Documento descargado de http://www.elsevier.es el 17/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 116.826 HISTORIA DE LA PSIQUIATRÍA Comentario a “Sobre el delirio de persecución” J.M. Olivares Díez y B. Pinal Fernández Servicio de Psiquiatría. Hospital Nicolás Peña. Complejo Hospitalario Universitario de Vigo. Vigo. España. Ernest Charles Lasègue (1809-1883) es considerado una de las figuras más representativas de la psiquiatría francesa del siglo XIX. Educado en literatura y filosofía, lee su tesis doctoral en Medicina en 1846. Junto con su colega Claude Bernard, primero de los defensores del método experimental en este campo, propone la etiología de los desórdenes mentales como un concepto complejo, en el que la psicología y la fisiología se complementan una a otra. Sus aportaciones han sido tan variadas como brillantes, comenzando por la descripción de los criterios clínicos que diferenciaban los síntomas de conversión de la histeria y diversos problemas neurológicos, designando signos como el que lleva su nombre. También son innovadores sus artículos sobre exhibicionismo y cleptomanía, que se consideran como pioneros de la psiquiatría forense. Son muchos los autores que creen que su aportación a las bases de lo que actualmente conocemos como anorexia nerviosa fue anterior a la realizada por Gull, aunque quizás la historia haya dado mayor protagonismo a este último. En 1877, en uno de sus últimos trabajos, describe junto con Jules Falret el concepto de folie à deux, todavía utilizado hoy en día en las clasificaciones internacionales. Sin embargo, uno de los trabajos más reconocidos de este polifacético autor es el artículo que hoy nos ocupa. Después de que en el siglo XIX se consolidase la distinción entre delirios agudos y delirios crónicos, iniciada por Guislein, son muchas las aportaciones de la psiquiatría francesa de aquella época a la descripción de los delirios crónicos. En 1852, Lasègue describe el delirio de persecución de evolución progresiva, que también sería estudiado después por su discípulo Legrand du Saule (1871). Más tarde aparecen otras descripciones sobre las características de estos delirios, como la realizada por Foville con el delirio de grandeza (1871) o la publicada en 1882 por Cotard sobre el delirio de negación. La originalidad de la aportación de Lasègue radica no sólo en la descripción precisa de las características de este tipo de delirio, sino también en considerar el delirio de persecución como un desorden mental distinto a los descritos en aquel momento. El delirio de persecución es una nue65 va y estable forma de delirio, en el que las alucinaciones auditivas pueden estar presentes, pero no son la causa del delirio, ni le confieren mayor gravedad, de igual forma que ningún tipo de carácter predispone a la aparición de este delirio; de hecho “se trata de algo distinto a la exageración de una tendencia natural. Los caracteres más asustadizos no son los más predispuestos”. También describe que los pacientes que presentan este delirio no muestran grandes alteraciones emocionales, y que se puede dar en sujetos mayores de 28 años, con diverso humor, inteligencia y clase social. Por primera vez, en la psiquiatría francesa del siglo XIX se aislaba una forma de delirio crónico que se diferenciaba sustancialmente de la melancolía, y el grupo de los delirios crónicos pasó a constituir uno de los sectores centrales de la nueva ordenación de la clínica psiquiátrica. Las descripciones de las formas de delirio crónico se multiplicaron rápidamente a partir del trabajo de Lasègue, que se basa en tres criterios distintos y sucesivos: en primer lugar con respecto al “tema” del delirio, siendo ejemplo de esta tendencia los trabajos de Foville y Cotard. Posteriormente se intentó una reelaboración de estos síndromes para lograr una mayor utilidad clínica, agrupándolos según el mecanismo o función psíquica que parecía intervenir en su formación. De este modo, surgieron los delirios de interpretación de Sèrieux y Capgras o los pasionales de Clerambault. Por último, un tercer camino fue el de individualizar los síndromes delirantes en función de los caracteres formales y evolutivos. Surgió así el grupo de los delirios sistemáticos, sin duda el intento nosográfico más