Instrumentos básicos para la planificación estratégica del servicio

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 textos universitaris de
biblioteconomia i documentació
número 23
desembre de 2009
Facultat de Biblioteconomia i Documentació Universitat de Barcelona
ISSN 1575 - 5886
DL B - 19.675 - 1998
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Instrumentos básicos para la planificación estratégica del
servicio de biblioteca pública
[Versió catalana]
ESTer OmeLLA CLAPAroLS
ViLAGroSA ALQUÉZAr
Opcions
, JorDi PermANYer BASTArDAS, ENric
Imprimir Recomanar Citació Estadístiques Metadades
Gerència de Serveis de Biblioteques
Diputació de Barcelona
omellace@diba.cat, permanyerbj@diba.cat, vilagrosaae@diba.cat
Resumen
[Abstract] [Resum]
Se estructuran y se definen los instrumentos básicos de la planificación estratégica del servicio de
biblioteca pública a partir de la experiencia de la Gerència de Serveis de Biblioteques de la
Diputació de Barcelona.
Los diferentes elementos se organizan en tres ámbitos temáticos –la planificación territorial del
servicio, la creación y mejora de bibliotecas, y la gestión y evaluación del servicio– y en dos
ámbitos territoriales –ámbito supramunicipal y ámbito municipal– con relación a las competencias
de las diferentes administraciones en materia de biblioteca pública de nuestro país.
Se pretende que la información sea de utilidad tanto para los profesionales de la biblioteca pública
como para los responsables técnicos y políticos de nuestros ayuntamientos. Así mismo, se cree
que puede interesar también en realidades territoriales donde la planificación está menos
implementada, en otras comunidades autónomas del Estado Español y en países de América
Latina. El artículo tiene de trasfondo el impulso de estos aspectos de la planificación estratégica,
imprescindibles en toda política pública.
"*La biblioteca esdevé un espai de relació
on la informació no tan sols es llegeix, sinó
que s'experimenta. I on s'interpreten els
signes com qui es mira a un mirall que ja
no té vidre perquè ha esdevingut
transparent del tot. Car sols a partir
d'aquest propòsit el lector i allò llegit podien
aspirar a ser, malgrat els espectres de la
fragmentació i l'opacitat, una mateixa cosa."
Lluís Calvo
Premio Octubre 2009 de poesía.
1 Introducción
Las administraciones con competencia en materia de lectura pública han de velar por tres
aspectos fundamentales:
La producción y prestación de servicios bibliotecarios de calidad que se adapten a las
necesidades de información, de formación, de lectura y de entretenimiento de la
ciudadanía a la que se dirigen y que responda.
La accesibilidad igualitaria a estos servicios de la población, independientemente de
la condición y del lugar de residencia.
La planificación y la gestión adecuadas de los recursos para garantizar los dos
puntos anteriores de la manera más eficiente posible.
En nuestro país, la planificación estratégica en el servicio de biblioteca pública se ha
introducido durante los últimos años en las agendas de las políticas públicas. Sin embargo,
todavía la mayoría de procesos de planificación en el ámbito municipal se llevan a cabo en
los momentos previos a las grandes inversiones bibliotecarias, y no siempre tienen un
proceso continuado que vele por la adecuación del servicio y la gestión correcta de los
recursos.
En la actualidad, no obstante, la situación económica presente y que se prevé de futuro
para la Administración Pública, como también las tendencias en la gestión de servicios
bibliotecarios y de servicios públicos en general –que apuestan por conceptos como
accesibilidad, adaptabilidad y transversalidad–, hacen pensar en los procesos de
planificación estratégica como una apuesta imprescindible para afrontar el reto que se
plantea para los próximos años.
