Caso Angelelli - Union de Promociones

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Doctrina
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Cod
970
Unívoco
Revista
Penal y Proc. Penal
Número 204
Título
DELITOS DE LESA HUMANIDAD. CASO OBISPO ENRIQUE ANGELELLI.
Texto
Hechos:
La plataforma fáctica de la que fueron acusados los imputados
Menéndez y Estrella y a la que tuvo por acreditada el tribunal del
juicio y por la cual los condenó es la siguiente:“IV) Acusación
formulada en el Requerimiento Fiscal de elevación de la causa a
juicio: HECHO: Conforme el plan denominado “proceso de
reorganización nacional”, concebido, delineado e implementado a
nivel nacional con el alegado propósito de perseguir y aniquilar la
llamada “subversión”, durante la última dictadura cívico-militar
1976-1986, el Comandante en Jefe del Ejército Argentino y
Presidente de la Junta Militar que de facto gobernó nuestro país a
partir del 24/03/1976, el entonces Teniente General Jorge Rafael
Videla, dispuso un plan de acción que integraba el resto de las
Fuerzas Armadas (Armada y Fuerza Aérea) y de seguridad,
policiales y penitenciarias provinciales, con la finalidad de eliminar
mediante la destrucción psíquica y física, a toda persona o grupo de
personas que se opusieran -sea por la fuerza, sea por las ideas- al
estilo de vida adecuado a los valores de la cultura occidental y
cristiana que la dictadura cívico-militar decía defender. En el marco
de este plan, el General Albano Harguindeguy, titular del Ministerio
del Interior entre el 29.03.1976 y el 29.03.1981, emitió directivas
precisas para eliminar los grupos vinculados al Movimiento de
Sacerdotes del Tercer Mundo. En la jurisdicción del III Cuerpo de
Ejército, que coincidía territorialmente con la Zona de Defensa 3,
ese plan era delineado e implementado por su Comandante, el
entonces General de División Luciano Benjamín Menéndez, bajo
cuya jurisdicción se encontraba la subzona 31 y el área 314,
conformada especialmente para la denominada “Lucha contra la
subversión”, al igual que las restantes Áreas en que se dividió el
país. Dependía a su vez del III Cuerpo, el Batallón de Ingenieros
141 que tenía su base en La Rioja, y se encontraba a cargo del
Teniente Coronel Osvaldo Pérez Bataglia (fallecido).
Como el Ejército Argentino detentaba la responsabilidad primaria
en la “lucha contra la subversión”, dependía del mencionado
Batallón y cuerpo de Ejército, la Base Aérea Chamical “CELPA”
(Centro de Ensayo y Lanzamiento de Proyectiles Autopropulsados),
elemento orgánico de la Fuerza Aérea Argentina. El Jefe del
Escuadrón y Tropas del Departamento Aeródromo de dicho
elemento era el Vicecomodoro Luís Fernando Estrella, quien, de
acuerdo con su posición intermedia dentro de la estructura
castrense, emitía al personal bajo su mando, órdenes ilícitas en el
marco de las operaciones destinadas a combatir la “subversión”. A
su vez, teniendo en cuenta el control operacional del Ejército sobre
la policía de la Provincia de La Rioja, la Jefatura del Servicio de
Informaciones (D-2) de ésta, a cargo del Comisario Juan Carlos
Romero, se hallaba bajo las órdenes del Jefe de Inteligencia y
Operaciones del Batallón de Ingenieros 141, desde donde se
retransmitían las ordenes provenientes del III Cuerpo de Ejército en
el marco de la “guerra anti subversiva”, y se brindaba la
infraestructura y recursos necesarios para llevarla a cabo. En este
contexto, se planificó, ordenó e instrumentó el atentado de fecha
04.08.1976 con la finalidad de eliminar al Obispo de La Rioja
Mons. Enrique Angelelli, quien junto al sacerdote Arturo Pinto
partió ese día a las 14.30 hs., munido de una carpeta con
información sobre el homicidio de los sacerdotes Carlos de Dios
Murias y Gabriel Longueville ocurrido días antes, desde Chamical
con destino a la ciudad de La Rioja, al mando del utilitario Fiat 125
Multicarga, modelo 1973, motor 125 BTO38-688807, por la ruta
nacional 38, en dirección norte, tomando el camino viejo para evitar
el conocimiento de su viaje por parte de los miembros del CELPA.
