¡PUM! Se abren las puertas de aquel lugar en donde nadie quisiera entrar… Se cuela en mi nariz una mezcla de olores que jamás había sentido… Tengo miedo… ¡claro! Pero la curiosidad dentro de mí hace que me quede plasmada en ese momento… De pronto, escucho un “!Buenos días! Pasen adelante” como si fuera el portero de un hotel quien nos invita a “pasar adelante” Con aquellas ansias y entre aquel lugar... me quedé sin palabras… Fue una escena tan irónica… Pies descalzos, pelos sucios y despeinados… manos frías por ausencia de contacto… miradas perdidas en la nada, risas perversas cubrían cada rincón… Me estremezco… Es demasiado… Se me eriza la piel… Sentimientos extraños… no se si reír o llorar, si tener miedo o mostrar seriedad…. Pero ahí sigo… atónita ante dicha escena tan intensa… A los pocos segundos empieza a hablar una mujer que parecía que había tirado su afecto por la ventana y había dejado de ser un ser humano: Pabellón 1 y 2: pacientes crónicos Pabellón 4: reos Pabellón 5 y 6: pacientes geriátricos Consulta externa… Neurolépticos… Litio… Antipsicóticos…. Pero expeditamente dejo de escuchar porque no puedo dejar de sentir… Mis ojos fueron violados por aquellas imágenes… y a lo lejos se escucha en una pequeña bocina de esperanza…. Un cassette de música que, seguramente se repetía cada diez minutos… En medio de gritos, cuerpos deformes, frases sin sentido y orines en el piso, percibo aquella música… Tan tranquila… Tan normal… Tan pacifica… Tan irónica… - Regina Menéndez de la Riva 28 de septiembre de 2009