Cuadernos de Investigación La Autoría Mediata y su posible aplicación en los Procesos de Justicia y Paz en Colombia Cristina Montalvo Velásquez ISBN: 978-958-99557-8-9 Montalvo Velásquez, Cristina. La autoría mediata y su posible aplicación en los procesos de justicia y paz en Colombia / José María Mendoza. Barranquilla : Corporación Universitaria Americana, 2013. 81 p. ; xx cm. ISBN: 978-958-99557-8-9 1. Autoría (Derecho penal) -- Colombia. 2. Responsabilidad penal. I. Tít. 345.04 M763 2013 cd 21 ed. Corporación Universitaria Americana-Sistema de Bibliotecas Presidente JAIME ENRIQUE MUÑOZ Rectora Nacional ALBA LUCÍA CORREDOR GÓMEZ Rector Sede Medellín ALBERT CORREDOR GÓMEZ Vicerrector Académico LÁSTER ALFONSO GUTIÉRREZ CUADRO Director Centro de Investigaciones JUAN CARLOS MIRANDA Director de Publicaciones CARLOS FEDERICO MIRANDA MEDINA. La Autoría Mediata y su posible aplicación en los procesos de justicia y paz en Colombia. Por Cristina Montalvo Velásquez © No. 3 - 2013 ISBN: 978-958-99557-8-9 Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, almacenada en sistema recuperable o transmitida en ninguna forma o por medios electrónico, mecánico, fotocopia, grabación, u otra, sin la previa autorización por escrito de Sello Editorial Coruniamericana y del autor. Los conceptos expresados en este documento son responsabilidad exclusiva del autor y no necesariamente corresponden con los de la Corporación Universitaria Americana y da cumplimiento al Depósito Legal según lo establecido en la Ley 44 de 1993, los Decretos 460 del 16 de Marzo de 1995, el 2150 de 1995, el 358 de 2000 y la Ley 1379 de 2010. Sello Editorial Coruniamericana Calle 72 No. 41C-64 selloeditorialcoruniamericana@coruniamericana.edu.co IR AL INDICE LA AUTORÍA MEDIATA Y SU POSIBLE APLICACIÓN EN LOS PROCESOS DE JUSTICIA Y PAZ EN COLOMBIA CRISTINA E. MONTALVO VELÁSQUEZ MG. EN DERECHO CORPORACIÓN UNIVERSITARIA AMERICANA BARRANQUILLA, DICIEMBRE DE 2011 IR AL INDICE 1 Contenido Introducción............................................................................................................................. 3 I Planteamiento del Problema................................................................................................... 10 II Metodología............................................................................................................................ 13 Capítulo I Historia y Aspectos Generales de la Autoría Mediata ............................................................ 14 1. Circunstancias Históricas de la Autoría Mediata ................................................................... 14 2. Concepto de Autor Mediato ................................................................................................... 16 3. Clasificación según la Doctrina de la Autoría Mediata............................................................ 20 4. El Código Penal Colombiano frente a la Teoría de la Autoría Mediata................................... 25 Capítulo II Teoría Del Dominio del Hecho según el planteamiento de Roxin Claus ............................... 26 1. Naturaleza Jurídica de la Teoría del Dominio del Hecho........................................................ 26 2. Concepto y Formas de La Teoría del Dominio del Hecho según Roxin Claus ...................... 27 3. Dominio de la Voluntad en Virtud de Aparatos Organizados de Poder y Dominio en Virtud de la Fungibilidad...................................................................................... 34 Capítulo III La Responsabilidad Penal del Superior Jerárquico en los Crímenes de Derechos Humanos Perpetrados por Aparatos de Poder ................................................ 42 1. La Necesidad de un Nuevo Marco de Interpretación de la Responsabilidad Penal en los Crímenes contra los Derechos Humanos en Colombia .................................... 42 2. Aplicación de Formulas de Imputación de Responsabilidad al Superior Jerárquico en los Procesos de Justicia y Paz en Colombia ................................ 46 IV Resultados ............................................................................................................................. 59 V Conclusiones.......................................................................................................................... 63 VI Bibliografía.............................................................................................................................. 65 IR AL INDICE INTRODUCCIÓN Las discusiones sobre la paz, la justicia, la verdad y la reparación han involucrado a prácticamente la totalidad de la sociedad colombiana en tiempos recientes: entes gubernamentales y Judiciales, ONGs, Asociaciones y Universidades. La temática general de la justicia transicional y el conflicto ha dejado de ser un asunto exclusivo de sus actores o de los analistas que han dedicado parte de sus estudios al problema. Temas como los criterios de la justicia transicional, las versiones libres y audiencias de justicia y paz y las tensiones que la dinámica de dicho proceso genera se han convertido en problemáticas de primer orden. A pesar de los variados estudios, muchas de las dudas sobre nuestra particular guerra no han sido resueltas, lo que ha hecho necesario y urgente pensar en una investigación que combine los estándares y criterios de nuestro proceso y, sobre todo, las tensiones jurídicas del mismo, en donde se sugiera la posibilidad de aplicar teorías jurídico penales más adecuadas a los crímenes cometidos por los grupos organizados al margen de la ley. El auge de los debates sobre la justicia transicional en nuestro país tiene como referente específico las negociaciones adelantadas por el gobierno actual y los grupos de autodefensas, negociaciones que conducen a la formulación y posterior aprobación del proyecto de ley sobre la desmovilización y reincorporación de los actores armados y sobre justicia y paz, proyecto de ley que comenzó abriendo primero una discusión jurídica sobre los alcances y consecuencias de tales leyes, y que ha desembocado en la hoy amplia discusión teórica de carácter multidisciplinario sobre los distintos modelos de justicia que se han dado en el mundo. Sobre estos se ha enmarcado el caso colombiano, haciendo investigaciones sobre los IR AL INDICE 3 alcances, variables e implicaciones de los principios y derechos consagrados en la ley de Justicia y paz, tales como la verdad, la justicia, la reparación y demás. Sin embargo, el tema que nos ocupa en esta ocasión es el análisis de las imputaciones jurídicas de los crímenes confesados por los subordinados al dirigente o jefe de los ex miembros de grupos organizados al margen de la ley. Cuando uno se pregunta cómo es que se puede lograr la protección de bienes jurídicos a través del derecho penal, la respuesta resulta lógica y evidente: si se prohíbe superar los límites del riesgo tolerado para proteger los bienes jurídicos y alguien supera mediante su actuar los límites permitidos del riesgo y éste se realiza en el resultado, entonces se es autor de un hecho prohibido "Por lo que el pensamiento básico, para Claus Roxín, de la teoría de la imputación objetiva es que un sujeto es autor de un injusto penal cuando, sin estar amparado por una causal de justificación, ha creado un riesgo no permitido para un bien jurídico penalmente protegido y este riesgo se ha realizado en un resultado prohibido”. El Grupo de Investigación de la Facultad de Derecho de la Corporación Universitaria Americana quiere mostrar cómo se han imputado en otros países dichos crímenes, para que una vez más se examine si la forma de responsabilidad penal por los crímenes de subordinados que le debe corresponder a los dirigentes de la organización ilegal armada debe seguir haciéndose como coautores impropios o si puede a futuro abrirse paso a la teoría de la autoría mediata planteada por Roxin Claus, la cual ha sido acogida y aplicada en muchos países en donde se han llevado a cabo procesos parecidos al nuestro, haciéndose evidente que es un esquema universal perfectamente aplicable en los procesos de justicia y paz. IR AL INDICE 4 Llama la atención del grupo investigador esta forma de autoría mediata en el derecho penal, ya que se estructura a partir del dominio del hecho y de un autor detrás del autor. Según el Código Penal Alemán: el autor mediato es quien comete el hecho por medio de otro, usándolo como instrumento. La misma fórmula usa el Código Penal español desde su reforma de 1995, en el párrafo primero del artículo 28. El código boliviano lo ha receptado en su reforma del año 1997, en el párrafo segundo del artículo 20, donde dice: Es autor mediato el que dolosamente se sirve de otro como instrumento para la realización del delito (Bazán, 2009). La doctrina se encarga de distinguir diversas clases de autoría mediata, debido a la fórmula general que usan los códigos penales para mencionarla: realizar el hecho por medio de otro, del que se sirve como instrumento. La doctrina ha reconocido unánimemente dos clases de autoría mediata: en virtud del error o de la coacción sobre el ejecutor, “el hombre de atrás” tiene el dominio del hecho: aquel que se aprovecha o utiliza la actuación de otra persona para alcanzar su objetivo delictivo. Tradicionalmente, tales supuestos han sido vinculados al empleo de la coacción sobre el intermediario material; o aprovechando el error en que éste se encuentra, o empleando en la ejecución del delito a personas incapaces, el agente realiza el hecho punible valiéndose de la persona interpuesta, por lo que debe hacérsele acreedor de las consecuencias penales que correspondan a dicha conducta ilícita. IR AL INDICE 5 En la autoría mediata, el papel fundamental lo tendrá quien a primera vista no aparece como el consumador del tipo penal. Así como cualquier autor puede valerse de instrumentos mecánicos para su accionar delictivo, se pueden usar a otras personas de la misma forma, pero no como objetos inertes, sino como personas actuantes. Pero centraré mi análisis en “La autoría mediata a través de los aparatos organizados de poder”. Esta es una categoría propuesta por Roxin que ha suscitado críticas y adhesiones. En ella, el autor fundamenta la responsabilidad como autores mediatos de los hombres de atrás en una organización delictiva, aun cuando el ejecutor sea castigado como plenamente responsable. Si bien es cierto que estas teorizaciones surgen como consecuencia de la barbarie nazista y, especialmente, con base en el juicio al que se sometió a Karl Adolf Ecihmann en el Tribunal de Jerusalén en 1961 debido al horror de los campos de concentración nazi en Alemania y los gulag estalinistas en Rusia, en donde murieron millones de seres humanos, lo que comenzó a sensibilizar al mundo en torno a las opiniones y derechos de las victimas, las cuales, durante dicho juicio, al responsable directo de transportar a las víctimas judías a los campos de concentración nazi y ejecutor de la solución final contra el pueblo judío, hicieron valer sus testimonios ante millones de personas (Arendt, 2003). Roxin rastrea un nuevo fundamento para descubrir la autoría del hombre de atrás, pero frente a ejecutores responsables, y no el clásico ejemplo de la coacción o error del autor inmediato o material. Dije que en las formas clásicas de autoría mediata se usa instrumentalmente a una persona, forzando al agente o usándolo como factor causal ciego. En esta especie de autoría mediata, lo que se instrumentaliza es el aparato organizado de poder, y en lugar de lo defectuoso del accionar del autor inmediato se pone la „funcionalidad‟ del aparato. Para ello IR AL INDICE 6 se requiere a priori tres requisitos: el dominio de la organización en forma verticalizada (autores de escritorio), la fungibilidad del ejecutor y la actuación de estos supuestos en organizaciones al margen de la legalidad. Es necesario que en este caso de “autor de escritorio” se demuestre la fungibilidad (sustituibilidad de los que en el actuar delictivo de aparatos organizados de poder ejecutan el último acto parcial que realiza el tipo) y anonimato del ejecutor, dado que el autor mediato no depende de un ejecutor concreto, como en el caso del inductor. Aquí, el ejecutor, desde la óptica del autor mediato, es el aparato. Lamentablemente, en las diversas calificaciones de las conductas punibles -coautores determinadores, coautores mediatos, determinadores, autores mediatos en virtud de aparatos organizados de poder y coautores impropios- encontramos que, en las imputaciones jurídicas dentro del actual proceso de justicia y paz nuestro, la teoría de Roxin no ha tenido mayor acogida, pues La Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia ha debatido el tema y casi siempre ha llegado a la conclusión unánime de que en estos casos se trata de un evento de “coautoría impropia” y no de una autoría mediata con aparato organizado de poder o de autor tras autor. Sin embargo, muy lentamente la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia, en algunas de sus providencias, hace referencia a los aparatos de poder o máquinas de guerra, y expresa que las actuaciones en esos momentos cometidas no eran parte de un mero aprovechamiento ilícito, sino verdaderas actuaciones programadas y coordinadas a lo largo, lo que demuestra un avance en las fórmulas de imputación de responsabilidad al superior jerárquico, en la medida en que la Sala problematiza las teorías y enfrenta sus dilemas, tal como lo hizo en el caso de la masacre de Macayepo, donde aceptó que se trataba de una autoría mediata. IR AL INDICE 7 Parece claro que estas inevitables encrucijadas no pueden ser superadas solo mediante los mecanismos jurídicos de una ley, pues no todos los casos merecen el mismo grado de indignación nacional o internacional, como el caso de los políticos involucrados en los hechos cometidos por los paramilitares, por ejemplo. Resuena aquí el llamado de Iván Orozco de no abandonar la política deliberativa como elemento constitutivo de un buen proceso transicional, pues hay momentos decisivos en los que el razonamiento jurídico se queda corto para atender los problemas que pretende resolver, con profundas implicaciones políticas y sociales, y cuyas soluciones deben estar legitimadas mediante una política realmente democrática (Orozco, 2005). Por lo anterior, resulta importante desarrollar un estudio interdisciplinar, es decir, que aborde no solo lo jurídico, sino lo social y político que se ha evidenciado con la aplicación de la ley de justicia y paz, para de esa manera poder adoptar y sostener una postura acorde a nuestra realidad, en donde fáctica y jurídicamente la imputación y la declaración de responsabilidad recaigan sobre todos los acusados por su inequívoca condición de autores mediatos que utilizaron a otros como instrumentos o ejecutores fungibles de los delitos que cometieron. Así superamos el llamado fantasma paralizante de la posible impunidad. Hablar de Imputaciones Jurídicas es hablar de uno de los más representativos temas en que se expresa la actual teoría jurídica del delito. Las formas de imputación de crímenes de subordinados al dirigente en algunos países que pasaron por un proceso transicional similar al nuestro, como lo fueron Alemania, Argentina y Perú, nos han llevado a mirar crítica y comparativamente cómo en nuestro proceso transicional las imputaciones jurídicas de los delitos cometidos por los miembros de los grupos organizados al margen de la ley deben IR AL INDICE 8 imputárseles a los dirigentes de dichos grupos en calidad de: “autores mediatos en virtud de aparatos organizados de poder” o “autores mediatos en virtud de la figura del autor tras el autor”, según lo plantea la teoría de la Imputación Objetiva de Roxin Claus, y no como “Coautores determinadores”, “coautores mediatos”, “determinadores”, o finalmente como “coautores impropios”, que ha sido la tesis más acogida por la Sala de Casación Penal de nuestra Corte Suprema de Justicia. El problema a tratar, radica en el análisis de la aplicabilidad de la teoría mediata en aparatos organizados de poder, habida cuenta que el artículo 29 del Código Penal colombiano limita la responsabilidad a quien realice la conducta punible por sí mismo o utilizando a otro como instrumento. Para probar la viabilidad de la aplicación de dicha teoría en el caso colombiano, este proyecto se dividirá en tres partes: en la primera se plantearan los aspectos históricos, los límites y demás aspectos conceptuales y generales de la teoría de la autoría mediata. En la segunda parte se precisará la teoría mediata desde el punto de vista de Roxin Claus y cómo opera la estructura de poder y la fungibilidad como elementos de dicha teoría. Finalmente, analizaré el tema de la responsabilidad penal en los crímenes cometidos en Colombia que atentan contra los Derechos Humanos, es decir, la posibilidad de la aplicación de la teoría en Colombia. Veremos también el tratamiento que se le dio al caso Machuca, Macayepo y, recientemente, al caso Mampujan. IR AL INDICE 9 I. