EL TIEMPO Y SU AUSENCIA EN LA CONCEPCIÓN FUNCIONALISTA DE LA SOCIEDAD Por: Ricardo Pérez. Sociología UCV, Caracas Venezuela 10-01-2008. ricardoperez649@yahoo.com El presente ensayo contiene como tesis fundamental la carencia de la variable tiempo dentro de la teoría funcionalista de la sociedad. En los párrafos siguientes quisimos esbozar brevemente las críticas más notorias del funcionalismo, para de alguna manera desarrollar con un criterio más amplio nuestra afirmación y crítica sobre los alcances y usos de la teoría en el análisis sociológico. Abordamos por lo tanto a los principales exponentes clásicos del funcionalismo y ceñimos nuestra tesis en demostrar que en ellas no existe la variable tiempo, por lo que acarrea indiscutiblemente que ésta sea reducidas a una teoría de mediano alcance que no satisface los requerimientos mínimos para ser empleada en la explicación de sociedades enteras. Entre otras consecuencias y desajustes entre sus partes, vemos como el factor tiempo se presenta como un obstáculo difícil de superar, el cual obliga a sus exponentes a embestir contra la historia y contra la posibilidad no lineal del cambio social, el conflicto y el desequilibrio en los sistemas sociales que se sustentan en la razón eficiente de nuestros días. Sin embargo; no quisimos llegar a una conclusión determinante ni fatalista; pero vemos que al admitir o negar la posibilidad del cambio por el paso inexorable del tiempo, se presenta o deja ver cierta intencionalidad estratégica de dominación y control sobre la sociedad a costa de un supuesto equilibrio atemporal y sin ninguna razón aparente que no sea otra que una analogía organicista. La utilidad de nuestra tesis contiene para finalizar dos razones o causas capitales, la primera es manifiesta y persigue el problema central en sí, y la segunda trata sobre la causa latente que opera detrás de la teoría y su uso en las ciencias sociales, que por razones de tiempo y espacio no abordaremos aquí; pero que resultan muy importantes para el análisis de la realidad social y su comprensión. El análisis funcional tiene su origen en las analogías entre sociedad y organismo. El antropólogo británico Radcliffe-Brown publica en 1952: “Estructure and Function in Primitive Society 1952” (1) donde evidencia y hace uso de dichas similitudes. En sus escritos, la teoría funcionalista sufre algunos cambios en la concepción original sugerida por Emile Durkheim en su texto: “Reglés de la Méthode Sociologique 1895”. Específicamente se puede decir: que la correspondencia entre la función de una institución social (2) y las necesidades (besoin) (3) del organismo social es sustituido por “condiciones necesarias de existencias” (4) así con sus propias palabras nos dice: “….de que hay condiciones necesarias de existencias para las sociedades humanas, lo mismo que las hay para los organismos animales, y que pueden descubrirse mediante el tipo adecuado de investigación científica” página 203. Sin embargo, las teorías funcionalistas de la sociedad gozan aún en la actualidad de cierta veracidad y son consideradas de gran importancia en el análisis de las mismas. Como disciplina científica, ha impactado al mundo sociológico a tal punto que algunos llegan a considerar que el análisis sociológico es en sí un análisis funcional. Herbert Spencer (5) nos dice en sus teorías, “que la sociedad debe ser considerada como una extensión biológica”. Con esta afirmación tan contundente y darwinista, es evidente que la concepción funcionalista de la sociedad queda incrustada en un organismo biológico. Sin más ni menos, Radcliffe-Brown considera además, que dicha estructura debe ser observada por su funcionamiento, asumiendo con ello, una especie de “unidad funcional” con referencia a un todo social. Los supuestos anteriores nos obligan a recurrir de inmediato a Emile Durkheim pues de lo contrario; parece que la sociedad persiste condenada a un organismo como tal. Sobre esto; Durkheim ha de salir al paso y reformula lo propuesto por Herbert Spencer, construyendo un modelo sistemático de sociedad en términos estrictamente sociológicos. Aporta con ello Durkheim, una postura sociológica aceptada también por Radcliffe-Brown 1952 y Malinowki Bronislaw 1884. Liberado el concepto de sociedad y su concepción biológica, el funcionalismo opta