1. PREÁMBULO. Colegio “San José” Cuento de la solidaridad. - Dime, ¿cuánto pesa un copo de nieve?- preguntó un colibrí a una paloma. - Nada fue la respuesta. -Si es así, he de contarte una historieta- dijo el colibrí. Me posé en la rama de un pino, cerca de su tronco. Empezaba a nevar, no era la nieve de una fuerte tempestad, era como un sueño sin ninguna herida ni violencia. Como no tenía nada que hacer, empecé a contar los copos mientras caían sobre las ramas de mi tronco. El número exacto fue de 3.741.952. Cuando cayó sobre la rama el siguiente copo (sin peso, como tú dices) la rama se rompió. Dicho esto, el colibrí levantó el vuelo. La paloma, una autoridad en la materia desde el tiempo de Noé, se paró a reflexionar y, pasados unos minutos, se dijo: ¨ Quizá tan sólo sea necesaria la colaboración de una persona más para que la solidaridad se abra camino en el mundo.¨ 2. INTRODUCCIÓN. Abrir la puerta y salir a la búsqueda del sentido de la existencia es el GRAN RETO al que tienen que enfrentarse los niños, los adolescentes y los jóvenes en el proceso de desarrollo de su personalidad. Un reto singularmente complejo en un mundo en el que el TENER se presenta como valor absoluto, y el COMPRAR, como el máximo horizonte de felicidad. Un reto necesario por el vacío y la insatisfacción que realmente provocan el tener y el comprar al margen del SER, al margen de la grandeza, del misterio y de las posibilidades de la naturaleza humana. Un reto además, incuestionable, ante la realidad de un mundo en el que prácticamente la mitad de la humanidad NO TIENE ni el mínimo imprescindible para su subsistencia. EDUCAR es HUMANIZAR. Es desarrollar en todas y cada una de las personas su potencial más profundamente humano. Es acompañar al ser humano en el proceso de construcción de un proyecto personal de vida y de felicidad. Un proyecto de vida que dé sentido a la propia existencia. Es contagiar esperanza en nuestras manos, teniendo la posibilidad de darle forma y sentido a un mundo mejor, más feliz, más digno. Educar es también, iniciar el viaje de la vida abriendo horizontes y mostrando senderos. La educación se ve obligada a proporcionar las CARTAS NÄUTICAS de un mundo complejo y en perpetua agitación y, al mismo tiempo, la BRÜJULA para poder caminar por él. Para que los niños, los adolescentes y los jóvenes puedan ponerse en camino, o puedan emprender su viaje al encuentro con el sentido de su existencia, necesitan – para no perderse- interiorizar modelos de vida, y criterios y comportamientos morales, ¨ valores ¨ que sean válidos y solventes, y que les puedan servir de guías y de referentes para el desarrollo de su autonomía moral. Es indiscutible que los grandes valores resultan imprescindible: valores como la justicia, la solidaridad, la paz, la igualdad. Es igualmente indiscutible que hacia esos valores existe, sin duda, una cada vez mayor sensibilidad social. Desde el punto de vista educativo hasta han llegado a considerarse como contenidos. Pero también es cierto que, a pesar de la creciente sensibilidad hacia los valores, se trata de valores lamentablemente cada vez más incumplidos. ¿Cuáles son los motivos que generan esta situación en nuestro mundo y en nuestra vida cotidiana? En primer lugar, al olvido o la ignorancia de lo que realmente son esos valores: ¨ Ideales de comportamiento y de existencia que los seres humanos apreciamos, deseamos y buscamos ¨ Son horizontes de vida que hay que alcanzar; metas que hay que conquistar; sueños posibles con los que tenemos que trabajar para que algún día puedan hacerse realidad. Son ¨ grandes valores ¨ que, para su realización, requieren de lo que podríamos llamar los ¨ pequeños valores ¨, los valores cotidianos; aquellos valores que tenemos que vivir en las relaciones con las personas y con los acontecimientos que configuran el día a día, nuestra existencia. Valores como: