TAREAS MOTRICES: ANÁLISIS, DISEÑO Y SELECCIÓN Gustavo Prieto García, Javier Sanpedro Molinuelo, Alberto Lorenzo Calvo, Rebeca Piñeiro Mosquera. Facultad de las ciencias de la Actividad Física y el Deporte. INEF (UPM) RESUMEN: Nuestra intención con este trabajo es mejorar el conocimiento de las tareas motrices, ya que entendemos que éstas junto con la edad evolutiva de los alumnos o jugadores son las dos referencias claves para el desarrollo de las actividades de enseñanza/aprendizaje. El itinerario a seguir será revisar los modelos de análisis ya existente y a partir de aquí elegir un modelo que nos aporte unas pautas de actuación para el diseño y la selección de las tareas motrices. El criterio para la selección será la especificidad, es decir que el modelo se sitúe dentro de las situaciones motrices, que a la postre son el marco donde se desarrollan dichas tareas. El modelo de análisis elegido es el planteado por el Geip (2000) que analiza las situaciones motrices desde su estructura y dinámica (objetivos motores, reglamento, técnica, espacio, tiempo, comunicación motriz y estrategia motriz). PALABRAS CLAVE: Tareas, Motrices, Estructura, Dinámica, Objetivos motores. 1. INTRODUCCIÓN: Famose (1981) en Océano (2002: 46) define las tareas motrices como “Una actividad autosugerida o sugerida por otra persona que implica practicar una o varias habilidades y destrezas motrices siguiendo pautas adecuadas para realizarlas con eficacia”. Sánchez (1986) las define como un recurso para desarrollar y trabajar los contenidos, incorporando con respecto al autor anterior la dimensión perceptiva: “Es el acto específico que se va a realizar para desarrollar y poner de manifiesto determinada habilidad, ya sea perceptiva o motórica” En otra línea de pensamiento Parlebas (1981), en Fernández, Cecchini y Zagalaz (2002: 122) define las tareas motrices como: “El conjunto objetivamente organizado de condiciones materiales y sujeciones que definen un objetivo cuya realización necesita la puesta en juego de conductas motrices de uno o varios participantes”. El Geip (2000) concreta la definición dada por Parlebas (1981) definiendo la tarea motriz como la suma de las condiciones para la praxis más los objetivos motores. En nuestra opinión, y en consonancia con las dos últimas definiciones, la tarea motriz es la propuesta de realización de una o varias acciones motrices, inmersas dentro de una situación motriz, indicando las condiciones y el objetivo motor que se persigue. El término tarea motriz va a englobar varias formas de actividades físicas. Famose (1981) en Blázquez y col. (1993: 83) contempla las siguientes. “La tarea motriz representa la unidad básica de las actividades, ejercicios, situaciones y problemas planteados en la enseñanza de la educación física”. La realización de las tareas motrices requiere de varios tipos de conocimientos, no sólo los motores: “La actividad motriz no es la consecuencia de la acción de una facultad aislada de nuestro cuerpo, sino que antes bien constituye el resultado de la coincidencia de varios tipos de conocimiento que deben ser representados en la memoria para su posterior utilización. Como consecuencia su incidencia no se va a limitar al ámbito motor, sino que alcanzará otras dimensiones. En la línea del autor anterior Gómez (1989: 91) afirma que “Las actividades motoras son en su mayor parte multidimensionales, pues permiten cumplimentar varios objetivos y desarrollar distintos contenidos de las áreas psicomotora, socioafectiva y cognitiva en forma simultánea. 2. ANÁLISIS DE LAS TAREAS MOTRICES Existen varios modelos de análisis de las tareas motrices surgidos a partir de diferentes puntos de vista o de interés. A partir de cada uno de estos modelos aparecerán diferentes clasificaciones de tareas motrices. Tomaré como referencia los modelos de análisis y las clasificaciones presentados por Fernández, Cecchini y Zagalaz (2002) para finalmente alcanzar el modelo que hemos elegido. 2.1. Modelo de Siedentop 2.2. Modelo Procesual (Famose y Bañuelos) El de Famose ha sufrido algunos cambios y ajustes a lo largo del tiempo, pero en definitiva basa su análisis de la tarea motriz a partir de dos nociones: la naturaleza y la arquitectura de la tarea motriz. El otro modelo procesual es el de Sánchez Bañuelo (1986). Dicho modelo defiende que la ejecución motriz está basada en tres mecanismos: Mecanismo perceptivo Mecanismo de decisión Mecanismo efector o de ejecución. 2.3. Modelo de Parlebas En otra línea de análisis aparece Parlebas (1976, 1981, 1986), el cual analiza las situaciones motrices, marco donde se desarrollan las tareas motrices, a partir de la existencia de incertidumbre en relación a dos elementos (medio físico y participantes) 2.4. Modelo del GEIP (grupo de estudios e investigaciones de Las Palmas) Este grupo realiza un análisis de la iniciación deportiva desde su estructura y dinámica. Hernández (1994) contempla como parámetros configuradores de la estructura de las diferentes situaciones motrices los siguientes: “reglamento, técnica, espacio, tiempo, la comunicación motriz”. Estos elementos se equiparan a las condiciones para la praxis. Si les incorporamos el otro elemento que constituye las tareas motrices, “los objetivos motores” alcanzaremos un conocimiento completo de las tareas motrices o parte estática de las situaciones motrices. Junto a la estructura se encuentra la dinámica, la cual viene representada por la “estrategia motriz”. El primer paso en dicho análisis será definir y caracterizar a los elementos que he contemplado constituyentes de la estructura dinámica. 