Disfruta del camino Nos pasamos la vida esperando al próximo hito, a subir el siguiente escalón. Desde el día que nacemos nuestra vida se valora en función de las metas que vamos alcanzando. Cuando tenemos 4 años queremos tener 5, cuando salimos hasta las 22 queremos llegar a las 24, y al emprender sucede lo mismo. Siempre estamos con la vista puesta en el futuro…. Y esta forma de pensar, que afecta cada vez a más personas y hacia la que la sociedad nos empuja, nos hace esencialmente infelices, porque en lugar de valorar el presente y disfrutar de lo que tenemos ponemos nuestra mira en el futuro y en lo que no tenemos. Y esto se contagia a todo, a nuestra forma de vivir. Andamos corriendo de un lado a otro enfrascados en nuestro móvil, sin mirar a nuestro alrededor. Hemos dejado de asombrarnos de la belleza de lo que nos rodea, del paisaje del tren, de las pequeñas rarezas del mundo…. y un barniz de escepticismo ha tapado nuestra ilusión. Menudo plan. Esta actitud se da especialmente entre los emprendedores, que siempre andan persiguiendo el siguiente paso: cuando acabamos de lanzar nuestro producto nos ponemos a pensar en las primeras ventas, luego en escalar, luego en buscar inversión, luego en hacernos más grandes, abrir nuevos mercados, nuevos productos… una locura. Si, sé que es necesario ser conscientes del futuro, planificar y prever qué sucederá… pero sin que el futuro nos condicione. Vive en el presente. Ahora intentamos ir lo más rápido posible, alcanzar la siguiente meta pronto, conseguir el siguiente hito… pero se nos olvida disfrutar el día a día. Divertirnos por el camino, pararnos a pensar y sobre todo, celebrar nuestras victorias. El camino es largo, mucho más de lo que esperas… y si no aprendes a disfrutar cada paso lo más probable es que acabes odiándolo antes de haber llegado al éxito (sea lo que sea eso para ti). Emprender es algo duro, lleno de incertidumbre, fracasos y dificultades… y si no disfrutas los pequeños detalles, las anécdotas o los momentos de alegría, acabará no valiendo la pena. Si, sé que realmente estás haciendo esto por llegar a la cima de la montaña, por alcanzar esa deseada cumbre…. pero el camino va a ser largo, así que haz que valga la pena. Y para eso nada mejor que: Celebra todos tus triunfos con el equipo, grandes o pequeños. Sobre todo los pequeños. No es necesario hacer una gran fiesta (o sí), cualquier detalle vale. Tómate un rato para pensar todos los días, para recordar por qué estas haciendo esto y renovar tus energías… eres un privilegiado, no olvides por lo que peleas. Ríete. No tienes un jefe que te diga que eso es inapropiado, así que disfrútalo (y sobre todo, no te conviertas tú en ese jefe. Sois piratas, no marineros.) No te obsesiones tanto con el futuro, no va a suceder antes por más que pienses en ello. Vive el hoy, y celebra que estás haciendo realidad tus sueños… algo que la mayoría no puede hacer. Disfruta de las personas que te rodean. Padres, parejas, amigos…. Pero hazlo hoy. No las desatiendas con la excusa de que mañana ya habrá tiempo, de que todo esto lo haces para poder pasar más tiempo con ellas. Ellas son realmente tus cimientos, así que dales las gracias y hazles saber lo importantes que son. Tómate de vez en cuando unos días de vacaciones. Si puedes vete a otro país. Pero sobre todo sal de donde estas, asómbrate al conocer cosas nuevas, descubre nuevos rincones… que además de ayudarte a ser más creativo y tener otra perspectiva, te darán algo por lo que pelear. Fuente: trabajemos.cl