riesgo de otorgar mayores beneficios a los empresarios de Estados Unidos. Las diferencias se basa en el esquema tributario que rige para los seguros. Mientras en Colombia los seguros están gravados con un Impuesto al Valor Agregado, en Estados Unidos estos no tienen este impuesto. La solución a este escollo está en darle el mismo tratamiento a los seguros que se compren en el exterior. Y en ello tendrá que comenzar a trabajar la Superintendencia Bancaria -si el tema finalmente es aceptado en la mesa de negociación- que será la encargada de definir el esquema para que quienes compran seguros en el exterior paguen al fisco un porcentaje equivalente al IVA que pagan en Colombia. Según Hernando José Gómez, en el caso de Chile hubo un tema similar y se logró garantizar que la industria local compitiera en igualdad de condiciones, por lo que se espera que en la mesa de servicios financieros sea aprobada una salida similar. 4. Celulares, si o no dentro del acuerdo Para algunos empresarios del sector de telecomunicaciones que participaron en la séptima ronda de negociaciones que se cumplió en Cartagena, en esta ronda hubo retroceso en algunos temas, particularmente en celulares. El tema de la inclusión de los celulares en el acuerdo ha sido una larga controversia en la que los norteamericanos insisten en que es un sector de mercado tan abierto que no requiere este tipo de regulación, mientras los colombianos afirman que su tamaño es tal, que deben estar. El exministro Eduardo Pizano ha señalado, de manera vehemente, que no se pueden establecer obligaciones sólo para las empresas de telefonía fija, que ya representan menos del 50 por ciento, cuando las de celulares tienen en estos momentos una participación mayoritaria. Para el jefe de negociaciones de Colombia, en este tema no hubo tal retroceso, pues desde hace varias rondas se ha insistido -al equipo de E.U.- que se incluyan a los celulares dentro de las obligaciones del tratado, por lo menos en aquellas que sean técnica y financieramente posible, pero ellos insisten en que no. La posición de Colombia desde el primer día es que los celulares se incluyan en el tratado, y en esta aspiración cuenta con el apoyo de Ecuador. Por su parte, Estados Unidos se ha mantenido en su posición de no incluir los celulares. "Los argumentos van y vienen, entendemos cada uno qué es lo que quiere y no quiere incluir el otro y ahora estamos en la instancia de voluntad política", explicó Gómez. De hecho, existe un planteamiento sobre la mesa en la medida en que podrían flexibilizarse algunas posiciones si se logra que el equipo de E.U. se comprometa a promover algunas medidas administrativas para ponerle 'coto' a las llamadas ilegales que entran desde ese país y que no terminan en operadores legales colombianos. La aspiración de los negociadores nacionales es que en la página web de la FCC la entidad reguladora en E.U. del tema de telecomunicaciones- se coloquen los nombres de los operadores legales de telefonía de larga distancia en Colombia, para que los operadores norteamericanos los puedan encontrar. Para el jefe negociador de Colombia "el tema de celulares nunca ha estado aprobado y simplemente estamos es avanzando" 5. Telefonía rural versus descreme del mercado En un mercado libre y sin restricciones en materia de telefonía, ¿de dónde saldrá el dinero para financiar la telefonía rural? ¿Está el gobierno dispuesto a ceder su soberanía y a cambio garantizar el ingreso a operadores internacionales? Estas son preguntas que se hacen algunos analistas y empresarios de telecomunicaciones en el país, para quienes resulta incomprensible que se otorguen mayores concesiones a los operadores internacionales, quienes vendrán a 'descremar' el mercado y sólo operarán en las grandes ciudades, donde el negocio es rentable, dejando sin cobertura a los lugares más apartados. El gobierno opina otra cosa. Para Hernando José Gómez, el tema de la garantía del servicio universal es un aspecto que tanto Colombia como Estados Unidos se reservan. "Lo que haga cada país para garantizar el servicio universal es su problema, entonces para garantizar el servicio en comunidades rurales cada país verá qué impuestos o contribuciones utiliza", sostiene Gómez. Los empresarios, por su parte, señalan que el libre acceso a los operadores internacionales se hace en condiciones más ventajosas, puesto que ellos tuvieron que pagar costosas licencias para operar la larga distancia. Sin embargo, el espíritu del libre comercio justamente propende por lograr que los consumidores sean los más beneficiados y que se dé prioridad al ingreso de nuevos competidores para que se garantice este resultado. Según Gómez, "no se busca que las obligaciones del tratado encarezcan los servicios en las áreas rurales, hay un anexo específico en el que se exceptúa la telefonía rural y en el caso de Colombia está definida como la que se presenta en municipios de máximo 50 mil habitantes y máximo 10.000 líneas, que quedan totalmente exceptuadas de las obligaciones". El capítulo, sin embargo, no se ha acabado de negociar, por eso frente a la preocupación por el 'descreme' del mercado, Gómez aclaró que este no se debe presentar porque, en primer lugar, a los operadores internacionales se les está exigiendo presencia comercial. Esto implica que si hay un operador extranjero, este no puede simplemente a través de un satélite prestar servicios de telefonía local o larga distancia nacional, sino que debe constituirse como empresa, cumplir todos los reglamentos de la Comisión de Telecomunicaciones y Ministerio de Comunicaciones y cumplir con las normas que igualmente aplican para todos los operadores. 