Ciudad, universidad y universitarios, en torno al vecindario de la calle 45* Fe c h a d e r e c e p c i ó n : 1 4 d e s e p t i e mbre de 2007 . Fe cha de a ce pta ci ó n: 5 de fe bre ro de 2 0 0 8 . Beatriz García-Moreno Ph. D. Historia, teoría y crítica de la arquitectura Facultad de Artes Profesora Asociada Universidad Nacional bgarcia@javeriana.edu.co Resumen La investigación estudia a nivel interdisciplinario, el vecindario de la calle 45, comprendido entre CUADERNOS DE VIVIENDA Y URBANISMO. Vol. 1, No. 2, 2008: 298 - 311 las Universidades Nacional sobre la carrera 30, y Javeriana sobre la carrera 7ª, la avenida 40 paralela al río Arzobispo y la calle 53, con la intención de examinar diferentes lógicas que lo constituyen no solo en lo que tiene que ver con su configuración física sino en relación con las prácticas de sus habitantes y de manera particular con las de los estudiantes universitarios que los recorres diariamente. Para su desarrollo se ha partido de teorías relacionadas con la construcción de las ciudad que permiten una aproximación a sus arquitecturas y de teorías provenientes del psicoanálisis que permiten un acercamiento a los posibles vínculos sociales que allí están en juego. Palabras clave autor Ciudad, universidad, universitarios, Bogotá, calle 45. Palabras clave descriptor Zonas escolares, Bogotá (Colombia)-Calles, calidad de vida. 298 * Investigación publicada por la Editorial Javeriana en octubre de 2007. Grupo de investigación al que se inscribe: Pensar la Ciudad. Maestría en Planeación Urbana y Regional. Investigación: “Ciudad, universidad, universitarios. El vecindario de la Calle 45”. Investigadora principal: Beatriz García Moreno. Co-investigadores: Alexander Niño y Roberto Cuervo. Asistentes de investigación: Adolfo Suárez, Gary Cifuentes y Nicolás Gualteros. %NTIDADlNANCIADORA0ONTIlCIA5NIVERSIDAD*AVERIANA&ECHADEINICIOJUNIODEFECHADETERMINACIķNDICIEMBREDE City, University, Students, Around of the 45th Street´s Neighborhood Abstract The research studies in an interdisciplinary level the 45th street neighborhood, located between the Universidad Nacional on the avenida 30, and the Universidad Javeriana on the carrera 7 a , the avenida 40 parallel to the Arzobispo river and the calle 53, in order to study different logics not only in a physical way, but also studying the inhabitants behaviors, particularly the university students who walk across everyday. This research has started with the study of theories related with the city construction, that approach us to the architecture and psychoanalysis theories which are important to understand the neighborhood social ties. Key words author City, University, University Students, Bogotá, 45th Street. Key words plus School Sites, Bogotá (Colombia) - Streets, Quality of life. Cidade, Universidade, Universitários, o Entorno ao Bairro da Rua 45 sidad Nacional na Carrera 30 e a Universidad Javeriana na carrera 7ª e entre a avenida 40, paralela ao rio Arzobispo, e a calle 53, com intenção de examinar os enfoques diversos que constituem-na, não somente em quanto a sua configuração física, mas também às práticas dos habitantes e, mais particularmente, com aquelas dos estudantes universitários os quais percorrem o setor a diário. Tem-se partido para o desenvolvimento, tanto de teorias relacionadas com construção de cidades, mesmas que permitem aproximações à arquitetura, quanto de teorias provindas da psicanálise, as quais permitem a proximidade dos possíveis vínculos sociais presentes. Palavras chave autor Cidade, universidade, universitários, Bogotá, Rua 45. Palavras chave descritor Zonas escolares, Bogotá – Colômbia, ruas, qualidade de vida. Ciudad, universidad y universitarios, en torno al vecindario de la calle 45. Resumo A pesquisa estuda, no nível inter-disciplinário, a vizinhança da rua 45, abrangida entre a Univer- 299 El acercamiento al tema y los caminos propuestos para su abordaje CUADERNOS DE VIVIENDA Y URBANISMO. Vol. 1, No. 2, 2008: 298 - 311 La investigación “Ciudad, Universidad y Universitarios, el vecindario de la calle 45” surgió de la necesidad de indagar sobre el papel que han cumplido las instituciones universitarias en el desarrollo y la transformación de Bogotá. Para ello, se escogió un sector de la ciudad, el vecindario de la calle 45, debido a que su configuración urbana y arquitectónica y el tipo de prácticas urbanas que allí se realizan, permiten evidenciar el impacto de la presencia de un número considerable de instituciones de educación superior. En las últimas dos décadas, el sector pasó de ser de uso predominantemente residencial a tener un uso mixto, con notable presencia de comercio y otras actividades relacionadas con la población universitaria, quienes no solo se desempeñan en tareas propias de las universidades, sino que lo habitan mediante actividades, propias de su condición de jóvenes estudiantes. 300 El sector estudiado se encuentra ubicado en el centro del área metropolitana de Bogotá y está conformado por barrios residenciales que se desarrollaron, en su gran mayoría, en la primera mitad del siglo veinte –1900-1960– y por universidades e instituciones de educación superior que se agruparon en torno al eje de la calle 45, especialmente, durante las tres últimas décadas del siglo pasado y generaron, entre otras cosas, un comercio específico relacionado con las actividades académicas y las necesidades del estudiante universitario. A partir del año 1936, durante el gobierno de Alfonso López Pumarejo, se conformó el eje de la calle 45 como un claro eje vial que dio estructura al sector. A partir de la localización del Campus de la Universidad Nacional en el extremo occidental de esta vía y sobre la carrera 30. La Universidad se construyó a la manera de ciudad universitaria, de acuerdo con el modelo de campus universitario norteamericano. Este proyecto, que hacía parte de la intención