Ciudad, universidad y universitarios, en torno

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Ciudad, universidad y universitarios, en torno
al vecindario de la calle 45*
Fe c h a d e r e c e p c i ó n : 1 4 d e s e p t i e mbre de 2007 . Fe cha de a ce pta ci ó n: 5 de fe bre ro de 2 0 0 8 .
Beatriz García-Moreno
Ph. D. Historia, teoría y crítica de la arquitectura
Facultad de Artes
Profesora Asociada
Universidad Nacional
bgarcia@javeriana.edu.co
Resumen La investigación estudia a nivel interdisciplinario, el vecindario de la calle 45, comprendido entre
CUADERNOS DE VIVIENDA Y URBANISMO. Vol. 1, No. 2, 2008: 298 - 311
las Universidades Nacional sobre la carrera 30, y Javeriana sobre la carrera 7ª, la avenida 40 paralela
al río Arzobispo y la calle 53, con la intención de examinar diferentes lógicas que lo constituyen
no solo en lo que tiene que ver con su configuración física sino en relación con las prácticas de sus
habitantes y de manera particular con las de los estudiantes universitarios que los recorres diariamente. Para su desarrollo se ha partido de teorías relacionadas con la construcción de las ciudad
que permiten una aproximación a sus arquitecturas y de teorías provenientes del psicoanálisis que
permiten un acercamiento a los posibles vínculos sociales que allí están en juego.
Palabras clave
autor
Ciudad, universidad, universitarios, Bogotá, calle 45.
Palabras clave
descriptor
Zonas escolares, Bogotá (Colombia)-Calles, calidad de vida.
298
*
Investigación publicada por la Editorial Javeriana en octubre de 2007. Grupo de investigación al que se inscribe: Pensar la Ciudad. Maestría en Planeación Urbana
y Regional. Investigación: “Ciudad, universidad, universitarios. El vecindario de la Calle 45”. Investigadora principal: Beatriz García Moreno. Co-investigadores:
Alexander Niño y Roberto Cuervo. Asistentes de investigación: Adolfo Suárez, Gary Cifuentes y Nicolás Gualteros.
%NTIDADlNANCIADORA0ONTIlCIA5NIVERSIDAD*AVERIANA&ECHADEINICIOJUNIODEFECHADETERMINACIķNDICIEMBREDE
City, University, Students, Around of the 45th Street´s
Neighborhood
Abstract The research studies in an interdisciplinary level the 45th street neighborhood, located between the
Universidad Nacional on the avenida 30, and the Universidad Javeriana on the carrera 7 a , the
avenida 40 parallel to the Arzobispo river and the calle 53, in order to study different logics not only
in a physical way, but also studying the inhabitants behaviors, particularly the university students
who walk across everyday. This research has started with the study of theories related with the city
construction, that approach us to the architecture and psychoanalysis theories which are important
to understand the neighborhood social ties.
Key words
author
City, University, University Students, Bogotá, 45th Street.
Key words
plus
School Sites, Bogotá (Colombia) - Streets, Quality of life.
Cidade, Universidade, Universitários, o Entorno ao
Bairro da Rua 45
sidad Nacional na Carrera 30 e a Universidad Javeriana na carrera 7ª e entre a avenida 40, paralela
ao rio Arzobispo, e a calle 53, com intenção de examinar os enfoques diversos que constituem-na,
não somente em quanto a sua configuração física, mas também às práticas dos habitantes e, mais
particularmente, com aquelas dos estudantes universitários os quais percorrem o setor a diário.
Tem-se partido para o desenvolvimento, tanto de teorias relacionadas com construção de cidades,
mesmas que permitem aproximações à arquitetura, quanto de teorias provindas da psicanálise, as
quais permitem a proximidade dos possíveis vínculos sociais presentes.
Palavras chave
autor
Cidade, universidade, universitários, Bogotá, Rua 45.
Palavras chave
descritor
Zonas escolares, Bogotá – Colômbia, ruas, qualidade de vida.
Ciudad, universidad y universitarios, en torno al vecindario de la calle 45.
Resumo A pesquisa estuda, no nível inter-disciplinário, a vizinhança da rua 45, abrangida entre a Univer-
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El acercamiento al tema y los
caminos propuestos para su
abordaje
CUADERNOS DE VIVIENDA Y URBANISMO. Vol. 1, No. 2, 2008: 298 - 311
La investigación “Ciudad, Universidad y Universitarios, el vecindario de la calle 45” surgió de
la necesidad de indagar sobre el papel que han
cumplido las instituciones universitarias en el
desarrollo y la transformación de Bogotá. Para
ello, se escogió un sector de la ciudad, el vecindario de la calle 45, debido a que su configuración
urbana y arquitectónica y el tipo de prácticas
urbanas que allí se realizan, permiten evidenciar
el impacto de la presencia de un número considerable de instituciones de educación superior. En
las últimas dos décadas, el sector pasó de ser de
uso predominantemente residencial a tener
un uso mixto, con notable presencia de comercio
y otras actividades relacionadas con la población
universitaria, quienes no solo se desempeñan en
tareas propias de las universidades, sino que lo
habitan mediante actividades, propias de su condición de jóvenes estudiantes.
300
El sector estudiado se encuentra ubicado en el
centro del área metropolitana de Bogotá y está
conformado por barrios residenciales que se desarrollaron, en su gran mayoría, en la primera mitad
del siglo veinte –1900-1960– y por universidades
e instituciones de educación superior que se agruparon en torno al eje de la calle 45, especialmente,
durante las tres últimas décadas del siglo pasado
y generaron, entre otras cosas, un comercio específico relacionado con las actividades académicas
y las necesidades del estudiante universitario.