El politólogo Harold D. Lasswell, pionero de la ciencia política, estableció ya en los años
sesenta las etapas que había de tener el ciclo de toda política pública (Lasswell, 1964,
1996). Su teoría, plenamente vigente, establece que cualquier política ha de partir de la
planificación y que una vez implementadas las acciones que se derivan, deben evaluarse
los resultados como punto de partida para mejorar con el inicio de un nuevo ciclo.
Figura 1. Ciclo de las políticas públicas (elaboración propia adaptando la formulación de Harold D. Lasswell)
Tomando como base este esquema para su aplicación, en los apartados siguientes del
artículo se exponen los instrumentos que hay que considerar en la planificación estratégica
del servicio de biblioteca pública. Se organizan en tres ámbitos temáticos –la planificación
territorial del servicio, la planificación para crear y mejorar bibliotecas (vinculado al anterior),
y la gestión y evaluación del servicio– y en dos ámbitos geográficos, de acuerdo con los
aspectos competenciales: el ámbito geográfico municipal y el supramunicipal (regional o del
país). En el cuadro siguiente se reflejan estos ámbitos temáticos con la proyección
municipal o supramunicipal.
Tabla 1. Instrumentos básicos de la planificación del servicio de biblioteca pública
Debe remarcarse que todo proceso de planificación ha de iniciarse con la definición del
modelo de biblioteca que se quiere proyectar y el análisis de las características y
necesidades de la comunidad a la que ha de servir. Considerando esta fase previa, la
planificación del servicio facilita los siguientes aspectos:
La organización efectiva de los servicios y recursos bibliotecarios (espacios,
colección, personal, etc.).
La adecuación de los servicios a las necesidades de la ciudadanía.
La visión compartida por parte de políticos, directivos, técnicos y usuarios de la
biblioteca pública y su participación en la mejora del servicio.
La administración efectiva y responsable de los fondos públicos.
La continuidad de todos los servicios a pesar de los cambios políticos y de personal.
2 Planificación territorial del servicio de biblioteca
pública
2.1 Planificación del servicio de biblioteca pública en el ámbito
regional o de país
La planificación bibliotecaria regional, o de país, ha de garantizar el despliegue equilibrado
del servicio bibliotecario en el territorio.
A partir de la reflexión sobre el modelo de biblioteca pública que se quiere implementar, y
teniendo en cuenta el escenario del marco legal correspondiente y de las directivas
bibliotecarias internacionales, los instrumentos básicos de planificación bibliotecaria son los
estándares básicos de biblioteca pública y el mapa de lectura pública.
2.1.1. Los estándares básicos de la biblioteca pública1
Los estándares básicos de la biblioteca pública definen, según la dimensión y las
características del municipio, los requerimientos en servicios y recursos que han de ofrecer
las bibliotecas.
A partir de los servicios bibliotecarios que se quieren ofrecer, los estándares establecen los
requerimientos y recursos mínimos necesarios que han de tener los equipamientos
bibliotecarios del sistema de lectura pública de la región o del país (nuevas construcciones y
adecuación y mejora de las existentes) para ofrecer un servicio de calidad.
Los elementos básicos que deben definir los estándares son:
La dimensión y distribución de los espacios del edificio bibliotecario.
El número y distribución general de los fondos documentales.
El equipo necesario para gestionar el servicio con calidad.
Las horas semanales mínimas de apertura del servicio.
El número de puntos de lectura y de puntos de acceso informático.
En el momento de la aplicación de los estándares (por ejemplo, para crear nuevos
equipamientos), es útil disponer de unos parámetros económicos básicos que faciliten el
cálculo del impacto económico de la inversión inicial, como también del mantenimiento y del
funcionamiento anuales.
En un futuro, una vez que la implementación de estos estándares cuantitativos se hace
efectiva, hay que trabajar unos estándares de servicio a nivel cualitativo como herramienta
básica para la evaluación y mejora del servicio de biblioteca pública.
2.1.2 El mapa de lectura pública2
El mapa de lectura pública es el marco de referencia básico de las actuaciones de las
administraciones públicas responsables de la prestación del servicio bibliotecario porque
permite:
Conocer la realidad bibliotecaria del territorio (como sistema de información
permanente).