modernizadora del país fue concebido como un instrumento para impulsar el desarrollo de la ciudad en esa dirección (Niño, 1991). En el extremo oriental, arriba de la carrera 7ª, se encuentra el campus de la Universidad Javeriana, que se construyó en la segunda mitad del siglo pasado; inicialmente, en algunos terrenos de lo que fue la Hacienda La Merced de propiedad de los Jesuitas, y luego su territorio se extendió a otros lotes del vecindario, adquiridos por esta institución. El borde sur lo define la avenida 39, paralela al río Arzobispo, el cual es uno de los ríos que bajan del cerro y recorren la sabana, y hace parte del principal sistema ecológico de Bogotá, considerado como borde norte del Plan Zonal de Centro de Bogotá. Sobre su costado norte se encuentran diferentes instituciones universitarias como el Inpahu, la Universidad Cooperativa y el Centro Cultural Gaitán, hoy perteneciente a la Universidad Nacional. Para el borde el norte se consideró como límite la calle 51 se consideró como límite, donde se ubica la Universidad Santo Tomás, una de las más antiguas del país, la cual se ofrece como antesala del sector comercial de la calle 53. Desde esta ubicación espacial, la investigación se desarrolló en su conjunto, a partir de algunas consideraciones preliminares que marcaron su rumbo: › La ciudad es un hecho construido, configurado a través de la historia por decisiones institucionales y por las prácticas urbanas de quienes la han habitado. › Los hechos urbanos y arquitectónicos se comportan como significantes que pueden ser abiertos e interpretados y dar cuenta de lazos sociales de diferente tipo, que hacen referencia a diversas prácticas urbanas realizadas a través de la historia. › La alta presencia de las instituciones de educación superior, que confiere al sector un carácter de uso mixto, residencial-educativo-comercial, ha introducido un notable deterioro en los niveles urbano, arquitectónico y ambiental, pues al parecer el incremento de ese uso dotacional se ha dado sin responden a una reglamentación clara, lo cual ha afectado su configuración y ha generado prácticas urbanas que perturbaban el ambiente residencial que lo había caracterizado1. › Las universidades que se localizan en el sector introducen una arquitectura institucional que le otorga a éste, una morfología-escritura particular que expresa la función social de estas instituciones, centrada fundamentalmente, en la formación de profesionales y en la transmisión de conocimiento. Esto implica que desde esta razón de ser, no necesariamente se considere como prioritario, un compromiso con el vecindario donde se ubican ni un entendimiento de los procesos que en el nivel de la subjetividad, pueda estar viviendo el estudiante. Su presencia genera tensiones entre las estructuras existentes y las nuevas, y entre los actores que allí se hacen presentes. El sector se reconfigura y se carga de imaginarios que indican otros caminos de identidad. › La arquitectura del sector da cuenta del habitar de los estudiantes universitarios, quienes dejan en ella marcas relacionadas con el papel que juegan en la transmisión del saber de la ciencia, comprometida con un sistema económico específico, y con su calidad de sujetos de deseo en búsqueda de su propio mundo. Sus prácticas urbanas tienen incidencia en la conformación material de la ciudad la cual ofrece nuevas arquitecturas y usos que aluden a sus demandas con los imaginarios que con ellas se relacionan. Estas transformaciones se convierten en factor de tensión para los residentes del sector, pues ellos son ignorados por los universitarios o utilizados para cumplir su propia función (García Moreno, 2005:13, 14). Como metodología para el abordaje del estudio se planteó, como una primera aproximación, el camino que propone Aldo Rossi en “La arquitectura de la ciudad” (1983) para identificar la arquitectura de la ciudad, esto tiene que ver con estudiar el sector conformado por hechos urbanos que se comportan como elementos primarios, que han permanecido a través del tiempo y le han dado estructura y carácter. En este sentido, se identificaron como hechos urbanos los siguientes: los trazados urbanos correspondientes, con los diferentes momentos de su historia; las universidades con su aparición secuencial en el sector; los eventos geográficos, como elementos inamovibles que condicionan la conformación del sector, y el tejido residencial, con su estructura de barrios que han permanecido en el tiempo y se han transformado con el uso cotidiano. Cada uno de estos hechos urbanos fue examinado en tres direcciones, a saber: primero, el reconocimiento de sus características físicas en relación con el lazo social que implican y las visiones del mundo que les han dado origen; con ello, se abrió camino para entender las acciones que han agenciado la construcción del sector y su transformación. Segundo, el reconocimiento de las características físicas de cada uno de esos hechos %STAINVESTIGACIķNCONLAORIENTACIķNPROPUESTADIOPIEAQUEENELMARCODELTALLERINTERFACULTADESQUESEDERIVķDEESTAINVESTIGACIķNSEVIERALANECESIDADDETENERUNDIAGNķSTICO DETALLADODELSECTORYFUEASĥCOMOCADAUNIVERSIDADPARTICIPANTETOMķASUCARGOALGUNOSDELOSTEMASPROPUESTOSASABER%LTEMADELANORMATIVAFUEABORDADOPORLA5NIVERSIDAD .ACIONALELDELPATRIMONIOPORLA5NIVERSIDAD,A'RAN#OLOMBIAELDELMEDIOAMBIENTEPORLA5NIVERSIDAD0ILOTOYELDEEQUIPAMIENTOSPORLA5NIVERSIDAD#ATķLICA Ciudad, universidad y universitarios, en torno al vecindario de la calle 45. › Los hechos urbanos introducen una escritura particular que puede ser entendida en tres registros: desde una dimensión simbólica, que está dada por su lenguaje urbano y arquitectónico; desde una dimensión imaginaria, que se encuentra en las teorías y narraciones que le da consistencia a dicha escritura, y desde una dimensión real, entendida como todo aquello que aparece como un límite, que señala inconsistencias e introduce tensiones, desencuentros, imposibilidades de manejo. 