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN II. Y SU JUSTIFICACIÓN Desde hace más de 40 años, la esencia misma de la historia Colombiana se ha visto enmarcada por un conflicto armado, el cual ha ocasionado que un elevado porcentaje de nuestra población se haya visto acechada por los más grandes factores de violencia producidos, lo que incremeta cada vez más el número de Víctimas, pues es triste contemplar las caravanas ingentes de compatriotas que deambulan por carreteras y caminos, huyendo de la barbarie impuesta por la guerrilla y los paramilitares. Lo anterior fue planteado ante la Comisión de Derechos Humanos el 15 de marzo de 2007, por parte de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, donde informó oralmente: La inequidad es uno de los principales problemas que en materia de derechos económicos, sociales y culturales tiene que afrontar el país. Hace 25 años esta violencia se agudizó, al aparecer en el escenario grupos que pretendían acabar con todos los vestigios del comunismo y trabajar una hegemonía de derecha extremista, que generaron necesidades de paz y reconciliación nacional propias de procesos transicionales, que en el caso nuestro es propia de una negociación política, en donde los responsables de crímenes atroces aceptan dejar atrás el régimen despótico, bajo unos incentivos, tales como el perdón y el olvido de sus actos (Uprimy, 2006). Pero del otro lado, tenemos a unas victimas con el derecho a conocer la verdad de lo ocurrido y a una reparación por concepto de ello. IR AL INDICE 10 Los estándares jurídicos internacionales juegan un papel determinante para señalar cómo llevar a cabo el proceso de justicia y paz en el país, pero las tensiones y los criterios del contexto colombiano revisten de una complejidad, en donde las dimensiones jurídicas, políticas y éticas tienen una particularidad político – social que hace difícil el equilibrio entre los derechos de verdad, justicia y reparación. De acuerdo con estadísticas recientes, dadas a conocer por la Unidad Nacional de Fiscalías para la Justicia y Paz, durante los seis años de vigencia de la ley, el recorrido por las confesiones ha buscado apoyar la lucha de los familiares de las “68.198” víctimas relacionadas en los hechos confesados, los cuales se relacionan con “47.541” homicidios, “9.653” desplazamientos forzados, “1.672” masacres, entre otros. Todas estas conductas han sido calificadas de diferentes maneras por parte de los entes que intervienen en el proceso. Es así como la Fiscalía ha sostenido la calidad de “coautores determinadores” y “Coautores Impropios”, y la Procuraduría General de la Nación ha solicitado la aplicación de la teoría de “autores mediatos en virtud de aparatos organizados de poder”; pero la teoría más aceptada por la Corte Suprema de Justicia en su Sala de Casación Penal es la de “coautores impropios”, tal como lo hizo en marzo del Dos Mil Siete (2007), en relación con la horrorosa tragedia que tuvo lugar el 18 de octubre de 1998 en el humilde corregimiento de Machuca de Segovia – Antioquia, protagonizada por el ELN. Asimismo ocurrió con el caso de Yamid Amat, dentro del proceso 25.974 fallado el 8 de agosto de dos mil siete (2007); y con el de Gabarra, dentro del proceso 24.448 fallado el 12 de septiembre de 2007 (Idepaz, 2011). La noción de autor en la legislación penal debe partir de principios que deben considerarse fundamentales, por consiguiente, la autoría como categoría conceptual debe alcanzar también IR AL INDICE 11 a la autoría mediata, entendiendo que no solo es autor quien ejecuta alguna o todos los elementos del tipo, sino también quien no realiza de propia mano la ejecución de la acción típica pero usa a otro. Además, muchas veces el instrumento tampoco realiza la conducta típica puesto que no actúa dolosamente. No podemos olvidar que el aspecto causal es el decisivo y las causas son iguales, objetivamente hablando, ya que la actividad de los delincuentes es indiferente para discriminar entre autores o partícipes. Asimismo, desde el punto de vista subjetivo, nada se opone a determinar el autor mediato por muy alejada que se encuentre su actividad del resultado material del hecho. Sin duda alguna, la tesis de la autoría mediata a través de las estructuras organizadas de poder, elaborada por el profesos Claus Roxin, genera una relevancia y complejidad para analizar si los problemas que presentan las imputaciones de responsabilidad penal a los jefes de la criminalidad organizada podrían satisfacerse con dicha teoría. Determinar si puede aplicarse en Colombia la teoría de la “autoría mediata a través de las estructuras organizadas de poder” se constituyó en el objeto de estudio del presente proyecto, el cual buscó hacer una aproximación a algunas de las dificultades que han surgido al momento de aplicar la teoría de la autoría mediata en estructuras organizadas de poder. Entonces no solo es autor quien realiza personalmente la acción, sino que también lo es quien realiza el tipo mediante otro, que es un instrumento que no debe actuar libremente, al menos que obre dentro de un aparato de poder y que se encuentre en una relación de subordinación de voluntad frente al autor mediato o también llamado hombre de atrás. IR AL INDICE 12 Formulación del Problema ¿Cuáles serían los fundamentos teóricos para aplicar la teoría de la autoría mediata en aparatos organizados de poder en los procesos de Justicia y Paz en Colombia? III. METODOLOGÍA Esta investigación se abordó desde un enfoque Jurídico apoyado en la Técnica Descriptiva. En cuanto al enfoque jurídico o normativo, la única forma de acceder a él es a través de la revisión bibliográfica, sin olvidarnos de que la realidad normativa no está distante de la realidad social en la que se encuentra. Por otro lado, y teniendo en cuenta la naturaleza de la temática abordada, la investigación tuvo una técnica descriptiva, ya que se trabó con elementos producto de la observación directa de la realidad, como lo fueron las audiencias de Justicia y paz. Esto con el fin dar una fiel representación de su actual desarrollo, principalmente de la Audiencia de Imputación de Cargos, y así fundamentar la aplicación de la teoría del profesor Roxin en dichos procesos. IR AL INDICE 13 CAPÍTULO I HISTORIA Y ASPECTOS GENERALES DE LA AUTORÍA MEDIATA 1. Circunstancias Históricas de la Autoría Mediata La figura del autor mediato surge por la necesidad práctica de llenar las lagunas del sistema penal alemán, las cuales fueron causadas por una noción restrictiva de autor y la extrema dependencia de la participación accesoria, consecuencia de que la doctrina interpretó que el cómplice o instigador solamente eran punibles si el hecho realizado por el autor principal era típico, antijurídico y culpable (Márquez, 2004). Dentro de tal sistema, por ejemplo, ayudar o instigar a un inimputable a la comisión de un delito es un hecho impune, pues este sujeto no puede ser autor, dado que no realiza por sí mismo ningún acto de ejecución, pero tampoco puede ser cómplice o instigador, puesto que no hay un hecho principal doloso. Dichas lagunas del antiguo derecho penal alemán están referidas a que la regulación jurídico – positiva solo estaba referida a la inducción y a la complicidad, y no contenía la autoría mediata. Además, como era grande la tentación de aferrarse a la ley, y de clasificar, dentro de lo posible, la totalidad de los casos en los cuales un “hombre de atrás” motiva a otro al hecho IR AL INDICE 14 dentro de la inducción, solo se dejaba para la autoría mediata aquellas categorías que, incluso desde una perspectiva generosa, no podrían ser consideradas como inducción, o bien atribuyendo a la autoría mediata al ámbito de la participación. Así de esta manera, surgía la naturaleza destinada a colmar dichas lagunas (Maurach, 1995). Se considera que quien utilizó por primera vez la expresión “autoría mediata” fue stubel, en una obra publicada en 1828. Algunos autores alemanes, como Mittermaier, sin rechazar el concepto, rechazan simplemente la designación de autoría mediata por ser muy general, y proponen que se le denomine algo así como “utilización de instrumento viviente”, por tanto, no dice nada desde el punto de vista lógico y jurídico, e induce a error, en tanto que hace creer que el instrumento, el mediador del hecho, tiene importancia jurídica. No obstante, una oposición abierta a la figura de la autoría mediata no ocurrió en Alemania, salvo el caso de Hoegel, quien afirma que la autoría mediata es una figura jurídicamente insostenible e innecesaria y la denomina “homúnculo salido de retorta de la doctrina penal” (Márquez, 2004). Pero es a partir de 1930, con Hippel, cuando se plantea el asunto de la autoría mediata con instrumento que actúa jurídicamente, e inmediatamente después, por Hegler y por Mezger, surge este estudio como consecuencia de los estándares jurídicos internacionales. En efecto, los hechos ocurridos en Europa durante la Segunda Guerra Mundial demostraron que los crímenes cometidos por la maquinaria nazi involucraban la participación de varios individuos integrantes de esta estructura jerárquica. Así, surge la necesidad de crear un esquema de responsabilidad adecuado a las necesidades del derecho penal internacional que permita IR AL INDICE 15 juzgar a los responsables de las grandes violaciones de los derechos humanos. Se plantea entonces el desarrollo de un sistema mixto de responsabilidad individual-colectiva, en el cual la organización criminal, como un todo, sirve como el ente sobre el cual se basa la atribución de la responsabilidad penal. Hoy en día la autoría mediata es una construcción jurídica legislativamente aceptada en el derecho penal alemán, español y fue introducido también en el nuevo código penal colombiano. 2. Concepto de Autor Mediato Esta clase de autoría aparece como producto de la evolución técnico – teórica del concepto de autor. El progreso del pensamiento jurídico habría llevado al convencimiento sobre el supuesto de que el autor principal era únicamente aquel que ejecutaba el acto físico consumativo del delito. Esto era, en el fondo, una idea tradicional de la doctrina, por no decir que arbitraria, toda vez que al lado de esta noción se perfilaba otro concepto de autor denominado mediato, que se constituía como el motor criminis. Sin separarse del principio de la ejecución material del hecho, otra noción del concepto de autor fue: Autor es aquel que realiza el acto ejecutivo descrito por el tipo penal. Noción objetiva formal que deja también como la tradicional, por fuera el esquema del autor mediato, pues este último no realiza una acción que pueda encuadrarse en la descripción del tipo penal, es el mediador quien la ejecuta. Es por eso que, con el objeto de superar este concepto, surge la tesis de “dominio del hecho”, que considera que la calidad de autor la confiere la titularidad de la facultad IR AL INDICE 16 de disponer de la ejecución del hecho, interrumpirlo o abandonarlo, caracterizando la autoría en el dominio final del hecho (Márquez, 2004). Con esta doctrina se comenzaba a explicar por qué es autor también aquel que actuaba en forma mediata, ya que tenía un mando que le permitía poseer el dominio de la voluntad de la persona que usaba como medio de ejecución del delito, y fue la jurisprudencia alemana la que vino a desenvolver este concepto con base en casos reales: El autor mediato es el que “dominando el hecho y poseyendo las demás características especiales de la autoría se sirve de otra persona (instrumento) para la ejecución de la acción típica (Bacigalupo, 1994). La autoría mediata se presenta cuando el agente realiza el tipo penal valiéndose de otra persona que actúa como instrumento, para la ejecución de la conducta consagrada en la ley. Por eso, en esta forma de autoría el dominio del hecho, requiere que todo el proceso se desenvuelva como obra de la voluntad rectora del “hombre de atrás” (Velásquez, 1995). Roxin Claus, por su parte, caracteriza la autoría mediata como el dominio de la voluntad: alguien realiza un tipo penal, pero no de propia mano, sino mediante otra persona que le sirve a estos fines, que no puede oponerse resistencia a la voluntad dominante del hecho del otro y, por lo tanto, es designado como herramienta en manos de este (Roxin, 1970). No cabe duda que la autoría mediata es una forma de autoría y, al igual que la autoría inmediata, IR AL INDICE 17 se caracteriza porque supone la existencia del dominio del hecho; pero además, para su existencia deben darse algunas condiciones, como: 1. Que el dominio del hecho debe tenerlo el hombre de atrás, pues si lo posee el instrumento o lo comparten, se debe pensar en otra forma de concurso de personas en el hecho punible. Puede ocurrir autoría mediata a través de una cooperación que exteriormente se presente como complicidad, siempre y cuando del comportamiento del hombre de atrás dependa que el hecho pueda llegar a ser cometido. 2. Que el instrumento se encuentre subordinado al hombre de atrás. La subordinación puede proceder de coacción, error, e incapacidad de culpabilidad. El penalista alemán KAI AMBOS, con fundamento en la teoría de Roxin, concluye en su libro La teoría del hecho en virtud de aparatos organizados de poder que: El dominio por organización tiene como presupuesto la existencia de una organización estructurada de modo jerárquico y estricto y un dominio del hecho del hombre de atrás sobre ejecutores fungibles (Ambos, 1998). Partiendo de esta definición, describiré a grandes rasgos los presupuestos de la doctrina mayoritaria sobre imputación del superior jerárquico. La exigencia de la ubicación en el ámbito de una organización de estructura jerárquica, como requisito para la aplicación de la teoría, tiene que ver con la existencia del hombre de atrás: ………..(.)Este enjuiciamiento distinto se basa en el funcionamiento peculiar del aparato, que (…..) está a disposición del hombre de atrás. Una organización así despliega una vida independiente de la identidad variable de sus miembros. Funciona automáticamente, sin que importe la persona individual del ejecutor (Roxin, 2000). IR AL INDICE 18 El hombre de atrás es entonces quien puede dirigir la parte de la organización que le está subordinada sin tener que dejar a criterio de otros la realización del delito. Siendo esto así, la teoría no solo aplicaría a la persona ubicada en la cima de la cadena de poder, sino también a todos los eslabones intermedios, que dentro del ámbito sobre el cual ejercen dominio, serían determinantes de un delito. En concordancia con lo anterior, la fungibilidad se refiere a la irrelevancia de la persona individual del ejecutor, ligada a la idea de la negación de este mismo como instrumento y a la ubicación de la organización en su lugar como tal. Cada persona, en palabras de Roxin, funciona como un engranaje en función del poder de la organización. Una organización así estructurada, desarrolla una vida que es independiente de la cambiante composición de sus miembros, digamos que funciona con un elevado grado de automatismo (Roxin, 2000). En suma, para la aplicación de la teoría de la autoría mediata en estructuras de poder, se requiere de una estructura jerárquica en la organización, sobre la cual el hombre de atrás debe tener un dominio efectivo, de tal forma que se asegura la comisión del acto delictivo. Si uno de los miembros de la organización se niega a ejecutar el hecho punible, otro estará dispuesto a producir el acto en su lugar. Es decir, carece de importancia la individualización de los miembros subordinados de la organización. A continuación, trataremos algunos problemas jurídicos que han surgido en sus intentos de aplicación. Si bien esta teoría fue planteada por Roxin en la década de los sesenta, su utilización práctica en el mundo ha sido mínima. La aplicabilidad de la teoría se centra en tribunales internos que juzgaron hechos de violación grave a los derechos humanos, entre los que se cuentan: La Corte IR AL INDICE 19 Federal Alemana (Ambos, 2001), en el caso de los disparos del muro fallado en 1997; la Cámara Federal de Apelaciones en lo Criminal y Correccional de la Capital Federal, en el juicio a las juntas militares argentinas; el Tribunal peruano, en los crímenes cometidos por los guerrilleros de Sendero luminoso (Pedraglio, 2007); la Procuraduría General de la Nación en Colombia, con el planteamiento sobre la teoría para el caso de la masacre de Machuca, cuya tesis, vale decir, no fue acogida por la Corte Suprema de Justicia (Farfán 2006); la Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, en septiembre del 2009; y finalmente la Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, en sentencia del 23 de febrero del 2010, proceso contra el congresista Álvaro García. En todos los casos anteriores aplicó la teoría de la autoría mediata. 