3. DEFINICIÓN Y CARACTERIZACIÓN DE LOS ELEMENTOS DE LA ESTRUCTURA DINÁMICA 3.1. El Reglamento Hernández (1998: 53) refiriéndose al deporte define reglamento como: “El conjunto o sistemas de reglas y normas con una lógica intrínseca que marca los requisitos necesarios para el desarrollo de la acción de juego que determina en parte la lógica interna del deporte que regula”. 3.1.1. Caracteres representativos del reglamento Estos requisitos harán referencia a las condiciones de la praxis, es decir a la totalidad de los parámetros que constituyen la estructura de la tarea motriz: A la técnica: a como podemos utilizar el posible objeto, a como podemos utilizar el cuerpo, a las partes del cuerpo que pueden intervenir, a como pueden intervenir, a las posiciones que podemos adoptar, etc. Al espacio: a los límites donde se debe desarrollar el juego, a los espacios que representan las metas del juego, a los espacios prohibidos, al posible valor de los distintos espacios, etc. Al tiempo: a la duración del juego, al momento de intervención, al orden intervención, al tiempo para realizar una tarea o para ocupar un espacio. A la comunicación motriz: a las posibles relaciones tanto con compañeros como con adversarios A la estrategia motriz: a los posibles roles estratégicos en el juego y a las posibles conductas de decisión que puedan tomar los jugadores. 3.2. La Técnica La técnica es un elemento configurador de la estructura y se puede definir como el modo de proceder del protagonista de la acción motriz. Algunos autores la definen haciendo referencia a un equilibrio entre la eficacia y el gasto en la dimensión práctica que la representa. Meinel citado por (Naglak, 1978: 14) la define como: “Un procedimiento que conduce de una manera directa y económica a conseguir un alto resultado”. 3.2.1. Caracteres representativos de la técnica Los caracteres que creo más representativos de la técnica son los siguientes: Utilización de objetos en el gesto Intervenciones sobre el propio cuerpo, grado de tensión, intensidad en la respiración, cambio de un centro energético a otro, etc. La existencia de un modelo de ejecución concreto Partes del cuerpo que intervienen Postura y disposición Número de habilidades que requiere la tarea motriz. 3.3. El Espacio Hernández (1988: 31) refiriéndose en concreto a la situación motriz de los deportes destaca al espacio como un elemento fundamental en la estructura. “En gran medida, definir un deporte es definir el espacio que le es propio, ya que son las delimitaciones realizadas con relación al mismo lo que configura a una parte de la estructura de los deportes”. En el espacio se van a desarrollar las acciones de juego, y como consecuencia se van a establecer las relaciones entre los participantes. En este sentido Hernández (1998: 64) afirma: “El espacio se constituye en el intermediario de las interacciones puestas en práctica por los jugadores, lo que lo convierte en un espacio de interacción motriz que modela en gran medida el comportamiento de cada uno de los participantes o intervinientes en la acción”. 3.3.1. Caracteres representativos del espacio: Espacios físicos donde se realizan las situaciones motrices: patio del colegio, pistas de atletismo, piscinas, zonas naturales (parques, campo, montaña, ríos). Tipos de superficie: regulares, irregulares, deslizantes, planas, abruptas, etc. Espacio psicomotor (actúa sin interacción motriz esencial) o espacio sociomotor (actúa con interacción motriz esencial) En los casos de duelo el espacio sociomotor puede ser común para los dos equipos o separado Espacio delimitado o no, referido a los límites Espacio estandarizado o no Espacios diferenciados o no, referido a su posible valor en el juego. Hernández (1998), partiendo de la delimitación de las distancias o medidas de los espacios de juego que marcan los reglamentos, señala cuatro subespacios reglamentarios: 1. Zonas fijas prohibidas 2. Zonas variables prohibidas 3. Zonas fijas semiprohibidas 4. Zona de marca o diana. Espacios con distinto valor en relación a la consecución de un tanto. Estos espacios también se consideran diferenciados. Espacio reducido o amplio para los participantes. “Espacio individual de interacción” .Este espacio se refiere a la superficie que le corresponde a cada jugador a partir de dividir la superficie total del terreno colectivo por el número de practicantes simultáneamente en juego. Este espacio hace referencia a espacios sociomotores Distancia de enfrentamiento motor: “Dicha distancia corresponde al valor medio de las distancias que separan a dos adversarios en el momento de su enfrentamiento directo” (Parlebas, 1988: 136). 