EL SEÑORÍO DEL SEÑOR EL SEÑORIO DEL SEÑOR (Revista Sana Doctrina) Pablo Boichenko "Sepa ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús que vosotros crucificasteis, Dios he hecho SEÑOR y CRISTO" (Hechos 2:36). Al presentar una serie de artículos sobre el SEÑORIO DEL SEÑOR, deseamos decir lo siguiente: En el día de Pentecostés, Dios quería hacer conocer la primerísima cosa a toda la case de Israel: que él ha hecho SEÑOR y CRISTO a aquel JESUS. Que ellos despreciaron, desecharon y crucificaron. Esta misma verdad, y con mucha más razón, la debe conocer todo renacido. El SEÑORIO DEL SEÑOR debe ser una bendita realidad en la vida, en el hogar, en el negocio, y en SU IGLESIA. El hombre por naturaleza es rebelde y quiere ser su propio señor y dueño. Su presunción le empuja a la independencia, pues se cree capaz de gobernarse a sí mismo y a lo que es suyo. Tal actitud nunca debería ser la de un hijo de Dios. Un alma recibida a misericordia, favorecida con el conocimiento de la verdad y guiada por el Espíritu Santo, no lo hace, y si llega a hacerlo se constituye tan transgresor como aquel que no viene al Señor. El creyente que no permite ejercer al Señor su SEÑORIO sobre su vida y sus bienes, fracasa en su misión como testigo suyo (Hechos 1:8). Por el contrario, todo aquel que voluntariamente entrega su vida al gobierno del Señor, le honra, y Ilega a ser fructífero y no será "estéril en el conocimiento de nuestro. Señor Jesucristo (2ª P. 1:9). Cristo el Señor, tiene pleno derecho sobre los suyos, y sobre lo que ellos por pura gracia han recibido de él, pues "lo que somos y tenemos, solo es nuestro en él" (Himno 383). Cristo el Señor, tiene pleno derecho sobre los suyos, porque son comprados por precio (Iª Corintios 6:20), "con la sangre preciosa" suya (1ª Pedro 1:19). Tanto el creyente individualmente, como su iglesia, la cual "ganó por su sangre" (Hechos 20:28), son su exclusiva propiedad. Donde el SEÑOR SEÑOREA, los hombres no discuten las Escrituras, sino que las obedecen. Y entonces, tanto hermanos coma hermanas, están en su lugar (Nehemías 8:7). Donde el Señor es oído, respetado y obedecido, hay deseo de someterse a su PALABRA, y hay anhelo de vivir una vida digna "de la soberana vocación de Dios. vocación santa... vocación celestial" (Filipenses 3:14; 2ª Tim. 1:9; Heb. 3:1). Asimismo donde el Señor no es obedecido, donde no le permiten ejercer su SEÑORIO, habrá desorden y anarquía espiritual, pues cada uno hará "lo recto delante de sus ojos" (Jueces 21:25). El Señor nos ayude a ser dóciles a SU SEÑORIO, de tal manera que para nosotros no sea esta reconvención: "Porque me Ilamaís Señor, Señor, y no hacéis lo que digo" (Lc. 6:46). EN SU IGLESIA Iglesias Cristianas Evangélicas en la República de Argentina www.asambleasdehermanos.com.ar Página 1 EL SEÑORÍO DEL SEÑOR Rosendo Hernández Todas las iglesias de Cristo es decir todas las iglesias en determinados lugares, pertenecen a él porque el Señor las compro con su sangre (Rom. 16:16; Hechos. 20:28). El Señor está permanentemente -"anda en medio" -- en cada una de sus iglesias (Apoc. 2:1). Desde el día que creímos fuimos comprados con precio (1ª Cor, 7:23; 1ª Pedro 1:18-19). y sellados con el Espíritu Santo como su propiedad o pertenencia (Efe. 1:13). El es nuestro Salvador y Señor o Dueño y nosotros sus siervos servidores, formando parte como miembros de su iglesia, donde nos corresponde reconocer, su SEÑORIO Y practicarlo con la obediencia. Muchos le reconocen solamente como Salvador de sus almas, pero no como SEÑOR de SUS VIDAS, porque