3. Clasificación según la Doctrina de la Autoría Mediata En la doctrina se han clasificado los diversos casos de autoría en función del instrumento en los siguientes: INSTRUMENTO QUE ACTUA SIN DOLO: Constituye la primera hipótesis de autoría mediata. Se presenta cuando se utiliza a otra persona que obra con error de tipo como medio para alcanzar el fin propuesto. La conexión entre la conducta del sujeto de atrás y la del sujeto de delante, que debe canalizar el dominio del primero, suele presentarse generalmente en forma de provocación del error, pero también en forma de aprovechamiento del error o ignorancia existentes en el intermediario. La incidencia directa del sujeto de atrás sobre el instrumento hace patente la influencia sobre el hecho que realiza el ejecutor. Ejemplo de ello es el de la enfermera a quien alguien le cambia la medicina que va inyectar por un veneno que IR AL INDICE 20 provoca la muerte al paciente; o el mensajero que entrega el paquete bomba. El tratamiento en estos casos de autoría mediata responde al máximo al asentimiento jurídico, pues nadie dudaría que quien coloque intencionalmente en un error de tipo al que actúa o aprovecha un error ya existente, posee el dominio del hecho y por ello debe responder como autor. Según la Doctrina, en todos estos casos en los que el instrumento actúa sin dolo ni culpa puede sentarse una regla general: cualquiera que en conocimiento de la situación de error en que se encuentre un instrumento que actúa sin dolo ni culpa, siendo una condición para el resultado, tiene el dominio del hecho y por ello mismo es autor mediato. INSTRUMENTO QUE OBRA SIN CULPABILIDAD: Son los supuestos en los que el instrumento obra inimputablemente o bajo un error de prohibición. INSTRUMENTO INIMPUTABLE: En los supuestos de instrumentos inimputables, incapaces de culpabilidad (como menores, enfermos mentales, embriagados, etc.), es preciso conocer hasta qué punto existe esa falta de capacidad, ya que a pesar de dicha carencia puede tener el dominio del hecho. Si así lo fuera, en vez de autoría mediata, se trataría de inducción. Puede presentarse la autoría mediata, tanto si el sujeto provoca la incapacidad (lo emborracha) como si se aprovecha de dicha incapacidad que conoce (utilizar al niño, al demente etc.). INSTRUMENTO QUE OBRA CON ERROR DE PROHIBICIÓN: Siguiendo la doctrina, en el caso del instrumento que obra con error de prohibición inevitable, la solución es la misma que para los inimputables, "pues le ha faltado a aquél la capacidad para obrar de otra manera, mientras que el autor mediato es tal precisamente IR AL INDICE 21 porque se ha servido de esa incapacidad del instrumento, similar en sus efectos a la incapacidad de culpabilidad. Si el error de prohibición es evitable puede darse también autoría mediata". Dado que el error del autor afecta a un factor decisivo de la contemplación penal de su hacer, tanto en los casos de error de prohibición vencible como invencible, el tratamiento del hombre de atrás debe ser el mismo que cuando provoca un error de tipo, en el que en los casos de vencibilidad y la apreciación de la responsabilidad del autor por imprudencia no excluyen la autoría mediata del hombre de atrás. En los de error de prohibición vencible debe tenerse en cuenta la capacidad del hombre de atrás sobre el instrumento, su dependencia y la influencia y autoridad moral "indiscutible" que el hombre de atrás puede tener sobre el autor directo. INSTRUMENTO QUE OBRA DE ACUERDO A DERECHO: Es una forma en la que el instrumento no actúa antijurídicamente a consecuencia de una justificación creada por el autor mediato o, visto el problema desde el punto de vista del instrumento, su actuación no es típica, sino conforme al derecho. El instrumento, de este modo, actúa justificadamente al obrar objetiva y subjetivamente conforme a derecho. En estos casos, el instrumento mismo actúa, sin duda, jurídicamente, tanto desde el punto de vista objetivo como desde el subjetivo; por ejemplo, el funcionario de policía que practica de buena fe una detención en virtud de una orden de captura, pero no importa su actuación ajustada a derecho, sino la ilicitud de la actuación del hombre de atrás, si éste sabe que la privación de libertad no se halla materialmente justificada. INSTRUMENTO QUE ACTÚA COACCIONADO: Es la utilización meramente material de una persona, sin que ésta actúe como tal bajo control de su voluntad. Se utiliza la fuerza física IR AL INDICE 22 o moral en contra de otra persona con el objeto de obligarla adoptar una decisión. Si bien puede tratarse de violencia psíquica, como amenazar la voluntad con un castigo reiterado tendiente a ese objetivo; o una violencia compulsiva que va dirigida siempre a la voluntad del forzado. Es el caso del padre que es obligado, mediante el secuestro de su hijo, a transportar estupefacientes hacia otro país, bajo la amenaza de que si no lo hace matarían a su hijo. INSTRUMENTO QUE NO OBRA TÍPICAMENTE: existen tipos penales en los que, por la misma configuración en la descripción del legislador, se le permite al titular del bien jurídico lesionarlo, sin consecuencias jurídicas. Son situaciones donde la autolesión es impune. El caso es discutido en Alemania por la necesidad de punir la inducción al suicidio. En Colombia, el caso no ofrece problemas, pues está incriminada la inducción misma en forma expresa. Pero el supuesto subsiste cuando se trata de autoestima. En el supuesto de las autolesiones, la manifestación de la autoría mediata no se articula a partir de la conducta realizada por el instrumento, puesto que éste no siempre actúa de forma típica, al no estar su acción prohibida por la ley penal. Y de otro lado, el sujeto de atrás tampoco ejecuta directamente la actividad que produce el resultado típico para él. Pero, la colaboración de la víctima en la producción del resultado puede revestir alguna importancia en la determinación de la responsabilidad del tercero, pues en cierta manera la imputación objetiva del resultado. La doctrina dominante considera que tal impunidad supone una libre voluntad de lesión del titular del bien jurídico y la conciencia del alcance del acto realizado en propio perjuicio. De modo que cuando la lesión al bien jurídico es causada por el propio titular en virtud de una voluntad viciada por la acción de un tercero, éste responde como autor mediato. IR AL INDICE 23 APARATOS ORGANIZADOS DE PODER: El dominio de la voluntad también puede obtenerse a través de los llamados aparatos organizados de poder, en los que la preponderante posición que ocupan en ellos unos o varios sujetos los convierte en autores mediatos de los delitos que ejecutan sus miembros. Esta forma de autoría mediata es independiente de la forma de la coacción y del error; su fundamento se encuentra en la fungibilidad de los miembros de la organización criminal, que llevaban a cabo la ejecución de las órdenes; estos son meros instrumentos de los que se encuentran en la cúpula del aparato cuando les ordena la comisión de un delito. Según este planteamiento, el dominio de la voluntad estaría siempre en el sujeto de atrás, puesto que la estructura del aparato garantiza el cumplimiento de la orden independientemente de la individualidad del ejecutor inmediato, pues aunque en alguna ocasión el miembro de la organización al que se le ha dado la orden de cometer el delito se negara a ejecutar el hecho, debido a la fungibilidad del ejecutor dentro del aparato de poder, podría sustituírsele automáticamente por otro, con lo que el delito de todas formas se ejecutaría. Lo decisivo es que el autor de atrás domine parte de la organización que le permita que otro miembro de la organización ejecute un delito, con lo que pueden presentarse una cadena de autores mediatos hasta que sus actividades desemboquen finalmente en la ejecución de delito por parte de autor inmediato. No se descarta, sin embargo, la participación, pero esta solo tiene lugar cuando la actividad del miembro de la organización no consista en el manejo autónomo del aparato, sino en asesoramiento, en el desarrollo de planes, o en proporcionar instrumentos o medios para cometer los delitos. La figura del autor detrás del autor no solo se admite en la actuación de aparatos de poder estatales, sino también se entiende incluido en las organizaciones paramilitares, subversivas, bandas mafiosas, etc. que actúan al margen del ordenamiento jurídico; organizaciones que se caracterizan por tener una estructura jerárquica IR AL INDICE 24 consolidada (aparato organizado de poder), la disposición de los miembros de la organización a seguir los objetivos de la misma, el poder de decisión de los mandos dirigentes, la intercambiabilidad de los ejecutores materiales y al automatismo en el cumplimiento de órdenes derivadas de la propia dinámica del aparato de poder. En esta es que centraré el presente estudio 4. El código penal colombiano frente a la teoría de la autoría mediata La autoría mediata tiene en Colombia un aspecto que cuestiona su aplicación y es que el art. 29 del Código Penal establece que es autor quien actúa por sí mismo o “utilizando a otro como instrumento”. Se recalca, entonces, que solo las dos formas de autoría mediata clásicas o tradicionales, a saber, la coacción ajena y el engaño, respetarían el postulado normativo; pero la tercera forma desarrollada por Roxin no lo haría, en la medida en que la autoría mediata en estructuras de poder, el autor material, el “hombre de adelante”, actúa plenamente responsable (Aponte, 2010). Se trata de un postulado demasiado estricto, si se considera que la fungibilidad de los autores materiales, tal como ha sido plenamente desarrollado por la doctrina y los tribunales; y si, como sucede de hecho en la práctica cotidiana de actuación de las maquinas de guerra, el dominio sobre el aparato, por parte del hombre de atrás, que es tan brutal e irreductible que natural o inequívocamente se puede afirmar que el autor material, quien es responsable en principio, es convertido por su superior jerárquico en un instrumento IR AL INDICE 25 CAPÍTULO II TEORÍA DEL DOMINIO DEL HECHO SEGÚN EL PLANTEAMIENTO DE ROXIN CLAUS 1. Naturaleza jurídica de la llamada Teoría del Dominio del Hecho La teoría del Dominio del hecho se encuentra asociada a tres criterios: uno subjetivo, uno objetivo y uno mixto. Teniendo la relación que se da entre el autor y el dominio, puede definirse el dominio del hecho como subjetivo si se precisa una conciencia o voluntad de dominio en el sujeto respecto al hecho que realiza, es decir, la presencia necesaria de una actitud psíquica en el autor para configurar el acto típico. Así, el dominio del hecho queda convertido esencialmente en una fórmula subjetiva para determinar quién es autor de un hecho punible. En las teorías subjetivas el sujeto debe tener especial disposición de su voluntad y en este caso conocer las circunstancias del hecho, ser consciente de las circunstancias fácticas que fundamentan su dominio sobre el acontecimiento (Márquez, 2004) Pero también puede ser objetiva si el dominio del hecho deriva directamente de lo que hace el sujeto con independencia de que sea consciente o no de su dominio sobre el hecho típico o de su voluntad de determinarlo. Quienes defienden este criterio afirman que lo que caracteriza el dominio del hecho es la conducta material que realiza el sujeto en la ejecución del hecho típico, sin descartar que para que el interviniente tenga la autoría es necesario que actúe con conciencia (dolo) que está dominando el hecho. Bajo este criterio, no interesa el ánimo o intención que media en el sujeto para determinar si tenía el dominio en cuestión o no; lo que IR AL INDICE 26 interesa es establecer concretamente si en la materialidad lo tenía y, al mismo tiempo, si sabía también que lo tenía. Como lo señala Gimbernat: “La Doctrina del Dominio del hecho es totalmente objetiva…. El que tiene el Dominio del hecho ya puede actuar con la voluntad que le dé la gana, el dominio del hecho lo seguirá teniendo. Y el que no es titular del dominio del hecho, aunque se ponga como se ponga, no por ello entra en posesión del dominio que antes no tenía” (Gimbernat, 1966). Finalmente, puede ser objetiva-subjetiva o mixta si no solo hay que dominar el hecho desde el punto de vista fáctico, sino que es preciso también conocer que se tiene el dominio, es decir, que ni subjetiva, ni objetiva puramente, ya que cada criterio caracteriza un lado del problema, pero aisladamente estudiadas desvirtúan el sentido en su totalidad. Afirma Jescheck al respecto: “Solo puede ser autor quien, en atención a la importancia de su aportación objetiva, contribuya a dominar el curso del hecho” (Jescheck, 1993). 