A partir del año 1936, durante el gobierno de
Alfonso López Pumarejo, se conformó el eje de la
calle 45 como un claro eje vial que dio estructura
al sector. A partir de la localización del Campus de
la Universidad Nacional en el extremo occidental
de esta vía y sobre la carrera 30. La Universidad
se construyó a la manera de ciudad universitaria,
de acuerdo con el modelo de campus universitario norteamericano. Este proyecto, que hacía
parte de la intención modernizadora del país fue
concebido como un instrumento para impulsar
el desarrollo de la ciudad en esa dirección (Niño,
1991). En el extremo oriental, arriba de la carrera
7ª, se encuentra el campus de la Universidad Javeriana, que se construyó en la segunda mitad del
siglo pasado; inicialmente, en algunos terrenos de
lo que fue la Hacienda La Merced de propiedad
de los Jesuitas, y luego su territorio se extendió
a otros lotes del vecindario, adquiridos por esta
institución. El borde sur lo define la avenida 39,
paralela al río Arzobispo, el cual es uno de los ríos
que bajan del cerro y recorren la sabana, y hace
parte del principal sistema ecológico de Bogotá,
considerado como borde norte del Plan Zonal
de Centro de Bogotá. Sobre su costado norte se
encuentran diferentes instituciones universitarias
como el Inpahu, la Universidad Cooperativa y
el Centro Cultural Gaitán, hoy perteneciente a
la Universidad Nacional. Para el borde el norte
se consideró como límite la calle 51 se consideró
como límite, donde se ubica la Universidad Santo
Tomás, una de las más antiguas del país, la cual
se ofrece como antesala del sector comercial de
la calle 53.
Desde esta ubicación espacial, la investigación
se desarrolló en su conjunto, a partir de algunas
consideraciones preliminares que marcaron su
rumbo:
› La ciudad es un hecho construido, configurado
a través de la historia por decisiones institucionales y por las prácticas urbanas de quienes la
han habitado.
› Los hechos urbanos y arquitectónicos se comportan como significantes que pueden ser
abiertos e interpretados y dar cuenta de lazos
sociales de diferente tipo, que hacen referencia
a diversas prácticas urbanas realizadas a través
de la historia.
› La alta presencia de las instituciones de educación superior, que confiere al sector un carácter
de uso mixto, residencial-educativo-comercial,
ha introducido un notable deterioro en los niveles urbano, arquitectónico y ambiental, pues
al parecer el incremento de ese uso dotacional
se ha dado sin responden a una reglamentación
clara, lo cual ha afectado su configuración y ha
generado prácticas urbanas que perturbaban
el ambiente residencial que lo había caracterizado1.
› Las universidades que se localizan en el sector
introducen una arquitectura institucional que
le otorga a éste, una morfología-escritura particular que expresa la función social de estas instituciones, centrada fundamentalmente, en la
formación de profesionales y en la transmisión
de conocimiento. Esto implica que desde esta
razón de ser, no necesariamente se considere
como prioritario, un compromiso con el vecindario donde se ubican ni un entendimiento de
los procesos que en el nivel de la subjetividad,
pueda estar viviendo el estudiante. Su presencia
genera tensiones entre las estructuras existentes
y las nuevas, y entre los actores que allí se hacen
presentes. El sector se reconfigura y se carga
de imaginarios que indican otros caminos de
identidad.
› La arquitectura del sector da cuenta del habitar
de los estudiantes universitarios, quienes dejan
en ella marcas relacionadas con el papel que
juegan en la transmisión del saber de la ciencia, comprometida con un sistema económico
específico, y con su calidad de sujetos de deseo
en búsqueda de su propio mundo. Sus prácticas
urbanas tienen incidencia en la conformación
material de la ciudad la cual ofrece nuevas arquitecturas y usos que aluden a sus demandas
con los imaginarios que con ellas se relacionan.
Estas transformaciones se convierten en factor
de tensión para los residentes del sector, pues
ellos son ignorados por los universitarios o utilizados para cumplir su propia función (García
Moreno, 2005:13, 14).
Como metodología para el abordaje del estudio
se planteó, como una primera aproximación, el
camino que propone Aldo Rossi en “La arquitectura de la ciudad” (1983) para identificar la
arquitectura de la ciudad, esto tiene que ver con
estudiar el sector conformado por hechos urbanos
que se comportan como elementos primarios,
que han permanecido a través del tiempo y le
han dado estructura y carácter. En este sentido, se
identificaron como hechos urbanos los siguientes:
los trazados urbanos correspondientes, con los
diferentes momentos de su historia; las universidades con su aparición secuencial en el sector; los
eventos geográficos, como elementos inamovibles
que condicionan la conformación del sector, y el
tejido residencial, con su estructura de barrios que
han permanecido en el tiempo y se han transformado con el uso cotidiano.
Cada uno de estos hechos urbanos fue examinado
en tres direcciones, a saber: primero, el reconocimiento de sus características físicas en relación
con el lazo social que implican y las visiones del
mundo que les han dado origen; con ello, se
abrió camino para entender las acciones que han
agenciado la construcción del sector y su transformación. Segundo, el reconocimiento de las
características físicas de cada uno de esos hechos
%STAINVESTIGACIķNCONLAORIENTACIķNPROPUESTADIOPIEAQUEENELMARCODELTALLERINTERFACULTADESQUESEDERIVķDEESTAINVESTIGACIķNSEVIERALANECESIDADDETENERUNDIAGNķSTICO
DETALLADODELSECTORYFUEASĥCOMOCADAUNIVERSIDADPARTICIPANTETOMķASUCARGOALGUNOSDELOSTEMASPROPUESTOSASABER%LTEMADELANORMATIVAFUEABORDADOPORLA5NIVERSIDAD
.ACIONALELDELPATRIMONIOPORLA5NIVERSIDAD,A'RAN#OLOMBIAELDELMEDIOAMBIENTEPORLA5NIVERSIDAD0ILOTOYELDEEQUIPAMIENTOSPORLA5NIVERSIDAD#ATķLICA
Ciudad, universidad y universitarios, en torno al vecindario de la calle 45.
