REMONTANDO EL NACIMIENTO DEL RÍO ANDARAX Iniciamos con este sendero uno de los recorridos que discurren por el, recientemente calificado, Parque Nacional de Sierra Nevada, en su sector almeriense. Una de las grandezas de este espacio consiste en la riqueza paisajística que encierra, con sectores de media y alta montaña que sobresalen, por su singularidad, en la geografía almeriense. Aquel lector que precise información complementaria a la aquí indicada, puede encontrarla en la publicación “GRANDES RUTAS POR ALMERÍA”, editada por el periódico La Voz de Almería en 1997. En las páginas 193 a 228 hallará la Ruta nº 8, titulada: “Las Alpujarras y el Alto Andarax”, que le permitirá complementar su recorrido. Nuestro punto de partida se encuentra en Laujar de Andarax, donde nos habremos acercado remontando todo el curso del río Andarax, o recorriendo el corredor intrabético desde Berja. Nosotros elegimos la primera opción, habiendo invertido en el viaje 1 hora y 20 minutos y recorrido 79 km. Una vez situados en la plaza mayor de Laujar, al lado de la iglesia, tomamos la calle que desciende por su Ayuntamiento, dirigiéndonos por la primera bocacalle que surge, hacia la izquierda, en dirección a Nacimiento. Estamos abandonando la localidad por su sector más elevado, remontando el cauce del río Andarax. Atrás quedan las últimas casas del pueblo mostrando interesantes ejemplos de la arquitectura alpujarreña, con tejado plano de launa y volúmenes sencillos. A nuestro lado, se descuelga presuroso el cauce del río por un valle en forma de “V” bordeado por extensas manchas de pinares. Muy pronto accedemos al Área Recreativa de Nacimiento donde dejaremos aparcado el coche para comenzar el sendero. Habremos recorrido, desde el núcleo habitado, unos 3 km. La tupida mancha de vegetación, rica en variedad de especies ripícolas, protegerá, con su sombra, nuestro medio de locomoción. Pertrechamos con nuestro equipo nos disponemos a iniciar la ascensión. Ante nosotros surge la necesidad de atravesar el cauce del río para llegar hasta una antigua fábrica de luz denominada: “La Fabriquilla”. Una impresionante aliseda acompaña estos nuestros primeros pasos por el fondo de un recóndito y acogedor vallejo. Podemos apreciar, a nuestro alrededor, los destrozos causados por las últimas lluvias y por el devenir del río que hoy vemos saltar de forma alegre y bulliciosa. Remontamos una empinada pista de cemento que serpentea, en este tramo, por la derecha de la corriente fluvial. El paisaje se torna, enseguida, angosto al “acercarse” las paredes del valle, talladas por el río en la roca caliza. Abandonamos el cemento y entramos en una pista de tierra rodeada por numerosas coníferas, compañeras, ya, de todo el sendero. Disfrutemos de este paseo tan agradable, entre tan exuberante vegetación, arrullados por el rumor del agua. Un pequeño puente permite atravesar el río y descubrir toda suerte de vegetación de ribera: sahucos, chopos, alisos, fresnos, etc...Grandes piedras, profundas cárcavas y troncos caídos, recuerdan la imparable fuerza erosiva de las aguas. A 900 m. de altitud observamos, en valles adyacentes, cómo la encina toma protagonismo frente a los pinos, en manifiesta lucha por recuperar un territorio que le fue propio antes de su tala abusiva por el hombre. El camino discurre por una pista de tierra en buen estado ganando altura poco a poco, cruzando, de nuevo, el río por su propio lecho. A nuestra izquierda contemplamos toda la ladera opuesta con una profusa vegetación de pinos. El sendero se hace descansado al transcurrir, prácticamente en su totalidad, a la sombra de estas tupidas arboledas. Hemos superado los 1.000 m. de altitud y percibimos, allá abajo, el lecho del río mientras observamos como el pinar se hace, poco a poco, más disperso. Si somos curiosos veremos algunos castaños dispersos por los valles próximos, en las vertientes de umbría, recordando su secular existencia y explotación familiar en estas laderas de Sierra Nevada. También apreciaremos una prolija red de acequias recorriendo toda la vertiente, con una mera función de riego. A unos 4 km. desde el comienzo del sendero llegamos a una bifurcación. Elegimos la pista que sale a nuestra izquierda, reconociendo un medio desarbolado que dejó atrás el pinar, comenzando a vislumbrar, a lo lejos, algunas encinas. Sobrepasamos una construcción y descubrimos impresionantes perspectivas de todo el valle, a la vez que admiramos algunos castaños que luchan por sobrevivir junto a antiguos cultivos de almendros. Seguimos eligiendo las bifurcaciones de la izquierda, dejando atrás otras construcciones inmersas en un bosque mixto de encinas y pinos de repoblación. De vez en cuando un asustado bando de torcaces, con su rápido