3.4. El Tiempo El tiempo fue el último parámetro que incorporó Hernández (1994) como constituyente de la estructura de las acciones motrices. Prieto (2001) tomando como referencia el diccionario de la “Real academia española de la lengua” (1992) presentó algunos significados del tiempo relacionándolo con las acciones de juego: magnitud física, momento oportuno de cierta cosa, las distintas velocidades de ejecución, los tiempos muertos, etc. 3.4.1. Caracteres representativos del tiempo: Momento de intervención con respecto a los otros participantes: simultánea o alternativa Velocidad de ejecución. A veces el propio objetivo marca hacer algo en el menor tiempo posible o antes que alguien o algo Como consecuencia de la anterior existencia o no de límite de tiempo para realizar la tarea. Tiempo limitado o ilimitado para la ejecución Existencia de limitaciones temporales en la realización de alguna acción motriz perteneciente a la tarea motriz. Esto es lo mismo que la anterior, pero con la diferencia que aquí hace referencia a un aspecto reglamentario y en la anterior era con respecto al propio juego Ritmo de ejecución: existencia o no de un momento de inicio y de un momento para finalizar la tarea Orden en la realización de las posibles tareas motrices o de sus partes. 3.5. La Comunicación motriz La comunicación motriz es un nuevo elemento de la estructura de las situaciones motrices según Hernández (1998). Asimismo, expresado en términos de “red de comunicación motriz y de “contracomunicación motriz” constituye según Parlebas (1976/7) uno de los “universales” o estructuras subyacentes de los juegos deportivos. En definitiva este parámetro hace referencia a las interacciones que se producen entre los participantes en las distintas situaciones motrices. Parlebas (1988) considera la noción básica a la interacción motriz y no a la comunicación. Parlebas (1988: 182) afirma que: “existe interacción motriz cuando, durante la realización de una tarea motriz, el comportamiento motor de un participante influya de manera observable en el comportamiento motor de uno o más del resto de los participantes”. Esta interacción motriz pueden ser esencial o inesencial representando respectivamente una situación sociomotriz y una situación psicomotriz. 3.5.1. Caracteres representativos de la comunicación motriz: Tipo de relaciones: psicomotrices, sociomotrices (cooperación, oposición y cooperación/oposición). 1. Psicomotrices: tareas motrices realizadas en solitario o con otros participantes cuya interacción conmigo no es esencial 2. Sociomotrices: tareas motrices realizadas con otros participantes, produciéndose una interacción motriz esencial. Puede ser de cooperación entre compañeros y de oposición entre rivales. Se pueden dar las dos simultáneamente. Junto a estas relaciones existen otros tipos de redes de comunicación. Parlebas (1996: 40) como respuesta a la estructura de duelo, o lo que es lo mismo a la estructura de enfrentamiento que representa la totalidad de los deportes olímpicos de colaboración/oposiciónca creo los llamados “Juegos paradójicos” donde mis adversarios son mis compañeros a la vez. 3.6. Los Objetivos motores Los objetivos motores son el elemento que constituye las tareas motrices junto con las condiciones para la praxis. Se consideran motores porque ponen en juego la motricidad de la persona, que es precisamente el fin perseguido. 3.6.1. Caracteres representativos de los objetivos motores: Tomando como referencia las taxonomías del Geip (1997) podemos contemplar tareas motrices con los siguientes objetivos y subobjetivos motores: Situar el móvil en un espacio y/o evitarlo Efectuar y/o evitar traslaciones Situaciones en las que se produce un enfrentamiento corporal Reproducir modelos y/o evitarlos Efectuar actividades interoceptivas. 3.7. La Estrategia motriz Rodríguez (1994) en un análisis de la estrategia motriz, y refiriéndose a una situación motriz concreta como es el deporte, la propone como variable dependiente resultante de una conjunción de los otros 5 parámetros que configuran la estructura. 3.7.1. Caracteres representativos de la estrategia motriz Sobre el conjunto de decisiones que constituyen la estrategia motriz, junto a los parámetros configuradores de la estructura, van a incidir: Los roles y los subroles sociomotores. 4. BIBLIOGRAFIA Blázquez, D. y otros (1993). Fundamentos de educación física para enseñanza primaria. Barcelona, Inde. Fernández, E; Cecchini, J.A. y Zagalaz, ML (2002). Didáctica de la educación física en la educación primaria. Madrid, Síntesis. Geip (1997).¿Taxonomía de las actividades físicas o de las situaciones motrices?. Encuentro de praxiología motriz. Las palmas, 132-144. Geip (2000) La iniciación a los deportes desde su estructura y su dinámica. Barcelona, Inde. Gómez, I.R. 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