En proximidades del mojón que indica el Km. 1.056, luego de
trasponer una elevación de terreno (bordo), a unos 6 Km. después
de pasar la localidad de Punta de los Llanos, se le acercó a gran
velocidad un vehículo de color claro –presumiblemente modelo
Peugeot 404- conducido por personas que no han podido ser
individualizadas hasta la fecha, que circulando en el mismo sentido
de dirección alcanzó a la camioneta por su izquierda, encerrándola
hacia la derecha con una maniobra intencionalmente brusca,
momento en que se produjo una explosión, saliendo de la camioneta
del asfalto e ingresando a la banquina en forma de un semicírculo,
para luego ingresar de nuevo a la ruta, donde se produjo su vuelco,
que trajo como resultado la muerte de Mons. Angelelli y lesiones en
Arturo Pinto, aproximadamente entre las 15.15/15.30 horas, no
consumándose la muerte de este último por razones ajenas a la
voluntad de los acusados”.
1. En las ciudades de mayor tamaño, durante el período de auge
represivo, los operativos fueron llevados a cabo por personal
militar, policial o parapolicial, bajo la forma de las conocidas
“patotas” a quienes, por lo general las víctimas no conocían. Por el
contrario, en el caso de una ciudad de poca población como
Chamical, necesariamente el hecho debía ser llevado a cabo por
personas ajenas al pueblo para evitar que las sospechas recayeran
luego de cometido el hecho, sobre quienes dentro del pueblo
participaron del hecho. Es decir, esto permite acreditar, no sólo que
los asesinatos fueron cuidadosamente planificados con antelación
con selección de las víctimas, sino que hubo una “conexión local”,
sin la cual el hecho no podría haberse cometido con las
características que tuvo, conformada entre otros, por el
vicecomodoro Estrella, según será objeto de mayor detalle en el
apartado referido a “participación”, a quienes había que asegurar
impunidad tras el hecho, lo que permite acreditar la elección de
desconocidos para su ejecución.2. Se deduce así, que los sacerdotes considerados del movimiento
tercermundista o clasificados como tales, fueron considerados
enemigos del régimen desde antes del 24 de marzo 76 -conforme
hemos analizado precedentemente- y ab initio incluidos como
enemigos desde la planificación misma del golpe militar.3. Al hablar de ilícitos cometidos en el marco de aparatos o
estructuras organizadas de poder, nos referimos a toda clase de
organización que utiliza para la comisión de delitos un aparato de
poder estructurado jerárquicamente, con una relación vertical y
piramidal entre sus miembros. Los órganos de mando se encuentran
en la cúspide de la pirámide, desde donde se imparten las órdenes y
se toman las decisiones. Los ejecutores, es decir, los encargados de
cumplir las órdenes, no toman parte en la decisión original de
realizar el hecho ni en la planificación del mismo, incluso en
muchas ocasiones, ni siquiera conocen el plan en su globalidad,
siendo conscientes únicamente de la parte que les toca ejecutar. En
estos supuestos, el sujeto de atrás, sin intervenir directamente en la
ejecución de los ilícitos, domina su realización sirviéndose de una
“maquinaria” personal (generalmente organizada por el Estado),
desde los más altos rangos de donde se dan las órdenes criminales,
hasta los meros ejecutores materiales de las mismas, pasando por
las personas intermedias que organizan y controlan el cumplimiento
de esas órdenes.-
97000411/2012 CAUSA LESA HUMANIDAD
“MONSEÑOR ANGELELLI”
Ver texto completo del fallo en CIJ (www.CIJ.gov.ar/),
publicado el mismo día en que se produjo la lectura de los
fundamentos de la sentencia
NOTA A FALLO
AUTORÍA MEDIATA EN APARATOS ORGANIZADOS DE
PODER.