2. Concepto y Formas de la Teoría del Dominio del Hecho según Roxin Claus Claus Roxin es el autor que ha dado una exposición más concreta de la teoría del dominio del hecho. Su obra fundamental traducida al español es Autoría y Dominio del hecho en derecho penal, en la que estudia la autoría en toda clase de delitos bajo dos principios: el Autor como figura central y el Dominio del hecho como concepto abierto. Claus Roxin incursiona en el derecho penal con un trabajo sobre el concepto de acción, IR AL INDICE 27 (1962) donde criticaba los excesos ontológicos del finalismo de Welzel y ponía de manifiesto que la base de la Teoría del Delito no podía ser un concepto final, puramente ontológico, de acción, sino está tal como se plasmaba en los respectivos tipos delictivos de la parte especial. En palabras del propio Roxin, “el injusto típico no es un suceso primariamente causal o final, sino la realización de un riesgo no permitido dentro del ámbito del tipo respectivo”. Proveniente de los claustros de Gottinga, Roxin ingresa a la Universidad de Munich, donde sería el contrapeso de Reinhard Maurach. Luego irrumpe en la temática de autoría y dominio del hecho. Y en 1970, a sus treinta y nueve años, pronunció la conferencia en la Academia de Ciencias de Berlín. Dicha conferencia marcaría el rumbo de la dogmática roxiniana y sería una obra fundamental en el derecho penal germano: „Política criminal y sistema del derecho penal” (Roxin, 2000). Roxin inicia esa conferencia anatematizando a von Liszt, de quien recuerda el apotegma “el derecho penal es la infranqueable barrera de la política criminal”, y aquella concepción del derecho penal como ciencia social por un lado, y como ciencia jurídica, por el otro. Lo que logra Roxin, cual Moisés, es mostrarnos la tierra prometida: el derecho penal, que sin abandonar ni relativizar el pensamiento sistemático, cuyos frutos en la claridad y seguridad jurídica son irrenunciables, logra mixturizarse con la política criminal en cada uno de los estadios de ese gran edificio centurial que es la Teoría del Delito, y es más, logra somatizar las finalidades político criminales en módulos de vigencia jurídica. A diferencia de la figura mosaica, Roxin no solo señala la „tierra prometida‟, sino que la habita durante 30 años, al término de los cuales edita su magno Tratado. La política criminal es la conciencia de la potestad punitiva del Estado. Es la que limita la IR AL INDICE 28 actividad del soberano y la orienta hacia la teleología de su fundamentación: poner más acento en la prevención que en la punición, irrefutable comprobación de la vigencia del pensamiento de Beccaria. “Es mejor prevenir los delitos, que punirlos”, decía este pensador de la Ilustración en “De los delitos y las penas”, y Roxin completa diciendo que: debido a la restringida eficacia de la pena, y también, a su nocividad, se debe dedicar mayor atención a la prevención del delito a través de medios de política social, policíacos, legislativos y técnicos (Roxin, 2000). Roxin, en su tarea de delimitar ciertos aspectos de su teoría, llegó a la conclusión que “el autor es la figura central del proceso de actuación”, es decir, es la figura central del acontecimiento punible, pero tratándose del llamado autor mediato, la situación cambia, pues este no deriva su posición como figura central del acontecimiento típico, es precisamente del instrumento de que se sirve este autor que ejecuta el hecho y frente a la conciencia colectiva es el responsable de la actuación (Márquez, 2004). Asimismo, Roxin indica que el concepto de autor no puede ser un concepto indeterminado que no dé pautas para la solución de casos dudosos, pero tampoco puede ser un concepto fijo que dé deductivamente soluciones a todos los casos concretos. Lo que debe buscarse, según este autor, es un punto medio, dotando al concepto de dominio del hecho de un contenido material que tenga en cuenta los diferentes fenómenos de participación que se presenta en la vida real, pero a su vez encontrando un hilo conductor común, un principio general que permita juzgar la corrección de la solución al caso concreto (Roxin, 1998). IR AL INDICE 29 Para conseguir lo anteriormente planteado por el autor, es preciso recurrir a lo que él denomina “concepto abierto”, es decir, no definiendo exacta ni indeterminadamente al autor mediato, sino describiendo casos típicos que nos permitan hacer enjuiciamientos generales, pero no precisiones totales, dejándole al encargado de aplicar el derecho un cierto margen de maniobra en la solución del caso concreto. Como ya lo he venido manifestando, una de las formas de autoría en el derecho penal es la mediata, que se estructura a partir del “dominio del hecho”, y la de un “autor detrás del autor”. Como lo expresé anteriormente, es autor mediato el que dolosamente se sirve de otro como instrumento para la realización del delito. Asimismo, por error o coacción sobre el ejecutor, el hombre de atrás tiene el dominio del hecho. En la autoría mediata, el papel fundamental lo tendrá quien a primera vista no aparece como el consumador del tipo penal. Al igual que cualquier autor puede valerse de instrumentos mecánicos para su accionar delictivo, se pueden „usar‟ a otras personas de la misma forma; pero no como objetos inertes, sino como personas actuantes. El punto de partida de la autoría mediata es la ampliamente aceptada “Teoría del Dominio del Hecho”, que paternaliza Welzel en 1939, y remite a Hegler, en 1915. Conforme a ella, es autor quien domina el hecho y quien decide la configuración central del acontecimiento. Esta teoría determina el concepto general de autor en los delitos dolosos de comisión y presenta a su vez tres manifestaciones o formas, según Roxin: a- El dominio de la acción: el que tiene el autor que realiza el tipo de propia IR AL INDICE 30 mano, comprende la realización directa del tipo doloso, afirma Roxin, quien, sin estar coaccionado, y sin depender de otro más allá de lo que socialmente es habitual, realiza de propia mano todos los elementos del tipo es autor. Asimismo, afirma el autor que no se puede dominar un hecho de forma más clara que cuando uno mismo lo hace, no se puede tener en las manos nada de una forma más firme que a través de la actuación de propia mano (Roxin, 1984). Roxin considera que no es necesario realizar todos los elementos del tipo para determinar la autoría directa, sino que basta realizar una de ellas. También señala que no siempre quien realiza la acción típica y cumple los restantes requisitos objetivos y subjetivos del tipo de modo inmediato tiene el dominio del hecho. b- El dominio funcional del hecho: la coautoría se presenta como cooperación en división del trabajo en la fase ejecutiva, pero, cuando en la realización de un hecho converge una pluralidad de sujetos, todos los cuales deben ser considerados autores, puede ocurrir que cada uno de ellos realice por sí la totalidad de la acción típica, en cuyo caso no habrá la denominada autoría plural o autoría concomitante (obrar conjunto de dos o más sujetos sin acuerdo previo para la producción del resultado), cuyo concepto emerge directamente del concepto de autor individual conforme a cada uno de los tipos en particular (Marque, 2004)z. IR AL INDICE 31 El dominio funcional, entonces, es el criterio de imputación a los coautores y hace referencia a la concurrencia de varias personas en la realización del hecho, según división de funciones de carácter necesario, acordada en común antes o durante la realización del hecho punible. Según Roxin los elementos serian: un plan común, referido al nexo subjetivo que debe existir entre los coautores; y los otros, referidos al aspecto objetivo de la realización común, como es la esencialidad de la contribución y la actuación en la fase ejecutiva. c- El dominio de la voluntad: que corresponde a la autoría mediata y es la posibilidad de que alguien realice el tipo penal, pero no de propia mano, sino mediante otra interpuesta persona que le sirve de instrumento para sus fines y que no puede oponer resistencia a la voluntad dominante del hecho del otro, que es el autor mediato. Y se clasifica en, “Dominio de la voluntad en virtud de coacción”, que se ajusta al principio de responsabilidad, “Dominio de la voluntad en virtud del error”, y “Dominio de la voluntad en virtud de maquinarias de poder organizadas (Roxin, 2000). El autor mediato es el que realiza el tipo penal, aunque no lo ejecuta directamente, sino que se sirve de otra persona que actúa como instrumento de su voluntad. Welzel no aceptaba que aquel que se encuentra detrás del ejecutor pueda ser considerado autor. Este, a su juicio, no era más que un inductor, “y no hay voluntad de autor que pueda convertirlo en autor”. Por eso fue necesario completar este concepto restringido de autor con el de “dominio finalista del hecho”, para llegar a estos casos de ilícito propio en manos ajenas IR AL INDICE 32 La doctrina se encarga de distinguir diversas clases de autoría mediata debido a la fórmula general que usan los códigos penales para mencionarla: realizar el hecho por medio de otro, del que se sirve como instrumento. Así, como lo dije en el primer capítulo, la doctrina clásica ha reconocido unánimemente dos clases de autoría mediata: en virtud del error o de la coacción. Pero, Roxin plantea tres formas para realizar mediatamente un hecho: a- Utilizando en el plan delictivo a una persona que obra por error, que no comprende lo que en verdad está haciendo, debido a que el autor mediato disimula las circunstancias del hecho; en general en aquellos casos en que el autor mediato recurre al engaño para el logro de sus fines. b- Cuando emplea la coacción, presionando la voluntad de un tercero, sea mediante la amenaza de hacerle sufrir un mal, sea presionándolo con un atentado a su vida o apremios semejantes si se niega a la realización del hecho que se le pide. c- A través del dominio de la voluntad, como sucede con un aparato organizado de poder, en el que existe una estructura jerarquizada que puede ser de índole militar, política, ideológica, una banda delictual, o el Estado mismo, etc. Son los jefes de esas organizaciones los que emplean el instrumento de poder que ellas le confieren, dando las órdenes y pudiéndolas hacerlas cumplir intercambiando los ejecutores según su conveniencia, lo que anula o hace imposible toda resistencia u oposición a su voluntad. Aquel que imparte la orden es el autor mediato, y como concretamente se instrumentaliza a la persona de adelante, esto es lo que me permitirá sustentar por qué es totalmente aplicable la teoría de la autoría mediata a través del dominio de la voluntad en aparatos organizados de poder en las imputaciones jurídicas que se les IR AL INDICE 33 realizan a los superiores jerárquicos de los diferentes ex comandantes paramilitares que se encuentran acogidos al proceso de justicia y paz contemplado en la ley 975 del 2005 en nuestro país. 3. Dominio de la Voluntad en virtud de aparatos organizados de Poder y Dominio en virtud de la fungibilidad El dominio de la organización como forma específica de autoría mediata. La autoría mediata a través de los “aparatos organizados de poder” es una categoría que propone Roxin, que ha suscitado críticas y adhesiones varias, y fundamenta la responsabilidad como autores mediatos de los hombres de atrás en una organización delictiva, aun cuando el ejecutor sea castigado como plenamente responsable. Esta teoría la elaboró Roxin, en 1963, en una conferencia en Hamburgo, publicada como artículo en la revista alemana „Goltdammer‟s Archiv‟, para luego ser plasmada en su monografía “Täterschaft und Tatherrschaft”, trabajo de habilitación de cátedra de Roxin en Gotinga (Roxin, 2006). Si bien es cierto que estas teorizaciones surgen como consecuencia de la barbarie nazista y, en especial, en base al juicio al que fue sometido Ecihmann en el Tribunal de Jerusalén, en 1961, el propio Roxin reniega del “malentendido de que el dominio de la voluntad por medio de un aparato de poder organizado consista en una construcción ad hoc que a duras penas quepa armonizar con las formas tradicionales de la autoría. La estructura dogmática de la autoría no estaba ideada y no podía ser usada para hacerle frente al genocidio y a los delitos de lesa humanidad; era necesario adaptarla a estas terribles y nuevas formas de criminalidad. IR AL INDICE 34 Si bien el derecho penal está estructurado pensando en un autor individual frente a un hecho determinado, la teoría jurídica se ve desafiada por nuevas modalidades de organización social que involucran en cada acto complejas relaciones, tanto respecto a los hechos como a la intervención de los autores, ejecutores directos, indirectos, inductores, partícipes, coautores, etc. “Los crímenes de guerra, de Estado […] no pueden aprehenderse adecuadamente con los solos baremos del delito individual”, decía Roxin en 1963, pero agregaba que ello no nos exime de la obligación de considerar los comportamientos de los intervinientes a título individual”. El Tribunal Regional de Jerusalén que condenó a Eichmann dijo: en estos crímenes de proporciones gigantescas y múltiples ramificaciones, en los que han participado muchas personas en distintos puestos de mando (planificadores, organizadores y órganos ejecutores de distinto rango) no es adecuado recurrir a aplicar los conceptos comunes del inductor y del cómplice, es decir, excluye la aplicación de las categorías normales de la participación. Aunque se intentó solucionar los casos de los crímenes nazis con las categorías clásicas de autoría mediata, quedó expuesta su incapacidad: los procesos de Nüremberg demostraron que no había casos de soldados ejecutados por no cumplir órdenes. Salvo deshonra militar o días de arresto, no se comprobaron consecuencias que puedan sostener la coacción. En el caso del error, no se puede decir seriamente que la obcecación ideológica nublara la conciencia de los soldados, y aun cuando pueda haber existido “el simple error sobre la antijuridicidad formal […], ello no le procura al sujeto de atrás el dominio de la voluntad sobre el acontecer (Roxin, 2006). IR AL INDICE 35 Roxin rastrea un nuevo fundamento para descubrir la autoría del hombre de atrás, pero frente a ejecutores responsables, y no el clásico ejemplo de la coacción o error del autor inmediato o material. Dije que en las formas clásicas de autoría mediata se usa instrumentalmente a una persona, forzando al agente o usándolo como factor causal ciego. En esta especie de autoría mediata lo que se instrumentaliza es el aparato organizado de poder, y en lugar de lo defectuoso del accionar del autor inmediato se pone la “funcionalidad’ del aparato”. Para ello se requiere a priori tres requisitos: a- El dominio de la organización en forma verticalizada (autores de escritorio), b- La fungibilidad del ejecutor, y c- La actuación de estos supuestos en organizaciones al margen de la legalidad. Es necesario que en este caso de “autor de escritorio” se demuestre la fungibilidad, es decir, la sustituibilidad de los que en el actuar delictivo de aparatos organizados de poder ejecutan el último acto parcial que realiza el tipo y anonimato del ejecutor, dado que el autor mediato no depende de un ejecutor concreto, como en el caso del inductor. Aquí, el ejecutor, desde la óptica del autor mediato, es el aparato. El funcionamiento peculiar de estos aparatos de poder que están a disposición del sujeto de atrás hacen necesarias este tipo de teorizaciones, ya que el aparato despliega “una vida independiente de la identidad variable de sus miembros”, es decir, funciona automáticamente. El autor mediato debe haber realizado una contribución al hecho que bajo el empleo de determinadas condiciones marco organizativas haya provocado procedimientos reglados que desembocaron automáticamente, por así decir, en la realización del tipo. IR AL INDICE 36 En una conferencia en Sevilla, Roxin da cuenta del estado actual de su razonamiento, y amplía a cuatro las condiciones para el dominio de la organización como forma de autoría mediata. Se requiere: a- Un poder de mando, b- La desvinculación del aparato de poder del ordenamiento jurídico, c- La fungibilidad del ejecutor inmediato, y d- La considerablemente elevada disponibilidad al hecho del ejecutor. En primer lugar, se requiere que el supuesto autor mediato dentro de la organización rígidamente estructurada tenga autoridad para dar órdenes, y que ejerza dicha autoridad para causar realizaciones del tipo. Debe, además, tener el conocimiento y la voluntad del resultado típico como obra propia, en virtud de las condiciones marco organizativas y de la regularidad que ellas producen. Aquí se plantea la discusión sobre el lugar preponderante en el seno de la organización que debe tener el autor mediato, tema que fue alegado por la defensa de Ecihmann, cuando dijo: “que la negativa de su defendido a obedecer órdenes no hubiera significado ninguna mejoría para las víctimas, ya que la maquinaria de impartir órdenes habría seguido funcionando, y aclaró que los crímenes no eran obra del individuo, sino del Estado”. Esta autonomía del aparato y la independencia del mismo sobre el individuo ejecutor es lo que pone en el centro de la escena al sujeto que está detrás, al verdadero motorizador del ilícito. Ante este planteamiento, la inducción se quedaba a mitad de camino, y había que reformular el concepto del hombre de atrás, ya que aquí no hablamos más del ejecutor como un instrumento coaccionado o equivocado, sino plenamente culpable, pero IR AL INDICE 37 fungible y anónimo, en virtud de las condiciones marco organizativas del aparato (Roxin, 2006). Roxin entrevió que Eichmann se encontraba en la doble calidad de autor mediato y ejecutor en los diversos crímenes que se le imputaban. En algunos, simplemente era el autor directo (plenamente culpable), y en otros, respondía por su dominio de la situación fáctica como autor de escritorio. Lo que supone que pueden existir cadenas de mando, de distintos niveles de jerarquía, de autores mediatos que dan órdenes en el seno de la organización. Quien en el seno de la organización no imparte órdenes ni ha cooperado en la ejecución material, pero “ha promovido conscientemente los delitos mediante cualesquiera acciones”, solo puede ser castigado por complicidad. Ya Roxin lo había dicho en su obra sesentista: “cualquier actividad que no impulse autónomamente el movimiento de la maquinaria más bien sólo puede fundamentar participación”. Estos aparatos organizados de poder, con una clara formación jerárquica vertical que impide la retroalimentación de las órdenes impuestas por el superior, solo puede darse al margen de la legalidad: en las organizaciones clandestinas de tipo mafiosas, o en organizaciones