SANSÓN Y LA LEY DE LA TIERRA FIRME La confianza es el cimiento del liderazgo (Jueces 13.2-16.31) La historia de un líder sobre sus éxitos y sus fracasos es lo que hace o deshace su credibilidad. Se puede comparar con ganar y gastar cambio del bolsillo de un pantalón. Cada vez que tú tomas una buena decisión de liderazgo, metes algo de cambio en tu bolsillo y cada vez que tomas una mala decisión tienes que pagarla sacando cambio de tu bolsillo. Cada líder tiene una cierta cantidad de cambio en su bolsillo cuando empieza una nueva posición de liderazgo. De allí en adelante él mete más cambio en su bolsillo o saca para pagar por sus errores. Para ganarse la confianza de los demás, un líder debe de ejemplificar tres cualidades: aptitud, conexión y carácter. La gente pasará por alto errores ocasionales basados en la habilidad, especialmente si pueden ver que es parte de tu crecimiento como líder, pero no confiarán en nadie que tenga resbalones en su carácter. En esta área, aún los lapsos ocasionales son letales. No existe un líder que después de destruir la confianza de su gente espere poder seguir influenciándolos. La confianza hace que el liderazgo sea posible. Todos dirían que Sansón hubiera sido uno de los líderes más grandiosos de Israel, pero como sabemos, él llegó a ser uno de los peores. ¿Cómo alguien pudo empezar tan bien y terminar tan mal? Sansón aprendió por las malas que la confianza provee el cimiento para todo liderazgo genuino. Este hombre impetuoso, volátil, lascivo, caprichoso, emocional e impredecible nos da un buen ejemplo de lo que es ser un mal líder. Ya que nadie confiaba en él, nadie le seguía. Síntomas de líderes en apuros Los líderes que erosionan la tierra firme de un liderazgo confiable generalmente exhiben uno o más de los siguientes síntomas. Líderes en apuros ... 1- No corrigen sus debilidades en el carácter. Sansón luchaba con la inmoralidad sexual. Se casó con una mujer pagana, se costaba con prostitutas y finalmente Dalila lo destruyó. Cada vez que un líder se olvida de reparar sus defectos de carácter, estos empeoran. 2- Utilizan el engaño para resguardarse. La gente que coquetea con la desobediencia frecuentemente engaña a los demás para protegerse a sí misma. A Sansón le gustaba usar acertijos para burlarse de los demás. Él nunca dijo la verdad, lo cual le trajo desconfianza y traición más adelante. 3- Actúan impulsivamente. Una y otra vez Sansón mostró su impetuosidad. Escogió a su esposa a la ligera. Hizo apuestas sin pensar y más de una vez su corazón impulsivo lo llevó a batallas sangrientas. Un líder que no puede controlar su temperamento arriesga la vida de los demás y de sí mismo. 4- Son derrotados por un área de debilidad. El pecado eventualmente consume a cualquiera que le dé rienda suelta. Sansón se encontró con un oponente de igual calibre en Dalila. El engañador se convirtió en el engañado, el seductor se convirtió en el seducido. Él perdió en un juego muy peligroso que le costó todo. 5- Usan mal los talentos dados por Dios. Sansón poseía una fuerza inmensa y una unción de Dios pero dio por hecho que ambas cualidades no se acabarían. Muchas veces Sansón usó, para venganza personal, el talento de la fuerza dado por Dios, que le fue entregado para liberar su pueblo. Cuando un líder no usa correctamente los talentos que Dios le da, tendrá serias consecuencias que son inevitables. Cuando los líderes pierden su disponibilidad de aprender. La naturaleza arrogante, indisciplinada y egocéntrica de Sansón hizo que no se le pudiera enseñar. ¿Qué sucede cuando los líderes pierden esa capacidad de ser ense-ñados correctamente? 1- Se apoyan en su propia fuerza y comprensión. Los líderes a los que no se les puede educar pierden la conexión con Dios y con su gente. Ellos se apoyan en su propia fuerza y no buscan la guía de Dios ni de los demás. Sansón repetidamente usó la fuerza bruta y la violencia para hacerle frente a las dificultades. Cuando fue avergonzado en su fiesta de bodas, mató a 30 hombres Cuando los hombres de Judá lo entregaron a los filisteos, él les dio una paliza causando la muerte a 1,000 hombres. Cuando fue encontrado con una prostituta, rompió las puertas de la ciudad de Gaza. Sansón no aceptó el consejo de sus padres, ni de su gente, ni buscó la guía de Dios. Aún peor, Sansón nunca reconoció que Dios fuera la fuente de su fuerza. Él pasó de ser un hombre ungido a ser un hombre arrogante. 2- No aprenden de sus errores. La vida de una persona va hacia arriba o hacia abajo dependiendo de si su falla es hacia delante o hacia atrás. La falla se convierte en un error si no se aprende de ello. La vida de Sansón nos revela que él no tuvo ningún momento de progreso, lo único que vemos es una espiral descendiente. Para que los líderes aprendan de sus errores ellos deben ser. .. lo suficientemente grandes como para admitir sus fallas. Sansón culpaba a todos los demás por sus problemas. Él nunca admitió su pecado o se humilló a sí mismo ante Dios. lo suficientemente listos como para sacar ventaja de sus fallas. Una cosa es saber que estás equivocado, y otra muy diferente es saber por qué te equivocaste. lo suficientemente fuertes como para corregidas. Si no puedes implementar lo cambios necesarios, no podrás progresar ni tú ni tu situación. 3- Ellos reaccionan en lugar de dirigir. Mientras que los buenos líderes son activos, las personas que no se dejan enseñar casi siempre sólo reaccionan. Cuando Sansón vio a la hija de Timnat, él inmediatamente la pidió en matrimonio. Cuando su prometida se casó con el padrino de la boda, él quemó los campos de los filisteos. Sansón se la pasó reaccionando hasta el día de su muerte y dejó a su pueblo sufriendo la opresión filistea. 4- Se les vence fácilmente. La gente que no es educable siempre pierde. Ni siquiera un gran talento (como el de Sansón) puede llevar a una persona muy lejos. El defecto de carácter de Sansón que' nunca reparó debido a que su espíritu no quería ser enseñado, lo llevó a una erosión moral y a un pecado que no corrigió, terminando por ende en su propia destrucción. ¿Quién sabe lo que le hubiera pasado a Sansón si él se hubiera conectado con Dios humildemente o si hubiera buscado la guía de su gente, responsabilizándose ante ellos.