La tragedia de Agamenón es el único mito que se ha conservado en obras de los tres trágicos atenienses y de Séneca. El estudio de éste, codificado en el género dramático desde Esquilo hasta el autor cordobés, ofrece un marco de orientaciones y variantes que se amplía al seguirle el rastro a lo largo del tiempo. Numerosos trabajos en esta línea han demostrado hasta qué punto un solo tema puede ofrecer múltiples significados condicionados en su reinterpretación por el contexto socioculíural y la situación personal en la que el autor se desenvuelve. La elección de un solo suceso mítico permite, por una parte, comprobar la existencia de una línea de evolución condicionada, sin duda, por el momento de la creación y por un determinado contexto cuya observación ayuda a describir de qué modo estos temas se repiten a lo largo de los tiempos y en qué aspectos se centra la dramaturgia actual. La proyección hacia el pasado y la contextualización en el presente que el conjunto de las obras estudiadas ofrece posibilita a través de un análisis diacrónico seguir, aunque de forma esquemática, el rastro de la familia de los Atridas a lo largo de nuestro siglo en el que los temas de la tragedia clásica vuelven a ser objeto de la atención de los autores que reproducen o transforman el significado que el esquema mítico y sus figuras han transmitido, lo que permite comprobar de qué modo el teatro grecolatino ha evolucionado y cómo sus argumentos han sido tratados bajo la perspectiva del prototipo mítico heredado, reinterpretado y transformado según las exigencias del creador, el receptor y la época. El teatro actual ha recuperado la tradición mediante procedimientos diversos de los de siglos anteriores. Caracterizado por una mayor libertad, determinado por diversas corrientes estéticas y sazonado por el contexto en el que se ha desenvuelto, el teatro del siglo XX se enfrenta al mito para reinterpretarlo en su totalidad o en parte, para darle un nuevo enfoque y para hacer libre uso de sus arquetipos y significados; ya no se trata de versiones, adaptaciones o refundiciones más o menos fieles al texto clásico que, como se sabe, primaban en los siglos precedentes, sino que nos encontramos con reinterpretaciones libres y obras de inspiración en las que, en ocasiones, se hace incluso difícil encontrar la relación con la historia tradicional. Por otra parte no es el actual -paradójicamente- un teatro muy conocido ni de fácil acceso, debido a que muchas de las obras permanecen inéditas, sin estrenar o no han gozado de gran difusión. Frente a la dramaturgia contemporánea internacional, que ha trascendido las fronteras del espacio, muchos de los textos españoles quedan, todavía, en el silencio. La recopilación del material ha pretendido ser exhaustiva, aunque finalmente ha sido necesario restringir el campo de estudio a aquellas obras que suponían una recreación libre de la Orestía o cualquiera de las piezas posteriores dejando para otro momento el análisis de traducciones, versiones y adaptaciones para la escena de los textos clásicos como la trilogía realizada en 1959 por José María Pemán y Francisco Sánchez Castañer o algunas más actuales como la Orestíada representada en el Festival de Teatro de Mérida en 1985 bajo la dirección de Manuel Canseco, realizada en colaboración por Francisco Rodríguez Adrados y Domingo Miras; la versión de la trilogía de Álvaro del Amo dirigida por José Carlos Plaza y representada en 1990, publicada en el mismo año por el Centro Dramático Nacional; la versión de Electra realizada a través del texto de Giraudoux por Fermín Cabal y representada en el Festival de Teatro de Mérida en 1997 o el original espectáculo Elektra que realizó el grupo Atalaya a partir de los textos adaptados de Esquilo, Sófocles, Hofmannsthal y Müller y que puso en escena con gran éxito durante el año 1998. Queremos agradecer, pese a la exclusión que finalmente nos hemos visto obligados a realizar de estos capítulos, la generosidad de autores y directores como Fermín Cabal o Manuel Canseco que nos facilitaron vídeos, textos y toda la documentación sobre dichas