Sumario: A) Introducción.- B) Antecedentes teóricos de la autoría
mediata por dominio de aparatos organizados de poder.- C) Crítica
al fallo.A) Introducción:
Este comentario tendrá por cierto lo siguiente: a) Que la plataforma
fáctica que tuvo por acreditada el tribunal es la misma de la
acusación fiscal; observando que si bien el tribunal no la
consignó expresamente en su conclusión final (como lo exige el
CPP de Cba. en su artículo 408 inc.3), el CPPN en su art. 399 ( a
contrario sensu, al no establecerlo obligatoriamente en ese artículo)
sí autoriza a obviarla; debiendo entenderse entonces que considera
probada la acusación, en lo que a los hechos se refiere, en todas sus
partes. b) Que no siendo de interés a los fines de esta nota
cuestionar la valoración que hizo el tribunal de la prueba con la que
arribó a la conclusión de que se trató de un homicidio intencional,
en el análisis del tema de la autoría mediata de los imputados que es
lo que me interesa hacer en esta nota partiré de la hipótesis de que,
como lo afirmó la juzgadora, efectivamente se trató de un hecho
doloso probado con grado de certeza, sin perjuicio de mi opinión
personal al respecto. c) Que el tribunal, para fundamentar la
vinculación causal entre la acción de los imputados y el resultado
delictivo, tuvo dos ejes de estudio: (1) la pertenencia de ambos
incriminados, en la época del suceso, a un aparato organizado de
poder del Estado -Menéndez en calidad de Jefe y Estrella cuadro
intermedio en la escala de mando- que funcionaba ilegalmente y
que tenía como fin el aniquilamiento de la subversión, y (2) que los
imputados tenían sospecha de que el obispo Angelelli y la gente de
su entorno estaban vinculados con el terrorismo, considerándolo -al
obispo- el máximo exponente de la corriente “tercermundistamarxista”.-
B) Antecedentes teóricos sobre la autoría mediata por el
dominio de aparatos organizados de poder
1. La responsabilidad penal como autores mediatos del hecho por
parte de los conductores de una organización fuertemente
verticalista (las organizaciones militares de un Estado, el terrorismo,
el crimen organizado) que no ejecutaron personalmente la acción de
que se trate, fue desarrollada por el gran penalista alemán Claus
Roxin a partir del año 1963 inspirado en el caso Adolf Eichmann,
jerarca nazi que fue juzgado por el Estado de Israel como
responsable del exterminio de innumerables judíos que eran
trasladados a los campos de concentración con ese objetivo. A los
fines de este comentario al fallo que nos ocupa fundado en aquella
teoría -como todos los fallos por delitos de lesa humanidad que se
vienen realizando en nuestro país- parece indispensable realizar una
síntesis de sus fundamentos doctrinarios como premisa del análisis.
Es interesante recordar en este momento que después de muchos
años de emitida esta teoría por su autor, a nivel mundial el primer
tribunal que la aplicó (1985 ) fue la Cámara Federal argentina que
juzgó a las Juntas Militares que gobernaron el país entre 1976 y
1983; previa consulta personal que habría hecho el fiscal Strassera
al propio Roxin ( Bailone, Matías, “El autor de escritorio y ejecutor
fungible: una modesta aproximación a la teoría de Claus Roxin”,
ponencia en el XIV Congreso Latinoamericano de Derecho Penal y
Criminología. Valparaíso. Chile. Setiembre de 2002).2. A la autoría mediata clásica, donde el agente se sirve de personas
inimputables o actuantes bajo error para cometer el delito del cual él
es el único responsable penalmente en tanto que los autores
inmediatos, sus instrumentos, son impunes, Roxin agrega la
categoría de autor mediato por dominio de organización de aparatos
de poder donde son tan punibles los jefes que deciden el hecho y
sus intermediarios de la escala de mandos como el autor material de
la acción. Originariamente, el jurista señalaba tres requisitos para
que se diera el caso: 1ro.) el dominio de la organización; 2do.) la
desvinculación del ordenamiento jurídico por actuar al margen del
Derecho, lo que es que todo el aparato funcione al margen de la ley
y 3ro.) la fungibilidad o intercambiabilidad del autor inmediato, es
decir que el autor mediato tiene a su disposición otros ejecutores en
caso de que el que realiza la acción no quiera o no pueda actuar.