› Los hechos urbanos introducen una escritura
particular que puede ser entendida en tres registros: desde una dimensión simbólica, que
está dada por su lenguaje urbano y arquitectónico; desde una dimensión imaginaria, que
se encuentra en las teorías y narraciones que le
da consistencia a dicha escritura, y desde una
dimensión real, entendida como todo aquello
que aparece como un límite, que señala inconsistencias e introduce tensiones, desencuentros,
imposibilidades de manejo.
301
urbanos, tendiente a determinar sus particularidades y su incidencia en la transformación de la
morfología del sector, y por último, las maneras
cómo se ha dado la recepción y apropiación de
esos hechos urbanos por los estudiantes.
CUADERNOS DE VIVIENDA Y URBANISMO. Vol. 1, No. 2, 2008: 298 - 311
Para aproximarse al primero de los temas, el lazo
social existente, se usaron como referencias bibliográficas las teorías de Freud y Lacan sobre el sujeto
del inconsciente, quienes hablan de un sujeto de
deseo y de la necesidad de darle cauce para que
ese deseo pueda circular. De manera particular,
se atendió al pensamiento de Lacan (1991,1992)
sobre los lazos sociales y los discursos que se refieren a las diferentes economías de goce.
302
El segundo de los temas, la identificación y lectura de la morfología de esos hechos urbanos, se
examinó en relación con los tres registros de la
experiencia del sujeto en el mundo: el simbólico,
el imaginario y el real, (Lacan 1953, 1975) lo cual
permitió salir del nivel descriptivo, entrar en el
analítico y evidenciar las lógicas que en esos hechos urbanos, subyacen y que pueden ser origen
de desencuentros y tensiones. El registro simbólico se entendió en relación con lo que configura y
le da una morfología-escritura específica al sector.
La orientación para su identificación y lectura la
ofrecieron teorías urbanas y arquitectónicas relacionadas con el estudio de las formas construidas,
como la de Aldo Rossi y su concepto de tipología,
en el libro ya mencionado; la de Colin Rowe en
“Ciudad collage” (1981) y sus teoría de fragmentación y superposición; y, la de Robert Venturi en
“Aprendiendo de las Vegas” (1972), con su entendimiento de manifestaciones estéticas por fuera
de los cánones establecidos. El registro imaginario se pudo evidenciar al explorar las narrativas y
teorías que respaldan ese lenguaje simbólico y por
ello, se acudió a examinar teorías y creencias que
han acompañado a los hechos urbanos identificados, a evidenciar las ideologías contenidas en
las misiones de las universidades y en la manera
de divulgarlas. El tercer registro, el real, se evi-
denció en la existencia de lógicas diferentes que
impiden diálogos entre unas formaciones y otras,
en la existencia de fenómenos que no logran ser
controlados y socavan el orden deseado.
Para el tercero de los puntos, relacionado con la
manera cómo los estudiantes reciben y se apropian del sector, se examinó el lazo social que los
identifica, esto es, la manera cómo se insertan en
un discurso donde comanda un saber impersonal
que debe ser transmitido por las universidades, y
ellos se ponen a disposición de esa transmisión.
Para detectar algunas de las marcas se atendió a la
elaboración de mapas mentales para reconocer los
recorridos y prácticas urbanas como los propuestos por Kevin Lynch en La imagen de la ciudad
(1988) y Michel de Certeau en La invención de
lo cotidiano (1972). Se realizaron también entrevistas y grupos focales lo cual permitió identificar los imaginarios que acompañan las prácticas
de los estudiantes en el sector.
Desarrollos a destacar
La identificación e interpretación de cada uno de
los hechos urbanos considerados, permitió poner
en evidencia el lenguaje que lo configura, el lazo
social y la visión de mundo que lo sostiene, la
consistencia e inconsistencia que le es propia. De
esta manera, se hizo posible un entendimiento del
sector en sus características y tendencias actuales.
A continuación se hace un recorrido por cada uno
de los hechos urbanos seleccionados y se da cuenta
de algunos de los desarrollos alcanzados.
Los trazados urbanos
› Los trazados urbanos, compuestos por calles anchas y estrechas, por vías de carácter
metropolitano y trayectos internos, son parte
determinante de las características del sector,
en tanto son hechos urbanos que marcan un
› Las geometrías y la materialización de los trazados urbanos hacen referencia al lazo social
que los sostiene, el cual implica relaciones específicas con el saber, con quien lo requiere y
con quien lo ejecuta, su identificación permitió
poner de presente órdenes diferentes que aluden a propósitos diversos.
› El trazado de la ciudad se refiere a amos que
las han gobernado y han implementado políticas particulares que orientan su desarrollo
y marcan límites. La necesidad de amos para
gobernar la ciudad ha existido en todos los
asentamientos humanos como instrumento
para introducir un orden que controle el goce
subjetivo, defina límites entre lo público y lo
privado, así como entre los intereses colectivos
y los particulares y evite el caos. En este sentido,
el lazo social está comandado por el discurso
del amo (Lacan, 1992).
