RESPONSABILIDAD CIVIL: reclamación de daños y perjuicios La responsabilidad civil es la obligación de indemnizar que surge cuando se produce un incumplimiento. Puede producirse por el incumplimiento de un contrato o por vulnerar el principio general de no causar daño. Podemos dividir así la Responsabilidad Civil en dos tipos: ­ Contractual, recogida en el artículo 1.101 del código civil “Quedan sujetos a la indemnización de los daños y perjuicios causados los que en el cumplimiento de sus obligaciones incurrieren en dolo, negligencia o morosidad, y los que de cualquier modo contravinieren al tenor de aquéllas”. Existe una vinculación previa de las partes mediante un contrato. Ante el incumplimiento de las obligaciones derivadas de ese contrato, surge la responsabilidad. El plazo de prescripción para ejercitar la acción por responsabilidad contractual es de 15 años (art.1.964 cc). ­ Extracontractual, reflejada en el artículo 1.902 del código civil “El que por acción u omisión causa daño a otro, interviniendo culpa o negligencia, está obligado a reparar el daño causado”. Aquí no existe una previa vinculación entre las partes. Simplemente, cuando se produce un daño, existe la responsabilidad de repararlo. El plazo de prescripción para ejercitar la acción por responsabilidad extracontractual es de 1año (art.1.968 cc). Este corto plazo de tiempo ha sido matizado por la Jurisprudencia, defendiendo que dicho plazo de prescripción sólo se inicia desde que se conoce el alcance de los perjuicios. Es importante sobre todo a efectos de la existencia de daños personales, puesto que sólo tras un período de tiempo en que se haya producido la sanación o la determinación de las secuelas, se podrá ejercitar la acción. La Jurisprudencia del Tribunal Supremo viene fijando como fecha de inicio del cómputo del plazo de prescripción: ­ Alta médica definitiva. ­ “Determinación Invalidante de las secuelas” (alcance o efecto definitivo de las secuelas). ­ “Estabilización lesional” (las lesiones quedan fijadas y determinadas sin que pueda existir un tratamiento terapéutico o curativo posterior). Ahora bien, ¿cuándo se dan las circunstancias para que exista esa obligación de responder? 1.­ Debe existir un incumplimiento de las obligaciones establecidas en el contrato (responsabilidad contractual) o la realización de una acción o por el contrario, una omisión de realizar algo, que produce el resultado dañoso (responsabilidad extracontractual). 2.­ Ese incumplimiento contractual, esa acción u omisión deben provocar un daño a otro, ya sea moral, corporal o patrimonial. Debe ser la causa del resultado dañoso producido. Ha de existir un nexo causal que relacione directamente ese incumplimiento de una obligación contractual, esa acción u omisión, con el resultado lesivo. 3.­ El comportamiento dañoso debe ser atribuíble al sujeto que lo realiza por obrar con culpa o dolo, es decir, en caso de que se pruebe que se actuó de manera diligente, nunca existirá responsabilidad. La acción será cualquier actuación positiva con intención o ánimo lesivo,o exista falta de previsión de un resultado que debió preverse como dañoso, que provoque un resultado lesivo efectivo que se deberá indemnizar. La omisión se produce cuando existe una abstención con la intención de dañar o cuando el causante no ha tomado las precauciones necesarias para evitar un daño previsible. Sin embargo existe también la denominada responsabilidad objetiva, en la que el sujeto no queda exonerado en caso de diligencia. En estos casos el daño debe ser resarcido independientemente de la culpa del civilmente responsable. Por ejemplo, el artículo 1.910 del código civil dice que “El cabeza de familia que habita una casa o parte de ella, es responsable de los daños causados por las cosas que se arrojaren o cayeren de la misma”. En este caso no es necesaria la existencia de la culpa para que surja la obligación de indemnizar. La Teoría del Riesgo apoya este tipo de responsabilidad objetiva. Según esta doctrina si una actividad se realiza para obtener beneficios propios y dicha actividad implica riesgos para los demás, si en algún momento ese riesgo llega a hacerse real y efectivo, provocando un daño, la persona que se beneficiaba de esa actividad deberá hacerse cargo de los daños causados. Así por ejemplo responderá una empresa fabricante de un producto por el mero hecho de fabricarlo, el empresario por su empleado, o el conductor de un vehículo por el riesgo creado con su conducción.