3. No tardaron en surgir opositores de fuste (dentro de la propia
Alemania: Jacobs, Schünemann, Bernd, Jescheck, BockelmannVolk); como así mismo, en sentido contrario, resoluciones
judiciales que “extendieron” la aplicación de esta teoría, como el
Tribunal Constitucional Alemán (de la Alemania unificada), cuando
condenó a los soldados de la República Democrática Alemana que
mataron a los que intentaban saltar el muro de Berlín hacia
occidente, así como a sus jefes (autores mediatos) que se lo
ordenaron; con la particularidad de que aquí actuaron “legalmente”
porque esa método estaba previsto en el propio régimen normativo
de la Alemania comunista.- Con ese mismo criterio es posible –por
el rigor metodológico que caracteriza a los alemanes- que en el
régimen nazi también estuviera perfectamente “reglamentado” y
aún existieran “protocolos” de acción para el exterminio,
principalmente, de judíos. En otros términos: estos antecedentes
hicieron tambalear el requisito 2do. de la teoría –que el sistema del
aparato de poder estuviera desvinculado del ordenamiento jurídico,
actuando en un todo al margen del Derecho- reformulándola el
propio Roxin del siguiente modo: “En primer lugar la
desvinculación del Derecho en el aparato de poder no lo es en toda
relación, sino solo en tipos penales realizados por él”; “esta
desvinculación del Derecho no depende ya, en segundo lugar, de la
manera como se juzgue el sistema de política anterior, sino de la
actual valoración jurídica” ( Claus Roxin “El Dominio de
Organización como forma independiente de autoría mediata” en
Revista de Estudios de Justicia No 7 – 2006 de la Universidad Pablo
de Olavide de Sevilla. Traducción de Justa Gómez Navajas). Este
último argumento, al admitir la posibilidad del cambio de
valoración jurídica post facto, pone en entredicho el principio de
legalidad y con él el de la seguridad jurídica. Sin embargo, aquí lo
dejamos al tema porque, en el juicio que nos ocupa, partimos del
punto de vista de que, en la Argentina, efectivamente, en el período
de tiempo que nos ocupa (1968 año que llegó Angelelli a La Rioja1978), abarcando períodos de gobiernos constitucionales y de facto,
en la lucha antiterrorista actuaron aparatos de dominio del poder
que funcionaban fuera del sistema legal; en paralelo a los aparatos
subversivos que por su propia naturaleza y por la metodología de
acción actuaban siempre fuera de la ley.- Si se trató de una guerra es
asunto que escapa a nuestro análisis que se limitará estrictamente al
derecho penal, que es el terreno donde se desarrolló con
posterioridad todo el esquema punitivo relacionado al accionar del
Estado; no así al de los terroristas que fue excluido legal y
judicialmente de toda posibilidad de juzgamiento.4. También varió, precisó Roxin tiempo después de su primera
exposición doctrinaria, el alcance del requisito 3ro., esto es, que el
autor material del ilícito fuera fungible. En este orden debe
recordarse que esta condición, la plena responsabilidad del autor
inmediato, es indispensable para afirmar la autoría mediata del
“hombre de atrás” (jefes y mandos intermedios) en el dominio de la
organización de aparatos de poder; donde son punibles el jefe, los
mandos intermedios y los que ejecutan la acción. De lo contrario, si
no fuera responsable penal el ejecutor, la autoría mediata de
aquéllos simplemente encuadraría en la teoría clásica de
explotación del error o la impunibilidad del autor material. En ese
sentido, respondiendo a críticas, agregó como cuarto requisito “la
considerablemente elevada disponibilidad al hecho del ejecutor”.
Esta condición es una cuestión de hecho de orden subjetivo del
autor material que debe ser comprobado en cada caso, para lo cual
se hace indispensable conocer al ejecutor, con lo cual la
fungibilidad se relativiza. Al desembocar en esta conclusión se vió
obligado a decir que “es recomendable no apoyar exclusivamente
la autoría mediata en ese criterio” (Roxin “El dominio de la
organización…….”pág.19).5. Estas dificultades en la aplicación de esta doctrina, llevaron a
Zaffaroni a expresar que esta elaboración académica es de
“complicada construcción” y que se puede prestar “a soluciones
políticas no deseadas” (Zaffaroni, Alagia, Slokar “Derecho Penal”,
2da. Edic. Ediar 2002).
