TEOREMA DE SEPARACIÓN DE FISHER Juan Samuel Baixauli Soler José Antonio Cascales Saseta TEOREMA DE SEPARACIÓN DE FISHER En el proceso de la toma de decisiones de inversión y consumo de un individuo, dicho individuo primero toma la decisión óptima de inversión productiva realizando proyectos de inversión hasta que el rendimiento marginal de la última inversión es igual al tipo de interés del mercado; y a continuación, selecciona su patrón óptimo de consumo prestando o endeudándose en el mercado financiero hasta que su tasa marginal de sustitución se iguala con el tipo de interés del mercado. La separación de la decisión de inversión (primer paso) y de la decisión de consumo (segundo paso) es conocida como el Teorema de Separación de Fisher. De acuerdo con este teorema, dados mercados financieros perfectos, la decisión de inversión productiva está guiada únicamente por un criterio objetivo (como el valor actual neto) sin tener en cuenta las preferencias subjetivas de los individuos, que están vinculadas a sus decisiones de consumo. El criterio de inversión a seguir consiste en maximizar la riqueza del agente decisor; esto es, en maximizar las posibilidades de consumo a lo largo de su horizonte de planificación. La principal implicación del Teorema de Separación de Fisher consiste en que en la decisión de inversión no interviene ningún tipo de información “subjetiva” resumida en las curvas de indiferencia del individuo sobre consumo actual o futuro. Sólo se requiere conocer la rentabilidad de los proyectos de inversión y el tipo de interés de equilibrio del mercado financiero. Por tanto, el Teorema de Separación de Fisher implica la existencia de un criterio objetivo para la toma de decisiones de inversión productiva: la decisión óptima es aquella que hace máximo el valor de la riqueza del inversor. De realizar la inversión con VAN negativo, las posibilidades de consumo, tanto presentes como futuras, se reducirían. En resumen, a partir del Teorema de Separación de Fisher se obtiene a un criterio objetivo y operativo para la toma de decisiones productivas. ¿Cuándo debe realizarse una inversión productiva?: siempre que el valor actual neto de dicha inversión sea positivo. ¿Por qué? Porque la realización de proyectos de inversión con valor actual neto positivo maximiza la riqueza del propietario de la empresa.