ambicioso realizado por la psiquiatría francesa en este sector clínico. Magnan insistió en la necesidad de analizar la evolución de los cuadros delirantes para clasificarlos, y de esta forma organiza, junto con Sèrieux, los delirios crónicos en dos grupos: los delirios crónicos de evolución sistemática y el delirio polimorfo de los degenerados (El delirio crónico, 1882). Esta idea del estudio longitudinal, que en realidad había tomado de su maestro Morel, sería lo que sirvió a Kraepelin para ordenar y caracterizar las psicosis endógenas. Psiq Biol 2005;12(3):131-2 131 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 17/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Olivares Díez JM, et al. Comentario a “Sobre el delirio de persecución” Lasègue inicia este trabajo realizando una crítica a sus contemporáneos, cuando afirma que no todos los alienados (y sus delirios) son iguales, y advierte que bajo el título de alienación “se reúne, si es que no confunde, en una unidad engañosa las formas patológicas más dispares”, por lo que “a todos los locos se le aplican las mismas prescripciones legales y reglas administrativas”, del mismo modo que “los libros de patología general abarcan, al mismo tiempo, las enfermedades circulatorias o las funciones respiratorias, las incluyen en una descripción común e intentan aplicarles un pronóstico y un tratamiento”, justificando así la necesidad de estudiar y aislar los delirios como forma patológica, basándose en la observación clínica directa. Podemos considerarlo el precursor de un cambio sustancial en el desarrollo de la psiquiatría en la Francia de su época, de modo similar, y con las limitaciones que siempre supone realizar comparaciones entre la escuela alemana y francesa, a Emile Kraepelin. Cuando este último inicia su monumental obra de ordenamiento en el campo de los delirios (1883), se encuentra que del 70 al 80% de los alineados internados se hallaban rotulados de paranoias, y reunían formas delirantes crónicas, agudas y periódicas. Así, se estableció como primer objetivo delimitar entidades clínicas. Aunque aplicó el criterio evolutivo y la forma de terminación de las psicosis, a través de las ocho ediciones de su tratado (1883-1895) establece los criterios de la paranoia, las parafrenias y el deliro paranoide de la demencia precoz, señalando en su descripción la posibilidad de aparición o no de alucinaciones auditivas, la ausencia o presencia de deterioro de la personalidad y su carácter endógeno (uno de los puntos fundamentales en los que discrepa la concepción de la paranoia de Kraepelin con 132 Psiq Biol. 2005;12(3):131-2 el carácter de desarrollo que ofrecería la óptica fenomenológica a partir de Kark Jaspers). Lasègue se centra, principalmente, en el comienzo y en los primeros signos de la enfermedad, y se justifica del siguiente modo: el delirio como enfermedad debe manifestarse por una serie de síntomas, pero para saber cuáles son debemos fijarnos en el “momento de floración” de este proceso patológico, no en los pródromos ni en la evolución, ya que en esos momentos no se pueden apreciar los elementos esenciales y primitivos. Él mismo reconoce en su trabajo el objetivo que pretende alcanzar, “establecer un tipo de delirio y determinar las características que deben aparecer en su definición” y las limitaciones que se impone al pretender realizar un estudio nosológico, pero en ese momento, sentó la base para que otros autores analizasen ese tipo de alienación desde otros puntos de vista, como el patocrónico. BIBLIOGRAFÍA GENERAL Berrios G. Delusions. The history of mental symptoms, descriptive psychopathology since the nineteenth century. En: Berrios G, editores. Londres: Cambridge University Press; 1996. p 85139. Chabrol H, Corraze J. Charles Lasègue, 1809-1883. Am J Psychiatry. 2001;158(1):28. Corraze J. Charles Làsegue: de la folie à deux à l’hystèrie et autres états. París: L’Harmattan; 1998. Magnan V, Sèrieux P. Delirios sistematizados de los degenerados. Psiquiatría.com. 1997;1(4):[22 screens]. Vandereycken W. Tribute to Lasègue. Am J Psychiatry. 2001; 158(12):2092. Vandereycken W, van Deth R. Who was the first to describe anorexia nervosa: Gull or Lasègue? Psychol Med. 1989;19: 83745. Vidal DA. Delirios. Alcmeón. 1997;3(6). 66