En definitiva: aceptando el valioso aporte a la teoría del delito con
construcciones doctrinarias que afrontan problemas modernos de
criminalidad impensables en otras épocas, la teoría de la autoridad
mediata por dominio de aparatos organizados de poder debe ser
cuidadosamente ponderada a la hora de su aplicación al caso
concreto, porque puede terminar sirviendo para eludir vacíos
probatorios y potenciar la transgresión de los principios del acto y
de la culpabilidad.C. Crítica al fallo:
1. El punto de vista desde el cual realizaré la crítica es que, si la
intercambiabilidad del autor material (el hombre de adelante) se
utiliza como fundamento del dominio de su voluntad por parte del
hombre de atrás (el autor mediato), es imprescindible acreditar la
pertenencia del ejecutor (el autor material) al organismo cuyo poder
detenta el hombre de atrás. En ese orden de ideas parecería
relativamente fácil deducir autoría mediata de los jerarcas nazis que
ordenaban el traslado en tren de miles de personas con destino a los
campos de exterminio, aunque no estuvieren identificados los
hombres de adelante, porque ¿quiénes sino los pertenecientes a ese
aparato podían cumplir esas órdenes? Otra cosa es el caso que nos
ocupa: para atribuir autoría mediata a hombres de atrás de un
supuesto homicidio en ruta realizado bajo la apariencia de un
accidente, había que probar la vinculación del ejecutor del hecho -
dando por supuesto que fue intencional- con el aparato de poder al
cual pertenecían los autores mediatos que se juzgaron en este
juicio.- Y ese ejecutor nunca fue identificado. El propio Roxin en su
evolución doctrinaria expresó que la teoría “del dominio de la
organización no ha sido elaborada para hechos singulares, sino para
casos que se basan en hechos que se repiten de manera parecida. El
dominio de la organización no constituye una receta patentada que
pretenda
validez
para todos
los
casos
imaginables
independientemente de los hechos concretos” (Claus Roxin “La
autoría mediata por dominio de la organización”, conferencia
dictada en noviembre de 2002 en la Universidad Lusíada de Lisboa,
publicada en la Revista de D. P. de Rubinzal y Culzoni en 2005,
tomo II pág. 17 de “Autoría y participación”).No se conoce cuál fue el razonamiento seguido por el tribunal de la
causa para concluir en la autoría de los imputados y su condena
consecuente porque no fue expuesto expresamente, pero podemos
inferir el siguiente: Premisa uno: Angelelli murió y Pinto resultó
herido en un choque vial provocado -homicidio doloso- del cual
nunca se conoció el autor material. Premisa dos: Menéndez y
Estrella pertenecían a un aparato organizado de poder del Estado
que tenía como objetivo la aniquilación de la subversión con
métodos ilegales -uno como jefe máximo dentro de su jurisdicción y
el otro como agente medio de la cadena de mandos- y tenían como
sospechosos de pertenecer o estar vinculados a la subversión al
obispo y su gente allegada. Conclusión: Ellos deben ser los autores
mediatos del hecho.
La lógica violentada en el razonamiento precedente obedece al
olvido de que “el dominio del hecho por aparatos organizados de
poder es una cuestión de hecho que debe ser precisada en cada
caso” (Zaffaroni, Tratado…….Ed. 2000). Entonces resulta obvio
que en el asunto que nos ocupa -un hecho singular por su mecánica,
siguiendo a Roxin- era ineludible probar que el ejecutor del
homicidio disfrazado de accidente automovilístico pertenecía al
aparato organizado de poder, lo que no se pudo hacer en este caso
porque nunca se identificó a ese autor material.Roxin estará meditando sobre hasta qué punto se “estiró” su teoría
en estas latitudes.Sentencia del 12/9/2014 producida en la causa “Expte. N°
FCB9000411/2012/TO1, imputado Menéndez, Luciano Benjamín
(D), imputado Estrella, Luis Fernando (D) ………….., sobre
homicidio agravado p/el concurso de dos o más personas en
concurso real con asociación ilícita”, tramitados ante el Tribunal
Oral en lo Criminal Federal de La Rioja.
Autor
Archivo
Silvia E. Marcotullio
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