ternura, responsabilidad, esfuerzo, honradez, generosidad, esperanza, sacrificio, ilusión, sensibilidad, voluntad, compasión, bondad. El segundo motivo, es el olvido de la importancia radical que tienen para la vida los que hemos llamado ¨ pequeños valores ¨. Son precisamente los que pueden posibilitar y hacer realidad los ¨ grandes valores ¨. Recuperar estos valores es uno de los más grandes retos, y una de las mayores responsabilidades a las que hoy debemos enfrentarnos como educadores. No hemos tenido que pensar mucho, para encontrar el valor que más frecuentemente se manifiesta en el Colegio. Rápidamente todos a una hemos dicho: nuestro valor es la solidaridad. 3. ¿CÓMO DEFINIMOS LA SOLIDARIDAD? Según el diccionario, la solidaridad es una actitud de adhesión circunstancial a la causa o empresa del otro. Solidaridad es ternura, compasión, sensibilidad, generosidad, desprendimiento, caridad hacia los que sufren, y solamente se avanza hacia ella por este camino. Y aunque todos los graves problemas del mundo pueden ser agrupados bajo el epígrafe de la indiferencia generalizada ante el sufrimiento humano, también es cierto que existen personas capaces de responder a este sufrimiento con gestos y acciones sencillos, pero auténticamente solidarios. 4. ¿CÓMO SE TRABAJA EN EL COLEGIO? Se trabaja a varios niveles: Desde la oración de la mañana en la que presentamos al Padre todas las necesidades del mundo y le pedimos un corazón compasivo y tierno y, una mente abierta para salir al encuentro de los que más nos necesitan. Ayudando a tomar conciencia de pequeñas acciones y situaciones solidarias en las relaciones con los compañeros, es decir, compartiendo los equipos de trabajo, la goma, el libro, el bocadillo,.... Desde la asamblea: ante situaciones familiares o del pueblo necesitado de acciones solidarias: acompañando, charlando, compartiendo,…o ante las distintas campañas de solidaridad que se dan a lo largo del año en la parroquia o en organizaciones no gubernamentales, apoyados por catequesis, cuentos, parábolas, documentos,… Mediante biografías, vídeos,... de personas que han trabajado por un mundo más solidario y , son ejemplos a seguir: Teresa de Calcuta, Gandhi, Martin Luther King,... Buscando información, elaborando comentarios para la reflexión, cómics,... Haciéndose presente en el tercer mundo, mediante la cooperación con proyectos de algunas ONG de la comarca o desde la misma Congregación ( profesores voluntarios). Partipando con Organizaciones como Ahimsa, Proyecto Hombre, .... 5. ¿QUÉ RESULTADOS CONSTATÁIS EN LOS ALUMNOS? Una mayor sensibilidad ante los grandes problemas del mundo. Interés y estado de alerta ante los informativos, para después dialogar y compartir. Espíritu crítico ante las injusticias y ante las acciones insolidarias y ante la sociedad de consumo. Una mayor respuesta ante los proyectos solidarios del centro, de la parroquia o de las organizaciones no gubernamentales. Una mayor disponibilidad ante los compañeros a la hora de ayudarlos. Capacidad para desarrollar un aprendizaje , integrarse y colaborar en grupo e identificarse con hábitos de vida. Un mayor desarrollo de las capacidades afectivas y expresivas. Mejor percepción de valores y contravalores. 6. CONCLUSIÓN: Y aunque algunos sociólogos mantienen que la vigencia de la solidaridad ha desaparecido con el desarrollo de la modernidad, nosotros, que hemos apostado porque esto no sea así, podemos constatar que desde la ternura, la escucha, la empatía, el cariño, el desprendimiento,… es posible hacerle un hueco en el mundo a este gran valor y de hecho, creemos que lo tiene; y que la pequeña semilla que hoy estamos esparciendo en nuestros alumnos crece con rapidez en el momento presente y arraigará bien en tierra para dentro de unos años ver a estos mismos niños, como jóvenes-hombres, implicados en bonitos proyectos solidarios, de distintos ámbitos y organizaciones.