muy poco se los ve en sus congregaciones. Hacen su propia voluntad independientemente de la de Cristo. No obedecen su Palabra y él tiene que decirles: "Por que me llamáis Señor, Señor, y no hacéis lo que digo" (Lc. 6.46). El Señor ejerce su SEÑORIO por medio del Espíritu Santo que mora en el creyente (I Cor. 3:16) y por el Espíritu le Ilamamos "Señor Jesús" (1ª Corintios 12:3). Llevar el yugo del Señor (Mateo 11:29), simboliza la sujeción y el reconocimiento de su SEÑORIO. Cristo exige una sumisión incondicional y esta la profesamos en el bautismo; morir para nosotros mismos y vivir para Él (Rom. 6:1-18). Cada iglesia de Cristo debe considerarse como una unidad para cumplir los mandamientos del Señor. El es el Gran Legislador. Todos los mandamientos son suyos y están contenidos en su Palabra. El es la cabeza sobre todas las cosas para la iglesia" (Efe. 1:22). Puede reconocerse el señorío de Cristo a partir de la conversión, pero se lo debe practicar públicamente a partir del bautismo. EL SEÑORÍO DEL SEÑOR SE EVIDENCIA EN SU IGLESIA a) CUANDO celebramos el verdadero culto dedicado a Él, enseñándonos y exhortándonos los unos a los otros con Salmos e Himnos y canciones espirituales (Colosenses 3:16), guardando su Palabra (Jn. 14: 24; Lucas 11:28 y Santiago 1:22) y ministrándola a los santos (1ª Corintios 16:15-16). b) CUANDO cada uno de los miembros OBEDECEMOS a los pastores, ancianos, o sobreveedores (Hebreos 13:17; 1ª Pedro 5:5), a los cuales el Espíritu Santo ha puesto como tales, estimándolos por su obra que realizan en la congregación (Hechos 20:28; 1ª Tesalonicenses 5:1213). Se desprende por las Escrituras citadas que el sobreveedor es un siervo del Señor, llamado a cumplir un trabajo muy delicado y no puede estar expuesto a la censura de los desobedientes, que no admiten el consejo y la exhortación; que no acatan la disciplina escritural que ellos aplican. Toda disciplina se hace con el propósito de mantener condiciones de santidad, pureza de doctrina y relaciones espirituales en la asamblea "Tus testimonios son firmes: la santidad conviene a tu casa, oh Jehová, por los siglos y para siempre" (Salmo Iglesias Cristianas Evangélicas en la República de Argentina www.asambleasdehermanos.com.ar Página 2 EL SEÑORÍO DEL SEÑOR 93:5). Los ancianos deben ser "dechados de la grey" (l Pedro 5:1-3) y deben ser obedecidos por principio de autoridad divina para que haya orden y reverencia en la casa de Dios. Si no son lo que deben ser, habría que orar por ellos, para que el Señor los mejore o levante otros. Desobedecer a los ancianos que procuran el bienestar de la iglesia, es rechazar abiertamente el Señorío de Cristo en su iglesia. c) CUANDO damos al Señor OFRENDA y no colecta; ¿Cuál es la diferencia? Ofrenda es lo mejor, colecta es lo que nos sobra. "Honra a Jehová de tu sustancia, y de las primicias de todos tus frutos; y serán llenos tus trojes con abundancia y tus lagares rebosaran de mosto" (Prov. 3:9-10) El Señorío del Señor se manifiesta cuando Él ocupa el primer lugar EN TODO (Col: 1:18). Según las cartas apostólicas, debemos ofrendar regularmente, individualmente, sinceramente, voluntariamente, generosamente y alegremente para el sostén de las reuniones, de manera que nada falte en la casa de Dios y a sus siervos (14 Cor. 16:1-2; 2ª Cor. 8:8 y 12; 9:5 y 7).. e) CUANDO los sobreveedores cumplen fielmente con su ministerio, cuidándose a sí mismos y apacentando la grey para que no entren "lobos rapaces" Que quieren introducir enseñanzas erróneas y prácticas no escriturales. No ministrar