301 urbanos, tendiente a determinar sus particularidades y su incidencia en la transformación de la morfología del sector, y por último, las maneras cómo se ha dado la recepción y apropiación de esos hechos urbanos por los estudiantes. CUADERNOS DE VIVIENDA Y URBANISMO. Vol. 1, No. 2, 2008: 298 - 311 Para aproximarse al primero de los temas, el lazo social existente, se usaron como referencias bibliográficas las teorías de Freud y Lacan sobre el sujeto del inconsciente, quienes hablan de un sujeto de deseo y de la necesidad de darle cauce para que ese deseo pueda circular. De manera particular, se atendió al pensamiento de Lacan (1991,1992) sobre los lazos sociales y los discursos que se refieren a las diferentes economías de goce. 302 El segundo de los temas, la identificación y lectura de la morfología de esos hechos urbanos, se examinó en relación con los tres registros de la experiencia del sujeto en el mundo: el simbólico, el imaginario y el real, (Lacan 1953, 1975) lo cual permitió salir del nivel descriptivo, entrar en el analítico y evidenciar las lógicas que en esos hechos urbanos, subyacen y que pueden ser origen de desencuentros y tensiones. El registro simbólico se entendió en relación con lo que configura y le da una morfología-escritura específica al sector. La orientación para su identificación y lectura la ofrecieron teorías urbanas y arquitectónicas relacionadas con el estudio de las formas construidas, como la de Aldo Rossi y su concepto de tipología, en el libro ya mencionado; la de Colin Rowe en “Ciudad collage” (1981) y sus teoría de fragmentación y superposición; y, la de Robert Venturi en “Aprendiendo de las Vegas” (1972), con su entendimiento de manifestaciones estéticas por fuera de los cánones establecidos. El registro imaginario se pudo evidenciar al explorar las narrativas y teorías que respaldan ese lenguaje simbólico y por ello, se acudió a examinar teorías y creencias que han acompañado a los hechos urbanos identificados, a evidenciar las ideologías contenidas en las misiones de las universidades y en la manera de divulgarlas. El tercer registro, el real, se evi- denció en la existencia de lógicas diferentes que impiden diálogos entre unas formaciones y otras, en la existencia de fenómenos que no logran ser controlados y socavan el orden deseado. Para el tercero de los puntos, relacionado con la manera cómo los estudiantes reciben y se apropian del sector, se examinó el lazo social que los identifica, esto es, la manera cómo se insertan en un discurso donde comanda un saber impersonal que debe ser transmitido por las universidades, y ellos se ponen a disposición de esa transmisión. Para detectar algunas de las marcas se atendió a la elaboración de mapas mentales para reconocer los recorridos y prácticas urbanas como los propuestos por Kevin Lynch en La imagen de la ciudad (1988) y Michel de Certeau en La invención de lo cotidiano (1972). Se realizaron también entrevistas y grupos focales lo cual permitió identificar los imaginarios que acompañan las prácticas de los estudiantes en el sector. Desarrollos a destacar La identificación e interpretación de cada uno de los hechos urbanos considerados, permitió poner en evidencia el lenguaje que lo configura, el lazo social y la visión de mundo que lo sostiene, la consistencia e inconsistencia que le es propia. De esta manera, se hizo posible un entendimiento del sector en sus características y tendencias actuales. A continuación se hace un recorrido por cada uno de los hechos urbanos seleccionados y se da cuenta de algunos de los desarrollos alcanzados. Los trazados urbanos › Los trazados urbanos, compuestos por calles anchas y estrechas, por vías de carácter metropolitano y trayectos internos, son parte determinante de las características del sector, en tanto son hechos urbanos que marcan un › Las geometrías y la materialización de los trazados urbanos hacen referencia al lazo social que los sostiene, el cual implica relaciones específicas con el saber, con quien lo requiere y con quien lo ejecuta, su identificación permitió poner de presente órdenes diferentes que aluden a propósitos diversos. › El trazado de la ciudad se refiere a amos que las han gobernado y han implementado políticas particulares que orientan su desarrollo y marcan límites. La necesidad de amos para gobernar la ciudad ha existido en todos los asentamientos humanos como instrumento para introducir un orden que controle el goce subjetivo, defina límites entre lo público y lo privado, así como entre los intereses colectivos y los particulares y evite el caos. En este sentido, el lazo social está comandado por el discurso del amo (Lacan, 1992). › En la estructura física de la ciudad, el trazado urbano indica un primer destino, una primera orientación. Su geometría y materialización, a la vez que ponen de presente políticas gubernamentales específicas, su implementación o la ausencia de éstas, hace alusión a las visiones del mundo de quién o quiénes comandan la fundación, desarrollo y transformación de la ciudad. Sobre la historia y razón de ser de los trazados existentes en el sector, puede decirse lo siguiente: El primero de los trazados que se identificó en el sector de estudio se refiere al origen del sector, es el trazado ortogonal que en la actualidad aparece claramente marcado por el eje de la calle 45, de dirección oriente-occidente y perpendicular al camino de la sal, que hoy se conoce como la carrera 7ª que corre en dirección sur-norte, y que ya desde épocas anteriores a la Conquista, permitía a los primeros pobladores comunicarse con Zipaquirá, donde residía el Zipa, o a finales del siglo XIX, desplazarse en tranvía tirado por caballos entre el Parque Central, hoy Plaza de Bolívar, y Chapinero. En un comienzo, lo ortogonal marcó la configuración del sector. El orden