Detectar los déficits bibliotecarios según los estándares vigentes y el modelo de
biblioteca pública que se va a implementar.
Establecer las necesidades de la lectura pública de cada municipio (recursos
necesarios respecto a colección, edificio, personal, etc.).
Calcular la inversión necesaria para corregir los déficits existentes.
Establecer las prioridades de inversión y planificar la inversión económica.
El mapa se crea a partir del contraste entre la situación bibliotecaria actual y la que
correspondería según la aplicación de los estándares básicos de biblioteca pública. El
documento constará de seis apartados:
Modelo de biblioteca y estándares básicos de biblioteca pública aplicables en el
territorio.
Situación actual de acuerdo con el censo de los recursos de las bibliotecas
existentes.
Situación ideal de acuerdo con las bibliotecas y los recursos de los que debería
disponer cada municipio según los estándares.
Diagnosis a partir de la comparación de la situación actual respecto a la situación
ideal: municipio a municipio y global.
Déficit económico por tipos de recursos (colección, personal, edificios, etc.).
Propuesta de actuación a partir de las acciones de mejora necesarias y las
prioridades de inversión.
2.2 Planificación del servicio de biblioteca pública en el ámbito
municipal 3
A escala municipal, el instrumento básico de la planificación del servicio es el Plan director
municipal del servicio de biblioteca pública.
2.2.1 El Plan director municipal del servicio de biblioteca pública4
El Plan director municipal del servicio de biblioteca pública –en conexión con el mapa de
lectura pública– orienta las estrategias y actuaciones para crear y mejorar las bibliotecas del
municipio, así como también las estrategias de gestión del servicio (servicios que se
ofrecerán, gestión interna de los servicios, política de colección de ciudad, coordinación y
gestión de la red, gestión económica, etc.).
Los objetivos del proceso de planificación bibliotecaria de ciudad son:
Definir los elementos de la red local de bibliotecas de acuerdo con unos estándares
profesionales de funcionamiento.
Ordenar y organizar las bibliotecas y sus recursos para que resulte una estructura
moderna y equilibrada en el territorio.
Ofrecer las pautas para una gestión de recursos sostenible y concretar su sistema de
financiación.
Establecer los mecanismos de seguimiento del Plan y los procesos de planificación
complementarios (plan de acción de mandato, planes de acción anual, etc.).
Determinar los sistemas de evaluación del servicio bibliotecario.
Los contenidos del Plan director del servicio municipal de biblioteca pública deben hacer
énfasis en la constitución de la red, en la construcción de los equipamientos necesarios y en
el plan de gestión.
Todo plan debe contener la siguiente información:
Estudio prospectivo demográfico, social y cultural de la ciudad y de las necesidades
de información y de lectura de sus ciudadanos.
Análisis de la situación bibliotecaria precedente al Plan.
Modelo de biblioteca pública que se quiere desarrollar en el territorio.
Marco legal y normativo aplicado al municipio.
Definición y distribución territorial del conjunto de equipamientos necesarios para
garantizar un servicio bibliotecario de calidad y que responda a las necesidades de
los ciudadanos.
Modelo de competencias, organizativo y de gestión de los recursos de la red local de
bibliotecas.
Plan de las actuaciones necesarias para llegar a la situación deseable y su calendario
según el orden de prioridades y las posibilidades presupuestarias.
Valoración económica y de financiación de las actuaciones propuestas.
El Plan municipal del servicio de biblioteca pública es el punto de partida de futuros
procesos de planificación y la base de diferentes documentos estratégicos como los
programas funcionales de los equipamientos previstos o los planes de acción anual.
La necesidad de elaborar un Plan director resulta del número de habitantes de un municipio
y también de otros elementos, como la estructura urbanística, atendiendo la mayor
complejidad estructural que hay en estos municipios tanto de servicios de información como
de otros servicios.