ni permitir que otros ministren quitando la primacía de la Palabra e introduciendo arte musical, pictórico, cine, lenguas y sanidades, de las cuales cosas algunos ya se han contaminado, creyéndose ser "espiritualistas" o mas espirituales Que otros. Los ancianos deberían vigilar, guiar, proteger, alimentar, amar y cuidar al rebaño de Cristo. De todo esto, los pastores deberán rendir cuentas en "aquel día" (Hebreos 13:17); asimismo, las "ovejas", en cuanto a su obediencia a la Palabra. Todos tenemos por delante el Tribunal de Cristo (2 Corintios 5: 10). ¡EI Señorío del Señor debe ser una realidad! EN EL HOGAR Roberto Ochoa Todo creyente en Cristo, desde el momento de su conversión pasa a ser posesión del Señor (1ª Corintios 6: 19). El nos compró y se constituyó en Señor de todos los que invocan su nombre (1ª Corintios 1:2). Ahora bien, el hogar cristiano, por estar compuesto por creyentes, debe ser una morada de la autoridad del Señor. De acuerdo a lo que leemos en Apocalipsis 5:12, llegará el momento cuando en el hogar por excelencia se aclamará "El cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza. PRIMER LUGAR TENEMOS:"El cordero que fue inmolado es digno. Es Señor. EN SEGUNDO LUGAR: Es digno de tomar, etc. ES SEÑOR: a) En las relaciones entre los miembros familiares. En Efesios, capitulo 5, y Colosenses 3 y 4 encontramos bien claro que estas relaciones deben estar siempre saturadas del ejemplo y dirección del Señor: Dichas relaciones son siempre enfocadas por el Espíritu Santo, dando a Iglesias Cristianas Evangélicas en la República de Argentina www.asambleasdehermanos.com.ar Página 3 EL SEÑORÍO DEL SEÑOR cada parte su deber correspondiente; consideremos: 1) Los maridos 2) Las esposas 3) Los padres 4) Los hijos 1) A los maridos les corresponde amar a sus esposas como Cristo amó a la iglesia (Efe. 6:26). 2) Las esposas sujetas a sus maridos "Como al Señor" (Efesios 5:22), o como se expresa en Cor. 3:18: "Como conviene al Señor". En el primer pasaje la sujeción es al marido como si fuera el Señor y en el segundo, es una conveniencia para su causa. 3) Los padres deben criar a sus hijos con esmero y dedicación, pero como lo haría el mismo. Señor; es el representante del cielo en su hogar. "Criadlos con amonestación del Señor" (Efesios 6:4). 4) Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres (Efe. 6:1). Es un mandamiento del Señor y para la buena armonía no hay cosa más preciosa que la obediencia de los hijos a sus padres (Colosenses 3:20) y sobre todo, dice la Escritura, que esto es justo (Efesios 6:1) y en Colosenses 3:20, donde añade: "Obedientes en todo sigue expresando "porque esto agrada al Señor". Felices son los padres que son honrados por sus hijos, cuando estos hacen lo que agrada a su Señor: b) En las provisiones para el hogar. En todo hogar cristiano se debe pensar que los ingresos deben ser el resultado del trabajo honrado, y sabemos que el Señor no acepta Señorío sobre lo que corresponde a Satanás; acordémonos de las palabras "Todo esto lo daré", a lo que contesto: "Vete de mí, Satanás". Pero estamos seguros que se sentirá muy satisfecho de ser Señor de todo bien que esté acorde con su Palabra, ¿Hemos puesto esto en sus manos? Le dimos la llave de nuestra casa ¿De nuestro dinero? ¿Cómo gestamos éste? ¿Le consultamos cuando lo invertimos? EN SEGUNDO LUGAR: El es Digno de Tomar: a)El poder b)Las riquezas c) La sabiduría d)La fortaleza e)La honra f) La Gloria g)La Alabanza a) Digno es nuestro Señor de tomar el poder - si cabe la expresión - de conducir el hogar de