6. Retroceso en materia de usados Un duro pronunciamiento hizo durante la quinta ronda de negociaciones, que se cumplió en Puerto Rico, el presidente de Acopi, Juan Alfredo Pinto, quien calificó de descabellado el interés de Estados Unidos de exportar ropa y calzado usado a los países andinos. Este planteamiento fue apoyado por la mayoría de gremios industriales, quienes consideraron inaudito que mientras los andinos buscan exportar sus confecciones a Estados Unidos, este país pretenda 'devolverlas' usadas y a precio de rescate. Para los negociadores americanos, se trata simplemente de un sector más de los tantos que operan legalmente en su país. Aunque reconocen que es difícil certificar origen para estas prendas -se estima que el 90 por ciento de la ropa y el calzado que se vende en E.U. procede de terceros países-, consideran que este es un tema aduanero, que debe revisarse con cuidado. Por eso durante la ronda de Cartagena los americanos insistieron en que quieren vender ropa usada. Y los andinos insistieron en que no. "No hay retroceso pues de la misma manera en que E.U. dice que ni por nada aceptan celulares, nosotros también insistimos, esto es parte de la negociación", aseguró Gómez. Sobre el tema de usados, reconoció que los americanos nunca han retirado su propuesta de la mesa, que sigue igual, mientras que los andinos tienen una sólida posición de rechazar esta iniciativa, "incluso les hemos mejorado los argumentos", acotó el negociador. 7. Cuartos traseros, todavía en el congelador Una curiosa campaña, realizada por los empresarios de la industria avícola, se 'tomó' los salones del centro de convenciones durante la pasada ronda de Cartagena. Desde el lunes, con escarapelas y botones alusivos al rechazo al ingreso de los denominados 'cuartos traseros' a los países andinos, los empresarios decidieron hacer una presión activa sobre el tema. Aunque todavía la mesa agrícola está en las 'preliminares' y el tema no se abordará sino posiblemente hasta la novena ronda de negociaciones, que se cumplirá en Perú, los empresarios han comenzado a dar su voz de alerta para evitar que este tipo de productos se ingrese libremente al mercado nacional. La campaña realizada por los avicultores generó mucho impacto, incluso Bennet Harman, uno de los negociadores de Estados Unidos guardó los botones y escarapelas que entregaron los empresarios y comentó que se notaba que era un tema de gran sensibilidad para el país. Y es que los avicultores decidieron anticiparse al tema para evitar sorpresas de última hora porque "no sabemos en qué momento nos van a ceder", comentó un empresario. Para el jefe negociador colombiano, si bien el gobierno ya conoce la sensibilidad del sector, esta es una de las cadenas más complejas porque mientras los avicultores quieren un maíz barato, los productores de maíz colombianos quieren protegerse del producto americano. "Los avicultores decidieron subirle el perfil a su tema y ahí yo no juzgo si es bueno o malo, cada quien toma sus decisiones", comentó Gómez. Eso sí, aclaró que por ahora el tema de los cuartos traseros no se ha tratado, pues incluso en la ronda de Tucson se tomó la decisión de dividir en dos la discusión para este sector: por un lado, en la mesa agrícola se analizará el tema avícola, pero aparte se analizará el de los cuartos traseros. Aunque los avicultores quieren que haya exclusión de este tema, este es un asunto complejo ya que pocos serán los sectores que puedan favorecerse de este tratamiento. 8. Muchos intereses jugando en un solo cuarto Más de 600 empresarios participaron en el 'cuarto de al lado' durante la pasada ronda de Cartagena. En Tucson, Lima y Guayaquil la participación también ha sido alta: casi 200 empresarios colombianos en cada una. Esto ha sido considerado por el gobierno como "todo un éxito" porque consideran que la misma presencia masiva que hoy los acompaña, estará en el momento en que la iniciativa pase al Congreso de la República. Sin embargo, ya comienzan a observarse los evidentes roces por intereses encontrados entre los participantes en el cuarto de al lado. Para el jefe negociador, lo importante es la participación intensa en las rondas, porque se pueden confrontar las posiciones y puede haber un diálogo más directo para determinar las posiciones a favor o en contra de lo que se negocia. "A mi me interesa más que al final del día, cuando se tomen decisiones definitivas, esté ahí la gente, y así toque tomar decisiones con el apoyo de unos y no todos, por lo menos hay tranquilidad de que se tuvo en cuenta toda la información posible, y nos parece muy bueno que nos acompañe el mayor número de interesados en el momento de cierre", opinó el jefe negociador. 