QUE REFORMA EL ARTÍCULO 4 DE LA LEY DE ASISTENCIA SOCIAL, A CARGO DE LA DIPUTADA GABRIELA CUEVAS BARRON, DEL GRUPO PARLAMENTARIO DEL PAN La suscrita, diputada Gabriela Cuevas Barron, integrante del Grupo Parlamentario del Partido Acción Nacional en la LXI Legislatura de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, con fundamento en lo dispuesto en los artículos 71, fracción II, y 72 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; así como 55, fracción II, 56, 62 y demás relativos del Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, somete a consideración de esta soberanía la iniciativa con proyecto de decreto por la que se reforman los incisos b) y c), y se agrega un inciso d) y párrafo primero a la fracción II del artículo 4 de la Ley de Asistencia Social; con fundamento en la siguiente Exposición de Motivos La familia es uno de los pilares más importantes para los seres humanos, desde siempre ha jugado un papel trascendental en la formación de la sociedad. A partir de los años cincuenta del siglo pasado, el cambio que han tenido los roles familiares ha sido fundamental en el cambio de las relaciones sociales y hasta económicas que se desarrollan en la actualidad. Anteriormente, existían prototipos de lo que debía ser una familia (compuesta por papá, mamá e hijos) y el hecho de considerar que la mujer tenía un papel preponderante para el desarrollo familiar era impensable e incluso se obligaba a que esto no fuera así, razón por la cual los roles de género estaban definidos y enfocados de manera muy acotada: los varones eran considerados como simples proveedores y las mujeres solamente como madres de familia dedicadas a labores dentro de su hogar. Conforme al Instituto Nacional de las Mujeres los roles de género son conductas estereotipadas por la cultura, por tanto, pueden modificarse dado que son tareas o actividades que se espera realice una persona por el sexo que pertenece. Por ejemplo, tradicionalmente se ha asignado a los hombres roles de políticos, mecánicos, jefes, entre otras profesiones, es decir, el rol productivo; y a las mujeres el rol de ama de casa, maestras, enfermeras, es decir, rol reproductivo. En la actualidad, estos roles han sido modificados dando pie a una nueva clasificación del tipo de hogar, en cierta medida, por la importancia que se le ha dado al papel de la mujer en la vida familiar, social y económica, por lo que pueden clasificarse en los siguientes: • Familiares – Nucleares, son los que están formados por el jefe o jefa de familia, su cónyuge y al menos un hijo; por el jefe(a) y su cónyuge o por el jefe(a) y uno o más hijos. – No nucleares, son aquellos que además del jefe(a), cónyuge e hijos se integran por otros parientes del jefe(a) como nieto, nuera, yerno, padre, madre, entre otros; o bien por un jefe(a) del hogar más otros parientes. 1 • No familiares – Corresidentes, que se componen del jefe y al menos una persona que no está emparentada con éste. – Unipersonales que tienen un único integrante. De acuerdo con el estudio realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), Mujeres y Hombres en México 2009, en nuestro país predominan los hogares nucleares que ascienden a 16.9 millones, seguidos por los no nucleares con 5.8, los unipersonales 1.96 millones; pero cuando añadimos el factor de quien encabeza la jefatura familiar hay diferencias importantes: 74 de cada 100 hogares encabezados por un varón son nucleares, 21 no nucleares y 5 unipersonales. En cambio de los hogares con jefatura femenina 50 de cada 100 son nucleares, 33 no nucleares, 16 unipersonales y 1 de corresidentes. Así púes, el papel de las mujeres ha cambiado, su participación en la vida social y económica de la sociedad se ha visto poco a poco fortalecida con legislaciones que fomentan su participación y que protejan sus derechos. Los roles familiares también se han visto modificados, ahora son más los hombres que colaboran en las labores domésticas y crianza de los hijos, además de que se ha elevado el porcentaje de mujeres que contribuyen al ingreso familiar. No obstante los avances legislativos y de políticas de género implementadas, como la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia y la Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres, o las acciones emprendidas por el Instituto Nacional de las Mujeres, aún quedan tareas pendientes en las que debemos acelerar los trabajos para garantizar una mejor calidad de vida para las mujeres. Al día de hoy, seguimos teniendo cifras y datos que demuestran que el papel de la mujer ha tomado mucha más relevancia en la vida mexicana, sin embargo, aún existen retos por superar. Algunos datos que nos ejemplifican la situación actual de las mujeres en México son las siguientes: Aunque la participación de ambos cónyuges en el mercado ha aumentado, el porcentaje que aporta la mujer al ingreso familiar es aún menor con relación a lo que aporta el hombre. Las tareas domésticas donde el porcentaje de participación entre el hombre y la mujer es similar son: administración del hogar, pago y trámites de servicios y cuidado de niños. 45.7 por ciento de hombres y 40 por ciento de mujeres participan en actividades económicas y realizan quehaceres domésticos. 