cada uno de nosotros y, ¡Que bien lo conducirá! b) Digno es de tomar las riquezas. ¿Acaso no son suyas? Es digno, no solo de tomar una parte, sino de ordenar el destino que llevará cada centavo. Iglesias Cristianas Evangélicas en la República de Argentina www.asambleasdehermanos.com.ar Página 4 EL SEÑORÍO DEL SEÑOR c) Digno de tomar la sabiduría. El conocimiento se adquiere, la sabiduría se recibe (Santiago, 3:17; 1:5). El que gana almas es sabio (Proverbios II: 30). Todo creyente está en Cristo Jesús "El cual fue hecho por nosotros sabiduría"; el propósito de Él es tener hogares sabios de los cuales el pueda tomar esa sabiduría y sus resultados (Santiago. 3:17). d) Es digno de tomar la fortaleza. En todo hogar, en algún momento dado, todos o parte de los que lo componen son jóvenes: "La gloria del joven es su fuerza" (Proverbios 20:29). El es digno de tomar el tiempo de nuestra fortaleza para sus usos. ¡que en cada hogar donde hay jóvenes, y aún mayores, el pueda tomarlos para cumplir sus planes! e) Es digno de tomar honra. Se cuenta de un niño de diez años que, habiendo ganado un premio, el primero en su vida, antes de habérselo mostrado a nadie, se arrodilló en su habitación y dijo al Señor: "Esta es mi primera ganancia y a ti lo la entrego. No sabemos si esto fue cierto, pero es verdad que a C. H. Spurgeon, de quien se trata, lo animó este sentir de honrar al Señor sobre todas las cosas. ¡Oh, que Él pudiera honrarse en cada uno de nuestros hogares! f) Digno de tomar la gloria. El Señor dijo a su Padre: "Yo te he glorificado en la tierra'". 'Glorifiquemos nosotros así al Señor; hagámosle digno entre los nuestros participación de su herencia y la gloria que deriva de la vida que él quiere vivir en cada hogar. g) Es digno de tomar alabanza. Esta es la última palabra, que en el original quiere decir: "Hablar bien de Él". Es digno de que hablemos bien de Él; cuando alguien entra en nuestra casa, debe saber que Él es el primer morador y, por la forma en el arreglo, por los textos bíblicos y otras cosas, debemos alabarle (hablar bien de ÉI). Quiera cada uno de nosotros con toda sabiduría de lo alto entregarle al Señor las llaves completas del hogar, para que él sea el Señor absoluto. EN LA VIDA DEL CREYENTE Tomás Lawrie El Señorío del Señor es universal, celestial y terrenal a pesar de que el hombre en su pecado, y en su rebeldía, no lo reconoce. ''En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Aquel Verbo fue hecho carne y habitó entre nosotros, lleno de gracia y de verdad" (Juan 1:1 y 14). "Y vi el cielo abierto, y he aquí un caballo blanco, y el que estaba sentado sobre él, era llamado Fiel y Verdadero... Y estaba vestido de una ropa tenida en sangre; y su nombre es llamado EL VERBO DE DIOS... Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este hombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES (Apocalipsis 19:11-16). EL VERBO que en carne habitó entre nosotros, es el mismo cuyo señorío es supremo. Es el "SEÑOR DE SEÑORES". A pesar de que el hombre no reconoce al Señor, y que, por el contrario, le desecha, el Verbo, inexorable y paulatinamente, está llevando a cabo en la tierra sus propósitos referentes a las naciones y a los hombres. A su debido tiempo culminará su gran obra y manifestará los asombrosos resultados de su paciente faena. Pero el apogeo lo alcanzará mediante grandes juicios y el ejercicio de su potencia e imperio, declarándose así: REY DE REYES Y Iglesias Cristianas Evangélicas en la República de Argentina www.asambleasdehermanos.com.ar Página 5 EL