migrantes y para poder identificarlos y serenarlos, ponerlos ante el Señor, ha sido fantástico dedicar unos días para recogerlo a través del arte, de nuestra capacidad creadora y creativa. Nos hemos adentrado en zonas y talentos de nuestro ser, que permanecían inexplorados o que habían sido enterrados. Así, con asombro hemos redescubierto la poesía, nos hemos dejado llevar por la danza, con ritmo y emoción hemos sentido la música, hemos representado sentimientos a través de la pintura, y hemos revivido de forma nueva el teatro. Hemos logrado transformar lo vivido en un bello y profundo mensaje de esperanza en cada una nuestras manifestaciones artísticas. Y al final qué nos llevamos: "Esta experiencia resume en mi corazón que todo es posible, que lo que cada uno puede aportar ayuda y sirve para iniciar "el cambio". Un cambio que seguramente cada uno de nosotros quiere en su país, cambio que empieza en cada uno. Me siento bendecida de haber podido vivir esto y me da fortaleza y esperanza. Siento que ninguno de nosotros vuelve igual a su lugar, que el encuentro ha modificado nuestras vidas, todos nos volvemos movidos o tocados por algo. La concientización tiene que ser a nivel mundial y pero también la responsabilidad que cada uno tiene. El Señor está con nosotros, ¡¡¡no tengamos miedo!!” Gracias Compañía de María por ayudarnos a crecer, a disfrutar, a vivir y alimentar la fe, a ser personas comprometidas e implicadas en la transformación de nuestro mundo. ◆ Gloria Sabugo ODN ODN Anuario 2014 113