› En la estructura física de la ciudad, el trazado
urbano indica un primer destino, una primera
orientación. Su geometría y materialización, a
la vez que ponen de presente políticas gubernamentales específicas, su implementación o
la ausencia de éstas, hace alusión a las visiones del mundo de quién o quiénes comandan
la fundación, desarrollo y transformación de la
ciudad. Sobre la historia y razón de ser de los
trazados existentes en el sector, puede decirse
lo siguiente:
El primero de los trazados que se identificó en el
sector de estudio se refiere al origen del sector, es
el trazado ortogonal que en la actualidad aparece claramente marcado por el eje de la calle 45,
de dirección oriente-occidente y perpendicular
al camino de la sal, que hoy se conoce como la
carrera 7ª que corre en dirección sur-norte, y
que ya desde épocas anteriores a la Conquista,
permitía a los primeros pobladores comunicarse
con Zipaquirá, donde residía el Zipa, o a finales
del siglo XIX, desplazarse en tranvía tirado por
caballos entre el Parque Central, hoy Plaza de Bolívar, y Chapinero. En un comienzo, lo ortogonal
marcó la configuración del sector. El orden de la
cuadricula puso de presente el modelo de ciudad
colonial basado en la necesidad de gobernar los
pueblos conquistados, en instaurar un orden. En
ese sentido, la exactitud del ángulo recto y la tradición que representaba en el manejo de la ciudad
se ofreció como un instrumento de gobierno. Esta
posibilidad de la retícula fue anotada por Hipodamos, en la antigua Mileto, como estrategia para
garantizar un mejor comportamiento ciudadano
(Aristóteles, 1963).
El trazado radial aparece en el sector en los años
treinta como parte de la propuesta del arquitecto urbanista, de origen austríaco, Karl Brunner
(Hofer, 2003) quien luego de haber pasado varias
años en Chile, fue invitado por el gobierno de
Colombia para desarrollar un plan regulador para
Bogotá y colaborar con la modernización de esta
ciudad. Su propuesta planteó un nuevo trazado
urbano con base en la introducción de diagonales y de zonas verdes, influenciadas por las teorías
de la Beautiful City de los Estados Unidos, y por
los desarrollos a través de bulevares, de la ciudad
europea del siglo XIX.
La diagonal 42, y las demás que conforman el
trazado radial que tiene su centro en la carrera
22, y arman al barrio Palermo, apunta a los cerros
orientales mientras realiza un recorrido paralelo
al cauce del río Arzobispo e introduce una tensión en la traza ortogonal. Esta diagonal pone
de presente el cauce del río, como orientador de
una traza que introduce una geometría diferente
a la conocida hasta entonces. Con esta propuesta,
otros aspectos diferentes al gobernar se ponen de
Ciudad, universidad y universitarios, en torno al vecindario de la calle 45.
límite geométrico que define un territorio y
le confiere rasgos permanentes. A través del
desciframiento de esa geometría, propia de los
trazados, fue posible reconstituir rasgos particulares de la historia del sector, pues ellos dan
cuenta de su fundación, crecimiento y transformación.
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presente. Se trata de establecer una norma pero
también de atender a las necesidades de belleza y
de salud que vienen dadas a través de la naturaleza
y se requieren para una mejor calidad de vida.
universitarias que poseen su propias lógicas,
y de los universitarios que responden a lazos
sociales relacionados, tanto con su condición
de estudiantes, como de sujetos de deseo que
buscan orientación y autonomía.
Los ejes transversales norte-sur, actualmente de
carácter metropolitano, se desarrollaron a partir
de los anteriores trazados, pero se han desprendido de éstos en el sentido, ya que hacen parte de
una red vial de escala urbana y metropolitana,
que supera la de vecindarios, de tal manera que
aseguran la conectividad del sector con la ciudad
y la región. La avenida Caracas, que durante las
primeras décadas del siglo XX, fue un importante eje ferroviario, se transformó en un bulevar
importante de carácter residencial, en los años
treinta, y finalmente, se transformó en eje de
transporte masivo de escala metropolitana (Zambrano, F., 2002). La carrera 24, a su vez, introdujo
una conexión entre barrios a escala urbana, que
encontró remate en el Park Way, avenida que representa de manera clara las teorías de la Beautiful
City, impulsadas por Brunner. La carrera 30 que
consolidó la metropolización de la ciudad en su
extensión hacia el norte y hacia el sur, y marcó un
límite entre el occidente y el oriente de la ciudad,
se convirtió desde el año 2005, en un importante
eje del transporte masivo Transmilenio. A través
de estas grandes transversales el sector quedó comunicado con el resto de la ciudad y con la salida
a la región circundante.
› Los estudiantes recorren ambas trazas, la interna del sector y la que lo comunica con el
resto de la ciudad, para realizar sus actividades
universitarias. Parecería ser, que la interna,
de escala barrial, les ofrece la posibilidad del
encuentro en el pequeño recinto o el no estar
expuestos en una gran avenida sin mayores referencias. O el quedar protegidos en un lugar
menos visible, para realizar sus prácticas. Salvo
en algunas ocasiones, los estudiantes se desplazan al Parque Nacional como lugar de esparcimiento, lo cual es diferente de lo que sucede
en el parque Cibeles o Cuatro Esquinas. En
este lugar se originó el barrio Sucre, uno de los
pocos espacios abiertos existentes en el sector,
el cual, aunque pequeño de tamaño, les ofrece
una pausa y una posibilidad de comportarse
desde su propia particularidad.
Los trazados descritos han sido apropiados y resignificados por los diferentes actores que habitan
el sector y que fueron tema de estudio en esta
investigación. Sobre la manera de hacerlo puede
decirse lo siguiente:
› Es posible evidenciar tensiones de diferente
tipo que se desprenden del encuentro entre
las acciones, provenientes de las instituciones que gobiernan la ciudad y determinan
planes para su desarrollo, y otras que provienen de los otros actores como las instituciones
› En relación con el trazado que les sirve de comunicación con el resto de la ciudad puede
decirse que su apropiación es principalmente
de tipo funcional. Sin embargo, la creación del
transporte masivo Transmilenio, ha determinado la aparición de diferentes usos en las calles
cercanas a sus estaciones, que indican una tendencia a convertirse en lugares de encuentro.