estatales donde se vulnere el Estado Social de Derecho. Al respecto, Stratenwerth indica: Que en el caso de la criminalidad organizada, la organización debe tener a su disposición una reserva suficientemente grande de personas que pueda servirse; de otra manera el agente individual no sería reemplazable (Stratenwerth, 1982). Al respecto, Fernández Ibáñez destaca que de esta forma se prueba que la “fungibilidad” no es un requisito esencial en esta teoría. Aunque se dé la sustituibilidad del ejecutor, no se podría IR AL INDICE 38 reconocer tal tipo de autoría si el aparato que este autor de la mesa de escritorio tiene a su disposición estuviera conformado por un número muy limitado de personas, y basado en relaciones eminentemente familiares o la estructuración fuera horizontal (Fernández, 2006). Roxin enuncia como requisito sine qua non la existencia de esta organización fuera del Estado de Derecho. Pero Kai Ambos cree innecesaria y prescindible esta característica, ya que lo único que configuraría la autoría mediata en los aparatos organizados de poder es una organización estructurada de modo jerárquico y un dominio del hecho del hombre de atrás sobre ejecutores fungibles. Esto sería lo que primó en el Tribunal Supremo Alemán (BGH) en el caso de los guardianes del muro, que si bien aplicó la teoría roxiniana, obvió el elemento de que el aparato actuara al margen de la legalidad, ya que la ley de fronteras era derecho positivo, y los francotiradores estaban protegidos por una causa de justificación del régimen (Aldunate). Se considera que Roxin cambió su punto de vista originario, al contestarle a Ambos que la desvinculación de la organización al derecho no debe ser total, bastando tan sólo que sea el hecho concreto el que se realice al margen del derecho. Roxin remarcó que la desvinculación del Derecho debe ser solo en el marco de los tipos penales realizados por el aparato, y que esta desvinculación al derecho no depende ya de la manera como lo juzgue el sistema político bajo cuyo amparo funcionó el aparato, sino de la actual valoración jurídica. Como dije, el aparato debe funcionar fuera del orden jurídico. Se supone que allí donde éste impera, una instrucción antijurídica no puede poner la organización en movimiento; si es obedecida, no se trata de una acción de la maquinaria de poder, sino de una iniciativa particular. Quien quiere dar órdenes ilegales en un Estado Social de Derecho ya no puede IR AL INDICE 39 confiar en que el aparato las cumpla, sino que tiene que reclutar al ejecutor material para el hecho concreto, lo que lo convierte en inductor, y lo que significaría ya no actuar con el aparato, sino contra él. Asimismo, como nota característica de esta tercera clase de autoría mediata, se da el caso de que el ejecutor es plenamente responsable, ya que no es engañado ni coaccionado. No queda exento de responsabilidad por el solo hecho de ser un engranaje cambiable de la maquinaria delictiva. Aquí se encuentra el primer roce con las ideas de Jakobs, ya que este autor considera inadecuado postular la autoría mediata en el caso de ejecutores plenamente responsables porque para él la solución es la coautoría (Jakobs, 1997) Pero Roxin ahora piensa que el criterio del poder de mando, la desvinculación al derecho y la fungibilidad no pueden por sí solas describir exhaustivamente las circunstancias sobre las que se apoya el dominio del hecho de los hombres de atrás; a ellas hay que agregarle la disponibilidad considerablemente elevada al hecho del ejecutor material. Roxin atribuye a un conglomerado de factores que aparecen mezclados, como las influencias específicas de la organización, que hacen al ejecutor más preparado para el hecho e incrementan la probabilidad de éxito de la orden del autor mediato. Roxin aclara que estos factores que inciden sobre el ejecutor no excluyen la culpabilidad ni la responsabilidad, aunque pueden disminuir o aumentar sus medidas en algunas manifestaciones, y certeramente conducen a una disposición al hecho de los miembros condicionada a la organización que, junto a su intercambiabilidad para los hombres de atrás, es un elemento esencial de la seguridad con la que pueden confiar en la ejecución de sus órdenes (Roxin, 2000) IR AL INDICE 40 Zaffaroni afirma que la teoría roxiniana es una construcción complicada, ya que el dominio del hecho es una cuestión de hecho que debe precisarse en concreto en cada caso, y también que la fungibilidad de los ejecutores no indica que su aporte no haya sido necesario, e incluso se advierte sobre los riesgos de devaluar la intervención de los ejecutores directos y facilitar soluciones políticas poco deseables (Zaffaroni, 2002). Mencionar a Jokobs y a Zaffaroni, es para demostrar la existencia misma de una diversidad de teorías que explican o cuestionan desde perspectivas históricas y sociológicas la teoría de Roxin de la autoría mediata, pero lo más importante es mirar que el hecho fáctico que ha generado estas discusiones es que los tribunales internacionales se han enfrentado a la llamada “macrocriminalidad”, en la medida en que se investigan verdaderos aparatos, grupos criminales que actúan en contextos de graves y masivas violaciones a derechos humanos y derecho internacional humanitario, como es el caso de la persecución penal de los crímenes cometidos por los postulados a la ley de justicia y paz en nuestro país, ya que los dirigentes o superiores dentro de los grupos armados detentan posiciones privilegiadas respecto de la ejecución y puesta en marcha de las políticas militares; no es lo mismo encargarse de la definición de os blanco que encargarse de la ejecución material de dichas decisiones. De ahí que se considere que mas allá de una mera división del trabajo criminal convencional, se trata de grandes aparatos, de maquinas de guerra delinquiendo durante años con base en órdenes generales coordinadas por los superiores; por lo que es preciso pensar en aplicar teorías como la de Roxin en las imputaciones jurídicas de los procesos de justicia y paz en Colombia. IR AL INDICE 41 CAPÍTULO III LA RESPONSABILIDAD PENAL DEL SUPERIOR JERÁRQUICO EN LOS CRÍMENES DE DERECHOS HUMANOS PERPETRADOS POR APARATOS DE PODER. 1. La Necesidad de un nuevo marco de interpretación de la responsabilidad penal en los crímenes contra los Derechos Humanos en Colombia La judicialización de graves crímenes contra los derechos humanos o crímenes de lesa humanidad plantea situaciones complejas en diversos ámbitos de su tratamiento. De hecho, los ámbitos de la investigación de los sucesos, la identificación de los presuntos responsables, la aplicación de leyes internacionales y la delimitación de los autores son algunos de los más significativos. En este capítulo analizaré lo relacionado a la responsabilidad penal en este tipo de crímenes. La naturaleza y características particulares de los crímenes contra los derechos humanos señalan que resultan muy insuficientes los mecanismos de interpretación y definición de autoría para aplicarlos para estos delitos, ya que no estamos ante crímenes cometidos solo por personas individuales, sino que su comisión es decidida y ejecutada por una organización montada en el propio seno del Estado. En estos crímenes, a diferencia de otros delitos, se presenta una intervención de una cadena de autores que tienen una relación funcional entre sí. Esto, como consecuencia de ser todos ellos parte de una organización. Por ello, el proceso de judicialización de este tipo de casos se suele enfrentar con IR AL INDICE 42 interrogantes como: ¿Podemos calificar como autores de una ejecución extrajudicial, una desaparición forzada o una tortura a quien la comete o ejecuta materialmente y a quien sin que haya estado siquiera presente en el lugar de los hechos dio la orden para que estos ilícitos se produjeran? ¿Cuál es la responsabilidad penal de aquellos que, estando lejos o distante de los actos materiales, mantienen una posición de dominio de los hechos como consecuencia de su posición jerárquica y de mando al interior del aparato de poder organizado? ¿Es legítimo el cuestionamiento hacia las imputaciones que formulan aquellos procesados por crímenes contra los derechos humanos bajo el argumento de que ellos no tomaron parte en la ejecución material de los hechos y que ello los desvincula del evento criminal? ¿Es suficiente, para establecer una desvinculación del evento criminal o violación contra los derechos humanos, argumentar que el ser parte de una cadena de mando no genera una calidad de autor, ya que en su condición de efectivo de la milicia cumplía órdenes de sus superiores? Entonces, resulta particularmente importante definir ese nuevo marco de interpretación jurídico penal a partir del cual se establecerán y construirán las responsabilidades penales de aquellos que, según las investigaciones preliminares, son señalados como responsables de los hechos criminales. Ello, como lo veremos, no significa en absoluto una desvinculación del orden establecido, sino todo lo contrario. La posibilidad de que algunos crímenes cometidos bajo un patrón sistemático y generalizado ejecutados por una organización sean interpretados y judicializados a partir de la utilización de una perspectiva tradicional de la responsabilidad penal individual se torna incierta y no se ajusta a la naturaleza del ilícito penal material de análisis. Tiene razón Jescheck cuando afirma que "los preceptos penales de la parte especial describen IR AL INDICE 43 generalmente acciones de una sola persona". Es autor, dice el anónimo "quien" con el que comienza la mayoría de las descripciones delictivas. El legislador parte ahí del presupuesto de que es autor quien realiza por si mismo todos los elementos del tipo. Pero la realidad nos indica que no siempre el que ejecuta materialmente el ilícito penal fue el que tomó la decisión para su realización. Por ello, el derecho penal ha intentado resolver ese tipo de situaciones a partir de figuras penales como la autoría mediata, la coautoría, la instigación y la complicidad. En el caso de la autoría mediata, vía la utilización de un instrumento o intermediario, reconoce a aquellas situaciones de aquel que actúa por error o coacción y comete delitos. Para Roxin los crímenes de guerra, de Estado y de organizaciones como las que aquí se analizan no pueden aprehenderse adecuadamente con los solos argumentos del delito individual. De donde se deduce que las figuras jurídicas de autoría, inducción y complicidad, que están concebidas a la medida de los hechos individuales, no pueden dar debida cuenta de tales sucesos colectivos, contemplados como fenómeno global (Roxin, 2006). De hecho, uno de los primeros antecedentes jurisprudenciales es la sentencia emitida por el Tribunal Regional de Jerusalén en el proceso seguido contra el jefe nazi Adolfo Eichmann en la que se señala que "en estos gigantescos y ramificados delitos, en los cuales participaron muchas personas en distintos escalones de órdenes – planificadores, organizadores y los ejecutores de distintos rangos jerárquicos, no es adecuado utilizar los conceptos habituales del instigador y cómplice en la ejecución de los hechos" (Arendt, 2003). El tema general de la autoría y de la participación de las diferentes formas de imputar responsabilidad penal a conductas cometidas, en el contexto de la persecución penal nacional de crímenes internacionales, es un tema con grandes implicaciones, atendiendo que mas allá IR AL INDICE 44 de una mera división del trabajo criminal existe una jerarquización, en donde el hecho cometido guarda una relación con la dispersión de las órdenes de quien o quienes controlan el aparato que delinque. En Colombia, muchas veces se logra capturar a las personas que se encargan de la ejecución de los actos, es decir, a los subalternos o ejecutores materiales. Sin embargo, es evidente que dichos sujetos no detentan un alto grado de responsabilidad dentro del grupo, pues se encuentran cumpliendo órdenes provenientes de un tercero que detenta, en general, un mayor rango dentro del mismo, esto independientemente del hecho de que hayan sido ejecutores materiales del delito. Esto hace necesario la búsqueda de formas de imputación que den cuenta de la participación real de aquellos sujetos que fomentaron y planearon la consumación de los delitos, pues son estos quienes, valiéndose de una posición dominante dentro de una estructura establecida, se hallan tras la comisión de crímenes internacionales. Es menester plantear nuevas fórmulas de imputación, o unas vías más propicias para la sanción efectiva del superior jerárquico, siendo la autoría mediata, a través de estructuras organizadas de poder, una de ellas. Sin embargo, en la jurisprudencia del juez penal colombiano, hasta el caso de la denominada “Masacre de Machuca”, la Corte Suprema de Justicia, en su sala de casación penal, no aceptaba esta teoría, apostando por la coautoría impropia, aun cuando ya en la Unidad de Derechos Humanos de la Fiscalía (Radicado 1556 de mayo 13 del 2005, pag.24), desde el año 2004, se venía aplicando esta teoría en casos emblemáticos; por ejemplo, en un caso en el cual un indígena fue hallado responsable como miembro de un grupo guerrillero de diversas conductas imputadas, la fiscalía establece la necesidad de entender que en las estructuras organizadas de carácter ilegal, como lo son los IR AL INDICE 45 grupos subversivos, existe una manifestación del dominio mediato del hecho, como lo es el dominio de la voluntad en virtud de dichas estructuras de poder organizadas (Aponte, 2010). Estamos entonces frente a un nuevo tipo de eventos criminales, cuyas características fundamentales son bastante diferentes de los hechos delictivos comunes. No solamente ese elemento diferenciador está referido a la cantidad de personas que resultan víctimas de los hechos violentos. De hecho, el elemento que exige un nuevo marco de interpretación para la atribución de la responsabilidad penal es la existencia de una organización, que es la que comete esos eventos criminales y los ejecuta como parte de un plan. Si asumimos que la imputación a una persona como autor de un hecho delictivo se define a partir de la existencia de un dominio del hecho de aquella persona, entonces esta nueva interpretación de la responsabilidad penal de crímenes contra los derechos humanos cometidos por aparatos de poder organizado debe, por lo tanto, expresar una nueva manifestación del dominio de los hechos justamente por parte de aquella organización. Ese nuevo marco de interpretación es posible encontrarlo bajo los parámetros de la teoría del profesor Claus Roxin, la misma que se caracteriza en que "el sujeto detrás tiene a su disposición una maquinaria personal (casi siempre organizada) con cuya ayuda puede cometer sus crímenes sin tener que delegar la realización a la decisión autónoma del ejecutor". 