Presentación creatividad En Sitges se puede probar un gintónic reforzado con crema de violeta y jarabe de rosas y en Madrid, un mojito culminado con pensamientos NUEVAS FORMAS DE DAR EL TOQUE FINAL A UN COMBINADO El florecimiento del cóctel Texto Eduard Palomares El uso de flores por parte del barman aporta un gran impacto estético y un valor añadido a nivel cromático NADIE SE IMAGINA al detective privado Philip Marlowe de El sueño eterno entrar en una coctelería del Los Ángeles de los años 50 y pedir al barman un Gimlet decorado con unos pétalos de violeta. Aunque lo cierto es que actualmente tampoco nadie va vestido por ahí con sombrero y gabardina. Los tiempos cambian y la coctelería, que vive una época de gran dinamismo, evoluciona para encontrar nuevas fórmulas, técnicas y reclamos. En algunos casos se introducen complicados ingredientes químicos como el nitrógeno líquido, aunque, en otros, las coctelerías optan por algo más sencillo y natural, pero de gran impacto estético: las flores. Se trata, al fin y al cabo, de partir de las fórmulas básicas para introducir nuevos matices y, al mismo tiempo, atrapar a aquel cliente que jamás se atrevería a sentarse frente a un Dry Martini o un Whisky Sour. Albert Montserrat, propietario del Blauet Cocktail Bar de Sitges, tuvo un primer contacto floral durante la pasada fies- ta de Corpus de la localidad del Garraf, cuando las calles se llenaron de alfombras elaboradas con centenares de miles de claveles. Su aportación a la celebración fue un cóctel que parte de la base del gintónic para añadir crema de violeta, jarabe de rosas y flores comestibles como decoración. Desde entonces, ha incorporado la receta a su oferta diaria. "Me gusta, es un complemento perfecto que da vistosidad al cóctel", explica. Copas llamativas Algo que corrobora Jose Duque, uno de los responsables de elaborar la carta de Las Cuevas de Sandó, una coctelería madrileña ubicada en unas cuevas subterráneas del siglo XVI. Su producto estrella, y más en verano, es un mojito potenciado con licor de violeta y culminado con múltiples flores. "La gente viene expresamente para probarlo. Se trata de una copa muy llamativa a nivel de colores y que ofrece el efecto de un pequeño jardín, reforzado por las hojas de menta", señala. El uso de una flor u otra depende de la época del año: "Ahora tocan los pensamientos, de muchos colores". Eso sí, quien quiera dar un toque floral en casa debe tener en cuenta que las variedades deben ser comestibles y cultivadas de una forma segura y sin el uso de plaguicidas, por ejemplo mediante la técnica de la agricultura hidropónica. Tampoco es válido cualquier licor y siempre debe imperar el sentido común. "Normalmente las utilizamos en el marco de la coctelería tropical, con copas grandes y frías, con mucho color y con ingredientes como las frutas naturales", apunta Duque. El ron suele ser la bebida más utilizada, aunque también han experimentado con el vodka blanco y negro hasta crear una receta como el Oro Negro, en el que se mezclan con limonada, hierbabuena y se cubre de flores. El recurso floral es una invitación a la creatividad del barman, aunque como recuerda Montserrat se debe partir siempre de "un criterio de gustos, texturas y aromas" para innovar. "Yo practico una coctelería básica, aunque me gusta evolucionar a partir de ella. Eso sí, igual que sucede con la gastronomía, antes de hacer una esferificación hay que saber cocinar una tortilla de patatas", advierte el propietario del Blauet de Sitges. La utilización de complementos florales puede aportar ciertos matices a los aromas y el sabor, aunque su relevancia es sobre todo estética. A su vez, supone un incentivo para el especialista. "Son una gran motivación a la hora de crear, ya que nos permite jugar con los colores de la temporada. Ahora nos han llegado flores rojas y violetas, que estamos usando para triturarlas y mezclarlas con un pequeño toque de absenta", explica Jose Duque. Todo ello para convertir el cóctel en toda una experiencia que, al igual que un ramo de gerberas sobre la mesa, suele alegrar un día gris. GINTÓNICS QUE HUELEN A ROSAS, AMAPOLAS Y GERANIOS Las flores suelen utilizarse en los cócteles como elementos puramente decorativos, aunque tal y como recalca Héctor Henche, director de Fizz Bartenders, también aportan "una serie de matices organolépticos como frescura, sutileza y complejidad de aromas, así como sabores ácidos y dulces". Su presencia suele reservarse a combinados de carácter más tropical, aunque también funcionan junto a "bebidas más secas con notas florales", como algunas ginebras. Precisamente, el éxito rotundo del gintónic ha multiplicado sus formas de preparación, dando entrada a múltiples aromatizantes como especias, frutas y también flores. Pero los especialistas recalcan que todo debe responder a una razón concreta, y esta suele ser los botánicos presentes en la ginebra. Por ejemplo, G´Vine infusiona la flor de la uva; Bulldog, amapola; Geranium, geranio; y Hendrick’s, rosas búlgaras. Por eso, locales como el Elephanta de Barcelona añaden pétalos de rosa (y pepino) al gintónic que elaboran con esta última marca. 6 Gourmets JULIO DEL 2012 I el Periódico