MODERNIZACIÓN DEL SECTOR PÚBLICO EMPRESARIAL La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) es una entidad de derecho público dependiente del Ministerio de Hacienda, se rige en sus actuaciones por el ordenamiento jurídico privado, civil, mercantil y laboral, tiene autonomía financiera y no recibe aportaciones de los Presupuestos Generales del Estado. El grupo SEPI, con cerca de 31.000 empleados –casi 40.000 si se considera la plantilla media de la empresa Tragsa -, agrupa a la práctica totalidad de las empresas públicas españolas que producen bienes o servicios en el mercado, ya que controla 20 compañías que operan en diferentes sectores de actividad, así como 3 Fundaciones, e incluye en calidad de adscrito al Ente Público RTVE. Además, SEPI participa indirectamente en más de un centenar sociedades y mantiene participaciones minoritarias en más de 12 sociedades (EADS, HISPASAT, REE...). En el ejercicio 2002, el Grupo SEPI realizó ventas por importe de 3.320’9 millones de euros, sus inversiones ascendieron a 374,5 millones de euros y destinó 75 millones de euros a I+D. El marco de actuación de la Sociedad lo constituye en la actualidad el Programa de Modernización del Sector Público Empresarial del Estado, aprobado en 1996 por el Gobierno, en cuyo cumplimiento SEPI actúa como instrumento de modernización de las empresas públicas. Para conseguir su objetivo, SEPI mantiene el control y seguimiento de sus empresas y ente adscrito (RTVE), impulsa grupos empresariales sólidos, desarrolla políticas de promoción empresarial y es el agente gestor de los procesos de privatización de las empresas públicas de su grupo. Como accionista de un amplio grupo de empresas, SEPI mantiene el control estratégico y el seguimiento de sus negocios, obteniendo la mayor rentabilidad, de acuerdo con las estrategias industriales de sus sociedades participadas, y gestionándolas de acuerdo con el interés público. SEPI define para cada una de sus sociedades las actuaciones precisas, teniendo en cuenta la situación de cada empresa, los condicionantes de todo tipo a que están sujetas, el contexto y los mercados en los que operan, así como los compromisos de actuación sectorial asumidos por el Gobierno español. En este sentido, todas sus actuaciones están presididas por una misma filosofía: el mantenimiento del empleo, el impulso a la actividad de I+D, la formación de los recursos humanos, y el respeto por el medioambiente. Como Agente Gestor de los procesos de privatización de las empresas públicas de su Grupo, SEPI desarrolla su función en estricto cumplimiento de los principios de publicidad, transparencia y concurrencia de acuerdo con el procedimiento establecido en el marco del Programa de Modernización. El proceso se desarrolla con clara vocación de totalidad, en función de la situación de las empresas y con especial atención al mantenimiento del proyecto industrial y del empleo. Las privatizaciones se realizan con la participación de asesores externos, son aprobadas por el Consejo de Ministros y se someten a rigurosos controles tanto previos como a posteriori. Desde junio de 1996 hasta diciembre de 2003, SEPI ha realizado 48 privatizaciones de compañías, enajenado participaciones minoritarias en otras 5 sociedades y vendido 15 fincas rústicas, si bien es necesario tener en cuenta que algunos de estos procesos de privatización se han desarrollado en varias fases. Los ingresos generados por estas privatizaciones suman aproximadamente 29.400 millones de euros. En el campo de la promoción empresarial, SEPI contribuye a la reactivación económica e industrial de determinadas zonas y a la creación de nuevo tejido empresarial y empleo, en colaboración con otras instituciones y administraciones, a través de varios instrumentos: la promoción de inversiones y de acuerdos de cooperación industrial entre empresas nacionales y extranjeras; el desarrollo de modernos parques empresariales dotados de los servicios y equipamientos más avanzados y el apoyo a la formación en determinadas zonas. � Instrumentos de control: SEPI y su grupo de empresas están sometidos al control económico financiero de la Intervención General de la Administración del Estado y del Tribunal de Cuentas, al control parlamentario, así como a los órganos de control de la Unión Europea. En el ámbito concreto de las privatizaciones, a partir de junio de 1996, se crean controles obligatorios que garantizan la objetividad y transparencia de los procesos de privatización, la defensa del interés público y que refuerzan el control parlamentario de la actividad privatizadora del Gobierno. De este modo, todos los procesos se someten al control previo del Consejo Consultivo de Privatizaciones, órgano independiente creado expresamente para velar por el cumplimiento de los principios de publicidad, transparencia y concurrencia, son auditados por la Intervención General de la Administración del Estado y sometidos al control parlamentario a través de un instrumento específico, la Subcomisión de Privatizaciones.