2. Aplicación de Fórmulas de Imputación de Responsabilidad al Superior Jerárquico en los procesos de Justicia y Paz en Colombia IR AL INDICE 46 Una organización, dice Roxin, despliega una vida independiente de la identidad variable de sus miembros. Funciona "automáticamente" sin que importe la persona individual del ejecutor. En este tipo de interpretación de los hechos "el mandante tiene aquí una posición clave, en el marco del acontecimiento total, que no se puede comparar con el simple incitador en los casos usuales de criminalidad". Además, tampoco es necesario que recurra a los medios de coacción o del engaño, puesto que sabe que cuando uno de los muchos órganos que colaboran en la realización de los delitos no cumpla con su tarea, inmediatamente va a entrar otro en su lugar, sin que se vea perjudicada en su conjunto, la ejecución del plan (Roxin, 2000) A criterio de Roxin, el factor decisivo para la fundamentación del dominio de la voluntad en este tipo de casos, que deben situarse frente a los de coacción y de error, es una tercera forma de autoría mediata, que radicaría en la fungibilidad de los ejecutores (Roxin, 2006). En este contexto, dice Kai Ambos, el verdadero instrumento no es la persona individual, sino un mecanismo de poder que funciona de modo prácticamente automático, “el aparato” (Ambos, 2001). En este tercer grupo de casos Roxin señala que no falta la libertad ni la responsabilidad del ejecutor directo, quien ha de responder como autor culpable y de propia mano. Pero estas circunstancias son irrelevantes para el dominio del hecho por parte del sujeto de detrás, porque, desde su atalaya, el agente no se presenta como persona individual libre y responsable, sino como figura anónima y sustituible. El ejecutor, si bien no puede ser desbancado de su dominio de la acción, es un engranaje sustituible en cualquier momento en la maquinaria del poder, y esta doble perspectiva impulsa al sujeto de detrás, junto con él, al centro del acontecer. IR AL INDICE 47 En mi opinión, "la inducción se quedaría a mitad de camino, y habría que reformular el concepto de hombre de atrás, ya que aquí no hablamos más del ejecutor como un instrumento coaccionado o equivocado, sino plenamente culpable, pero fungible". En los procesos de justicia y paz en Colombia "no queda exento de responsabilidad el ejecutor por el solo hecho de ser engranaje cambiante de la maquinaria delictiva". Para Kai Ambos, el hecho de que los ejecutores sean intercambiables, no siendo siquiera necesario que el hombre de atrás los conozca, no quiere decir que este último no pueda confiar en que se cumplirán sus instrucciones, pues aunque uno de los ejecutores no cumpla con su cometido, inmediatamente otro ocupará su lugar, de modo que éste, mediante su negativa a cumplir la orden, no puede impedir el hecho, sino tan solo sustraer su contribución (Ambos, 2001). En ocasiones, en las audiencias de versión libre de justicia y paz, se ha escuchado que un desmovilizado -postulado de la ley 975 del 2005- manifiesta: “este hecho lo cometí recién llegado a cierto municipio, pero desconozco el motivo de los mismos, toda vez que cuando llegué a dicha población ya esa orden estaba dada, y como no había podido ejecutarse, yo sí la llevé a cabo”. En este caso vemos cómo un traslado o cambio de ciudad de los miembros de la organización no impide la ejecución del hecho. A diferencia de los delitos de carácter individual, en los que el autor puede arrepentirse de cometer el crimen, frente a las órdenes de un aparato superior poderoso la víctima pierde toda significación. Aquí el delito no es el hecho de una persona individual. El autor es el Estado mismo. IR AL INDICE 48 De esta manera se fundamenta este nuevo tipo de dominio de voluntad, ya que se pone de manifiesto "la despreocupación por la pérdida del individuo en un aparato que continua trabajando", lo cual "eleva el comportamiento de los inspiradores por encima de la instigación y lo transforma en auténtica autoría". De esta manera, según Roxin, la medida de la responsabilidad crece siempre más cuanto más uno se aleje de aquellos que ponen las armas letales en acción con sus manos, alcanzando a los escalones más altos del mando (Roxin, 2006)…" También, a diferencia de los delitos de carácter individual, en estos casos sucede exactamente lo contrario, puesto que la pérdida en proximidad a los hechos por parte de las esferas de conducción del aparato se ve compensada crecientemente en dominio organizado. Bajo esta interpretación, en la sentencia del caso Eichmann se sostiene que "…la medida de responsabilidad más bien aumenta cuanto más alejado se esté de aquel que con sus manos hace funcionar el arma asesina y más se acerque uno a los puestos superiores de la cadena de mando…" La pérdida de proximidad al hecho se compensa por la medida de dominio organizativo que va aumentando según se asciende en la escala jerárquica del aparato (Arendt, 2003). Los autores mediatos tienen el dominio del suceso porque al disponer de la organización cuentan también con la posibilidad de convertir las órdenes del aparato en la ejecución del hecho. Para Roxin, se puede decir que "quien está en un aparato organizativo, en algún puesto en el cual pueda impartir órdenes a personal subordinado, pasa a ser autor mediato en virtud de la voluntad de dominio del hecho que le corresponde, cuando utiliza sus atribuciones para ejecutar acciones punibles…", ello, en razón de que para su autoría solo es IR AL INDICE 49 decisiva la circunstancia de que pueda conducir la parte de la organización que le está subordinada, sin tener que dejar librado al criterio de otros la consumación del delito (Roxin, 1998). El dominio de los hechos por parte de la cúpula organizativa es posible precisamente porque en el camino que va desde el plan a la realización del delito cada instancia prolongada, eslabón por eslabón, la cadena a partir de sí misma, se presenta como una larga cadena de "autores detrás del autor", tal como lo han evidenciado en sus audiencias de versiones libres los postulados que hacían parte de los grupos al margen de la ley en nuestro país. De esta manera, la realización del evento criminal no depende en absoluto de los ejecutores materiales, ya que, como dice Roxin, "ellos solamente ocupan una posición subordinada en el aparato de poder, son intercambiables y no pueden impedir que el hombre de atrás alcance el resultado". Inclusive, si se presentara el caso de que alguno se negara a cometer el delito, inmediatamente otro ocuparía su lugar y realizaría el hecho, sin que de ello llegue a tener conocimiento el hombre de atrás, pues este controla el resultado típico a través del aparato. Estando ante una cadena de autores, por lo tanto, el autor no es solo el jefe máximo de una organización criminal; todo aquel que en el ámbito de la jerarquía transmite la instrucción delictiva con poder de mando autónomo puede serlo, incluso cuando él mismo actúa por encargo de una instancia superior. Se forma así una cadena completa de autores mediatos. Dice Roxin que "…quien es empleado en una maquinaria organizativa en cualquier lugar de una manera tal que puede impartir órdenes a subordinados, es autor mediato en virtud del dominio de voluntad que le corresponde si utiliza su competencia para que se cometan acciones punibles”. Que lo haga por propia iniciativa o en interés de instancias superiores y a IR AL INDICE 50 órdenes suyas es irrelevante, pues para su autoría lo único decisivo es la circunstancia de que puede dirigir la parte de la organización que le está subordinada sin tener que dejar a criterio de otros la realización del delito" (Roxin, 2000). En este tipo de autoría mediata lo que se instrumentaliza es el aparato de poder organizado, para lo cual se requiere el dominio de la organización, la fungibilidad del ejecutor y la actuación de estos supuestos en organizaciones al margen de la legalidad. Según Kai Ambos, este dominio por organización ejercido en virtud del aparato de poder reduce el significado de la responsabilidad del autor directo y, al mismo tiempo, agrava hacia arriba la del autor de atrás. Para Ambos la autoría del autor de atrás se deduce de las siguientes consideraciones normativas: en la organización crece la responsabilidad por el hecho individual con la distancia del nivel de ejecución, esto es, con la ubicación elevada del puesto de mando. Agrega Ambos que "la organización criminal como un todo sirve como punto de referencia para la imputación de los aportes individuales al hecho, los cuales deben apreciarse a la luz de sus efectos en relación con el plan criminal general o en función del fin perseguido por la organización criminal. Aquí puede hablarse de un dominio organizativo en escalones, de donde el dominio del hecho presupone, por lo menos, alguna forma de control sobre un aparte de la organización.(Ambos, 2003). La organización al margen del ordenamiento jurídico Dice Roxin que de la estructura del dominio de la organización se deduce que éste solo puede existir donde la estructura en su conjunto se encuentra al margen del ordenamiento jurídico, puesto que en la medida en que la dirección y los órganos ejecutores se mantengan en principio ligados a un ordenamiento jurídico independiente de ellos, las órdenes de cometer IR AL INDICE 51 delitos no pueden fundamentar dominio, porque las leyes tienen el rango supremo y normalmente excluyen el cumplimiento de órdenes antijurídicas y con ello el poder de voluntad del sujeto de detrás (Roxin, 2000). Según Kai Ambos la cuestión sí debe estimarse como un presupuesto trascendente e imprescindible para garantizar el dominio por organización de la desvinculación del derecho. Desde su posición es más bien lo contrario: el dominio de organización depende únicamente de la estructura de la organización en cuestión del número de ejecutores intercambiables. Más aún, agrega que si el aparato no está fuera del ordenamiento jurídico (como requiere el criterio de la desvinculación del derecho), sino es en sí mismo el ordenamiento jurídico o parte de él, el dominio del hecho por parte de los hombres de atrás es aún mayor que en el caso del aparato desvinculado del derecho (Ambos, 2003). Ahora bien, para Kai Ambos pueden presentarse situaciones en las que exista "un paralelismo de dos ordenamientos jurídicos; el ordenamiento “normal”, que tiene como cometido luchar contra la criminalidad común, y el ordenamiento “anormal”, „pervertido‟, que constituye la base normativa del aparato estatal de poder que opera de modo clandestino: El único fin de éste es la ejecución del plan de destrucción…" (Ambos, 2003) En nuestro conflicto, el Estado no es una organización al margen de la ley; pero, en el ejercicio de los procesos de justicia y paz se han verificado situaciones en donde agentes estatales sí se pusieron al margen del Estado o del Estado social de derecho e implementaron una estrategia sistemática de violaciones de derechos humanos junto con las organizaciones al margen de la ley. IR AL INDICE 52 Pero en esos casos comparto la aplicación de la Teoría de la Joint Criminal Enterprise “Empresa Criminal Comun”, que fue la teoría aplicada y desarrollada por el Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia. Este importante aporte en materia de imputación de delitos con énfasis en los superiores jerárquicos surge, concretamente, en la discusión originada por la sentencia del caso Prosecutor v. Dusko Tadic, en donde se afirmó que la mayoría de crímenes que son cometidos a nivel internacional no resultan de la propensión criminal de solas individualidades, sino que constituyen manifestaciones de criminalidad colectiva, pues los crímenes son llevados a cabo por grupos de individuos que actúan de acuerdo a un diseño criminal común, en donde se pueden apreciar autores materiales a aquellos que ejecutan efectivamente la acción y coautores a aquellos que permitieron que el perpetrador llevara a cabo el hecho (Aponte, 2010). En este punto vale la pena recalcar que, según la teoría de la empresa criminal común, las personas que cometen el delito de forma conjunta no tienen por qué pertenecer necesariamente a ninguna organización militar, política o económica; lo que se resalta es el hecho de estar unidos en el plan común, pues el elemento que los une gira alrededor de la participación libre y voluntaria que cada uno de los involucrados presta dentro de la consecución de un objetivo y propósito común que, según se afirma, deberá tener carácter ilegal o ilícito. Es decir, no se trata de cualquier mero propósito o plan común; la importancia material de la contribución de cada uno de los sujetos es irrelevante para la imputación del delito como autor, pues, lo que se mira es que compartan el propósito común y que de una u otra forma se contribuya o se facilite su comisión. Lo anterior puede identificarse como el elemento subjetivo de la empresa criminal común. IR AL INDICE 53 Nótese, entonces, que conforme a esta teoría se pueden sancionar dos tipos de actores en nuestros procesos: de un lado, ella se extiende o logra extenderse a aquellos que, como en el caso de los patrulleros de las autodefensas, pese a que en sí mismos no hayan cometido crímenes internacionales o, en todo caso, no los más graves, serán responsables por su mera pertenencia, siempre y cuando se compruebe el hecho de compartir una empresa criminal común. De otro lado, se extiende o extendería también a los líderes políticos que han o habrían planeado el plan común, es decir, que en nuestro medio se extendería esta teoría en el escenario problémico de la denominada “parapolitica”, en donde estos, en ocasiones, están muy lejanos de los lugares de los hechos, pero comparten un designio o propósito común con quien ejecuta los actos. Otra de las formas de imputar crímenes en nuestro medio es la coautoría basada en la denominada Joint Control Over The Crime, según la cual, es coautor aquel que ostenta un dominio funcional del hecho, que es la teoría que defiende y desarrolla Roxin Claus. La Fiscalía se adentra en el estudio de la tesis de Roxin. Cita textualmente al profesor alemán, hace relación a la fungibilidad del autor, y concluye en una providencia de mayo del 2005: Esta teoría, antes que una posición dogmática, refleja lo que sucede en organizaciones como las FARC, en donde quienes conforman su cúpula pueden confiar que sus órdenes se van a cumplir sin que tengan que conocer al ejecutor, sin que tengan que acudir a medios coactivos o engañosos, pues saben que si uno de los miembros que participe en la comisión de los delitos no cumple su cometido, otro lo reemplaza, no quedando afectada la ejecución del plan global (Aponte, 2010). IR AL INDICE 54 Se trata de una posición doctrinal que se ha repetido en el ente investigador, especialmente en la Unidad de Derechos Humanos, organismo que ha venido haciéndole carrera a la teoría. Esto, sin perder de vista el hecho, desde luego, que en el proceso de justicia y paz, por ejemplo, no es aún mayoritaria la posición de la fiscalía respecto a la aplicación de la teoría. No obstante, en el mes de mayo de 2010, en la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia, parece abrirse paso, aunque con muchas dificultades, esta teoría. Lo que sí es un hecho es que la fórmula de coautoría impropia ya no consulta la realidad de estos escenarios, pues se adecua más a pequeñas bandas en las que se da una división relativamente sencilla del trabajo criminal, en la que actúan algunas personas, pero no para aparatos organizados, en donde las órdenes se disgregan, todo el trabajo se compartimenta, se fragmenta e involucra a decenas y centenares de personas. Basta ver en este sentido, por ejemplo, la sentencia del tribunal peruano en el caso del ex presidente Fujimori. En función del avance en la argumentación, en cuanto a la atribución de responsabilidad a superiores jerárquicos, incluso si ellos no pertenecen directamente a la cúpula militar de una maquina de guerra, la Sala Penal de la Corte, en una providencia del mes de septiembre del 2009, hace referencia a los aparatos de poder o a máquinas de guerra, pero se extraña en un proceso de fundamentación mayor. En dicha providencia, con radicado No. 29640 de septiembre del 2009, se sanciona a un político del Departamento de Santander por concierto para delinquir agravado. En ella, la Sala recoge uno a uno testimonios que involucran al senador con grupos paramilitares, además que involucran a funcionarios del DAS en la región, etc. La sala, a partir de esta conexión, enfatiza en el hecho de que no se trató de un mero aprovechamiento con fines políticos de la actuación de grupos ilegales, sino de una IR AL INDICE 55 verdadera actuación programada y coordinada a lo largo, además, de tiempos considerables (Aponte, 2010). La Sala sanciona al político por concierto para delinquir agravado y, prácticamente, define la pertenencia del político a la empresa paramilitar. Pero luego la providencia da un salto, y diversos magistrados agregan una aclaración de voto respecto de la sentencia, haciendo referencia a aparatos organizados de poder; pero mezclan esta con temas de coautoría, por ejemplo, al final de la aclaración, la Sala establece que el modo de pertenencia a un aparato organizado para delinquir de un político permite avizorar que el congresista -paramilitar también- debe responder penalmente por el conjunto de crímenes que se le atribuyen a los comandantes o jefes de los bloques o frentes que hacían parte de la asociación criminal (Corte Suprema – Sala Penal). Pero hay que diferenciar entre órdenes genéricas, por ejemplo, de comisión de crímenes, y de aquellos delitos que se cometen por fuera de esas directrices, incluso si son cometidos aprovechando el aparato organizado. La sola noción de jefes y su asimilación al