Los municipios de hasta 30.000 habitantes difícilmente tendrán necesidad de desarrollar un
plan de estas características. 5
3. Creación y mejora de bibliotecas
3.1 Creación y mejora de bibliotecas en el ámbito regional o de
país
Las administraciones regionales han de velar por el desarrollo del mapa de lectura pública
ofreciendo soporte técnico y económico a los ayuntamientos para crear bibliotecas y
mejorarlas.
Este apoyo técnico y económico puede tener lugar en cada una de las etapas de creación y
mejora de una biblioteca, de acuerdo con las etapas comprendidas en la siguiente tabla.
Tabla 2. Etapas de la creación y mejora de una biblioteca
Además, el soporte técnico se puede basar en la elaboración de directivas técnicas y
documentos marco específicos para las diferentes etapas del proceso que recojan las
características específicas del servicio de biblioteca pública. En este sentido, serían
imprescindibles los referentes al proyecto arquitectónico y de construcción, al proyecto de
mobiliario, al proyecto de audiovisuales y equipamiento y al proyecto de señalética.
3.2 Creación y mejora de bibliotecas en el ámbito municipal
La etapa de programación es el inicio de la creación y mejora de una biblioteca, y consiste
en la definición de las necesidades del servicio, con la participación de los agentes
implicados.
El programa funcional es el documento resultante del proceso de programación del servicio.
3.2.1 El programa funcional
El programa funcional especifica las principales características de la futura biblioteca y es el
documento en el cual debe basarse el proyecto arquitectónico. El estudio prospectivo de la
realidad local donde se enmarcará la biblioteca y las necesidades de la comunidad a la que
se ofrecerá servicio son la base, conjuntamente con otras herramientas de planificación –
estándares básicos de biblioteca pública, mapa de lectura pública y plan director municipal
del servicio de biblioteca pública (en el caso de las ciudades)–, en la cual se fundamenta la
definición del nuevo equipamiento.
El programa funcional es el resultado de un proceso de reflexión y de análisis compartido
entre los diferentes agentes implicados en la prestación del servicio bibliotecario. Son
objetivos del proceso de programación decidir y definir los siguientes aspectos:
La misión de la biblioteca, sus funciones y sus objetivos estratégicos.
Los servicios que ofrecerá la biblioteca.
El número y distribución de los fondos documentales, así como sus posibles
especializaciones.
La definición, dimensión, distribución y funcionalidades de los espacios que
componen el equipamiento.
El número de horas semanales de servicio.
El equipo necesario per poder gestionar el servicio con calidad.
Las sinergias entre diferentes servicios del entorno.
Las características de la inversión inicial y del funcionamiento anual.
Tal y como hemos recogido en el esquema de las etapas de creación y mejora de una
biblioteca, es necesario que el director concrete los aspectos de gestión del programa
funcional en un plan de gestión para asegurar la calidad de los servicios en la puesta en
funcionamiento del nuevo equipamiento.
4. Gestión y evaluación del servicio
4.1 Gestión y evaluación del servicio de biblioteca en el ámbito
regional o de país
Las administraciones regionales han de velar por planificar estratégicamente la gestión y
evaluación del servicio de biblioteca pública, ofreciendo soporte técnico y económico a los
ayuntamientos.
El soporte técnico se perfila en los siguientes ámbitos:
La elaboración de planes estratégicos de mandato y de los planes de acción anual y
la aplicación correspondiente.
La aplicación de planes de mejora de las bibliotecas.
La creación de un sistema regional de recogida de datos estadísticos e indicadores y
el mantenimiento correspondiente.
4.2 Gestión y evaluación de bibliotecas en el ámbito municipal
Los elementos de planificación estratégica de la gestión del servicio de biblioteca pública y
su evaluación son el Plan estratégico de mandato –con los planes de acción anuales
consiguientes– y el cuadro de mando integral, como instrumento de gestión y evaluación
con indicadores para aplicar los planes de mejora continuada del servicio.