SEÑORÍO DEL SEÑOR SEÑOR DE SEÑORES. Entonces, exigirá a los hombres sumisión y obediencia. El día de hoy es el día de la gracia, y por el Evangelio, el Señor, lleno de gracia y de verdad, suplica a los hombres que acudan a él cual Salvador y que voluntariamente, le reconozcan cual Señor, rindiéndole la debida sumisión esto en el sentido individual. Al creyente, gozándose de la salvación en el Señor Jesús, le corresponde reconocer el señorío de Aquel que le ha salvado, y someter a la voluntad del Señor, revelada en las Santas Escrituras, todos sus pensamientos y sus actividades, en fin, todo su comportamiento. El señorío del Señor en la vida del creyente no es una mera teoría. Es un asunto sumamente práctico, cuyos resultados son muy benéficos para con el obediente, y además, es para la honra del Señor a la vista de los que le rodean. Así que, es un gran deber del creyente someterse apetecidamente al Señorío del Señor. El creyente siempre debe tener delante la que está escrito: "que no sois vuestros, porque comprados sois por precio: glorificad pues a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios" (1 Cor. 6:20). Esto, en verdad, es la base sobre la cual está asentado el Señorío del Señor en relación al creyente. Grande es la verdad de que son perdonados los pecados del creyente; que es nacido de nuevo; que es hijo de Dios por fe en Cristo Jesús; que tiene vida eterna; que tiene esperanza asegurada de estar con el Señor para siempre; y ¡cuántas otras bendiciones son suyas por la gracia de Dios! Pero, debe recordar que "comprados sois por precio", y sois la posesión de Aquel que pagó el precio, y él tiene la autoridad sobre su compra - El Señorío es del Señor. El Apóstol Pablo escribe: Estad, así firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no volvéis otra vez a ser presos en el yugo de servidumbre" (o sea: "en el yugo de esclavitud"). "Vosotros, hermanos, a libertad habéis sido llamados siervos (o sea siervos cuales esclavos") por amor los unos a los otros" (Gálatas 5:1 y 13). He aquí una de las muchas paradojas de la Palabra do Dios libres, sin embargo, esclavos. Es la posición de la cual casi se jactan los Apóstoles Pablo y Pedro, como asimismo Santiago, el hermano del Señor, pues, al escribir sus epístolas, a veces todo cual se designa: "Siervo de Jesucristo" o sea: "esclavo de Jesucristo'', que es la traducción más precisa del texto (Rom. 1:1, Filipenses 1:1, Tito 1:1, Santiago. 1:1. 2°Ped. 1:1). Es la posición que debe confesar todo creyente, gozosamente obedeciendo todo mandato y precepto del Señor. Estos mandatos y preceptos tocan todas las esferas de la vida, sean la espiritual en su relación para con Dios sea la del matrimonio, la de los padres la de los hijos, la de los amos y los siervos, de las amistades, de los negocios, de los roles con la gente en general. Numerosas son las porciones escriturales que dirán al creyente en lo que toca a su diario, y en todo esto debiera haber es pronta obediencia al SEÑORIO DEL SEÑOR (Léase Efes. 5:22-6:20, Col. 3:1-25, 4:5-6, 1 Tes. 4:1 Ob-1 2). EN LOS NEGOCIOS Antonio B. Stafforini. Iglesias Cristianas Evangélicas en la República de Argentina www.asambleasdehermanos.com.ar Página 6 EL SEÑORÍO DEL SEÑOR EL NEGOCIO COMO MEDIO DE VIDA Y PARA HONRAR AL. SEÑOR: EI hecho de ser creyente no invalida la posibilidad de ser negociante. Gracias a la honestidad de muchos creyentes fieles, que tienen un negocio como medio de vida algunos eran negociantes antes de la conversión se han concretado muchos esfuerzos materiales en bien de