aparato en sí no indica por sí misma que sea aplicada automáticamente la teoría. No obstante, la Sala avanza en su argumentación, y en el año 2010 empieza a consolidarse en fórmulas de imputación de responsabilidad del superior jerárquico a medida que va problematizando sus teorías y enfrentando los dilemas de nuestro particular conflicto. Por ejemplo, en el mes de febrero del 2010 la Sala enfrenta el hecho de la existencia de diversas formas de autoría que pueden tener lugar en un mismo sujeto activo, dictando en dicha providencia contra un congresista vinculado a macabros actos delictivos llevados a cabo por grupos paramilitares. La Sala dice que frente a un delito concreto lo hizo como determinador. Pero en otros más IR AL INDICE 56 graves aún, sobre los cuales ha existido una indignación nacional e internacional, la sala lo hace como “autor mediato”. Se trata de la masacre de Macayepo, en donde la Sala Penal de la Corte consideró que el político actuó como autor mediato, pero introduce un matiz al decir que actúa a través de “un instrumento responsable”: En esa dirección, el debate doctrinal y los desarrollos de la jurisprudencia, unidos a la mejor política criminal del problema jurídico, llevan a la corte a variar su jurisprudencia en punto a que la autoría mediata solo se presenta,…… “cuando una persona, sin pacto tácito o expreso, utiliza a otra como simple instrumento para que realice el hecho objetivamente típico. El fenómeno ocurre, entonces, cuando el hombre de atrás es el único responsable, porque el instrumentalizado no realiza conducta, o despliega conducta que no es típica, u obra en concurrencia de una causal de no responsabilidad excluyente de antijuridicidad o de subjetividad o es inimputable”. La salida, ahora, es la noción de instrumento responsable, aunque la Sala no parece salir del escollo de la responsabilidad del ejecutor material y, salvo por la no alusión al acuerdo previo o a la división de trabajo, la argumentación parece más sobre coautoría impropia: Ciertamente, cuando se está ante el fenómeno delincuencial derivado de estructuras o aparatos de poder organizados, los delitos ejecutados son imputables tanto a sus dirigentes, gestores, patrocinadores, comandantes, a titulo de autores mediatos, a sus coordinadores en cuanto dominan la función encargada, comandantes, jefes de grupo, a titulo de coautores; a los directores IR AL INDICE 57 ejecutores o subordinados, soldados, tropas, patrulleros, guerrilleros o miliciano, pues toda la cadena actúa con verdadero conocimiento y dominio del hecho y mal podrían ser amparados algunos de ellos con una posición conceptual que conlleve la impunidad. Lo anterior, es un avance, pero la Sala se enreda con el tema de la impunidad, pues si se logra capturar o verificar quienes son los autores materiales o ejecutores materiales y al superior jerárquico, lo ideal es castigarlos a ambos, pero si, no se conocen los ejecutores materiales?. Allí encuentra su fundamento político criminal, tal como lo estableció Roxin desde un principio, el fundamento de la responsabilidad penal basada en la lejanía del hombre de atrás de los hechos. Es una realidad en nuestros procesos que quienes ostentan el autentico dominio del hecho criminal, procuran permanecer lejos o alejados de los hechos finales cometidos. Pero, es importante distinguir también entre las diversas órdenes o entre estas y los hechos cometidos más allá de toda orden, es decir, que en el proceso de imputación se debe distinguir cuando se dan órdenes genéricas, acordadas, definidas, como lo son los asesinatos selectivos, desplazamientos, etc. Es muy relevante el dominio en los procesos de justicia y paz, al punto que el superior jerárquico no está obligado a asumir hechos en los que el desconozca la real motivación del hecho, es decir, que no tendrá que asumir todos los hechos de sus subalternos por simple cadena de mando, puesto que algunos de esos hechos pueden ser cometidos por iniciativa propia del autor y sin seguir los lineamientos propios de la organización. Quedando claro la posición de la fiscalía al momento de imputar hechos en los procesos de justicia y paz, en donde, por los hechos aislados o ejecutados con motivaciones diferentes, que no hacen parte IR AL INDICE 58 de los designios del aparato, deben responder los ejecutores materiales; de tal forma que la aplicación de la teoría de autoría mediata hay que depurarla con base en hechos concretos en que se cumplan los requisitos o los supuestos facticos que ella requiere. RESULTADOS Se presenta en el caso de los ejecutores que actúan dentro de un aparato de poder. Se da en el caso de aparatos organizados de tal forma que las decisiones para la ejecución del delito la toma el hombre que está en la cabeza del aparato, pero quienes materialmente realizan el delito son los ejecutores que sin embargo tienen la característica de ser fungibles es decir que pueden ser cambiados por otros a voluntad de los que están a la cabeza del aparato. Al respecto puedo plantear que la responsabilidad penal del dirigente de un grupo organizado al margen de la ley por la actividad de sus subalternos puede ser examinada bajo cuatro perspectivas, a saber: a. En Primer lugar, a partir de las categorías tradicionales en materia de imputación, en las que solo es autor quien realiza directamente la conducta punible. Esta no merece mayor análisis, pues a la luz del llamado Derecho Penal Constitucional y Derecho Penal Internacional debemos interpretar armónicamente el ordenamiento jurídico para responsabilizar a todos y cada uno de los participantes en la conducta punible, cualquiera que sea su intervención, apoyándonos en las teorías extensivas de autor. b. En segundo lugar, a la luz de la figura de la autoría mediata mediante aparatos organizados de poder, pero como se ha entendido tradicionalmente, es decir, solamente aplicada a eventos en que una persona utilizaba a otra como instrumento no responsable IR AL INDICE 59 penalmente por haber actuado: sin dolo, atípicamente, coaccionado, por abuso de su inimputabilidad, inducido en error o aprovechándose de su error, por orden jerárquica u obligatoria o con violencia síquica. Con esta teoría Roxin buscaba aportar una solución dogmática a los problemas de autoría que surgían en el debate sobre la vinculación y el status penal que debía imputarse a los órganos centrales o entes estratégicos de aparatos de poder organizados, que si bien no intervenían directamente en la ejecución de delitos realizados desde estas estructuras, sí los decidían, programaban y planificaban, como lo han versionado en sus audiencias de versiones libres los miles de Postulados a la Ley de Justicia y Paz en Colombia. El Presupuesto General de esta teoría es la existencia de la organización, es decir, que la tesis de la autoría mediata por dominio de la voluntad en aparatos de poder organizados tiene como soporte fundamental la “existencia previa de una organización estructurada”. Ésta posee una línea jerárquica sólida que hará responsable a su nivel estratégico superior por las decisiones y designios de carácter delictivo que a su interior se adopten. Los cuales, luego, le serán asignados al ejecutor inmediato por la vía de la verticalidad que presenta su diseño organizacional (Bazán, 2009). En cuanto a los Presupuestos Específicos y sus Requisitos funcionales tenemos que Bazán establece: La identificación de las organizaciones jerárquicas que constituyen los aparatos de poder organizado, que sirven de base a la forma de autoría mediata que estamos analizando, requiere también de la constatación de la presencia de lo que el Tribunal Supremo Federal Alemán ha denominado las “condiciones marco”: 1) El poder de mando IR AL INDICE 60 2) La desvinculación de la organización del ordenamiento jurídico 3) La fungibilidad del ejecutor inmediato 4) La elevada disponibilidad del ejecutor hacia el hecho El poder de mando es la capacidad del nivel estratégico superior “del hombre de atrás” de impartir órdenes o asignar roles a la parte de la organización que le está subordinada. Esta capacidad la adquiere, o le puede ser conferida, en atención a una posición de autoridad, liderazgo o ascendencia derivadas de factores políticos, ideológicos, sociales, religiosos, culturales, económicos o de índole similar, tal cual como lo han esbozado los comandantes de los distintos frentes y bloques que se han acogido a la desmovilización en nuestro país, quienes en sus inicios de versiones libres hacen una georeferenciación de cómo estaba estructurado el grupo, quien lo comandaba y quiénes eran los subalternos, en otras palabras quien daba o impartía las órdenes y cuáles eran dichas órdenes. Considero que el poder de mando del autor mediato se manifiesta sin duda algún ejercitando órdenes, de modo expreso o implícito, las cuales serán cumplidas debido a la automaticidad que otorga la propia constitución funcional del aparato. Es decir, sin que sea necesario que quien ordena debe además, o alternativamente, recurrir a la coacción o al engaño de los potenciales ejecutores. En cuanto, al apartamiento o desvinculación del Derecho significa que la organización se estructura, opera y permanece al margen del sistema jurídico nacional e internacional, tal como lo hicieron y lo siguen haciendo los grupos organizados en nuestro país. De igual forma en los actuales procesos de justicia y paz ha quedado demostrado generalmente la fungibilidad, en donde los ejecutores eran IR AL INDICE 61 intercambiados por los distintos frentes, prestados, trasladados, es decir, eran fácilmente intercambiados o sustituidos por el nivel estratégico superior en la operativización y realización de su designio delictuoso. Por último, la elevada disponibilidad del ejecutor, la cual alude a una predisposición psicológica del ejecutor a la realización de la orden que implica la comisión del hecho ilícito. Ya no es la fungibilidad del ejecutor lo que asegura el cumplimiento de aquélla sino el internalizado interés y convencimiento de este último en que ello ocurra. Se trata, entonces, de factores eminentemente subjetivos y a los que algunos autores identificaron con el proceso de una motivación justificativa. Es normal escuchar en las audiencias de versiones libres de los postulados al proceso de justicia y paz manifestar que su objetivo era combatir la delincuencia social y la subversión y que la orden era acabar con el enemigo y eso se hacía, lo que demuestra que todos y cada uno de los miembros de estos grupos sabían que se constituían para cometer ilícitos. c. En tercer lugar, la coautoría. Que es la teoría hasta ahora acogida por la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia y que está plasmada en el artículo 29 de la Ley 599 del 2000 (Código penal Vigente), el cual señala que son coautores los que, mediando un acuerdo común, actúan con división de trabajo criminal atendiendo la importancia del aporte. Para dicho organismo, no se puede responsabilizar a los postulados que se encuentran dentro del proceso de justicia y paz como autores mediatos bajo la estructura de los aparatos organizados de poder, porque la coautoría predicable es simplemente la impropia, por división de trabajo en la empresa criminal (López, 2008) IR AL INDICE 62 d. En cuarto lugar, desde una perspectiva nueva, que se ha denominado la figura del autor tras el autor, también con base en el artículo 29 de la Ley 599 del 2000 (Código Penal Vigente), en donde se quiere dar paso a la adopción de la figura de la autoría mediata con instrumento responsable, es decir, lo que la doctrina ha denominado “el autor tras el autor”, en donde el instrumento no se encuentra excluido de responsabilidad y, por tanto, hay lugar a observar, según el caso concreto y las particularidades de la organización de que se trate, que en los casos de aparatos organizados de poder, en el sentido que los definí anteriormente y cuando no se constate que el autor inmediato o el llamado instrumento actuó bajo error o coacción, habría lugar a aplicar la autoría mediata en la forma del autor tras el autor, es decir, imputando responsabilidad tanto al instrumento (quien tiene el dominio directo del hecho) como a quienes en virtud de la cadena de mando sean autores y coautores mediatos de los hechos punibles investigados, aplicando la correspondiente dosificación punitiva conforme a los principios de accesoriedad, proporcionalidad, retribución justa y prevención general especial. CONCLUSIONES En los delitos en el marco de aparatos organizados de poder, la idea fundamental de Claus Roxin consiste en que toma el dominio del hecho como criterio decisivo para la autoría, solamente existirían tres formas típicas ideales en los cuales un suceso puede ser dominado sin que el autor tenga que estar presente en el momento de la ejecución: Puede obligar al ejecutante; Puede engañarse a este; y Puede dar la orden a través de un aparato de poder, el IR AL INDICE 63 cual asegura la ejecución de órdenes incluso sin coacción o engaño, dado que el aparato por si mismo garantiza la ejecución. El dador de la orden puede renunciar a coaccionar o a engañar al autor ejecutante inmediato, pues el aparato en caso de un incumplimiento tiene suficientemente a otros sujetos a disposición que pude asumir la función de tal ejecutante por ello también es característica de esa forma de autoría mediata que el hombre de atrás generalmente sin siquiera conozca personalmente al ejecutante inmediato. Luego la fungibilidad es decir la posibilidad ilimitada de reemplazar al autor inmediato es lo que garantiza al hombre de atrás la ejecución del hecho y le permite dominar los acontecimientos. El autor inmediato solamente un engranaje reemplazable en la maquinaria del aparato de poder. Esto no cambia para nada el hecho de que quien finalmente ejecute de propia mano el homicidio sea punible como autor inmediato. Pese a todo los dadores de la orden ubicados en una palanca de poder son autores mediatos, pues la ejecución del hecho a diferencia de la inducción, no dependen de la decisión del autor mediato. Dado que la autoría inmediata de ejecutarse y la mediata del hombre de atrás descansan en presupuestos diferentes la primera en la mano propia, la segunda en la dirección del aparato. Puede coexistir tanto la lógica como teleológicamente, pese a lo que sostiene una difundida opinión contraria. La forma de aparición del autor inmediato constituye la expresión jurídica adecuada frente al fenómeno del autor de escritorio, el cual sin perjuicio de su dominio del hecho depende necesariamente de autores inmediatos. El modelo presentado de autoría mediata no solamente alcanza a los delitos cometidos por aparato de poder estatal, también rige para la criminalidad organizada no estatal y para muchas formas de aparición de terrorismo. Los conceptos mencionados son difíciles de IR AL INDICE 64 delimitar, pues se entrelazan entre ellos. No obstante, no importa la calificación que se les dé sino solamente el si están presente los presupuestos descritos del dominio de la organización. BIBLIOGRAFÍA - Aldunate Esquivel, Enrique, El autor detrás del autor - Reflexiones sobre el dominio de la voluntad en virtud de aparatos organizados de poder, en Revista Latinoamericana de Derecho Penal y Criminología Iuspenalismo, www.iuspenalismo.com.ar - Ambos, Kai, Dominio del hecho por dominio de voluntad en virtud de aparatos organizados de poder. Traducción de MANUEL CANCIO MELIA, Cuadernos de conferencias y artículos N° 20, Universidad Externado de Colombia, Bogotá, 1998. págs. 47 - 56. - Ambos, Kai, Acerca de la antijuridicidad de los disparos mortales en el muro. Traducción de CLAUDIA LÓPEZ DÍAZ Ed. Universidad Externado de Colombia, Bogotá, 2001. - Aponte, Cardona Alejandro, “Persecución Penal de Crímenes Internacionales – Dialogo abierto entre la tradición nacional y el Desarrollo Internacional”, Grupo Editorial Ibáñez, 2010, págs. 239 – 242 - Arendt, Hannah, “Eichmann en Jerusalén. Un estudio sobre la banalidad del mal”. Trad. De RIBALTA Carlos. Barcelona: Lumen, 2003. IR AL INDICE 65 - Bacigalupo, Enrique, “Principios de Derecho Penal. Parte general”, tercera edición. Madrid, Akal, 1994, pág. 219. - Bazán, Gonzales Rolando, “Autoría y Participación en Criminalidad Organizada”, en: www.iuspenalismo.com.ar., 2009. - Corte Suprema de Justicia de Colombia, Sala de Casación Penal, sentencia del 16 de septiembre del 2009, proceso con Radicado No. 299640, MP: Julio E. Socha Salamanca, adición de voto. - Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación penal, sentencia del 23 de febrero de 2010, proceso con radicado No. 32805, MP: Leónidas Bustos, numeral 2. Se trata del caso emblemático de la sentencia de 40 años de prisión contra el congresista Álvaro García. - Farfán M., Francisco Javier, La masacre de Machuca: autoría mediata a través de aparatos organizados de poder. Institutos de Estudios del Ministerio Público, Bogotá. 