Tema 7 El arte del siglo XIX: El movimiento romántico En las primeras décadas del siglo XIX se expandió por toda Europa un movimiento artístico y cultural conocido con el nombre de Romanticismo. El Romanticismo significó una nueva estética y un nuevo sentimiento que tenía como principales valores el amor a la libertad, la exaltación del individualismo y la defensa de los sentimientos frente al racionalismo del siglo anterior. Los artistas reclamaban una total libertad artística rechazando todas las normas del arte clásico griego y romano. La mayoría de los pintores románticos reflejan en sus obras los valores de la época. Los rasgos de la pintura romántica son: el movimiento, el color y la luz y el paisaje. En Europa destacan: Gericault y Delacroix La libertad guiando al pueblo (1830): el lienzo representa una escena del 28 de julio de 1830 en la que el pueblo de París levantó barricadas. El rey Carlos X de Francia había suprimido el parlamento por decreto y tenía la intención de restringir la libertad de prensa. Los disturbios iniciales se convirtieron en un levantamiento que desembocó en una revolución seguida por ciudadanos enojados de todas las clases sociales. No existió un único cabecilla. Por eso Delacroix representa a la Libertad como guía que conduce al pueblo. Tampoco está representada de una forma abstracta, sino que es una figura alegórica muy sensual y real. El espectador sólo tiene dos posibilidades, el unirse a la masa, o el ser arrasado por ella. El pueblo es la unión de clases: se representa al burgués con su sombrero de copa y empuñando el fusil, al lado un andrajoso y un herido que pide clemencia a Francia. Al fondo aparecen brumas y humos de la batalla que diluyen un barrio francés bastante realista. A los pies de la Libertad un moribundo la mira fijamente indicándonos que ha valido la pena morir por ella. La muerte de Sardanápalo La pintura inglesa pudo haber influido en esta obra, que fue duramente criticada en el Salón de 1829 por su brillante colorido, su pincelada excesivamente libre y su falta de acabado. Lord Byron había relatado la historia del disoluto emperador Sardanápalo, y sus versos Sardanápalo inspiraron el cuadro de Delacroix. Sardanápalo, el último de una serie de decadentes monarcas asirios, está sitiado sin ninguna posibilidad de supervivencia. Delacroix elige el momento en el que Sardanápalo ordena que traigan ante él todas sus pertenencias: mujeres del harén, caballos y guardias. Todos van a ser ejecutados y, finalmente, consumidos junto a él por el fuego. La balsa de la Medusa es una hecha por el pintor y litógrafo francés del Romanticismo Théodore Géricault entre 1818 y 1819. La pintura fue terminada cuando el artista tenía menos de 30 años y se convirtió en un ícono del Romanticismo francés. Es una pintura de formato grande (491 cm × 716 cm) que representa una escena del naufragio de la fragata de la marina francesa Méduse, que encalló frente a la costa de Mauritania el 5 de julio de 1816. Al menos 147 personas quedaron a la deriva en una balsa construida apresuradamente y todas ellas, excepto 15, murieron durante los 13 días que tardaron en ser rescatadas. Los supervivientes debieron soportar el hambre, la deshidratación, el canibalismo y la locura. El evento llegó a ser un escándalo internacional, en parte porque sus causas fueron atribuidas a la incompetencia del capitán francés que actuaba bajo la autoridad de la reciente y restaurada monarquía francesa. Al seleccionar esa tragedia como el tema de su primer trabajo importante –una descripción que no le había sido encargada de un evento reciente– Géricault conscientemente seleccionó un incidente muy conocido que pudiera generar un gran interés público y, al mismo tiempo, ayudarlo a comenzar su carrera. El evento en sí fascinó al artista quien, antes de comenzar a trabajar en la pintura final, emprendió una investigación intensa y realizó muchos bocetos preparativos. Entrevistó a dos de los supervivientes y construyó un modelo detallado a escala de la balsa. Su empeño lo llevó a ir a morgues y hospitales donde pudiera ver de primera mano el color y la textura de la carne de los agonizantes y los muertos. Como el artista había anticipado, la pintura probó ser altamente polémica en su primera exhibición en el Salón de París de 1819, y atrajo tanto elogios apasionados como condenas. No obstante, esto estableció su reputación internacional, y el cuadro es aún hoy ampliamente considerado una obra seminal 3 en la historia temprana del Romanticismo en la pintura francesa. Fue adquirida por el Louvre poco tiempo después de la muerte prematura del artista a los 32 años..