El Plan estratégico de mandato es el marco para los diferentes planes de acción anual. El
Plan se elabora a partir de un proceso participativo de los equipos de trabajo y prevé la
misión y la visión de la biblioteca: el papel de la biblioteca en el municipio, los servicios que
se quieren ofrecer y las relaciones a establecer, los trazos que caracterizan el servicio y los
principios para los equipos y profesionales, el resultado del análisis estratégico, las líneas
estratégicas de mandato y los objetivos estratégicos.
Los diferentes planes que se derivan, además del Plan de acción anual, han de recoger las
oportunidades de mejora del servicio y traducirlas en objetivos operativos.
4.2.1 El Plan de acción anual
El Plan de acción anual es el instrumento que marca el rumbo de la biblioteca y permite la
consecución continua de mejoras en la oferta de servicios. El Plan de acción anual tiene
como marco el Plan estratégico del mandato municipal que recoge las líneas estratégicas
de acción teniendo en cuenta la visión del servicio
El Plan de acción es el documento resultante de la realización de las siguientes
actuaciones:
La diagnosis de la situación actual de la biblioteca y el estudio de las necesidades de
la comunidad a la cual ofrece servicio.
El establecimiento de las metas y objetivos a partir de la traducción de las
necesidades en acciones concretas.
La concreción de las tareas, responsabilidades, temporalización y asignación de
recursos para cada una de las metas y objetivos.
La previsión de los mecanismos de evaluación del Plan.
En el caso de las ciudades con más de una biblioteca, debe disponerse de un Plan de
acción anual en clave de ciudad y de uno propio para cada una de las bibliotecas.
4.2.2 El cuadro de mando
Para evaluar las políticas bibliotecarias municipales, un buen instrumento es el cuadro de
mando (de ciudad y para cada biblioteca).
El cuadro de mando es el instrumento que ha de ayudar a planificar y gestionar
estratégicamente y operativamente, y ha de contener los indicadores que permitan evaluar y
tomar decisiones. Es un instrumento integral de planificación y control, y ha de incluir de
manera simultánea información de los resultados que se deben asumir (objetivos) y de los
que se van produciendo (indicadores).
Los indicadores, seleccionados bajo criterios de eficiencia gestora y sencillez, se estructuran
normalmente bajo cuatro perspectivas: estructura, proceso, resultado o impacto y recursos
humanos. Se debe disponer de diez a quince indicadores bien seleccionados y actualizarlos
con una periodicidad de acuerdo con la toma de decisiones. Deben ser sostenibles (que se
puedan actualizar) y extensibles. Lo que da una idea de la calidad del servicio, y permite
evaluar, es este conjunto de indicadores. El cuadro de mando es está visión del conjunto de
indicadores.
Además del cuadro de mando, con indicadores de gestión y económicos, la evaluación de
toda política pública ha de tener en cuenta otras perspectivas de análisis, como la opinión
de los usuarios de los servicios. 6
5. Conclusiones: diez consideraciones básicas sobre la
planificación estratégica
1. La situación económica actual y la política de contención presupuestaria que se prevé
para los próximos años por la Administración pública obliga a la planificación
estratégica para marcar el rumbo de las actuaciones y optimizar los recursos. Las
actuaciones a corto y medio plazo, condicionadas por los calendarios de mandato,
deben enmarcarse en una visión a largo plazo y basarse en los instrumentos de
planificación estratégica y los estudios de viabilidad económica.