la obra en general; además de lo concerniente a lo espiritual, pués no han retaceado el servicio para el Señor en todas las actividades de la obra; aún más todavía: han sabido colocar su actividad secular en un plano inferior con el fin de no descuidar las reuniones y que esa actividad no le sustraiga el tiempo precioso para estudiar las Escrituras, tan necesario para un servicio eficaz. Por otra parte han sabido capitalizar esas oportunidades, de transacción comercial, para testimoniar su fe en Cristo y muchos han conocido al Señor par intermedio de ellos. 2 - EL NEGOCIO Y LA ASOCIACION ILICITA: Nos hemos detenido en la parte positiva del asunto que nos preocupa pero, lamentablemente, tiene su parte negativa. Sabido es que los "negocios son negocios" y que esta dicho da a entender cualquier cosa. La Sabiduría de Dios exhorta en el Salmo 62:10c.: "Si se aumentare la hacienda, no pongáis el corazón en ella". No debemos olvidar que, mayor es la prosperidad material, mayor es la asechanza de nuestro enemigo que siempre está listo para entrar en acción en el momento propicio. ¡Cuántos hermanos negociantes que prosperaron y que fueron columnas de la Obra del Señor ya no lo son!; ¿Por qué? Sabemos que el creyente puede hacer cualquier transacción lícita con un comerciante del mundo, con manos impías y sin que la conciencia le reproche; pero también sabemos pues muchos han caído en la trampa de Satanás y han llegado, lamentablemente, a formar sociedades comerciales con los impíos que no son solamente los incrédulos o ateos, sino también los mero profesantes. En las Escrituras encontramos enseñanzas solemnes que se desprenden de la vida del rey Josaphat (24 Crónicas, Caps. 17 al 20). En el Cap. 20:v37, leemos ‘...por cuanto has hecho compañía con Ochozias, Jehová destruirá tus obras. Y los navíos se rompieron, y no pudieron ir a Tharsis''. Fue una operación comercial. pero en sociedad con un impío, con el resultado conocido. Recuerdo !a ocasión en que un compañero de trabajo me ofreció hacer una sociedad comercial ventajosa él aportaba la mayor parte del capital y cuando le conté que no era posible por cuanto, como él sabía, yo era creyente en Cristo, me respondió: " Y eso que tiene que ver " - "Mucho, le conteste" - para usted la mentira esta a la orden del día y además la Palabra de Dios dice: "no os juntéis en yugo con los infieles"; a lo que respondió: ''No creo que eso sea un impedimento. Yo me encargaría de mentir para hacer buenos negocios y usted de decir la verdad''. Para terminar le respondí: "No me es lícito recibir el dinero que se ha ganado con la mentira y el asunto quedo terminado. 3 - CONCLUSIÓN: Difícil será para el creyente negociante, que prospera materialmente, que sus energías espirituales no se vean afectadas, y en especial cuando concierta asociaciones comerciales con los impíos. Que sugestivas son las siguientes palabras: " Tenía pues Josaphal riquezas y gloria en abundancia, y trabo parentesco con Achab... AI impío das ayuda .y amas a los que aborrecen a Jehová (2a, Crónicas 18:1 y 19:2). No obstante, el creyente puede y debe honrar al Señor aunque realice sus negocios en el mundo, toda vez que manifieste por sus acciones y sus palabras que no Iglesias Cristianas Evangélicas en la República de Argentina www.asambleasdehermanos.com.ar Página 7 EL SEÑORÍO DEL SEÑOR pertenece al mundo. Esto, entendemos, es dar el primer lugar al Señor, honrarle, y no menoscabar Su Señorío. Iglesias Cristianas Evangélicas en la República de Argentina www.asambleasdehermanos.com.ar Página 8