de la cuadricula puso de presente el modelo de ciudad colonial basado en la necesidad de gobernar los pueblos conquistados, en instaurar un orden. En ese sentido, la exactitud del ángulo recto y la tradición que representaba en el manejo de la ciudad se ofreció como un instrumento de gobierno. Esta posibilidad de la retícula fue anotada por Hipodamos, en la antigua Mileto, como estrategia para garantizar un mejor comportamiento ciudadano (Aristóteles, 1963). El trazado radial aparece en el sector en los años treinta como parte de la propuesta del arquitecto urbanista, de origen austríaco, Karl Brunner (Hofer, 2003) quien luego de haber pasado varias años en Chile, fue invitado por el gobierno de Colombia para desarrollar un plan regulador para Bogotá y colaborar con la modernización de esta ciudad. Su propuesta planteó un nuevo trazado urbano con base en la introducción de diagonales y de zonas verdes, influenciadas por las teorías de la Beautiful City de los Estados Unidos, y por los desarrollos a través de bulevares, de la ciudad europea del siglo XIX. La diagonal 42, y las demás que conforman el trazado radial que tiene su centro en la carrera 22, y arman al barrio Palermo, apunta a los cerros orientales mientras realiza un recorrido paralelo al cauce del río Arzobispo e introduce una tensión en la traza ortogonal. Esta diagonal pone de presente el cauce del río, como orientador de una traza que introduce una geometría diferente a la conocida hasta entonces. Con esta propuesta, otros aspectos diferentes al gobernar se ponen de Ciudad, universidad y universitarios, en torno al vecindario de la calle 45. límite geométrico que define un territorio y le confiere rasgos permanentes. A través del desciframiento de esa geometría, propia de los trazados, fue posible reconstituir rasgos particulares de la historia del sector, pues ellos dan cuenta de su fundación, crecimiento y transformación. 303 CUADERNOS DE VIVIENDA Y URBANISMO. Vol. 1, No. 2, 2008: 298 - 311 304 presente. Se trata de establecer una norma pero también de atender a las necesidades de belleza y de salud que vienen dadas a través de la naturaleza y se requieren para una mejor calidad de vida. universitarias que poseen su propias lógicas, y de los universitarios que responden a lazos sociales relacionados, tanto con su condición de estudiantes, como de sujetos de deseo que buscan orientación y autonomía. Los ejes transversales norte-sur, actualmente de carácter metropolitano, se desarrollaron a partir de los anteriores trazados, pero se han desprendido de éstos en el sentido, ya que hacen parte de una red vial de escala urbana y metropolitana, que supera la de vecindarios, de tal manera que aseguran la conectividad del sector con la ciudad y la región. La avenida Caracas, que durante las primeras décadas del siglo XX, fue un importante eje ferroviario, se transformó en un bulevar importante de carácter residencial, en los años treinta, y finalmente, se transformó en eje de transporte masivo de escala metropolitana (Zambrano, F., 2002). La carrera 24, a su vez, introdujo una conexión entre barrios a escala urbana, que encontró remate en el Park Way, avenida que representa de manera clara las teorías de la Beautiful City, impulsadas por Brunner. La carrera 30 que consolidó la metropolización de la ciudad en su extensión hacia el norte y hacia el sur, y marcó un límite entre el occidente y el oriente de la ciudad, se convirtió desde el año 2005, en un importante eje del transporte masivo Transmilenio. A través de estas grandes transversales el sector quedó comunicado con el resto de la ciudad y con la salida a la región circundante. › Los estudiantes recorren ambas trazas, la interna del sector y la que lo comunica con el resto de la ciudad, para realizar sus actividades universitarias. Parecería ser, que la interna, de escala barrial, les ofrece la posibilidad del encuentro en el pequeño recinto o el no estar expuestos en una gran avenida sin mayores referencias. O el quedar protegidos en un lugar menos visible, para realizar sus prácticas. Salvo en algunas ocasiones, los estudiantes se desplazan al Parque Nacional como lugar de esparcimiento, lo cual es diferente de lo que sucede en el parque Cibeles o Cuatro Esquinas. En este lugar se originó el barrio Sucre, uno de los pocos espacios abiertos existentes en el sector, el cual, aunque pequeño de tamaño, les ofrece una pausa y una posibilidad de comportarse desde su propia particularidad. Los trazados descritos han sido apropiados y resignificados por los diferentes actores que habitan el sector y que fueron tema de estudio en esta investigación. Sobre la manera de hacerlo puede decirse lo siguiente: › Es posible evidenciar tensiones de diferente tipo que se desprenden del encuentro entre las acciones, provenientes de las instituciones que gobiernan la ciudad y determinan planes para su desarrollo, y otras que provienen de los otros actores como las instituciones › En relación con el trazado que les sirve de comunicación con el resto de la ciudad puede decirse que su apropiación es principalmente de tipo funcional. Sin embargo, la creación del transporte masivo Transmilenio, ha determinado la aparición de diferentes usos en las calles cercanas a sus estaciones, que indican una tendencia a convertirse en lugares de encuentro. La errancia es poca en el sector, parece que el caminar estuviera condicionado por las actividades relacionadas con las tareas educativas, o simplemente dirigido, de manera pragmática, hacia algún lugar específico relacionado con el estudio, el comercio o la diversión. Las universidades en el sector Las universidades que se localizan en el sector traen consigo políticas, normativas y visiones del En la actualidad, el vínculo que se establece entre las universidades y los estudiantes tiene como propósito sostener el saber de la ciencia de la modernidad. Entre