por comprender la sociedad como una serie de acciones e interacciones entre seres humanos que forman una estructura de relaciones donde la continuidad de la estructura dada es mantenida por diversos procesos de interacción que constituyen su funcionamiento, sin embargo, la sociedad es mas que la suma de todos sus individuos. Esta nueva idea nos conduce por otros senderos y nos obliga a pensar en un supuesto estado de equilibrio propio e intrínseco del sistema social. Con las máximas de que ningún organismo atenta contra sí mismo y que todo sistema tiende a equilibrarse, creemos que todos los elementos y partes del sistema deben estar integrados de manera que evite las irregularidades que se puedan producir en su interior y que de surgir, es necesario regularlo para evitar el colapso del sistema. Para Radcliffe-Brown, cada elemento en la vida de una comunidad tiene su función específica, sin embargo; en Durkheim “la función no ha de determinar la causa pero si la forma”. Cierto esto, si la función y la forman están recíprocamente determinadas y la función no depende de la historia, es decir: del tiempo. Entonces la función está 2 determinada socialmente y tenemos que admitir otro elemento para justificarlo. En esto nos encontramos con las dificultades que enfrenta la teoría funcionalista en general, y especialmente con Radcliffe-Brown cuando al no tomar en cuenta la constante tiempo, se tropieza con el problema del cambio y la evolución, pues a saber: los animales no cambian; pero las sociedades si, y estas no permanecen estáticas en el tiempo, no hay por así decirlo: una sociedad instantánea sin historia ni pasado. Las dificultades que enfrenta el funcionalismo frente a los problemas antes expuestos parecen determinar definitivamente su efectividad y su alcance. Del mismo modo, al no poder justificar la ausencia del tiempo y sus efectos en el cambio o evolución de la sociedad, la teoría funcionalista queda sumergida en un análisis sincrónico donde las relaciones entre entidades que tienen como tarea justificar su funcionamiento aparecen como una contradicción in adyecto para Radcliffe-Brown. Sin embargo; esta dificultad parece tomar otras dimensiones en el pensamiento de Malinowki, quien al tratar de extender el concepto de función en Radcliffe-Brown trata de llevarlo al campo de las necesidades biológicas y el bienestar mental de los individuos. Al mismo tiempo, intenta desviar su planteamiento inicial para darle una connotación cultural que lo sumerge de lleno en un psicologismo que pretende explicar las expresiones culturales por una coherencia orgánica determinada biológicamente por expresiones de necesidad, con ello; Malinowki parece caer en un retroceso que nos lleva de vuelta al problema biológico. Encerrado en un retroceso evidente, Malinowki se aturde y arremete contra la historia al decir que ésta es pura especulación, y al parecer; lo hace porque en ella encuentra la variable tiempo, la piedra en el zapato de la teoría funcionalista, la misma variable que priva su efectividad a un terreno muy limitado y cuestionado constantemente. Con toda una concepción atemporal y acabada de la sociedad, el psicologismo de Malinowki intenta explicar la cultura por medios-fines y por la razón teleológica donde no diferencia lo individual de lo personal, además de forjar un individualismo poco social, presenta junto con ellos una especie de magia donde los elementos aparecen sin saberse a ciencia cierta sobre su origen. Las teorías de Malinowki vienen además cargadas de una cientificidad basada en la comparación, la verificación empírica, el entendimiento de la cultura como proceso y por un psicologismo impresionante. Aunado a ello, Malinowki intenta dar al análisis social una visión nomotética de la cultura, todo ello sin poder dar un solo paso en contra del problema del tiempo y consigue a nuestro modo de ver, su fatal liquidación en las palabras de Durkheim cuando concreta la máxima de que lo social debe ser explicado sólo por lo social. 