La errancia es poca en el sector, parece que el
caminar estuviera condicionado por las actividades relacionadas con las tareas educativas, o
simplemente dirigido, de manera pragmática,
hacia algún lugar específico relacionado con el
estudio, el comercio o la diversión.
Las universidades en el sector
Las universidades que se localizan en el sector
traen consigo políticas, normativas y visiones del
En la actualidad, el vínculo que se establece entre
las universidades y los estudiantes tiene como
propósito sostener el saber de la ciencia de la modernidad. Entre ambos se establece una economía
del goce que Lacan sintetiza en lo que denomina
discurso universitario o del educar y que se basa
en una acción comandada por el saber impersonal
que requiere ser transmitido, para lo cual es necesaria la institución universitaria y los estudiantes
que a ella asisten en actitud de recibir ese saber
y recibir la acreditación social que esa transmisión les confiere (Laurent, 1992; Alemán, 2000;
Brousse, 2000).
En esa relación, su condición de sujetos en falta en
ser, de sujetos en búsqueda, queda como un resto
que no logra integrarse a la acción emprendida.
Este tipo de vínculo habla de una economía del
goce, implícita en la acción misma, en la cual todo se cifra en la transmisión y el sujeto del deseo
queda en el lugar del producto, reducido a ser un
objeto receptor de un saber que consume y a la
vez él mismo es consumido. Los estudiantes, en
la posición de matriculados en una institución que
les dará una identidad y un título profesional y
como parte importante en la preservación y consolidación del tipo de saber que impulsa la ciencia
moderna, recorren el sector de estudio en busca
de fotocopiadoras, café internet, telecomunicaciones, restaurantes, transporte y otros servicios que
les permiten realizar algunas actividades relacionadas con su vínculo académico. En este sentido, el
sector queda reducido a desempeñar una función
instrumental que le permite al estudiante realizarse en su calidad de receptor pasivo.
La presencia de los estudiantes en el sector se produce, principalmente, por el hecho de pertenecer
a las universidades y demás instituciones que
allí se ubican. Éstas dan estructura al sector y se
convierten en polos de atracción de las diversas
actividades que en él se realizan. La morfologíaescritura del sector ya no sólo se caracteriza por
la residencia, sino que las universidades, con la
toma de las construcciones existentes o con nuevas edificaciones, redefinen el campo simbólico
establecido. En el polo occidental se encuentra
el Campus de la Universidad Nacional, que funciona como una ciudad universitaria, con su vida
interior propia, cerrada sobre sí misma y rodeada
por tres de sus bordes por amplias avenidas, aspecto que la convierten en una especie de isla verde
en medio de la ciudad. Esta ciudad universitaria
se erigió como signo de modernización que debía
expandir la acción educadora en el país y además,
impulsar el desarrollo de la ciudad hacia el occidente (Niño, 1991). En el extremo oriental del
eje de la 45 aparece el otro polo de tensión que
le marca el carácter universitario, la Pontificia
Universidad Javeriana, localizada en la pendiente
de los cerros y separada del sector por la carrera
séptima, centrada de igual manera sobre sí misma. Entre ambas universidades, se localizan más
de 30 instituciones de educación superior, que
han incidido de manera notable en una transformación del sector, lo que le implicó dejar de ser
Ciudad, universidad y universitarios, en torno al vecindario de la calle 45.
mundo que dan límite y confieren el carácter de
universitario al sector escogido. A su vez, los sujetos estudiantes que estas universidades convocan,
y que alcanzan una población flotante de cerca de
120.000 personas, habitan el sector con su deseo
y su goce. A través de sus prácticas urbanas dejan marcas que tienen que ver con lo simbólico,
en tanto resignifican desde sus propias historias
y estructuras psicológicas, los significantes allí
existentes, e introducen con ello, nuevas arquitecturas-escrituras que se plasman en transformaciones de las construcciones existentes, tanto en
sus usos como en sus características tipológicas.
Con lo imaginario, en tanto se apropian de los
imaginarios existentes y les confieren sus propios
ideales y fantasmas, relacionados con su condición
de una u otra universidad y con sus aspiraciones de
jóvenes que empiezan a enfrentar al mundo. Y con
lo real, en tanto ponen de presente las tensiones,
las fisuras, lo que no anda, entre lo nuevo que se
introduce y lo que allí permanece.
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meramente residencial para adquirir el carácter de
sector universitario. Algunas de estas instituciones
son de nivel universitario, otras tecnológico; algunas son públicas, y otras privadas; algunas son
laicas, y otras confesionales; algunas tienen como
mandato, explícito en sus misiones, el formar
ciudadanos íntegros; ninguna hasta el momento,
ha explicitado en su misión, el compromiso de
dialogar y actuar con y sobre la ciudad que la envuelve, de extender su vocación formativa y cultural a su entorno físico, de considerar a esa ciudad
que la contiene como instrumento de formación
humana y ciudadana en la tarea que desempeña.
Entre las instituciones de educación superior del
sector, solamente las universidades Nacional y
Javeriana poseen un campus universitario que les
permite a los estudiantes pasar en él gran parte
de su tiempo, el resto de instituciones, se limita a
proveer básicamente, los espacios comprometidos
con la enseñanza.