2 La participación de las mujeres en el trabajo extradoméstico ha ido en aumento, comparado hace 30 años, en 1970 sólo participaba 16 por ciento y en 2008, 55 por ciento. El porcentaje de las mujeres (9.9 por ciento) que trabaja y no recibe ingresos es mayor al de los hombres (7 por ciento). Existe desigualdad salarial con respecto a las mismas profesiones que desarrollan los hombres y en el mismo número de horas laboradas (profesiones como ayudantes de obreros, artesanos, vendedores y profesionistas). Es preciso señalar que la jefatura familiar, de acuerdo con institutos nacionales de estadística en Europa, Estados Unidos, Brasil y la Organización de las Naciones Unidas, corresponde a la persona que se hace cargo de la manutención y lleva la responsabilidad de los miembros del hogar. En este contexto, por lo que respecta a las familias mexicanas, la jefatura de familia femenina también han ido en aumento. Tan sólo en 1990 existían 2 millones 800 mil hogares con jefas de familia, 10 años después se duplicó a 4.6 millones, y en 2005 fueron 5.7 millones de hogares mexicanos donde la jefatura recae en una mujer, por lo que la población dependiente de esas jefas son aproximadamente 19.5 millones de personas. Otro dato revelador y que hace a este sector de la población mexicana susceptible de políticas de asistencia social es que, de acuerdo con cifras del Inegi, de esa totalidad de hogares con jefatura familiar femenina, 79 por ciento se encuentra sin cónyuge; siendo 33.2 por ciento viudas, 16.6 por ciento solteras, 21.3 por ciento separadas y 7.9 por ciento divorciadas. Por otro lado, de acuerdo con cifras del Centro de Estudios para el Adelanto de las Mujeres y la Equidad de Género de la Cámara de Diputados, derivado de los cambios de roles en las familias, cada vez más mujeres con hijos sin cónyuge se ven en la necesidad de insertarse en el mercado laboral ya que 71.2 por ciento de las familias se compone sólo con la jefa de familia e hijos por lo que, considerando que las condiciones laborales siguen siendo desiguales entre hombres y mujeres, hace necesario que el Estado mexicano genere políticas públicas cuyo foco de atención sean este sector de la población. Teniendo en cuenta lo anterior, tanto el gobierno federal como los estatales tienen la obligación de establecer políticas sociales de carácter asistencial. A este respecto, la Ley General de Salud establece como finalidad del derecho que tienen los mexicanos a la protección a la salud, el disfrute de servicios de salud y asistencia social que satisfagan eficaz y oportunamente las necesidades de la población. Aunado a ello, la Ley General de Salud en su artículo 167 establece que: Artículo 167. … se entiende por asistencia social el conjunto de acciones tendentes a modificar y mejorar las circunstancias de carácter social que impidan al individuo 3 su desarrollo integral, así como la protección física, mental y social de personas en estado de necesidad, desprotección o desventaja física o mental, hasta lograr su incorporación a un vida plena y productiva. Ahora bien, la norma vigente que establece la obligación de los gobiernos en materia de asistencia social es la Ley de Asistencia Social, la cual tiene por objetivo: Artículo 2. … sentar las bases para la promoción de un sistema nacional de asistencia social que fomente y coordine la prestación de servicios de asistencia social pública y privada e impulse la participación de la sociedad en la materia. Asimismo, las políticas de asistencia social contemplan acciones de promoción, previsión, prevención, protección y rehabilitación de determinados sectores de la sociedad como el infantil, adultos mayores, mujeres y, en general, los que estén en alguna situación de vulnerabilidad que impida el pleno desarrollo integral de la familia. De esta forma, incluir a las jefas de familia sin cónyuge como sujetos de los programas de asistencia social, que diseñe e implemente las instancias de asistencia social tanto privada como pública, además de los programas aplicados por el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia, nacional y estatales, es de vital importancia para que de alguna manera se contribuya al mejoramiento en la calidad de vida de este sector de la población mexicana. Como mujeres sabemos las necesidades y problemas que presenta nuestro género, necesidades de salud, trabajo o educación; por ello, ocupar cargos en la toma de decisiones nos presenta una oportunidad para dar prioridad y atención a dichos problemas. Por lo anteriormente expuesto, se somete a la consideración de esta honorable asamblea, la siguiente iniciativa con proyecto de Decreto que reforma los incisos b) y c) y agrega un inciso d) y párrafo primero a la fracción II del artículo 4 de la Ley de Asistencia Social Único. Se reforman los incisos b) y c) y se agrega un inciso d) y párrafo primero a la fracción II del artículo 4 de la Ley de Asistencia Social, para quedar como sigue: Artículo 4. … I. … II. … a) … b) En situación de maltrato o abandono, c) En situación de explotación, incluyendo la sexual, y d) Jefas de familia en estado de marginación económica y social. 4 Para los efectos de esta ley se entenderá como jefa de familia a la mujer que se haga cargo de la manutención y lleve la responsabilidad de los miembros del hogar. Transitorios Primero. El presente decreto entrará en vigor el día siguiente al de su publicación en el Diario Oficial de la Federación. Segundo. Los criterios para la comprobación del carácter de jefa de familia en los términos de este decreto se establecerán en las disposiciones normativas correspondientes. Dado en la Cámara de Diputados del honorable Congreso de la Unión, a 29 de abril de 2010. Diputada Gabriela Cuevas Barron (rúbrica) 5