2. La cultura hoy día está adquiriendo nuevas dimensiones y funcionalidades: de
cohesión social (maneras de convivencia), creativas, económicas, de creación de
trabajo (herramienta para combatir el paro y la marginación), urbanísticas (de
regeneración urbana), educativas (valores para la convivencia) y participativas
(interacción creativa y nuevas articulaciones para la democracia), entre otras, que
requieren miradas más amplias. Este nuevo contexto implica inevitablemente
procesos de planificación estratégica globales en los que se ha de incluir también el
servicio de biblioteca pública. Por otra parte, en la programación y planes directores
se deben incorporar también mecanismos para dar respuesta a ciertas demandas
próximas a la biblioteca, pero desde una visión global y transversal del municipio,
buscando la coordinación y cooperación con otros servicios municipales para mejorar
e incorporar nuevos servicios.
3. La planificación no puede responder únicamente a una inversión concreta o a la
creación de equipamientos sino que ha de ir orientada al "servicio" y adecuarla a la
realidad a la que atiende. La definición del modelo de biblioteca y de los servicios que
se quieren ofrecer es la base conceptual a partir de la cual se concretarán los
recursos necesarios (fondos, espacios, equipamiento, personal, etc.) para poder
ofrecerlos adecuadamente.
4. La participación ciudadana es un elemento que debe tenerse presente en los
procesos de planificación: incorporar la opinión de los usuarios es básico para
configurar el servicio. Pero también deben establecerse los canales de comunicación
que permitan dar a conocer a los ciudadanos los resultados finales de los procesos,
tanto para informar de las actuaciones que se realizarán como para modular las
expectativas.
5. Los instrumentos de planificación territorial (estándares y mapa) son la base para
garantizar un despliegue equilibrado en el territorio de las infraestructuras
bibliotecarias y para poder garantizar un acceso igualitario de todos los ciudadanos al
servicio, independientemente del lugar de residencia. En un primer momento, estos
instrumentos son cuantitativos pero en el futuro han de evolucionar con la
incorporación de elementos cualitativos de servicio.
6. En los municipios donde hay más de una biblioteca se hace necesario definir con
más precisión la planificación y la gestión del conjunto del servicio bibliotecario. Debe
establecerse una política común de servicios y de colección, y al mismo tiempo la
diferenciación y complementariedad de la oferta de los diferentes equipamientos a
partir de un trabajo intenso en red de ámbito local. Los planes directores municipales
del servicio de biblioteca pública han de continuar incidiendo en la creación y la
mejora de los equipamientos, pero también han de poner énfasis en el servicio y en
los aspectos de gestión.
7. Una planificación orientada al servicio, y no solo a la creación de equipamientos,
exige programación. Es imprescindible el proceso de programación como etapa
previa para definir el servicio y el equipamiento, y el programa funcional, como
documento resultante, ha de ser la base para el proyecto arquitectónico y para el
futuro Plan de gestión de la biblioteca.
8. La perspectiva de análisis para evaluar el servicio que más han desplegado las
bibliotecas públicas en nuestro país se ha basado en los indicadores de gestión. En
el contexto de la administración actual es previsible que, para tomar decisiones e
identificar oportunidades de mejora, ya no sean suficientes los indicadores de gestión:
se tendrán que complementar con indicadores cualitativos –más difíciles de obtener–
como los indicadores de impacto de las políticas bibliotecarias. La evaluación de toda
política pública ha de tener en cuenta, además, otras perspectivas de análisis, como
la opinión de los usuarios de los servicios.
9. La planificación no es un instrumento estático, es un proceso continuo que se adapta
constantemente a las necesidades. El ciclo de la política pública no se acaba con la
valoración de las acciones emprendidas sino que justamente este punto se puede
considerar la base para iniciar un nuevo ciclo: en los resultados de la evaluación
deben buscarse oportunidades de nuevas mejoras para incluirlas en los nuevos
procesos de planificación.
10. Todo proceso de cambio hacia la planificación nace en los equipos de trabajo. El
trabajo conjunto de profesionales bibliotecarios y de responsables técnicos y políticos
es básico para cualquier proceso de planificación. La participación e implicación
enriquecen el proceso y aumentan considerablemente las opciones de éxito de las
acciones propuestas.