306
Estas circunstancias, como lo ponen de presente
las entrevistas y los mapas mentales de los estudiantes, hacen que en muchos de los casos, el
estudiante se sienta expulsado del sector, y que
no sienta un mayor apego por ese lugar que frecuenta diariamente, y que, desde esta perspectiva,
no deja de ser un lugar de paso que le permite
llegar a su universidad. Incluso, en algunas ocasiones los estudiantes tienen prohibido visitar los
bares cercanos. Todos estos hechos ponen de presente tensiones entre la función de la universidad
como transmisora del saber y las demandas de los
estudiantes en tanto sujetos del deseo. De otro
lado, los estudiantes participan de las visiones
del mundo que dan fundamento a la universidad donde están matriculados. La inscripción en
ellas, se convierte en insignia que exhiben cuando
habitan el sector, en marca que los sostiene en el
anonimato que caracteriza al grupo, en territorializaciones desde las cuales miran al otro de manera
distante y lo clasifican a partir de sus propios fantasmas: “los ricos”, “los pobres”, “los bien vestidos”, “los mal vestidos”, “los tira piedra”, “los hijos
de papi”, “los de una universidad buena”, “los de
una universidad mala”. Estas insignias hacen que
el sujeto se pierda en el grupo y que su posibilidad
de crisis y de búsqueda no logre emerger.
El tejido residencial entre universidades
La escritura del sector, que los estudiantes habitan
y resignifican también está dada por el tejido residencial. De una lado, sobre la séptima y sus alrededores aún permanecen algunas construcciones de
principio de siglo, del período republicano; luego,
en los años treinta con el urbanismo de Brunner,
llegaron las viviendas tudor o de estilo inglés, con
sus casas compactas, construidas en ladrillo rojo,
provistas de antejardines, y luego, desde finales de
los cuarenta, la arquitectura adquirió los rasgos del
la arquitectura del movimiento moderno, con su
estética de llenos y vacíos, de vigas y columnas.
Los nuevos usos, que genera la presencia de las
universidades, se han localizado sobre esta estructura de vivienda y su proliferación y variedad ha
puesto de presente la falta de reglamentación. La
imagen urbana se ha construido a la manera de
un collage donde pueden encontrarse negocios
y signos relacionados con el hacer académico,
como fotocopiadoras, salas de computación, restaurantes. Por otro lado, en medio de las cuadras
también aparecen otras actividades que apuntan
al sujeto, más allá de su definición de estudiante,
y hablan de su propia búsqueda, de su propia afirmación corporal, del desarrollo de su sexualidad,
del encuentro con su goce, con su posibilidad de
autonomía. Bares, casas de citas, lugares para el
cuerpo, salones de belleza, gimnasios, se ubican en
un número visible en el sector y son frecuentados
por los estudiantes. Muchos de estos negocios poseen nombres que tienen que ver con la actividad
dominante del sector, la universitaria.
La relación que establecen los estudiantes con el
sector, a través de su vínculo con la universidad
es clara y ello ha incidido en el sector entre universidades. Esto se ve claramente con las encues-
En ellas no aparece el estudiante como objeto de
consumo de un saber impersonal. Aquí el sujeto
en falta es quien comanda la acción pero ella está
dirigida hacia ideales de uno u otro tipo, hacia la
creación de amos que espera le llenen su carencia,
sin poder arriesgarse a enfrentar su propio deseo.
Las marcas relacionadas con esta actitud pueden
verse en la aparición de usos de diferente tipo,
relacionados con el cuerpo y su imagen, con el
comercio sexual, con la rumba que se ofrece en
diferentes modalidades.
A partir de esa doble postura de los estudiantes, en
tanto estudiantes y en tanto habitantes sujetos del
espacio entre-universidades, es posible acercarse,
con mayor detalle, a la manera cómo convierten
al sector en parte de su mundo, a cómo lo hacen
o no cercano, cómo marcan sus calles con sus
prácticas y recorridos, a cómo su presencia induce
la aparición de usos a veces ligados con las actividades de la universidad, otros con sus propios
cuerpos, con su propia sexualidad. Los estudiantes
habitan el sector y se conectan con su estructura
simbólica, compuesta por las universidades a las
que pertenecen, con la traza urbana que marca
el territorio de manera casi indeleble y pone de
presente políticas, sueños y frustraciones; con el
tejido residencial, que exhibe su transformación a
partir de su presencia, y con las características geográficas que le confieren cualidades particulares.
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Los accidentes geográficos marcan, de manera
particular, las características morfológicas del sector y completan su imagen simbólica. En el borde oriental están los cerros, imponentes, verdes,
azules, llenos de luz y de agua que establecen un
claro límite y definen una orientación, recuerdan
con su imponencia que fueron un lugar sagrado
que permitía a los primeros habitantes de este territorio, quienes los recorrieron por caminos de
piedra, celebrar sus creencias; que fueron elegidos
por los españoles como cerros tutelares y les sirvieron para recostar la ciudad en ellos, como lo
recomendaban las Leyes de Indias, pues de esa
manera quedaban protegidos de las brisas y las
inundaciones y poseían abundante agua, pues un
sin número de riachuelos bajaban a través de sus
laderas. Y en la modernidad por más que estos
cerros se hayan hecho invisibles, continúan orientando al ciudadano, anunciándole las tormentas
y la luminosidad.
A través de los cerros, en medio del Parque Nacional, desciende el río Arzobispo hasta el pie de
monte y se desplaza libremente por la sabana,
poniendo de presente su suave pendiente que
se extiende en su enorme llaneza. A través de su
historia, el río también ha sido mirado de manera diferente: como agua sagrada, como agua que
alimenta, como caño para las basuras, como cordón verde que proporciona un poco de oxígeno,
y quizás algunos lo han visto en su dimensión
poética.
La gran mayoría de los estudiantes habitantes del
sector, especialmente aquellos que están en las
universidades localizadas en su interior, casi no
tienen conciencia de estos eventos geográficos,
los sienten lejanos y en muchos casos invisibles.
Manifiestan añoranza de verde, se sienten encerrados en un mundo de cemento que los asfixia.
