Rius vs. los Estados Unidos: ¿lo único dominante? (“Rius vs. USA: The only dominant issue?”) Kimby Josephson Rius. Osama, TíoSam: Por qué ama tanto el mundo a los Estados Unidos. México, D.F: Random House Mondadori, 2004. Eduardo del Río García, o Rius, crea un libro híbrido y da su relato sencillo de lo mal que ha hecho los Estados Unidos. Una mezcla de historia y los cómics (por lo general caricaturas políticas y otras formas gráficas), Rius intenta a deshacer la historia más conocida y enseñarles a las masas del papel poco discutido de los EE.UU. Lo hace cronológicamente como un texto histórico. Empieza con la independencia del país y resume los eventos y las guerras más importantes, hasta el punto de publicación del libro, los ataques terroristas en 2001 y la respuesta de los Estados Unidos. Rius hace un trabajo amplio que incluye todas las regiones del mundo y cómo los EE.UU. los ha afectado negativamente por motivos imperialistas. Explora las raíces de inestabilidad política y económica en países en desarrollo y saca la relación entre los desafíos de hoy y la explotación por países poderosos hace décadas o siglos. Claro que los EE.UU. ha jugado un papel dominante en el mundo y ha participado en esta explotación dañosa. Sin embargo, Rius ataca a los EE.UU. demasiado mientras omite las atrocidades pertinentes de otros países. Quiere echar la culpa de los problemas del mundo en desarrollo a alguien, y porque los EE.UU. todavía tiene gran presencia actualmente, es el mejor receptor de toda la crítica del autor. Además, Rius 1 niega casi toda la responsabilidad de los dominados; los trata como marionetas, manipuladas totalmente y jamás capaces de pensar solos. Rius pasa tiempo en muchas regiones del mundo y, por eso, comete el mismo error en casi todas. La debilidad de su ataque a los Estados Unidos se encuentra en la omisión de los horrores de poderes pasados, especialmente España, Alemania, y Rusia. Empecemos con la comparación entre el tratamiento de los indios por los estadounidenses y por los españoles. Los dos les mataron, persiguieron, y manipularon, pero Rius dice que, “los hispanos respetaron y trataron pacíficamente a las tribus indias” (13). Muchos historiadores argumentarían que los inca y los aztecas sufrieron mucho, por lo menos por la destrucción de sus culturas, las batallas sangrientas, su posición social inferior y el racismo. La omisión de estos crímenes dos siglos antes de lo que pasó en los Estados Unidos es ofensiva a los indígenas de Latinoamérica. Además, como Julio Cortázar hace evidente en su propia obra híbrida, Fantomas, el deber del autor es decirle la verdad a la gente. Quizá Rius diga la verdad, pero no dice toda la verdad. Rius destaca la subida de los Estados Unidos por su papel vital en las Guerras Mundiales. En la sección de la Segunda Guerra Mundial, Rius habla de la injusticia estadounidense, que los demás sufrieron políticamente y económicamente, pero no los EE.UU.: “De todos los aliados, fue el único país que no sufrió daño alguno dentro de sus fronteras y cuya economía no sólo quedó intacta, sino que salió fortalecida” (75). Falta un detalle muy importante: los EE.UU. entró en la guerra después de ser atacado por Japón en 1941. Falta otro hecho: cualquiera mención del holocausto. Por ser un libro que critica los motivos imperialistas, violentos, y injustos de un país poderoso, es extraño que no diga nada del genocidio cometido por los Nazis. La Alemania nazi fue un país dominante, y marchó por mucho de Europa, purgando los judíos y otras minorías y 2 adquiriendo nuevos territorios, como Polonia, Checoslovaquia, Finlandia, partes de Francia, Austria, Holanda…¿por qué no dice nada del imperialismo alemán? Rius deja la etapa histórica de la Segunda Guerra Mundial y sigue con la Guerra Fría. Cuando trata de deshacer la lógica en oponer los rusos, solo incorpora la ideología comunista, no la realidad. Tiene razón en decir que la oposición absoluta contra el comunismo fue extrema en la parte de los EE.UU. Sin embargo, hay que tener en cuenta la represión por los soviéticos bajo la excusa de comunismo. Rius declara que en los EE.UU. “había que inventar un nuevo enemigo…Ese ‘enemigo’ era el socialismo, bautizado por la propaganda como la gran amenaza comunista” (77). De hecho, la URSS mató a millones de personas, destruyó la economía, y borró los derechos de la población. Declara que la URSS fue “la real vencedora del fascismo y liberadora de media Europa,” pero los millones de muertos, torturados, y censurados soviéticos no estarían de acuerdo (113). URSS fue imperialista también. Como los Nazis, se extendió por Europa y Asia, creando bloques soviéticos—dominados— bajo el comunismo. Durante muchos años, fue un enemigo verdadero de los Estados Unidos y un dominante del mundo. En omitir los horrores cometidos por otros dominantes como España, Alemania, y Rusia, Rius pinta una imagen demasiado sencilla del mundo. Hay peligro de absorber su argumento sin cuestionarlo. Por la simplificación excesiva de la obra, solo los lectores que ya sepan suficiente de la historia mundial deben leer Osama TíoSam. La obra merece una audiencia que pueda cuestionar lo que dice Rius. No es un texto académico y es crucial que no se lo lean así. El mundo también debe saber de los horrores cometidos por España, Alemania, y Rusia; los EE.UU. no fue el primer dominante imperialista y no será el último. También debe saber de la responsabilidad que asumían los gobiernos nativos, incluyendo los de Latinoamérica, en oprimir, secuestrar, y matar a millones de sus poblaciones nativas, una responsabilidad negada por Rius. No permite que ningún 3 dominado haya pensado ni actuado; solo propone la idea que los dominados han sido totalmente manipulados. Esta idea de la discapacidad de los dominados de hacer nada se asemeja a la división entre los patos civilizados y los subdesarrollados en los cómics de Disney, criticada por Dorfman y Mattelart en Para leer al Pato Donald. Según los autores, Disney muestra los subdesarrollados (dominados) como completamente inocentes, sin la competencia de entender la manipulación por los patos (dominantes). Es un insulto por Disney, y es un insulto por Rius también. Rius amplia la diferencia entre los dominados y los dominantes, entre sus capacidades de pensar y actuar. Los del mundo en desarrollo sí pueden pensar y actuar, ¿por qué no los trata así? 4