El prototipo de toda comunidad es la vinculación familiar en el seno de la Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo, Personas perfectas, se hallan mutuamente unidas con amor infinito en una comunidad perfecta. El modelo de toda comunidad es la unión de Cristo con su Iglesia. Jesucristo, la Cabeza del Cuerpo Místico, está vinculado a todos los miembros mediante una unión orgánica misteriosa y constituye con ellos la Familia de Dios. Nuestros Colegios quieren ser comunidades con carácter de signo visible, capaces de ejercer en su ambiente una influencia de saneamiento y transformación que impulse hacia las altas metas de un nuevo Occidente cristiano. A causa de la influencia desintegradora de la mentalidad mecanicista, donde el Occidente ve amenazada su misión porque separa la naturaleza humana de la gracia divina, la Causa primera (Dios) de la causa segunda (hombre), la idea (pensar) de la vida (actuar). Unidos en Alianza de Amor con María, la vencedora de todas las herejías, animados por una corresponsabilidad creyente con el Padre y Fundador, desde los Colegios de Schoenstatt se quiere ayudar a la Iglesia a que el Occidente continúe siendo el portador de su misión histórica de salvación.4 Es un desafío profético que nos compromete a trabajar por el advenimiento y consolidación de una nueva cultura cristiana para el tercer milenio. 4 "En la Edad Media fueron Universidades enteras las que se pusieron al servicio de importantes metas y tareas intelectuales, y que así cumplieron la misi6n para su tiempo de unir sanamente la investigación científica con la vida. ¿Por qué no podría suceder lo mismo con nosotros?" P. Kentenich. Josephs-Brief. 1952, pág. 36 2