Instrucción religiosa en Santiago Veamos algunas realidades. Para ello nos serviremos de estadísticas que, si bien sun Crias, diiii datos concretos acerca del problema en la Arquidiócesis de Santiago. En otras diócesis, es aún mucho más agudo. Hay en la Arquidiócesis 4.746 Cursos Primarios Fiscales. Según la ley chilena puede hacerse: una hora semanal de Religión por curso en las Escuelas Primarias de! Estado. De los 4.746 cursos existentes, sólo se hace clases de Religión en 1.Ü0U. Quedan, pues, 3.746 cursos en los cuales no se la enseña, porque no hay quien la haga. Ahora bii:ii, si según la ley se puu-den hacer 4.74o horas semanales, al mes se harían 18.984; se hacen sólo 4.00U al mes. En el mismo periodo dejan, pues, de hacerse 14.984 horas de Religión en las Escudas Primarias Fiscales, En Santiago hay 143.347 alumnos primarios fiscales. De ellos, 8Ü.238 no tienen clases de Religión. En cuan'o a los liceos fiscales, se puede hacer en ellos una sola hora do Religión por semana y Solo en el primer ciclo clu humanidades. El segundo ciclo no tune clases de Religión y es ésta la época en que más falta suele hacer. Sus alumnos quedan, pues, totalmente indefensos ante la acción demoledora de un ambiente pagano, o ante la ignorancia en materia de religión de algunos de sus maestros que se permiten atacar a !a Iglesia. Los Institutos Comerciales, por ley, no tienen ninguna hura de Religión. He aquí su alumnado: Institutos Comerciales Fiscales: 7.577 alumnos. Institutos Comerciales Particulares no católicos: 9.793 alumnos. Total: 17.370 alumnos que no tienen instrucción religiosa. En las Escuelas Técnicas Femeninas no se enseña Religión, salvo una hora en primer año; tampoco se hace clases de Religión en las Escuelas Industriales y Agiieokis. Es desolador pensar que muchos de los alumnos que estudian en la enseñanza particular no católica se dicen católicos y, de tales, solo llenen el nombre. Si a esto se agrega la ninguna preocupación religiosa que hay en estos establecimientos, la situación se torna pavorosa para estos miles de católicos que no tienen cómo adquirir un conocimiento siquiera mediano de la Iglesia, ni como tomar una conciencia seria de lo que es su destino de cristianos. ¿Qué comentarios hacer ante tan desoladora realidad? San Pablo nos dice: "La fe entra pur el oído, y al oído llega la Palabra de Cristo"; y para manifestar la necesidad de la enseñanza religiosa, agrega: "¿Cómo oirán si no se les predica?" ¡Qué terriblemente fuertes suenan a nuestros oídos las palabras de San Juan!: "En esto consiste la vida eterna: en conocerte a Ti, solo Dios verdadero y a Jesucristo a quien Tú enviaste". ¡Tanta juventud y tanta niñez, futuro de la Patria y de la Iglesia, crece en la ignorancia de ¡a VIDA ETERNA! Expuesto el problema, queda la tarea de proponer algunas soluciones: 1.— Aumentar el número de catequistas que hagan los cursos en el Hogar Catequístico de San- tiago. Estos cursos, que se dictan en Alonso OvaHe 1431 en horarios diurno y vespertino, son necesarios para poseer el titulo de profesar de Religión y enseñar en Jas Escuelas Primarías. En la actualidad no alcanzan en total a titularse cien profesores de Religión por año y, para absorber el déficit, se necesitarían 50Ü nuevos profesores anjjles. ¿No hay miti-'hus jóvenes y niñas que podrían seguir cites cursos? Al parecer, muchos de ellos nu se han dado cuenta cab¿il de su pape! dsnttu de la Iglesia y no ven ei magnifico trabajo que puon.ni desarrollar en bien de las almas. [Pensar en tanta juventud aburrida, que nu sabe que hacer! 2.— Ayudar e:i sus parroquias a enseñar catecismo. Por lo general, los párrocos Mcmen la terrible taita de catequistas preparados que lus ayuden en su tarea pastoral. La enseñanza de ia Religión requiere una preparación mucho mas cuidadosa que la que se precisa para enseñar una asignatura profana, ya que las consecuencias de una enseñanza insuficiente o equivocada serian de una gravedad inmensa. El oticio de Catcquesis del Arzobispjdu ha organizado este año algunas cursos por Uecanatos y impera que el próximo año puedan ser más numerosos, para que puctian prepararse lus que iu deseen. 3.— Que los alumnos y alumnas de colegios católicos intensifiquen su trabajo en la enseñanza del Mensaje Divino en Parroquias y Poblaciones. Y digo "intensifiquen", porque es una reulidütl vuiisoladora el aposloiado que ejercen muchos de ellos. 4.— Personas que se dediquen intensamente a la enseñanza de la Religión, ya dentro de sus parroquias, ya fuera de ellas. En Santiago se necesitarían 497 profesores que hicieran 30 horas de clases semanales, para solucionar d problema de las Escuelas Primarias. 5.— Organizar en las parruquias la C.D.C. (Confraternidad- de la Doclrina Criüliana) que esta mandada por el Códig» de Uerecho Canónico para cada parroquia y cuyo fin es propagar y enseñar el catecismo. 6.— Problema económico. Henos aquí ante el eterno problema económico, que obedece a una fatta de sentido de Iglesia en muchos católicos. Hay hombres y mujeres generosus que, por carecer del sentido de Iglesia que hemos citado, piensan que la difusión de la fe es cosa de niños o que está encomendada sólu a la acción de los sacerdotes. Su misma ayuda de carácter económico suele no estar organizada según la mayor importancia de las obras. Se requieren recursos económicos para: — Pagar catequistas en la mejor forma posible. — Pagar las clases de Religión en las escuelas. Estas son gratuitas hasta ahora y muchas son las personas de buena voluntad que, por la necesidad imperiosa de ganarse la vida, nu pueden hacer este apostolado con el cual sueñan. — Tener en el Arzobispado una central de Filminas-Diapositivos, cuadros Catequísticos y Máquinas para los catecismos más pobres, ya sean parroquiales o no, que justamente por su pobreza nu pueden poseer estos inedius lan necesarios hoy día en la difusión de la Palabra del Señor. — Impresión de folletos para instrucción de adultos. — Cursos por correspondencia sobre la le católica. Ei próximo año empezará uno, propiciado por el Oficio Nacional de Catcquesis. Se pretende dar enseñanza religiosa a los padres de familia. — Folletos y hojas para los enfermos, reos, conscriptos, etc. Pbro. José Joaquín MATTE VARAS, Presidente del Oficio de Catcquesis del Arzobispado de Santiago.