“Una visita inesperada “ Celia tiene 9 años y es una niña muy curiosa que siempre quiere saber el porqué de todo lo que le rodea. Le encanta el microscopio que le ha regalado su abuelo. Es un gran científico y ha recibido muchos premios. De mayor quiere ser como él. A Celia le gusta mirar y observar las cosas pequeñas que se encuentra por su casa, por la calle, en el colegio…. Un día mirando por el microscopio se quedó sorprendida porque vio que unas partículas diminutas le estaban haciendo señales. Poniendo mucha atención entendió lo que le intentaban decir: “Por favor, ayúdanos, queremos conocer nuestro origen, saber de dónde venimos.” Celia les dijo: “No os preocupéis, yo responderé vuestras dudas. ¿Por qué preguntáis esto?” “Necesitamos descubrir qué misteriosa fuerza nos mantiene juntas”, le dijeron ellas. Al día siguiente Celia se fue a la biblioteca a buscar información. Después llamó a su tía Elisa para preguntarle cosas sobre los átomos y por la tarde le preguntó a su abuelo qué podía hacer para llegar a ser una gran científica. El abuelo le dijo: “Pues para eso tienes que estudiar mucho y así lograrás todo lo que te propongas.” Celia se puso a estudiar y a estudiar con muchas ganas, y así todos los días después del colegio hasta que encontró la respuesta: “¿Por qué las partículas están juntas? Porque si no fuera así nada existiría, ¡ni siquiera los humanos! ¿Tendrá que ver con el origen del Universo? Unos años después, como todas las mañanas, Celia se puso el abrigo cogió el maletín y se marchó a su laboratorio en el CERN. Encendió la luz del microscopio y saludó de nuevo a sus amigas las partículas, siempre dispuestas a trabajar. Había conseguido convertirse en una gran científica como su abuelo, que se sentía muy orgulloso de ella. Seguramente os estaréis preguntando por qué Celia quería ser científica. Pues veréis: su gran curiosidad desde que era una niña y aquella visita inesperada de las partículas habían sido el principio de su vocación.