Boletín Oficial de Canarias núm. 84, lunes 5 de mayo de 2003 7021 sumo en cada barranco y al denominado régimen de dulas o adulamiento, derechos de agua unidos estrechamente a la propiedad de la tierra derivados de la estructura de señorío dominante históricamente en La Gomera; la aplicación teórica de estos derechos era de una gran rigidez, y estaba basada en el establecimiento de un ciclo completo de días de riego para cada manantial o conjunto de manantiales, de modo que cada propiedad o hacienda integrada en la dula de estos manantiales tenía el derecho exclusivo de usar el agua durante los días correspondientes del ciclo, con independencia de las necesidades reales de agua; la aplicación del sistema fue haciéndose más compleja y artificial conforme aumentaba la progresiva parcelación de la propiedad. consideración para establecer una regulación adecuada de los mismos. En este sentido, se ha hecho un estudio piloto del funcionamiento actual del adulamiento en unos de los barrancos que todavía conserva mejor las prácticas tradicionales, el barranco de La Villa, en San Sebastián; la complejidad y amplitud de una investigación de este tipo no ha hecho posible desde luego su extensión a toda isla, por lo que, teniendo en cuenta la necesidad de clarificar los derechos jurídicos existentes, parece conveniente programar dicha extensión dentro de las previsiones del Plan. 3.6.2. Infraestructura de transporte Con el traslado paulatino de la población hacia la costa y la implantación de la agricultura de exportación -platanera y tomate-, así como con la construcción del sistema de embalses -cuyo efecto de regulación interfiere con las formas tradicionales de explotación de los nacientes-, el adulamiento ha tenido que irse corrigiendo para mejorar la eficacia en la asignación del agua y ajustarse a las necesidades reales; los derechos jurídicos, sin embargo, son un problema complejo, hasta el punto que muchas veces la forma práctica de poder disponer de agua para la agricultura costera ha sido comprar las tierras de medianías y, con ellas, sus derechos sobre el agua; por ello, el Plan tiene que tomarlos debidamente en INFRAESTRUCTURA DE TRANSPORTE PARA RIEGO AGULO ALAJERÓ HERMIGUA SAN SEBASTIÁN VALLE GRAN REY VALLEHERMOSO LA GOMERA Fuente: Avance del Plan. CANALES Kilómetros Euros 1998 El regadío utiliza la mayor parte de todos los recursos captados en los embalses y una fracción de las aguas subterráneas del orden de las tres cuartas partes, que es menor en los sondeos y mayor en los restantes tipos de captaciones. El aprovechamiento de estos recursos se realiza a través de una extensa red de transporte llevada a cabo por la iniciativa privada, de unos 169 kilómetros de longitud -53% de canales y 47% de tuberías-, cuyas características constructivas, deficiente estado de conservación y escasa eficacia de gestión determinan unas pérdidas de agua muy considerables. TUBERÍAS Kilómetros Euros 1998 TOTAL Kilómetros Euros 1998 5,4 18,8 31,2 34,1 120.202,42 384.647,75 613.032,35 715.204,40 11,0 10,8 5,8 25,8 25,8 108.182,18 126.212,54 66.111,33 492.829,93 216.364,36 16,4 10,8 24,6 57,0 59,9 228.384,60 126.212,54 450.759,08 1.105.862,27 931.568,76 89,5 1.833.086,92 79,2 1.009.700,34 168,7 2.842.787,25 Actualizando la valoración realizada por el Avance del Plan, puede estimarse que estas inversiones en la red de transporte para riego se elevan a 2.842.787,25 euros de 1998. 3.6.3. Consumos y demandas de agua La ya señalada diferencia conceptual entre consumos y demandas de agua distingue en el caso del riego entre el volumen de agua que realmente se utiliza en un momento dado, o consumo, y el que debería utilizarse de acuerdo con las necesidades de las plantas y las características de las infraestructuras y sistemas de riego; esta última, la demanda, puede ser menor que el primero en la medida, por ejemplo, en que se haga un uso ineficiente del agua por pérdidas o por mala gestión; pero la demanda también puede ser mayor que el consumo en la medida en que no se aplique el agua requerida por las plantas por falta de recursos hídricos suficientes. La evaluación del consumo ha de apoyarse principalmente en la investigación del agua producida para el riego, y puede afrontarse en dos niveles; en el más sencillo, el objetivo es conocer solamente, en la situación actual, qué volumen total de agua se dedica al riego en cada zona, barranco o municipio, con lo que puede asimismo estimarse la dotación media