ambos se establece una economía del goce que Lacan sintetiza en lo que denomina discurso universitario o del educar y que se basa en una acción comandada por el saber impersonal que requiere ser transmitido, para lo cual es necesaria la institución universitaria y los estudiantes que a ella asisten en actitud de recibir ese saber y recibir la acreditación social que esa transmisión les confiere (Laurent, 1992; Alemán, 2000; Brousse, 2000). En esa relación, su condición de sujetos en falta en ser, de sujetos en búsqueda, queda como un resto que no logra integrarse a la acción emprendida. Este tipo de vínculo habla de una economía del goce, implícita en la acción misma, en la cual todo se cifra en la transmisión y el sujeto del deseo queda en el lugar del producto, reducido a ser un objeto receptor de un saber que consume y a la vez él mismo es consumido. Los estudiantes, en la posición de matriculados en una institución que les dará una identidad y un título profesional y como parte importante en la preservación y consolidación del tipo de saber que impulsa la ciencia moderna, recorren el sector de estudio en busca de fotocopiadoras, café internet, telecomunicaciones, restaurantes, transporte y otros servicios que les permiten realizar algunas actividades relacionadas con su vínculo académico. En este sentido, el sector queda reducido a desempeñar una función instrumental que le permite al estudiante realizarse en su calidad de receptor pasivo. La presencia de los estudiantes en el sector se produce, principalmente, por el hecho de pertenecer a las universidades y demás instituciones que allí se ubican. Éstas dan estructura al sector y se convierten en polos de atracción de las diversas actividades que en él se realizan. La morfologíaescritura del sector ya no sólo se caracteriza por la residencia, sino que las universidades, con la toma de las construcciones existentes o con nuevas edificaciones, redefinen el campo simbólico establecido. En el polo occidental se encuentra el Campus de la Universidad Nacional, que funciona como una ciudad universitaria, con su vida interior propia, cerrada sobre sí misma y rodeada por tres de sus bordes por amplias avenidas, aspecto que la convierten en una especie de isla verde en medio de la ciudad. Esta ciudad universitaria se erigió como signo de modernización que debía expandir la acción educadora en el país y además, impulsar el desarrollo de la ciudad hacia el occidente (Niño, 1991). En el extremo oriental del eje de la 45 aparece el otro polo de tensión que le marca el carácter universitario, la Pontificia Universidad Javeriana, localizada en la pendiente de los cerros y separada del sector por la carrera séptima, centrada de igual manera sobre sí misma. Entre ambas universidades, se localizan más de 30 instituciones de educación superior, que han incidido de manera notable en una transformación del sector, lo que le implicó dejar de ser Ciudad, universidad y universitarios, en torno al vecindario de la calle 45. mundo que dan límite y confieren el carácter de universitario al sector escogido. A su vez, los sujetos estudiantes que estas universidades convocan, y que alcanzan una población flotante de cerca de 120.000 personas, habitan el sector con su deseo y su goce. A través de sus prácticas urbanas dejan marcas que tienen que ver con lo simbólico, en tanto resignifican desde sus propias historias y estructuras psicológicas, los significantes allí existentes, e introducen con ello, nuevas arquitecturas-escrituras que se plasman en transformaciones de las construcciones existentes, tanto en sus usos como en sus características tipológicas. Con lo imaginario, en tanto se apropian de los imaginarios existentes y les confieren sus propios ideales y fantasmas, relacionados con su condición de una u otra universidad y con sus aspiraciones de jóvenes que empiezan a enfrentar al mundo. Y con lo real, en tanto ponen de presente las tensiones, las fisuras, lo que no anda, entre lo nuevo que se introduce y lo que allí permanece. 305 CUADERNOS DE VIVIENDA Y URBANISMO. Vol. 1, No. 2, 2008: 298 - 311 meramente residencial para adquirir el carácter de sector universitario. Algunas de estas instituciones son de nivel universitario, otras tecnológico; algunas son públicas, y otras privadas; algunas son laicas, y otras confesionales; algunas tienen como mandato, explícito en sus misiones, el formar ciudadanos íntegros; ninguna hasta el momento, ha explicitado en su misión, el compromiso de dialogar y actuar con y sobre la ciudad que la envuelve, de extender su vocación formativa y cultural a su entorno físico, de considerar a esa ciudad que la contiene como instrumento de formación humana y ciudadana en la tarea que desempeña. Entre las instituciones de educación superior del sector, solamente las universidades Nacional y Javeriana poseen un campus universitario que les permite a los estudiantes pasar en él gran parte de su tiempo, el resto de instituciones, se limita a proveer básicamente, los espacios comprometidos con la enseñanza. 