editorial Organización en torno al paciente desde la autonomía y la corresponsabilidad profesional ALFONSO J. CRUZ LENDÍNEZ Director de Enfermería. CHJ Si en anteriores editoriales hablábamos de las nuevas herramientas para la práctica clínica en el ámbito de los cuidados y de cómo estas pueden ayudar a mejorarla, en esta ocasión vamos a hacer reflexión sobre la organización de la gestión de los cuidados y de cómo puede también ayudar a mejora la praxis en Enfermería. con la Institución y con el Servicio de Salud. Las UGC serán útiles para los ciudadanos si se comprometen a organizarse en torno al paciente y sus familiares, dotándose de espacios en los que los profesionales participen, se formen y crezcan profesional y personalmente, pero donde los ciudadanos también encuentren un espacio para la participación. Desde el uno de enero de 2011 el modelo organizativo del Complejo Hospitalario de Jaén, cambia su estructura y enfoca la asistencia especializada en torno a 34 Unidades de Gestión Clínica, cada una de las cuales se organiza en torno a los procesos de los pacientes que atienden y con una estructura propia en la que se integra la representación de todos los profesionales. Pero quizás el cambio organizativo más importante ha de realizarse en las direcciones asistenciales del centro. Y es que ahora corresponde al equipo directivo del Complejo ejercer de facilitadores respecto del trabajo de todas UGC, estableciendo las estructuras necesarias que garanticen respuestas a las UGC en cuestiones relacionadas con los recursos, el desarrollo de la estrategia de cuidados (la normalización de la praxis, la continuidad asistencial, la seguridad del paciente, etc.) y el apoyo a la formación y la acreditación de profesionales, es decir, dotarles de los recursos y las herramientas clínicas y organizativas que precisen, en aras de que las propias UGC vayan madurando en autonomía y corresponsabilidad en la atención sanitaria. Este nuevo escenario establece pues dos ámbitos estratégicos de decisión. El más importante que es el que se da en el seno de cada UGC, es decir, en torno a la asistencia y el otro es el del apoyo a la clínica desde la gestióndirección. En ambos escenarios se han de producir modificaciones y sinergias que confluyan de forma efectiva en una práctica clínica eficiente y de calidad donde la Enfermería ha de jugar un papel esencial y por ello las enfermeras debemos promover estos movimientos, liderándolos donde sea preciso y participando en la toma de decisiones de todos ellos. Dentro de las UGC, los profesionales de Enfermería tienen que organizarse y crecer con el resto del equipo desde su propia área de conocimiento. Para ello es necesario participar activamente en la creación de las estructuras de las unidades y subunidades que se requieran, en los mapas de competencias de los distintos profesionales, en los planes de desarrollo individual de cada profesional y de formación global de la UGC. Para ello han de establecer los mecanismos internos que garanticen la participación de todos los integrantes de la unidad en la elaboración y cumplimiento de objetivos, en la monitorización de los mismos y en definitiva en el compromiso del profesional con la UGC, Por ello, desde la estructura directiva clásica y vertical, tenemos que migrar a una estructura de red en la que el concepto de dirección se identifique con una organización horizontal y facilitadora del trabajo de las UGC y para ello la actual disposición de mandos intermedios de Enfermería ha de integrarse en las distintas UGC con la intención de liderar el área de conocimiento y práctica de Enfermería de cada una de ellas. Quedan pues muchas cosas por hacer, pero siempre desde el convencimiento de que vamos por buen camino y de que con ilusión y con capacidad de innovar vamos a garantizar dos cosas a un tiempo: la mejora de la atención que prestamos y el crecimiento de la Enfermería en las UGC y en el CHJ. Seamos pues todos facilitadores de los cambios necesarios y partícipes de los magníficos resultados que sin duda obtendremos. INQUIETUDES nº 43 | julio - diciembre 2010 | p. 02