9. Venezuela, cómo se afecta con el TLC Aunque la Comunidad Andina de Naciones aprobó a través de la decisión 598 que sus socios puedan adelantar negociaciones con terceros países, nadie duda del impacto que podría tener en la relación con Venezuela el hecho de que este sea el único de los andinos que no entrará a hacer parte de el TLC con Estados Unidos. Empresarios que tienen negocios con Venezuela han advertido que esto puede convertirse en una 'trampa' porque las concesiones que se hagan a E.U. tendrán que otorgarse -sin exigir nada a cambio- a Venezuela, pues así está contemplado en la normatividad andina. Juan Carlos Botero, del equipo negociador colombiano, insiste en que este tema se ha venido trabajando desde el primer día de la negociación del TLC, pues ha sido una preocupación de los andinos lograr articular los mandatos de la Comunidad Andina con lo que se negocie en el TLC. De hecho, este tema será uno de los que tendrá una mesa especial durante la octava ronda de negociaciones en Washington, reservada justamente para los asuntos más álgidos de la negociación. En este proceso, los andinos tendrán que garantizar tres aspectos, según mandato de la CAN: respecto por la normatividad andina y evitar que se incluyan normas que vayan en contravía de las definidas por este bloque comercial. 10. Los TLC, cada vez menos atractivos para E.U. Las demoras que ha tenido el Cafta, acuerdo comercial negociado entre Estados Unidos y los países centroamericanos, ha llamado la atención de los expertos, quienes han encontrado en este tema un punto de debate de gran interés: ¿han perdido interés los TLC para Estados Unidos? Para la ministra de Comercio Exterior de Ecuador, Ivonne Baki, existe cada vez un menor interés del país del norte en adelantar estas negociaciones y por esta razón sugirió a los andinos aprovechar 'el cuarto de hora'. El embajador de Colombia en Estados Unidos, Luis Alberto Moreno, coincide con esta apreciación y señala que cada vez crece el número de opositores, tanto de empresarios americanos como de congresistas, hacia estas iniciativas. Un funcionario de Ustr, sin embargo, señala que no se puede hablar de que ahora hay menos interés que antes, pues esto depende mucho de la negociación que se adelante, porque "siempre habrá grupos de interés presionando a favor o en contra". Este argumento ha generado también algunas divisiones entre los empresarios colombianos. Mientras algunos señalan que si no hay una firma rápida 'nos quedamos del tren', otros piensan que es mejor quedarse 'del tren' que embarcarse en una negociación que resulte muy onerosa para el país. A esto se suma el escollo político, que ha sido tan solicitado por algunos sectores del país, que consideran que esta no puede ser una negociación meramente comercial, por las implicaciones sociales que tiene. De hecho, han llovido críticas en algunos sectores sociales por la demora del gobierno en apelar al tema político para garantizar que finalmente el país tenga una buena negociación, pues Colombia ha apoyado la lucha antidrogas y se considera que este tema debe ser tenido en cuenta al momento de definir el TLC. Una misión interesada en vender Allen J. Brenteson, vicepresidente corporativo de Baptist Health, señaló que Colombia está demandando en estos momentos muchos equipos para tratamientos de enfermedades en áreas como cardiovasculares, cáncer y sida. En el área de la salud los empresarios americanos encontraron un alto potencial de negocios, pues son equipos que Colombia no tiene. Fred Fimbres, de Med Corp., señaló que su empresa recibe periódicamente solicitudes de cotizaciones de colombianos interesados en equipos y tratamientos médicos. Igualmente, consideró interesante que cada vez más colombianos estén visitando la Florida para averiguar y hacerse tratamientos médicos. Estas empresas ya iniciaron contactos con la Fundación Santa Fe, el Seguro Social y otras entidades de salud. También participaron empresas de software, que buscan básicamente empresas interesadas en actualizar sus procesos y adquirir nuevas tecnologías. Las empresas de finca raíz también tuvieron una presencia masiva, pues existe interés en que más colombianos compren propiedades en La Florida, en momentos en que se nota cierta recuperación en la economía colombiana. Hoy en Miami hay muchos colombianos, familiares de colombianos y en general latinoamericanos que han creado una comunidad muy influyente y con muchas oportunidades y que ofrece buenas oportunidades a otros latinos, señalaron. Walter Chávez, presidente de Alerian, destacó la iniciativa del gobierno colombiano de mejorar las relaciones comerciales y realizar este tipo de misiones. "Antes a los empresarios de E.U. les daba pavor venir a Colombia, pero ahora con la labor que adelanta el gobierno colombiano para atraer más inversión, los resultados son muy positivos porque hay menos incertidumbre", dijo un empresario participante. En general, los norteamericanos buscan contactos para distribuir en Colombia sus productos y servicios, o para establecer en nuestro país operaciones con proyección a otras naciones de América Latina.