ALERGIA POR ALIMENTOS Tengo el diagnóstico, ahora ¿cómo sigo? Nos dieron el diagnóstico de nuestro hijo: tiene alergia a algún alimento. La mayoría de las veces no sabemos de qué se trata, es más, para muchos es la primera vez que escuchamos hablar del tema. Mucho menos entonces sabemos cómo empezar. El doctor nos dice que nuestro hijo/a no coma nada con ese alimento y que lea etiquetas. En oportunidades sin aclarar en qué debo fijarme en la mencionada etiqueta… Por supuesto que no todo queda ahí, hay mucho por aprender para que la dieta sea tan estricta como se necesita: TOTALMENTE ESTRICTA. Debemos procurar que su organismo “olvide” al alimento en cuestión, el que para su cuerpito “por el momento” es un agresor. Entonces, no deberá haber ingesta por mínima que fuera, ni contacto por piel u olfato. Para eso hay que ser cuidadosos, informarnos y enseñar al entrono y a los mismos niños. ¿Qué hacer? Más allá de las medidas que cada familia adopte, algunas deciden hacer la dieta todos los miembros, otras nada más el niño. En otras, cuando el bebé es amamantado, la dieta la hace sólo la mamá (la proteína de la leche de vaca por ejemplo, se trasmite por la leche materna) o la acompaña el resto de los convivientes. Como sea, hay que tomar medidas: • En primer lugar, aceptarlo y saber que ahora está en nuestras manos la posibilidad de que nuestros pequeños mejoren su calidad de vida y, por qué no, reviertan en algún momento su alergia. • Saber reconocer los síntomas de reacción por ingesta o contacto, pidiendo al médico nos instruya en los pasos a seguir en lo inmediato y determinar un plan de acción. • Paso siguiente, trasmitir el punto anterior al entorno: cuidadores, familiares, amigos, vecinos, escuelas (maestra, autoridades y personal de servicio). Dando material e información por escrito y en forma verbal, para que comprendan y no caigan en las conocidas frases de “un poquito no le va a hacer nada” o “creo que estás exagerando” o algo muy escuchado: “lo estás sobreprotegiendo”, etc. Por otro lado, mantener la calma ante estas situaciones, ya que tomarán más en cuenta la literatura ofrecida y más si lo explicamos bien una y otra vez, haciendo notar que estamos informados. • Para el punto anterior, también nos será de mucha utilidad que todo el entorno escuche un audio elaborado por el Dr. Martín Bozzola, pediatra, especialista en Alergia e Inmunología Infantil. Podemos escucharlo en cualquiera de los siguientes enlaces: http://www.alergialimentaria.org/rec_banch_512.wmv http://www.youtube. com/watch? v=Wl53OM9ZvnE • Educar a nuestro hijo/a en el cuidado y el manejo de su alergia, sabiendo que su dieta será más sana y nutritiva desde ahora, y por sobre todo no trasmitirles temor. Enseñarles a decir no, a lavarse las manos, a reconocer los alimentos permitidos y los no permitidos, etc. • Si son bebés o no saben hablar, colocar una identificación en su ropa, en una pulsera o medalla, que advierta sobre su alergia. • Imprimir varias copias de listas con fecha de aptos y de ingredientes prohibidos. Llevarlas en la cartera, en el bolso del bebé, en el auto, cuando hacemos compras. Dejar copia en casas de abuelos, amigos, etc. Nunca sabemos cuándo se puede necesitar. Actualizar las listas periódicamente. A tener en cuenta: • Alérgenos ocultos en denominaciones raras. Para eso debemos consultar los códigos INS o E, teniendo en cuenta el alérgeno a evitar. Este puede estar en alimentos, medicamentos, golosinas, cosmética, útiles y muchos otros productos industriales. Recomendamos leer la sección Guías en: http://www.alergialimentaria.org • Contaminación cruzada. Los utensilios del alérgico deben ser únicos para él o de material no poroso como acero, vidrio, etc. teniendo en cuenta una adecuada higiene. Los materiales porosos tales como plástico, aluminio, madera, etc. pueden contener vestigios del alérgeno. En caso de haberlos, deben ser de uso exclusivo del alérgico. El sólo contacto de un cuchillo contaminado con alimentos no aptos usado para el alimento apto del alérgico inmediatamente y sin la higiene correspondiente, es suficiente para romper la dieta, incluso aunque no manifieste reacción. • Lavar los utensilios en forma separada. Tener en cuenta que por ejemplo la esponja queda contaminada. • Lavarnos manos y boca si comimos alimentos no aptos antes de besar o tocar a los niños, o sus objetos o alimentos. • Las proteínas de leche y pescado sobre todo, pueden desplazarse por aire en el calor de un horno hacia otros alimentos. Es por esto que no debemos hornear una comida “apta” junto a una no apta, primero haremos la apta y luego la del resto de la familia. Luego, con ventilar el horno y la limpieza habitual estará listo para el próximo uso. Se sugiere incluso, no hornear pizza cuando hay niños APLV en la cocina, lo mismo se recomienda para el pescado. Seguir el mismo criterio para los alimentos calentados o cocinados en el horno de microondas. • Por lo dicho en el punto anterior es que un alérgico a la proteína de leche reacciona al entrar a una pizzería o un alérgico al pescado o mariscos reacciona al entrar a un lugar donde se los esté cocinando (restaurante, cocinas, etc.). • El lugar de guardado en la heladera de los alimentos del alérgico debe ser en los estantes superiores, para evitar que algo desde arriba contamine lo de abajo por pérdidas, derrames, etc. • Contactase con familias que pasen por la misma problemática, ya que son los que en el día a día van teniendo experiencia e información al respecto. Sandra Del Hoyo