La literatura del siglo XVIII

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LA LITERATURA DEL SIGLO XVIII
1.− EL SIGLO XVIII
En esta época hay un crecimiento demográfico y una mejora del nivel de vida. Es importante el
crecimiento de la población en las ciudades.
La necesidad de alimentos favorece el desarrollo de la agricultura, lo que lleva a la revolución industrial.
Este auge industrial ocurre primero en Inglaterra y con más l lentitud en otras partes de Europa. Progresan el
comercio y los medios de transporte, se hacen caminos más modernos, se perfecciona la navegación, se
construyen puertos, etc.
En el siglo XVIII perduran las monarquÃ-as absolutas, pero ahora es la época del Despotismo Ilustrado,
con la famosa consigna Todo para el pueblo, pero sin el pueblo. Los polÃ-ticos ilustrados intentan separar el
poder civil del poder religioso, mejorar la agricultura, impulsar la industria y modernizar la Administración.
El suceso histórico más importante es la Revolución Francesa. España comienza el siglo XVIII con
una profunda crisis polÃ-tica tras la desaparición de la dinastÃ-a de los Austrias y la sustitución por los
Borbones. En la economÃ-a española, sin embargo se produce un notable progreso.
A lo largo del siglo se fundaron importantes instituciones culturales: Biblioteca Nacional, Real Academia
Española, Real Academia de Historia, Academia de Bellas Artes de San Fernando
2.− LA ILUSTRACIÓN
Se denomina Ilustración al movimiento filosófico y polÃ-tico caracterÃ-stico del siglo XVIII o siglo de
las luces.
Para los ilustrados el conocimiento ha de basarse en la razón y no en la tradición, en las costumbres o en lo
dicho por los antiguos escritores. El saber favorece el desarrollo cientÃ-fico y técnico de ahÃ- que hay
numerosos inventos y descubrimientos como la electricidad, el microscopio, la máquina de vapor, el
telescopio, etc. Si la religión era importante el Barroco, ahora se da importancia a lo materialista, lo
importante es aquello que es útil. Se cree que el progreso y la mejora en las condiciones de vida, dan
felicidad en la tierra. En el terreno religioso se extiende el deismo (creencia en un ser superior) y el ateismo.
Se publican en Francia los volúmenes de la Enciclopedia, obre que, en forma de diccionario, resume el saber
de la época. Se propagan ideas como la eliminación de la esclavitud, de la servidumbre y de la tortura, la
tolerancia religiosa, la igualdad de derechos, la extensión de la enseñanza, etc. En la estética se vuelve al
clasicismo francés y a los modelos clásicos greco−latinos. Es el llamado Neoclasicismo, donde las obras
de artes están también sujetas a la razón. En literatura se distingue entre lÃ-rica, épica y dramática y
se separan la tragedia de la comedia.
3.− LA PROSA
Muchas de las obras del siglo XVIII pretenden divulgar las ideas ilustradas y contribuir a la reforma de la
sociedad. La mayorÃ-a de ellas están escritas en prosa. En esta época aparecen también los primeros
periódicos, revistas especializadas, calendarios y pronósticos. Esto lleva a que aumente el consumo de la
literatura y a que haya un mayor número de lectores. La prosa narrativa desparece a principios del XVIII.
Solo se pueden nombrar algunos narradores como Diego de Torres Villarroel o José Francisco de Isla.
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El género literario en prosa preferido por los escritores de la Ilustración fue el ensayo, que es una
composición cuyo fin es enseñar y trata de diversos temas. Con los ensayos, los autores pretendÃ-an
defender los ideas del Siglo de las Luces. Los ensayistas más notables son:
BENITO JERÓNIMO FEIJOO, que en sus obras arremete contra la cultura barroca.
IGNACIO LUZÃN, autor de la Poética, donde establece las normas que deben cumplir las obras para
ajustarse a la nueva época.
JOSÉ DE CADALSO, cultivó también la poesÃ-a y el teatro, destacó sobre todo como prosista. Sus
tres obras principales son: Cartas marruecas, Noches lúgubres y Los eruditos a la violeta.
MELCHOR DE JOVELLANOS, el más sobresaliente de los ilustrados españoles, compuso poemas y
alguna obra teatral, pero se distinguió por la prosa, donde abordó los problemas importantes del paÃ-s y
expuso sus ideas para resolverlos. Algunas de sus obras son: Informe sobre la ley agraria, Memoria sobre
educación pública, Memoria sobre espectáculos
4.− LA POESÃA
Durante el siglo XVIII se produce lentamente el paso de la poesÃ-a barroca a la poesÃ-a ilustrada. Se tiende a
hacer más sencilla la poesÃ-a con estructuras menos complejas y mayor ligereza rÃ-tmica. La poesÃ-a
ilustrada triunfa con autores como Cadalso, Jovellanos, Nicolás Fernández de MoratÃ-n y su hijo Leandro
Fernández de MoratÃ-n y los fabulistas Félix MarÃ-a de Samaniego y Tomás de Iriarte. El poeta
ilustrado más importante es Juan Meléndez Valdés.
Los temas de la poesÃ-a ilustrada son: alabanza a las bellas artes, las novedades cientÃ-ficas, el elogio de la
amistad, el rechazo de la ignorancia y la superstición, la condena de los vicios, la fe en el progreso la
perfección del ser humano a través de la educación
Es muy caracterÃ-stica la anacreóntica, composición de metro corto y estrofas breves de tono alegre que
exalta el amor.
A finales de siglo puede hablarse de poesÃ-a prerromántica, formada por poetas jóvenes próximos a las
ideas de la Revolución Francesa como: Alvarez Cienfuegos, José Quintana, José Marchena
5.− EL TEATRO
El teatro barroco siguió siendo el preferido durante mucho tiempo. Por eso el teatro neoclásico tuvo que ser
impuesto desde el poder. Lentamente las obras ilustradas ocuparon las carteleras teatrales, aunque el género
dramático más aceptado fue el sainete, que es una pieza breve de carácter cómico que se representaba
en los entreactos de las obras mayores.
El más destacado autor de sainetes fue RAMÓN DE LA CRUZ quien refleja en sus obras la vida popular
y las costumbres madrileñas.
La comedia neoclásica, no alcanzó tampoco el éxito popular hasta muy tarde con las obras de MoratÃ-n.
LEANDRO FERNÃNDEZ DE MORATÃN. Importante poeta, destacó sobre todo como dramaturgo,
aunque solo escribió cinco comedias. En El viejo y la niña, El barón y El sÃ- de las niñas se
desaprueban los matrimonios concertados. La comedia nueva o El café satiriza las obras teatrales que
gustaban al público de la época. La mojigata critica la hipocresÃ-a religiosa y la mala educación de los
jóvenes.
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MoratÃ-n utiliza un lenguaje sencillo y adecuado a cada personaje.
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