Los valores agregados de las Kamayoqs: trabajos en mejoramiento genético de la alpaca Celia Díaz Mesa, de la asociación Chuntapata en Yanacocha, Cusco, ha sido alpaquera desde los siete años. Ahora que tiene 27 y recuerda las técnicas de empadre y trasquile que le enseñaron desde muy pequeña, reconoce que la falta de información en esos tiempos le costaron muchas veces grandes pérdidas de dinero y que incluso llegó a pensar en que su situación económica no mejoraría nunca con el negocio de la alpaca. Ella fue elegida presidenta de la octava promoción de la escuela de Kamayoqs Alpaqueras gracias a sus habilidades sobresalientes de comunicación y su espíritu ágil para las clases de gestión empresarial. “Yo quiero especializarme en el negocio del valor agregado de las alpacas”, manifiesta Celia. Es por eso que es la cabeza de la exposición de artesanías, el cuarto stand de la feria final del año académico Kamayoq en Toxaccota, Cusco. Celia empieza a contar como era la experiencia antes de conocer los métodos que Soluciones Prácticas les dio en la escuela. “Vendíamos todo lo que teníamos y a precios bajos, porque nuestra técnica de esquile era pobre”, confiesa. La manera de almacenamiento ensuciaba la lana recuperada. Ahora saben que una manera más simple, enrollarla como tambor, aumenta el valor de la fibra y más aún si es guardada en yute. “Aprendimos que hay que ponerles arete a las alpacas en vez de marcarlas con pintura”, continúa Celia. Sobre el empadre o apareamiento de los animales, supieron que este no debe ser entre todos, sino seleccionar aquellos varones sanos y libres de anormalidades para tener una lana de primera calidad. “Las del rizo más grueso son las mejores para el empadre”, comenta Isabel Sulco, parte de la promoción alpaquera. “Además un manejo de pastos equilibrado, incluyendo alfalfa, trébol, Rye grass inglés e italiano dará un mejor brillo al ganado, y tendremos una mejor producción”, asegura la ahora experta campesina. Celia prosigue con el plan que tienen en su comunidad para organizarse y empezar a comercializar los trabajos de artesanos. “Trabajamos una fibra de primer nivel con teñidos naturales y diseños originales. ¿Cómo no aprovechar la oportunidad que Soluciones Prácticas nos ha dado para exponer nuestro trabajo más allá de nuestro pueblo?”, se pregunta al hablar de las clases de exportación que ha recibido. La idea del negocio, según detalla Celia, es que en unos años sea su principal fuente de ingreso. Solo falta una reunión más de las Kamayoqs de esta octava promoción para dar por concluida la enseñanza de este año. Sin embargo, ellas siguen pidiendo más clases de gestión empresarial, con las que puedan asegurar la sostenibilidad de lo aprendido. “Queremos tener más herramientas para negociar con los grandes monopolios y que no se aprovechen de nuestro trabajo”, se proyecta Celia. Uno de los objetivos que tenía la escuela para esta última promoción era la de seguir con un grupo que se dedique a la venta de valores agregados, y visiones de desarrollo como las de Celia le dan muchos más motivos para seguir apoyándolas.