Sin embargo, están allí. Lo mismo que el Parque
Nacional que no parece ser parte de sus mundos
pues lo olvidan con frecuencia. Su vivencia del
Ciudad, universidad y universitarios, en torno al vecindario de la calle 45.
tas realizadas y el levantamiento de usos, donde
puede constatarse una alta designación de locales
a usos complementarios al desempeño universitario, de igual forma, las conversaciones sostenidas
con estudiantes de las diferentes universidades,
los mapas mentales realizados por ellos y la observación de los usos del sector, hace referencia a
la presencia de otras prácticas urbanas que ellos
desarrollan en el sector entre universidades, y
que dan cuenta de sus búsquedas de mundo propio, de autonomía; de sus búsquedas apoyadas en
diversos ideales e insignias, que reconocen su no
todo; que hablan de otro tipo de discurso, de otra
economía de goce.
307
sector es puramente funcional, no ha habido espacio ni tiempo para detenerse en ellos.
Las propuestas que se desprenden
CUADERNOS DE VIVIENDA Y URBANISMO. Vol. 1, No. 2, 2008: 298 - 311
Abordar el estudio del vecindario de la calle 45
con la perspectiva de examinar el comportamiento de universidades y universitarios y su impacto
en su estructura urbana y arquitectónica, permitió definir diferentes aspectos relacionados con
su actual deterioro y con las potencialidades para
convertirse en un sector con características culturales para la ciudad. Los temas planteados pueden
sintetizarse de la siguiente manera de acuerdo con
el documento final de la investigación (García
Moreno, 2005):
308
› La ubicación del sector en el área central de
su extensión metropolitana es privilegiada en
Bogotá, así como también lo son las características de su geografía. La ubicación en el pie de
monte lo conecta con viejas memorias contenidas en los cerros y en la sabana. Su genius loci
que se remonta a las creencias de los primeros
habitantes puede descubrirse en esta particular
geografía que se ha fundido con su morfología
casi hasta desaparecer, pero que le ha otorgado
su forma plástica y su clima, y ha limitado y
orientado su desarrollo.
El trazado urbano del sector que hace referencia a
su pasado y a su historia, propone un tiempo para
que éste sea habitado, historias y escalas de barrios
que se yuxtaponen unos con otros y recuerdan, de
manera contundente, que su uso inicial fue el de
la vivienda. Cada uno de los trazados que posee
habla de un momento de desarrollo del sector, de
una o de muchas historias, en las cuales convergen
importantes momentos de la historia de la ciudad.
El trazado es memoria viva y no puede obviarse,
habla de dimensiones, de propietarios, de vecinos,
y exige que sea tenido en cuenta para cualquier
transformación que quiera realizarse.
La posibilidad de deambular por el sector que es
algo propio de la vida urbana no parece caracterizar las prácticas urbanas de los estudiantes que
habitan el sector. Las calles que configuran los
trazados son reconocidas por los estudiantes, como los caminos que los llevan a su universidad. La
posibilidad de convertirlas en parte de su errancia,
del andar sin rumbo, perdidos sobre sí mismos,
es apenas mencionada por algunos de ellos en
las encuestas. Esta es una población flotante que
parece desplazarse al sector en tanto tiene
actividades en la universidad. La manera de experimentarlas en muchos casos, está determinada
principalmente por la vinculación con la universidad, pero también en este desplazamiento
encuentra algunos sitios de esparcimiento, que
frecuenta especialmente entre los días miércoles
y viernes. Durante los fines de semana, o en la
época de vacaciones, cuando no hay estudiantes,
el sector cambia por completo su fisonomía y el
comercio del sector, ligado a la academia o al esparcimiento deja de tener actividad.
Las calles no parecen contener el atractivo suficiente para ser recorridas sin un fin específico.
El tráfico, la contaminación, la falta de lugares
de encuentro hace que la vida urbana del sector
esté ligada principalmente a las jornadas de las
actividades académicas, esto es a la presencia de
los universitarios en el sector, pero no una vida
urbana ciudadana de carácter permanente, donde
se sienta la presencia de una cultura particular.
Las universidades, como lo hacen explícito sus
misiones, orientan sus actividades a la transmisión
del conocimiento científico y tecnológico y realizan acciones con miras a la formación de los estudiantes en valores cívicos o cristianos, de acuerdo
con las creencias e ideologías que las animen, de su
interés en transmitir una tradición, de construir la
nacionalidad o de volcarse a lo social. La referencia
a la ciudad y a su ambiente construido, a lo que
implica ser ciudadano y a la manera como asume
el afuera, no tiene un discurso evidente en las misiones de las universidades, que se concentran en
El valor formativo de vivir la ciudad no ha sido
tenido en cuenta por las universidades y más bien
se le considera como algo que debe evitarse. La
investigación ha señalado el potencial de la ciudad
para participar en la formación del estudiante, al
poner de presente que éste es un espacio que el
estudiante vive como posibilidad de construcción
de su propia autonomía, de su experimentación
y encuentro con el otro y consigo mismo, de sus
límites, del reconocimiento de lo público y lo privado. De igual manera, ha señalado la importancia de que las universidades expandan su misión
formativa y cultural al vecindario.
Las universidades del sector empiezan a preocuparse por la ciudad recientemente, a partir del
Plan de Ordenamiento Territorial de Bogotá
(POT) y de la expedición del decreto, proveniente de la alcaldía en el año 2000, donde hay
un mandato de cuidado sobre sus áreas aledañas.
Las edificaciones de las universidades, en la mayoría de los casos están volcadas casi de manera
absoluta, sobre áreas interiores. La manera como
impactan sus alrededores es consecuencia de su
actividad educativa, pero no una acción que se
desprenda de ellas.