306 Estas circunstancias, como lo ponen de presente las entrevistas y los mapas mentales de los estudiantes, hacen que en muchos de los casos, el estudiante se sienta expulsado del sector, y que no sienta un mayor apego por ese lugar que frecuenta diariamente, y que, desde esta perspectiva, no deja de ser un lugar de paso que le permite llegar a su universidad. Incluso, en algunas ocasiones los estudiantes tienen prohibido visitar los bares cercanos. Todos estos hechos ponen de presente tensiones entre la función de la universidad como transmisora del saber y las demandas de los estudiantes en tanto sujetos del deseo. De otro lado, los estudiantes participan de las visiones del mundo que dan fundamento a la universidad donde están matriculados. La inscripción en ellas, se convierte en insignia que exhiben cuando habitan el sector, en marca que los sostiene en el anonimato que caracteriza al grupo, en territorializaciones desde las cuales miran al otro de manera distante y lo clasifican a partir de sus propios fantasmas: “los ricos”, “los pobres”, “los bien vestidos”, “los mal vestidos”, “los tira piedra”, “los hijos de papi”, “los de una universidad buena”, “los de una universidad mala”. Estas insignias hacen que el sujeto se pierda en el grupo y que su posibilidad de crisis y de búsqueda no logre emerger. El tejido residencial entre universidades La escritura del sector, que los estudiantes habitan y resignifican también está dada por el tejido residencial. De una lado, sobre la séptima y sus alrededores aún permanecen algunas construcciones de principio de siglo, del período republicano; luego, en los años treinta con el urbanismo de Brunner, llegaron las viviendas tudor o de estilo inglés, con sus casas compactas, construidas en ladrillo rojo, provistas de antejardines, y luego, desde finales de los cuarenta, la arquitectura adquirió los rasgos del la arquitectura del movimiento moderno, con su estética de llenos y vacíos, de vigas y columnas. Los nuevos usos, que genera la presencia de las universidades, se han localizado sobre esta estructura de vivienda y su proliferación y variedad ha puesto de presente la falta de reglamentación. La imagen urbana se ha construido a la manera de un collage donde pueden encontrarse negocios y signos relacionados con el hacer académico, como fotocopiadoras, salas de computación, restaurantes. Por otro lado, en medio de las cuadras también aparecen otras actividades que apuntan al sujeto, más allá de su definición de estudiante, y hablan de su propia búsqueda, de su propia afirmación corporal, del desarrollo de su sexualidad, del encuentro con su goce, con su posibilidad de autonomía. Bares, casas de citas, lugares para el cuerpo, salones de belleza, gimnasios, se ubican en un número visible en el sector y son frecuentados por los estudiantes. Muchos de estos negocios poseen nombres que tienen que ver con la actividad dominante del sector, la universitaria. La relación que establecen los estudiantes con el sector, a través de su vínculo con la universidad es clara y ello ha incidido en el sector entre universidades. Esto se ve claramente con las encues- En ellas no aparece el estudiante como objeto de consumo de un saber impersonal. Aquí el sujeto en falta es quien comanda la acción pero ella está dirigida hacia ideales de uno u otro tipo, hacia la creación de amos que espera le llenen su carencia, sin poder arriesgarse a enfrentar su propio deseo. Las marcas relacionadas con esta actitud pueden verse en la aparición de usos de diferente tipo, relacionados con el cuerpo y su imagen, con el comercio sexual, con la rumba que se ofrece en diferentes modalidades. A partir de esa doble postura de los estudiantes, en tanto estudiantes y en tanto habitantes sujetos del espacio entre-universidades, es posible acercarse, con mayor detalle, a la manera cómo convierten al sector en parte de su mundo, a cómo lo hacen o no cercano, cómo marcan sus calles con sus prácticas y recorridos, a cómo su presencia induce la aparición de usos a veces ligados con las actividades de la universidad, otros con sus propios cuerpos, con su propia sexualidad. Los estudiantes habitan el sector y se conectan con su estructura simbólica, compuesta por las universidades a las que pertenecen, con la traza urbana que marca el territorio de manera casi indeleble y pone de presente políticas, sueños y frustraciones; con el tejido residencial, que exhibe su transformación a partir de su presencia, y con las características geográficas que le confieren cualidades particulares. /RVDFFLGHQWHVJHRJU£ŰFRV Los accidentes geográficos marcan, de manera particular, las características morfológicas del sector y completan su imagen simbólica. En el borde oriental están los cerros, imponentes, verdes, azules, llenos de luz y de agua que establecen un claro límite y definen una orientación, recuerdan con su imponencia que fueron un lugar sagrado que permitía a los primeros habitantes de este territorio, quienes los recorrieron por caminos de piedra, celebrar sus creencias; que fueron elegidos por los españoles como cerros tutelares y les sirvieron para recostar la ciudad en ellos, como lo recomendaban las Leyes de Indias, pues de esa manera quedaban protegidos de las brisas y las inundaciones y poseían abundante agua, pues un sin número de riachuelos bajaban a través de sus laderas. Y en la modernidad por más que estos cerros se hayan hecho invisibles, continúan orientando al ciudadano, anunciándole las tormentas y la luminosidad. A través de los cerros, en medio del Parque Nacional, desciende el río Arzobispo hasta el pie de monte y se desplaza libremente por la sabana, poniendo de presente su suave pendiente que se extiende en su enorme llaneza. A través de su historia, el río también ha sido mirado de manera diferente: como agua sagrada, como agua que alimenta, como caño para las basuras, como cordón verde que proporciona un poco de oxígeno, y quizás algunos lo han visto en su dimensión poética. La gran mayoría de los estudiantes habitantes del sector, especialmente aquellos que están en las universidades localizadas en su interior, casi no tienen conciencia de estos eventos geográficos, los sienten lejanos y en muchos casos invisibles. Manifiestan añoranza de verde, se sienten encerrados en un mundo de cemento que los asfixia. Sin embargo, están allí. Lo mismo que el Parque Nacional que no parece ser parte de sus mundos pues lo olvidan con frecuencia. Su vivencia del Ciudad, universidad y universitarios, en torno al vecindario de la calle 45. tas realizadas y el levantamiento de usos, donde puede constatarse una alta designación de locales a usos complementarios al desempeño universitario, de igual forma, las