representaciones. Además quedan fuera de este trabajo, por razones de extensión, las obras pertenecientes a la dramaturgia gallega y catalana, así como el ingente Corpus de obras latinoamericanas que se interesan por la familia de Agamenón y su tragedia. Incluimos, como excepción, la obra de María José Ragué porque contaba con un original inédito en castellano y porque diferentes estudios de conjunto sobre el teatro de tema clásico en nuestro siglo han sido elaborados por ella misma. En cuanto al teatro en lengua castellana, dada la multitud de obras relacionadas con el tema, ha sido necesario realizar una selección. Dejamos fuera del estudio la obra de Benito Pérez Galdós, Electra, a la que nos referimos sólo a grandes rasgos, ya que ésta se sitúa en la fi-ontera entre el siglo XIX y el XX y, aunque es significativa en el paso de una etapa a otra y en la nueva forma de afi-ontar los temas míticos, había sido objeto de diversos estudios por parte de prestigiosos críticos. Por otra parte, finalmente, decidimos dejar a un lado obras como el Orestes I de Sánchez de Neyra y Ximénez de Sandoval o Las Erinias de Pablo Puche, puesto que no ofi-ecían elementos suficientes para establecer el cotejo intertextual que pretendíamos. Además excluimos el estudio de otras obras relacionadas con el mito de los Atridas cuyo argumento queda en la frontera de los temas que tratamos, como la pieza de Luis Riaza, Calcetines, máscaras, pelucas y paraguas o aquellas obras que aluden o evocan el mito en tanto que el argumento de las mismas recrea otra historia diversa, como ocurre en las piezas de Julián Gállego, Fedra o de Salvador Monzó, Ulises o el retorno equivocado. Según esta selección, el análisis comienza en las reelaboraciones del mito a partir de la posguerra y concluye en la década de los noventa. La delimitación temática nos lleva también a la exclusión de autores que resultan significativos dentro del panorama literario español y que se han interesado por los temas trágicos clásicos pero que no cuentan en su repertorio con ninguna obra que trate la leyenda de los Atridas, así ocurre con figuras como José Bergamín, Gonzalo Torrente Ballester, Antonio Buero Vallejo, Antonio Gala, Carmen Resino, Concha Romero y tantos otros. Por lo tanto, tras un rápido repaso por las piezas clásicas desde Homero a Emilio Draconcio, nos centraremos en el análisis de cada una de las obras modernas partiendo de la Electra de José María Pemán para concluir con Los restos. Agamenón vuelve a casa de Raúl Hernández Garrido. En consonancia con cada una de las piezas tratadas y dependiendo del tipo de relación que establece con la tragedia clásica, hemos desarrollado el estudio desde diferentes puntos de vista que pretenden adecuarse a las características de las piezas. Agradecemos desde estas páginas la colaboración de todos los autores que han contribuido con su creación y con su disponibilidad a la realización del presente estudio; la ayuda y guía de los Dres. Virtudes Serrano, Rosa M" Iglesias, Consuelo Alvarez, Francisca Moya, José García López, Esteban Calderón, Mariano Valverde, Javier Díez de Revenga, Mariano de Paco y Concepción Morales; la ayuda que nos prestó el "Departamento de Filología Clásica" de la Universidad de Murcia, el "Istituto di Lingue e Letterature Neolatine" de la Universidad de Bérgamo y el área de griego del "Departamento de Prehistoria, Historia Antigua, Filología Griega y Filología Latina" de la Universidad de Alicante, y la hospitalidad del área de italiano de la Universidad de Salamanca. Queremos manifestar nuestro reconocimiento a los Dres. Vicente González, Manuel Gil Rovira, Francisco Aura, Gregorio Hinojo, Michael von Albrecht, Luigi Enrico Rossi, Dario Del Corno, Andrés Pociña y Jaime Siles. Expresamos nuestra gratitud, muy especialmente, a las Dras. Alicia Morales y M" Paz López Martínez, por la paciencia y el apoyo que con tanta generosidad nos han dispensado durante la realización del libro*. * Esta publicación se ha realizado en el marco de una Beca de Investigación concedida por CajaMurcia dentro del Proyecto de la DGICYT BFF 2000-0085.