3 “Siempre que se intente explicar un fenómeno social por una causa psicológica, tenga la seguridad que es falsa.”1895(6) En “Introducción a la sociología” 1973. Grenn y Jhons parecen ser más concluyentes con las diferencias entre Durkheim, Radcliffe-Brown y Malinowki, arguyendo en contra de ellos una crítica que se refiere no sólo a un organicismo previo, sino también a la transpolación de elementos de la sociedad primitiva para explicar la sociedad moderna, puesto que los estudios de estos tres exponentes se realizaron sobre sociedades primitivas. Para 1957 Robert K Merton emprende en su libro: “Social Theory and Social Structure” la tarea de codificar los conceptos y problemas inherentes al análisis funcional. Sobre sus elementos a los que atribuye funciones, esgrime que estos han de ser reiterativos y darse según un patrón (papeles) normas y conductas objetivas que sólo pueden llamarse “funciones”, evitando los conceptos que pretenden señalar “propósitos conscientes”. Merton resume algunas tipologías y alude a las funciones manifiestas y las funciones latentes que se presentan simultáneamente. Con las teorías de Merton, el elemento tiempo parece desvanecerse de lo social para comenzar un una existencia en otra dimensión. La idea parece concretarse mejor con Talcott Parsons 1953, cuando advierte de cuatro exigencias funcionales (AGIL) relacionadas con el mantenimiento del sistema, que trata a nuestro modo de ver, de contener cualquier indicio de cambio en la sociedad (7), liquidando por razón política la posibilidad de safarse de un concepto de sociedad acabado e inerte, para asumir una más real donde se tome en cuenta la variable tiempo y sus consecuencia inexorables en la historia y evolución del mundo social. Como hemos expresado antes, el éxito práctico del funcionalismo está determinado por la ausencia del tiempo dentro de su lógica interna. Por esta debilidad, el funcionalismo ha proporcionado muchos hechos a explicar desde el punto sociopsicológico, abarcando aptitudes y valores propios de un contexto social estructural que nos facilita la comprensión de la realidad más que una explicación de ésta. Su uso en la actualidad se limita al estudio de las formas y las funciones en las llamadas “instituciones totales” (8) donde el sistema de papeles y las normas están bien definidos funcionalmente y no como en el caso de las sociedades completas donde las funciones son difusas y hasta disfuncionales en ocasiones. Aunado a esto, afirmamos también que el enfoque funcionalista contiene intrínsico un utilitarismo característico de las visiones economicistas donde se trata de ajustar todo a una rentabilidad del sistema, el cual omite intencionalmente la posibilidad de cambiar de una sociedad a otra. 4 Para concluir, decimos entonces que la variable tiempo no es tomada en consideración dentro del funcionalismo, y que este pequeño detalle representa un dilema de la teoría social que aunque no la liquida del todo, deja una brecha grande que permite la disensión y dudad de su veracidad. Mas aún, la causa eficiente deja razones materiales para asumir como axioma que el cambio en la sociedad en una constante irremisible, y que las limitaciones o el sesgo funcionalista ha de ser manejado con prudencia para poder sacar algo beneficioso con su práctica que queda limitada a un sincronismo acabado y congelado por la mente del investigador. Citas: –––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––– (1) L a edición original es inglesa y fue publicada en Londres en 1952. Routledge & Kegan Paul, 1969. (2) Se refiere al concepto utilizado por Emile Durkheim. (3) Necesidades en francés. (4) Radcliffe-Brown en “Estructure and Function in Primitive Society 1952” (5) Fundador de la filosofía evolucionista en Gran Bretaña y uno de los más ilustres positivistas de su tiempo. (6) Tomado de Las Reglas del Método Sociológico. Emile Durkheim. (7) La concepción de sistema en Parsons alude al uso de la violencia si es necesario para conservar el equilibrio del mismo. (8) Se denominan así aquellas instituciones cerradas como Manicomios, Hospitales y Escuelas entre otros. Bibliografía. –––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––– Armand Cuvillier “Manual de Sociología” editorial Florida Buenos Aires 1956. Claude Lévis Strauss. “Antropología Estructural” Eudeba Buenos Aires 1972. Emile Durkheim. “Las reglas del método sociológico” 1895. Malinowki Bronislaw. La Teoría Científica de la Cultura 1884. Radcliffe-Brown. “Estructure and Function in Primitive Society 1952”. ricardoperez649@yahoo.com. UCV, Sociología, Caracas Venezuela. 2008. 5