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LUNES 27
DE JUNIO
DE 2016
Editora: MARA GÜERECA kiosko@elsiglodedurango.com.mx
Exposición en el Thyssen.
El Museo Thyssen-Bornemisza reúne obras de Caravaggio y de otros pintores del norte de Europa seguidores del maestro italiano.
EL SIGLO DE DURANGO /
AGENCIAS
Madrid
Este año, dos de los museos
más importantes a nivel
mundial, localizados en
Madrid, dedican gran parte de sus salas y de su año a
la obra de dos maestros de
la pintura: El Bosco en el
Museo del Prado y Caravaggio en el Museo
Thyssen-Bornemisza.
EL ARTISTA
Sus críticas tenían más peso que su obra. Su personalidad era más comentada
que sus pinturas. Michelangelo Merisi da Caravaggio
llegó a Roma sabiéndose
distinto, sabiendo que la
realidad era la única inspiración posible y haciendo
de su carácter el mejor reflejo de sus penumbras. La primera vez que su trabajo cobró el mismo protagonismo
que su autismo provocado
fue en 1603, cuando el lombardo ya llevaba una década
en Roma.
Fue el pintor y poeta Karel van Mander, que moriría
tres años después, el que en
una publicación sobre la
historia, la práctica y la teoría del arte pictórico mencionó a un tal Caravaggio,
asegurando que hacía “cosas maravillosas en Roma”.
El sacrificio de Isaac. Obra procedente de la florentina Galleria de los Uffizi.
También describió su personalidad, encumbrado aún
más sus grandes dotes para
incomodar. “Dice –Caravaggio- que todas las cosas
no son más que nimiedades,
sin importar quien las haya
pintado, si no están pintadas y hechas del natural, y
que no hay nada mejor que
imitar la naturaleza. Y, por
consiguiente, no traza nunca una sola línea que no se
aproxime a la naturaleza,
copiándola y pintándola”,
escribió.
A las críticas constantes
que lanzaba hacia los pintores romanos por basarse en
dibujos se unía su propensión al conflicto. A la riña, a
la disputa, a una soledad
que sólo calmaba con un
criado que le acompañaba
por la calles de la ciudad italiana. Pese a esto, pese a no
saber cómo acercarse a él,
su obra empezó a ser hipnótica. Los pintores norteños
dejaron de observar a Michelangelo para admirar a
Caravaggio e hicieron de su
reflejo de la realidad la mejor de las influencias.
Ahora,
el
Museo
Thyssen-Bornemisza recoge aquellas obras fruto de
esa admiración. Pinturas de
Rubens, de Nicolas Régnier,
de Giusto Flamingo o de Gerard van Honthorst y las
contextualizan con otras doce del artista en Caravaggio
y los pintores del norte, que
abre sus puertas hasta el 18
de septiembre. “Se puede
decir que, de todos ellos, con
el único que entabló una re-
Caravaggio y los pintores
del norte
Santa Catalina de Alejandría.
La exposición del Museo Thyssen-Bornemisza se centra en la figura
de Michelangelo Merisi Caravaggio (1571-1610) y en su influencia en
el círculo de pintores del norte de Europa que, fascinados por su obra,
difundieron su estilo. Caravaggio y los pintores del norte, comisariada por Gert Jan van der Sman, miembro del Istituto Universitario Olandese di Storia dell’Arte en Florencia (Universidad de Utrecht) y Profesor de la Universidad de Leiden, pone de relieve el legado del artista
lombardo y ofrece una idea de la diversidad de las reacciones causadas por su pintura.
En la muestra se exhibe un conjunto de piezas que abarcan el curso de la carrera de Caravaggio, desde el período romano hasta las
emotivas pinturas oscuras de sus últimos años, junto a una selección de obras de sus más destacados seguidores en Holanda, Flandes y Francia, como Dirk van Baburen, Hendrick Ter Brugghen, David
de Haen y Gerrit van Honthorst, Nicolas Regnier y Louis Finson o Simon Vouet, Claude Vignon, Nicolas Tournier y Valentin de Boulogne.
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lación de amistad fue con
Louis Finson, pintor belga
que se trasladó a Italia a
principios del XVII”, asegura el comisario Gert Jan
van der Sman, cuya intención ha sido poner de relieve el legado y la diversidad
de las reacciones motivadas
por su obra.
LA MUESTRA
De la exposición destaca la
docena de obras del máximo
exponente del claroscuro,
Caravaggio, entre las que se
encuentran ‘David vencedor
de Goliat’, ‘Los músicos’,
‘San Francisco en meditación’ o la última obra documentada del pintor, ‘El martirio de Santa Úrsula’, pintada en 1610. Además, el pú-
blico podrá ver ‘Muchacho
pelando fruta’, ‘El sacrificio
de Isaac’ (una de las “piezas
estrella”, según el comisario de la muestra) y ‘San
Juan Bautista en el desierto’, que por primera vez se
exponen en España, según
ha indicado la jefa del Área
de Pintura Antigua del Museo, Mar Borobia.
En total se exhibirán 53
pinturas, procedentes de
colecciones privadas, museos e instituciones como
el Metropolitan Museum
de Nueva York, la Galleria
degli Uffizi de Florencia,
el Museo del Prado, el Museo del Ermitage de San
Petersburgo, el Rijksmuseum de Ámsterdam o la
iglesia de San Pietro in
Montorio en Roma.
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