2006. - Fernández, Ibáñez Eva, ¿Constituye la fungibilidad del ejecutor inmediato un presupuesto estructural imprescindible de la autoría mediata en aparatos organizados de poder?, en Revista de Derecho Penal, Autoría y Participación I, Rubinzal Culzoni, Santa Fe, 2005, p. 339. - Gimbernat Ordeig, Enrique, “Autor y Cómplice en Derecho Penal”, Madrid, 1966. - Ideas para la Paz, “Siguiendo el conflicto: hechos y análisis, Un balance de la aplicación de la Ley de Justicia y Paz”, Por: Área de Dinámicas del Conflicto y Negociaciones de Paz Número 96 / marzo de 2011. IR AL INDICE 66 - Jakobs, Günther, Derecho Penal, Parte General, 2° edición, ed. 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IR AL INDICE 67 - Roxin, Claus,”Autoría y dominio del hecho en el derecho penal”. Ediciones Jurídicas y Sociales: Madrid, 2000, pág. 275, 276. - Roxin, Claus, (1984), “Sobre la Autoría y Participación en el derecho penal”, en “Problemas actuales de las ciencias penales y la filosofía del Derecho, en Homenaje al profesor Luis Jiménez de Asua”. Traducción de Enrique Bacigalupo. Buenos Aire, 1970. Pág. 127. - Roxin, Claus: “Problemas actuales de Política Criminal”, conferencia traducida por Enrique Díaz Aranda, dictada el 4 de septiembre de 2000, en el auditorio Jaime Torres Bodet, del Museo Nacional de Antropología e Historia, México. - Roxin, Claus: “El dominio de organización como forma independiente de autoría mediata”. Conferencia dictada el 23 de Marzo de 2006 en la clausura del curso de doctorado de la Universidad Pablo de Olavide, Sevilla. - Stratenwerth, Günther: “Derecho Penal Parte General”, Madrid, 1982, p. 243. - Uprimy, Rodrigo, et alias, “Justicia Transicional sin Transición? Verdad, Justicia y Reparación para Colombia”, De Justicia, Bogotá, 2006. - Velásquez, Velásquez Fernando, “Derecho Penal. Parte general. Segunda edición. Santa fe de Bogotá, Temis, 1995 pág. 556. - Zaffaroni, Eugenio Raúl – Alagia, Alejandro – Slokar, Alejandro, Derecho Penal Parte General, 2º edición, Ediar, Buenos Aires, 2002, pág. 774. IR AL INDICE 68 ANEXOS 1. OBJETIVO Dar las pautas para la planeación y formulación del proyecto de investigación. 1. GENERALIDADES El proyecto de investigación se formula con base en los siguientes formatos. Los títulos en negrilla y la numeración, así como el formato de las tablas deben ser respetados. NOTA: Este formato está basado en los requisitos de presentación de proyectos de investigación de Colciencias, versión 2006 y el ITM IR AL INDICE 69 2. CONTENIDO 1. Identificación básica del proyecto Fecha de presentación 17 de Agosto del 2011 Grupo de Investigación Derecho, Justicia y Estado Social de Derecho Línea de investigación CUA Derecho Penal: un enfoque social y criminológico. Nombre del Proyecto APLICABILIDAD DE LA AUTORIA MEDIATA EN LOS PROCESOS DE JUSTICIA Y PAZ. Entidad cofinanciadora Tipo de investigación Básica X Aplicada____ Desarrollo tecnológico____ Duración del proyecto (meses) 11 meses Palabras Clave Autoría, Imputación Objetiva, Autoría mediata, Autoría mediata, Aparatos organizados de poder, Coautoría Impropia y Justicia Transicional. Elaborado por CRISTINA MONTALVO VELASQUEZ Investigadores del proyecto Investigadores del proyecto Investigador principal CRISTINA MONTALVO VELASQUEZ Co investigador Co investigador IR AL INDICE 70 2. Resumen del proyecto Hablar de Imputaciones Jurídicas es hablar de uno de los más representativos temas en que se expresa la actual teoría jurídica del delito. Las formas de imputación de crímenes de subordinados al dirigente en algunos países que pasaron por un proceso transicional similar al nuestro, como lo fueron Alemania, Argentina y Perú, nos ha llevado a mirar crítica y comparativamente como en nuestro proceso transicional las imputaciones jurídicas de los delitos cometidos por los miembros de los grupos organizados al margen de la ley deben imputársele a los dirigentes de dichos grupos en calidad de: “autores mediatos en virtud de aparatos organizados de poder” o como “autores mediatos en virtud de la figura del autor tras el autor” como lo plantea la teoría de la Imputación Objetiva de Roxin Claus y no como “Coautores determinadores”, “coautores mediatos”, “determinadores”, o finalmente como “coautores impropios” que es la tesis más acogida por la Sala de Casación Penal de nuestra Corte Suprema de Justicia. El problema a tratar, radica en torno al análisis de la aplicabilidad de la teoría mediata en aparatos organizados de poder, habida cuenta que el artículo 29 del Código Penal colombiano limita la responsabilidad a quien realice la conducta punible por sí mismo o utilizando a otro como instrumento. Para probar la viabilidad de la aplicación de dicha teoría en el caso colombiano este proyecto se dividirá en tres partes: en la primera se planteará la teoría de Roxin sobre la autoría mediata en virtud de estructuras de poder. En la segunda parte se precisara si la estructura de poder debe actuar al margen del ordenamiento jurídico o no, y Finalmente, se analizará el artículo 29 del Código Penal colombiano que nos permitirá analizar si debe hacerse una interpretación amplia de dicha norma que nos permita la aplicación de la teoría en cuestión, es decir, la posibilidad de la aplicación de la teoría en Colombia y veremos el tratamiento que se le dio al caso Machuca y recientemente al caso Mampujan. IR AL INDICE 71 3. Descripción del proyecto 3.1 Planteamiento de la pregunta o problema de investigación y su justificación Hace más de 40 años, la esencia misma de la historia Colombiana se ha visto enmarcada por un conflicto armado, el cual ha ocasionado que un elevado porcentaje de nuestra población, se haya visto acechada por los más grandes factores de violencia producidos. Incrementándose, cada vez más el número de Víctimas, pues es triste contemplar las caravanas ingentes de compatriotas que deambulan por carreteras y caminos, huyendo de la barbarie impuesta por la guerrilla y los paramilitares. Lo anterior fue planteado ante la Comisión de Derechos Humanos, el 15 de marzo de 2007, por parte de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, donde informó oralmente: La inequidad es uno de los principales problemas que en materia de derechos económicos, sociales y culturales tiene que afrontar el país. Hace 25 años, esta violencia se agudizó, al aparecer en el escenario grupos que pretendían acabar con todos los vestigios del comunismo y trabajar una hegemonía de derecha extremista, que generaron necesidades de paz y reconciliación nacional propias de procesos transicionales, que en el caso nuestro es propia de una negociación política, en donde los responsables de crímenes atroces aceptan dejar a atrás el régimen despótico, bajo unos incentivos, tales como el perdón y el olvido de sus actos (Uprimy, 2006). Pero del otro lado tenemos a unas victimas con el derecho de conocer la verdad de lo ocurrido y a una reparación por concepto de ello. Los estándares jurídicos internacionales juegan un papel determinante para señalar como llevar a cabo el proceso de justicia y paz en el país, pero las tensiones y los criterios del contexto colombiano revisten de una complejidad, en donde las dimensiones jurídicas, políticas y éticas tienen una particularidad político – social, que hace difícil el equilibrio entre IR AL INDICE 72 los derechos de verdad, justicia y reparación. En efecto, los hechos ocurridos en Europa durante la Segunda Guerra Mundial, demostraron que los crímenes cometidos por la maquinaria nazi, involucraban la participación de varios individuos integrantes de esta estructura jerárquica. Así, surge la necesidad de crear un esquema de responsabilidad adecuado a las necesidades del derecho penal internacional, que permita juzgar a los responsables de las grandes violaciones de los derechos humanos. Se plantea entonces, el desarrollo de un sistema mixto de responsabilidad individual-colectiva, en el cual la organización criminal como un todo sirve como el ente sobre el cual se basa la atribución de la responsabilidad penal. De acuerdo con estadísticas recientes, dadas a conocer por la Unidad Nacional de Fiscalías para la Justicia y Paz, durante los seis años de vigencia de la ley, el recorrido por las confesiones ha buscado apoyar la lucha de los familiares de las “68.198” víctimas relacionadas en los hechos confesados, los cuales se relacionan con “47.541” homicidios, “9.653” desplazamientos forzados, “1.672” masacres, entre otros. Todas estas conductas han sido calificadas de diferentes maneras por parte de los entes que intervienen en el proceso. Es así, como la Fiscalía ha sostenido la calidad de “coautores determinadores” y “Coautores Impropios”, la Procuraduría General de la Nación ha solicitado la aplicación de la teoría de “autores mediatos en virtud de aparatos organizados de poder”, pero la teoría más aceptada por la Corte Suprema de Justicia en su Sala de Casación Penal es la de “coautores impropios”, tal como lo hiso en marzo del Dos Mil Siete (2007), en relación con la horrorosa tragedia que tuvo lugar el 18 de octubre de 1998 en el humilde corregimiento de Machuca de Segovia – Antioquia por parte del ELN, así mismo, en el caso de Yamid Amat, dentro del proceso IR AL INDICE 73 25.974 fallado el 8 de agosto de dos mil siete (2007) y el caso Gabarra, dentro del proceso 24.448 fallado el 12 de septiembre de 2007 (Idepaz, 2011) Sin duda alguna la tesis de la autoría mediata a través de las estructuras organizadas de poder, elaborada por el profesos Claus Roxin genera una relevancia y complejidad para analizar si los problemas que presentan las imputaciones de responsabilidad penal a los jefes de la criminalidad organizada podría satisfacerse con dicha teoría. Determinar si puede aplicarse en Colombia la teoría de la “autoría mediata a través de las estructuras organizadas de poder”, se constituye en el objeto de estudio del presente proyecto, la cual busca hacer una aproximación a algunas de las dificultades que han surgido al momento de aplicar la teoría de la autoría mediata en estructuras organizadas de poder. Así, en la primera parte se plantea la teoría de Claus Roxin. En la segunda parte, se precisara si ¿La estructura de poder debe actuar al margen del ordenamiento jurídico o no? Finalmente se harán algunas reflexiones sobre la posibilidad de aplicación de la teoría en Colombia, y veremos el tratamiento que se le dio al caso Machuca y al caso Mampujan. Formulación del Problema ¿Cuáles serian los fundamentos teóricos para aplicar la teoría de la autoría mediata en aparatos organizados de poder en los procesos de Justicia y Paz en Colombia? IR AL INDICE 74 3.2 Objetivos Objetivo General Describir la reciente aplicación de la teoría de la autoría mediata en los procesos de justicia y paz en Colombia. Objetivos Específicos 1. Analizar las distintas estructuras de poder que pueden operar en un ordenamiento jurídico. 2. Plantear la posibilidad de aplicar la teoría de la autoría mediata en Colombia. 3.3 Metodología propuesta preliminar Esta investigación se abordará desde un enfoque Jurídico apoyado en la Técnica Descriptiva. En cuanto al enfoque jurídico o normativo la única forma de acceder a él es a través de la revisión bibliográfica, sin olvidarnos que la realidad normativa no está distante de la realidad social en la que se encuentra. Por otro lado, y teniendo en cuenta la naturaleza de la temática abordada, la investigación tendrá una técnica descriptiva, ya que se trabajará con elementos producto de la observación directa de la realidad, como lo son las audiencias de Justicia y paz, para dar una fiel representación de su actual desarrollo, principalmente de la Audiencia de Imputación de Cargos y así fundamentar la aplicación de la teoría del profesor Roxin en dichos proceso o no. IR AL INDICE 75 3.4 Cronograma de actividades ACTIVIDADES ESTRATEGIAS/ RECURSOS FECHAS Búsqueda de Información, visita a la CNRR, Fiscalía de Justicia y Paz Febrero del 2011 Consolidación del estado del arte Revisión de documentos, acceso a Internet Marzo – Abril Revisión de antecedentes del proyecto Revisión de documentos, Acceso a Internet, Mayo del 2011 Revisión y ajustes anteproyecto, del del 2011 Estudios CNRR, Comisión Nacional de reparación y Reconciliación Fiscalía de Justicia y paz Inscripción de semilleros Fotocopias material escrito, video beam, internet. Mayo del 2011 Revisión y ajustes de los marcos de referencia Revisión de documentos, acceso a Internet. Junio – Agosto del 2011 Capacitación de semilleros Aula, refrigerios, video bean, portátil, marcadores, papelería, carpetas Septiembre del 2011 Fundamentación del diseño Revisión de documentos, Agosto a septiembre del IR AL INDICE 76 metodológico 2011 Elaboración del contenido temático del proyecto Revisión de documentos Septiembre del 2011 Elaboración y Presentación de informe de avance en el V encuentro de investigadores: Nodo Caribe. Elaboración de ponencia y Folletos, se requieren Fotocopias, trascripción Agosto del 2011 Construcción de capítulos Revisión de Bibliografía, Internet, papelería, transcripción Octubre a Noviembre del 2011 Elaboración de conclusiones y recomendaciones Equipo de computo, revisión de documentos, papelería Noviembre del 2011 Consolidación de informe final Equipo de computo, revisión de documentos, papelería Diciembre del 2011 Entrega de la investigación Trascripción, papelería, empaste, CDs Diciembre del 2011 IR AL INDICE 77 3.5 Identificación de resultados y productos esperados Resultado o producto Indicador Beneficiario esperado Ponencia para el Nodo Caribe Junio del 2011 de Investigación (presentado) CUA (V encuentro Investigadores Facultades de Derecho) Socializada (Agosto del 2011) Conversatorio (Socializar Resultados CUA Noviembre del 2011 Finales en la CUA) Libro Enero del 2012 CUA 3.6 Impactos esperados a partir del uso de los resultados Cambio de actitud y de criterio de los operadores de justicia en las imputaciones jurídicas de justicia y paz. Establecimiento de convenios y alianzas estratégicas con otros grupos a nivel regional, nacional e internacional para desarrollar investigaciones conjuntas que permitan difundir y aplicar esta teoría. IR AL INDICE 78 Establecer espacios de comunicación entre diferentes investigadores del país y conocedores de la temática para ejercer una constante defensa de la aplicación de esta teoría mientras existan los procesos de justicia y paz. Proyectar la investigación Socio-jurídica en todos los ámbitos Concientizar a las instituciones o entes judiciales y administrativos competentes, para articular los lineamientos teóricos establecidos en la normatividad con la realidad del contexto. 3.7 Bibliografía y Referencias -AMBOS KAI, “Dominio del hecho por dominio de voluntad en virtud de aparatos organizados de poder”. Universidad Externado de Colombia, Bogotá, 1998. -FARFAN FRANCISCO, “La masacre de machuca: autoría mediata a través de aparatos organizados de poder”. 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Presupuesto Año 20XX – Semestre ------- TOTAL PRESUPUESTO RUBROS FUENTES Actividad DEL PROYECTO Valor Solicitado 1. TALENTO HUMANO 1.1 Docentes: De planta, Investigadora 293.300 ocasionales o cátedra del equipo de investigación. 1.2 Contrataciones: Máximo el 7 HORAS SEMANALES 0 60% del total del proyecto 1.3 OTROS 0 293.300 2 EQUIPOS IR AL INDICE 0 80 3. MATERIALES 200.000 200.000 4. FOTOCOPIAS 100.000 100.000 5. TRANSPORTE URBANO 0 0 6. SALIDAS DE CAMPO 0 0 6.1 Pasajes aéreos 0 6.2 Pasajes terrestre 0 6.3 Viáticos 0 0 0 8.1 Eventos 100.000 100.000 8.2 Pasajes aéreos 0 8.3 Pasajes terrestres 0 8.4 Viáticos 0 7. MATERIAL BIBLIOGRÁFICO 8. SOCIALIZACIÓN 9. PUBLICACIONES LIBRO 4.000.000 VIAJES 0 TOTAL 4.693.000 IR AL INDICE 4.000.000 4.693.300 81