conversaciones sostenidas con estudiantes de las diferentes universidades, los mapas mentales realizados por ellos y la observación de los usos del sector, hace referencia a la presencia de otras prácticas urbanas que ellos desarrollan en el sector entre universidades, y que dan cuenta de sus búsquedas de mundo propio, de autonomía; de sus búsquedas apoyadas en diversos ideales e insignias, que reconocen su no todo; que hablan de otro tipo de discurso, de otra economía de goce. 307 sector es puramente funcional, no ha habido espacio ni tiempo para detenerse en ellos. Las propuestas que se desprenden CUADERNOS DE VIVIENDA Y URBANISMO. Vol. 1, No. 2, 2008: 298 - 311 Abordar el estudio del vecindario de la calle 45 con la perspectiva de examinar el comportamiento de universidades y universitarios y su impacto en su estructura urbana y arquitectónica, permitió definir diferentes aspectos relacionados con su actual deterioro y con las potencialidades para convertirse en un sector con características culturales para la ciudad. Los temas planteados pueden sintetizarse de la siguiente manera de acuerdo con el documento final de la investigación (García Moreno, 2005): 308 › La ubicación del sector en el área central de su extensión metropolitana es privilegiada en Bogotá, así como también lo son las características de su geografía. La ubicación en el pie de monte lo conecta con viejas memorias contenidas en los cerros y en la sabana. Su genius loci que se remonta a las creencias de los primeros habitantes puede descubrirse en esta particular geografía que se ha fundido con su morfología casi hasta desaparecer, pero que le ha otorgado su forma plástica y su clima, y ha limitado y orientado su desarrollo. El trazado urbano del sector que hace referencia a su pasado y a su historia, propone un tiempo para que éste sea habitado, historias y escalas de barrios que se yuxtaponen unos con otros y recuerdan, de manera contundente, que su uso inicial fue el de la vivienda. Cada uno de los trazados que posee habla de un momento de desarrollo del sector, de una o de muchas historias, en las cuales convergen importantes momentos de la historia de la ciudad. El trazado es memoria viva y no puede obviarse, habla de dimensiones, de propietarios, de vecinos, y exige que sea tenido en cuenta para cualquier transformación que quiera realizarse. La posibilidad de deambular por el sector que es algo propio de la vida urbana no parece caracterizar las prácticas urbanas de los estudiantes que habitan el sector. Las calles que configuran los trazados son reconocidas por los estudiantes, como los caminos que los llevan a su universidad. La posibilidad de convertirlas en parte de su errancia, del andar sin rumbo, perdidos sobre sí mismos, es apenas mencionada por algunos de ellos en las encuestas. Esta es una población flotante que parece desplazarse al sector en tanto tiene actividades en la universidad. La manera de experimentarlas en muchos casos, está determinada principalmente por la vinculación con la universidad, pero también en este desplazamiento encuentra algunos sitios de esparcimiento, que frecuenta especialmente entre los días miércoles y viernes. Durante los fines de semana, o en la época de vacaciones, cuando no hay estudiantes, el sector cambia por completo su fisonomía y el comercio del sector, ligado a la academia o al esparcimiento deja de tener actividad. Las calles no parecen contener el atractivo suficiente para ser recorridas sin un fin específico. El tráfico, la contaminación, la falta de lugares de encuentro hace que la vida urbana del sector esté ligada principalmente a las jornadas de las actividades académicas, esto es a la presencia de los universitarios en el sector, pero no una vida urbana ciudadana de carácter permanente, donde se sienta la presencia de una cultura particular. Las universidades, como lo hacen explícito sus misiones, orientan sus actividades a la transmisión del conocimiento científico y tecnológico y realizan acciones con miras a la formación de los estudiantes en valores cívicos o cristianos, de acuerdo con las creencias e ideologías que las animen, de su interés en transmitir una tradición, de construir la nacionalidad o de volcarse a lo social. La referencia a la ciudad y a su ambiente construido, a lo que implica ser ciudadano y a la manera como asume el afuera, no tiene un discurso evidente en las misiones de las universidades, que se concentran en El valor formativo de vivir la ciudad no ha sido tenido en cuenta por las universidades y más bien se le considera como algo que debe evitarse. La investigación ha señalado el potencial de la ciudad para participar en la formación del estudiante, al poner de presente que éste es un espacio que el estudiante vive como posibilidad de construcción de su propia autonomía, de su experimentación y encuentro con el otro y consigo mismo, de sus límites, del reconocimiento de lo público y lo privado. De igual manera, ha señalado la importancia de que las universidades expandan su misión formativa y cultural al vecindario. Las universidades del sector empiezan a preocuparse por la ciudad recientemente, a partir del Plan de Ordenamiento Territorial de Bogotá (POT) y de la expedición del decreto, proveniente de la alcaldía en el año 2000, donde hay un mandato de cuidado sobre sus áreas aledañas. Las edificaciones de las universidades, en la mayoría de los casos están volcadas casi de manera absoluta, sobre áreas interiores. La manera como impactan sus alrededores es consecuencia de su actividad educativa, pero no una acción que se desprenda de ellas. En cuanto a su ubicación física y el desarrollo de las plantas físicas de las universidades del sector, puede decirse que solamente dos de ellas: la Nacional y la Javeriana, poseen en la actualidad, sus propios campus, las demás se han ido insertando en el tejido, han readecuado lo