vuelo, atraviesa el camino, deslizándose hacia el fondo del valle. Breves repechos se alternan con pequeñas llanadas, confiriendo cierta amenidad a la senda. Aproximadamente a unos 6,5 km. desde el comienzo del sendero llegamos a ver unas mesas e instalaciones que nos anuncian que accedemos al Área Recreativa de Monterrey. En este punto podemos dar por alcanzado nuestro objetivo, llegando al final de nuestra ruta. Ubicadas en un extenso y tupido pinar, nos encontramos con unas magníficas instalaciones de agradecida limpieza que se convierten en idóneo lugar de descanso y solaz para el viajero. Podemos dedicar nuestro tiempo a recorrerlas, visitando los distintos refugios, edificaciones, etc. Agradezcamos, desde aquí, a los gestores del parque el cuidado y limpieza de toda el área y comprometámonos, en lo que nos concierne, a mantener tal estado. Han transcurrido 2 horas y 30 minutos desde que comenzamos la andadura y hemos alcanzado una cota máxima de 1.260 m. en un idóneo enclave para acceder a numerosas cimas del macizo de Sierra Nevada. Dedique un buen rato al descanso y a la contemplación de los parajes próximos y, si lo prefiere, prepárese una buena comida antes de decidirse a comenzar el descenso. Cuando así lo estime oportuno podrá desandar lo andado y disfrutar de este relajado retorno admirando, en toda su belleza, las laderas y los valles que se abren a sus pies. Creemos que constituye un magnífico colofón para uno de los más bellos senderos que hemos realizado por Almería. CUADERNO DE RUTA RECORRIDO: Ida: 6,5 km. Ida y vuelta: 13 km. DESNIVEL: 350 m. DIFICULTAD: Media DURACIÓN: Ida: 2 horas y 30 minutos. Ida y vuelta: 5 horas. COMIENZO: Área recreativa de Nacimiento, en Laujar de Andarax. LLEGADA: Refugio de Monterrey. ÉPOCA DEL AÑO: La primavera y el otoño suponen las épocas donde el bosque alcanza su mayor esplendor. CONTENIDO: El sendero transcurre por la ladera meridional de Sierra Nevada, remontando el curso del río Andarax hacia su nacimiento en las cumbres serranas. Recorremos espacios del Parque Nacional de Sierra Nevada. TIPO DE CAMINO: Toda la travesía discurre por un camino de tierra apto para el senderismo y la bicicleta de montaña, aunque los aficionados a este último deporte deberán poseer cierta preparación, al desarrollarse el camino en continuo ascenso. CARTOGRAFÍA: M.T.N. 1:50.000. Nº: 1028 y 1043. A TENER EN CUENTA Caminar en media y alta montaña exige de cierta preparación de nuestro cuerpo y de los elementos y equipajes que nos acompañan. En esta ocasión aportaremos algunos consejos que hacen referencia a la preparación de nuestro equipo. Optaremos por una mochila cómoda, con tirantes amplios, sin molestas armaduras de hierro que se enredan en arbustos y rocas. Su capacidad será la adecuada a las necesidades de la excursión, teniendo en cuenta siempre la prioridad de meter "sólo lo imprescindible". Comida, algo de ropa apropiada para la lluvia y el frío, una cantimplora, mapas, brújula y prismáticos, son suficientes para pasar un buen día de campo. No abuse del espacio de la mochila o en la ascensión se arrepentirá. Coloque abajo los elementos más ligeros y arriba los más pesados, conseguirá, así, repartir el peso sobre los hombros en vez de cargarlo en los riñones. Su cuerpo y su espalda se lo agradecerán EL MEDIO NATURAL El camino recorre las laderas meridionales del macizo montañoso de Sierra Nevada. La gea muestra un claro predomino de rocas calizas, dolomías y launas, conformando el complejo Alpujarride que, tan sólo, desaparecerá en las cumbres donde podrá constatarse el Nevado Filábride, con rocas de características metamórficas. Las diferentes orientaciones de los valles subsecuentes favorecen la ubicación de laderas de umbría y solana y la conformación de pequeños enclaves de características climáticas más benignas, lo que redundará en incremento de la biodiversidad. FLORA Y FAUNA Una de las mayores riquezas medioambientales del recientemente calificado: Parque Nacional, radica en la variedad de especies faunísticas y botánicas que encierra. El mamífero más reseñable es la Capra Hispánica, circunscrita a la zona de cumbres. Los bosques se pueblan de jabalí, gato montés, zorro, conejos, etc., compartiendo este medio con aves como el búho real, el águila perdicera, la perdiz, la paloma, etc.; siendo posible, en algunas ocasiones, contemplar la majestuosa imagen del águila real surcando los cielos de estas sierras. Desde el punto de vista botánico, las laderas medias muestran una predominancia de especies de coníferas provenientes de históricas repoblaciones, compitiendo con la autóctona encina; mientras que los profundos vallejos se pueblan de toda suerte de árboles de ribera y relictos enclaves de castaños.