Bibliografía
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Pla local de biblioteques i lectura pública de Sant Boi de Llobregat (2007). Sant Boi de
Llobregat: Ajuntament de Sant Boi de Llobregat. 69 p. <http://www.bibliotequessantboi.org>. [Consulta: 14/10/09].
Fecha de recepción: 29/10/2009. Fecha de aceptación: 03/11/2009.
Notas
* La biblioteca se transforma en un espacio de relación donde la información no tan solo se lee,
sino que se experimenta. Y donde se interpretan los signos como quién se mira en un espejo que
ya no tiene vidrio porque ha transparentado por completo. Tan solo a partir de este propósito el
lector y lo leído podían aspirar a ser, a pesar de los espectros de la fragmentación y opacidad,
una misma cosa.
1
La Diputació de Barcelona es un referente en este ámbito y dispone, desde finales de los años
ochenta, de unos parámetros propios que se adaptan a las necesidades y a la realidad
bibliotecaria de la provincia. Estos parámetros han ido evolucionando durante los años noventa y
se han revisado en varias ocasiones. Destacamos la versión de 1999, que se incluyó, con otros
documentos de referencia, en las Directrices IFLA/UNESCO para el desarrollo del servicio de
bibliotecas de 2001. La última actualización de los estándares de biblioteca pública es del año
2008, y se ha realizado conjuntamente entre el Àrea de Biblioteques de la Generalitat de
Catalunya y la Gerència de Serveis de Biblioteques de la Diputació de Barcelona. Para más
información sobre estos estándares, podéis consultar el documento Els nous estàndards de
biblioteca pública de Catalunya (Nieto; Vilagrosa, 2008).
2
El mapa de lectura pública es un instrumento de planificación territorial previsto en la Ley
4/1993, de 18 de marzo, del sistema bibliotecario de Cataluña. La responsabilidad de su
elaboración y mantenimiento, según la misma Ley, recae en el Departament de Cultura de la
Generalitat de Catalunya. La última versión del mapa es del año 2008, se elaboró a partir de los
últimos estándares, y se aprobó mediante el acuerdo de gobierno 131/2008, de 15 de julio.
3
Para ampliar la información sobre este apartado se pueden consultar los siguientes documentos:
La biblioteca pública municipal: directrius per a les xarxes urbanes (2009), L'estructuració d'una
xarxa municipal de biblioteca pública (Omella; Permanyer, 2003) y Els plans municipals de
biblioteques: contextualització i situació a Catalunya (Omella; Permanyer; Reyes, 2002).
4
Actualmente únicamente 6 de los 39 municipios catalanes de más de 30.000 habitantes tienen
un plan de bibliotecas aprobado por el pleno municipal. Por orden cronológico de aprobación son:
L'Hospitalet de Llobregat (1997), Terrassa (1998), Barcelona (1998), Sant Cugat del Vallès (2003 i
2008), Sabadell (2006) y Sant Boi de Llobregat (2007). A partir de estas experiencias, otros
municipios también están elaborando procesos de planificación bibliotecaria, pero el resultado de
los planes no ha pasado por el pleno.
5
Así cómo por la realidad urbanística de las ciudades catalanas es especialmente necesaria, en
municipios a partir de 50.000 habitantes, la Ley 4/1993, de 18 de marzo, del sistema bibliotecario
de Catalunya tiene previsto que sea a partir de 30.000 habitantes cuando los municipios puedan
ofrecer el servicio bibliotecario de manera descentralizada ( con más de una biblioteca).
6
Para profundizar sobre la experiencia de la Gerència de Serveis de Biblioteques en este ámbito
se puede consultar el artículo Avaluació dels usuaris de les biblioteques publiques (Feliu;
Permanyer, 2002).
Facultat de Biblioteconomia i Documentació
Universitat de Barcelona
Barcelona, desembre de 2009
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