existente y se han expandido sobre lo construido. Esto ha generado diferentes puntos de tensión, no porque éstas se expandan y tengan una incidencia en el espacio público y en su conformación urbana, sino por- que en primer lugar, al no poseer campus suficientes que atiendan las necesidades académicas, proliferan servicios de diferente clase; y en segundo lugar, porque el estudiante, en tanto sujeto en búsqueda presenta demandas que van más allá de su situación de alumno. Debido a esto, muchas veces, se siente expulsado del sector, no encuentra cómo habitarlo, e incluso, las mismas universidades le prohíben visitar algunos establecimientos de diversión, cercanos a la sede de la universidad a la que pertenecen. En estos espacios aflora con mayor relevancia la tensión entre la función de la universidad y las demandas de los estudiantes en tanto sujetos. Es necesario recordar que los estudiantes realizan prácticas urbanas en el sector, en un doble sentido: como estudiantes pertenecientes a una universidad y como sujetos de deseo que tienen sus propias búsquedas, de reconocer su deseo y construir sus propios mundos. La configuración actual del sector y su transformación de residencial en mixto –residencial, universitarios y comercial–, se debe a la presencia de las universidades y demás instituciones de educación superior y a las prácticas urbanas que en él realizan los estudiantes. La transformación que presenta si no tiene una clara orientación puede llegar a causar grandes deterioros en el sector, no solo en el sentido de la proliferación de usos donde se da pie a manifestaciones anárquicas del goce, sino porque afecta profundamente, sus memorias, destruye las huellas de lo que ha sido, imposibilita al estudiante al convertirlo en parte de sus mundos, para su desarrollo como sujeto de deseo y de goce. Es necesario abrir el sector en una oferta más amplia de usos que posibilite otros caminos para el desarrollo de quienes lo habitan, que posibilite un encuentro con otro, que permita ser habitado y convertido en mundo. Ciudad, universidad y universitarios, en torno al vecindario de la calle 45. categorías mentales de orden universal, mas no en el ámbito cotidiano. Su discurso, comandado por un saber impersonal, no incluye contacto alguno con lo material, con lo corporal en las diferentes dimensiones que comporte y en este caso la ciudad que es uno de ellos, no encuentra cabida. 309 En este sentido, el estudio realizado concluye que si bien hay deterioro, también hay una gran potencialidad, que le permitiría al sector convertirse en un espacio cultural para la ciudad. La presencia CUADERNOS DE VIVIENDA Y URBANISMO. Vol. 1, No. 2, 2008: 298 - 311 de los estudiantes introduce una revitalización del sector que hace que se mantenga vivo y en plena actividad, durante los períodos académicos. La presencia de las universidades y su apertura a la ciudad, puede convertir al sector en un lugar importante de oferta cultural, no solo para su entorno inmediato sino para la ciudad en general. Esta, la ciudad, puede llegar a ser una importante colaboradora en la formación integral del estudiante. El sector cuenta con universidades de gran tradición y representatividad para la ciudad y la vida nacional y ello se convierte en una posibilidad importante para una transformación de su calidad urbana, que permita a los habitantes de la ciudad, universitarios o no, espacios con cauces más claros para la afluencia de sus deseos. 310 Es importante mencionar que la presencia del gobierno de la ciudad en el sector no ha sido determinante, y que mucha de la anarquía, que hoy sufre en su transformación de sector residencial a universitario, se debe a la falta de normativa o de ejecución de la norma existente. Si bien se está trabajando en los planes zonales de Chapinero y Teusaquillo, aún no hay una clara incidencia sobre este espacio. Esto pone de presente la ausencia de instituciones en el sector que canalicen su vocación cultural para la ciudad y la necesidad de un trabajo conjunto entre instituciones de gobierno y habitantes. Finalmente, vale la pena decir que habitar el sector significa habitar esa arquitectura-escritura simbólica, las narraciones imaginarias que la sostienen, que se han ido elaborando a través de su historia y que se renuevan día a día otorgando sentidos a los diferentes sitios y participar de las diversas tensiones que allí se presentan. Lo anterior da cuenta de algunos de los resultados logrados a través de la investigación “Ciudad, universidad y universitarios, el vecindario de la calle 45 en Bogotá”. Con ello, se logró salir de la universidad y habitar el sector con una clara pregunta sobre el lugar en él del estudiante, en tanto sujeto del deseo, esto es de un habitante que no solo cumple tareas en la universidad sino que marca al sector con sus afectos y memorias. Lo anterior, llevó a definir criterios importantes para orientar su transformación en una dirección que permita que puedan darse simultáneamente espacios para el despliegue de las insignias de cada universidad y espacios para su desarrollo como sujetos. Los mapas mentales realizados por los estudiantes antes de habitar el sector con miras a su transformación, señalaron la insignia de cada universidad como única manera de pertenencia. Al iniciar el proyecto con la intención de su transformación urbana y arquitectónica, los mapas son otros y han empezado a señalar la posibilidad de configurar un mundo donde los cerros se ofrecen en su dimensión poética y conservan su capacidad como orientadores; donde las calles recobran su vocación para la errancia sin perder su capacidad funcional de vínculo, donde los espacios abiertos y de pausa se multiplican, y la ciudad misma adquiere su valor como formadora. Referencias Alemán, J. (2000). Jacques Lacan y el debate posmoderno. Buenos Aires. 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