En cuanto a su ubicación física y el desarrollo de
las plantas físicas de las universidades del sector,
puede decirse que solamente dos de ellas: la Nacional y la Javeriana, poseen en la actualidad, sus
propios campus, las demás se han ido insertando
en el tejido, han readecuado lo existente y se han
expandido sobre lo construido. Esto ha generado
diferentes puntos de tensión, no porque éstas se
expandan y tengan una incidencia en el espacio
público y en su conformación urbana, sino por-
que en primer lugar, al no poseer campus suficientes que atiendan las necesidades académicas,
proliferan servicios de diferente clase; y en segundo lugar, porque el estudiante, en tanto sujeto en
búsqueda presenta demandas que van más allá de
su situación de alumno. Debido a esto, muchas
veces, se siente expulsado del sector, no encuentra
cómo habitarlo, e incluso, las mismas universidades le prohíben visitar algunos establecimientos
de diversión, cercanos a la sede de la universidad
a la que pertenecen. En estos espacios aflora con
mayor relevancia la tensión entre la función de la
universidad y las demandas de los estudiantes en
tanto sujetos. Es necesario recordar que los estudiantes realizan prácticas urbanas en el sector, en
un doble sentido: como estudiantes pertenecientes a una universidad y como sujetos de deseo que
tienen sus propias búsquedas, de reconocer su
deseo y construir sus propios mundos.
La configuración actual del sector y su transformación de residencial en mixto –residencial,
universitarios y comercial–, se debe a la presencia
de las universidades y demás instituciones de educación superior y a las prácticas urbanas que en
él realizan los estudiantes. La transformación que
presenta si no tiene una clara orientación puede
llegar a causar grandes deterioros en el sector, no
solo en el sentido de la proliferación de usos donde se da pie a manifestaciones anárquicas del goce,
sino porque afecta profundamente, sus memorias,
destruye las huellas de lo que ha sido, imposibilita
al estudiante al convertirlo en parte de sus mundos, para su desarrollo como sujeto de deseo y de
goce. Es necesario abrir el sector en una oferta más
amplia de usos que posibilite otros caminos para
el desarrollo de quienes lo habitan, que posibilite
un encuentro con otro, que permita ser habitado
y convertido en mundo.
Ciudad, universidad y universitarios, en torno al vecindario de la calle 45.
categorías mentales de orden universal, mas no en
el ámbito cotidiano. Su discurso, comandado por
un saber impersonal, no incluye contacto alguno
con lo material, con lo corporal en las diferentes
dimensiones que comporte y en este caso la ciudad que es uno de ellos, no encuentra cabida.
309
En este sentido, el estudio realizado concluye que
si bien hay deterioro, también hay una gran potencialidad, que le permitiría al sector convertirse
en un espacio cultural para la ciudad. La presencia
CUADERNOS DE VIVIENDA Y URBANISMO. Vol. 1, No. 2, 2008: 298 - 311
de los estudiantes introduce una revitalización del
sector que hace que se mantenga vivo y en plena
actividad, durante los períodos académicos. La
presencia de las universidades y su apertura a
la ciudad, puede convertir al sector en un lugar
importante de oferta cultural, no solo para su entorno inmediato sino para la ciudad en general.
Esta, la ciudad, puede llegar a ser una importante
colaboradora en la formación integral del estudiante. El sector cuenta con universidades de gran
tradición y representatividad para la ciudad y la
vida nacional y ello se convierte en una posibilidad importante para una transformación de su
calidad urbana, que permita a los habitantes de
la ciudad, universitarios o no, espacios con cauces
más claros para la afluencia de sus deseos.
310
Es importante mencionar que la presencia del
gobierno de la ciudad en el sector no ha sido determinante, y que mucha de la anarquía, que hoy
sufre en su transformación de sector residencial
a universitario, se debe a la falta de normativa o
de ejecución de la norma existente. Si bien se está
trabajando en los planes zonales de Chapinero y
Teusaquillo, aún no hay una clara incidencia sobre
este espacio. Esto pone de presente la ausencia de
instituciones en el sector que canalicen su vocación cultural para la ciudad y la necesidad de un
trabajo conjunto entre instituciones de gobierno
y habitantes.
Finalmente, vale la pena decir que habitar el sector
significa habitar esa arquitectura-escritura simbólica, las narraciones imaginarias que la sostienen,
que se han ido elaborando a través de su historia
y que se renuevan día a día otorgando sentidos
a los diferentes sitios y participar de las diversas
tensiones que allí se presentan.
Lo anterior da cuenta de algunos de los resultados
logrados a través de la investigación “Ciudad, universidad y universitarios, el vecindario de la calle
45 en Bogotá”. Con ello, se logró salir de la universidad y habitar el sector con una clara pregunta
sobre el lugar en él del estudiante, en tanto sujeto
del deseo, esto es de un habitante que no solo
cumple tareas en la universidad sino que marca
al sector con sus afectos y memorias. Lo anterior,
llevó a definir criterios importantes para orientar
su transformación en una dirección que permita
que puedan darse simultáneamente espacios para
el despliegue de las insignias de cada universidad
y espacios para su desarrollo como sujetos.
Los mapas mentales realizados por los estudiantes
antes de habitar el sector con miras a su transformación, señalaron la insignia de cada universidad
como única manera de pertenencia. Al iniciar el
proyecto con la intención de su transformación
urbana y arquitectónica, los mapas son otros y
han empezado a señalar la posibilidad de configurar un mundo donde los cerros se ofrecen en
su dimensión poética y conservan su capacidad
como orientadores; donde las calles recobran su
vocación para la errancia sin perder su capacidad
funcional de vínculo, donde los espacios abiertos
y de pausa se multiplican, y la ciudad misma adquiere su valor como formadora.
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