INFORME DE LAS OPINIONES ÍNTEGRAS DE LOS EXPERTOS AGRUPADAS POR CADA PREGUNTA 1. ¿Cuáles serían los factores generales de un desarrollo regional equilibrado y exitoso? E.REIG: Mi punto de vista es que la idea de ‘desarrollo regional equilibrado’ es equívoca. Si por equilibrado se entiende un crecimiento proporcional, o a un ritmo similar, de los distintos sectores económicos, tal tipo de crecimiento no existe, y hay razones para ello. Las agrupo, en síntesis en dos bloques: a) Desde la perspectiva de la innovación. La historia del capitalismo, o de la economía de mercado (como se prefiera) responde en buena medida a lo que J.A. Schumpeter denominaba la ‘destrucción creadora’. Con ello quería dar a entender que la fuerza fundamental de la dinámica de este sistema económico es la continua aparición de nuevos bienes de consumo, nuevos métodos de producción y de transporte, y la aparición de nuevos mercados. Con ello la estructura económica sufre una modificación continua con la destrucción de viejas formas de producción y la aparición de otras nuevas. Los equilibrios de partida se rompen a medida que un conjunto de empresarios innovadores desarrollan oleadas de innovaciones, que dan lugar a una competencia acrecentada que sustituye viejas empresas y productos por nuevas empresas y nuevos productos. Este tipo de competencia es mucho más real y efectiva que la que consiste simplemente en competir en relación al precio de un mismo tipo de producto. b) Desde la perspectiva general del desarrollo económico. El peso relativo que en un momento histórico dado ocupan cada uno de los grandes sectores económicos viene condicionado por dos factores fundamentales: el ritmo de mejora de la productividad del trabajo en cada uno de ellos,- fuertemente influido a su vez por el progreso técnico relativo -, y la elasticidad de la demanda de los bienes que ese sector elabora respecto a los cambios en el nivel medio de vida de la población. Por ello el sector agrario ha decaído en términos relativos, tanto en proporción del empleo total como en proporción del PIB, y ahora lo hace también la industria manufacturera. 1 Sólo le veo sentido a la expresión ‘equilibrado’ en relación a áreas donde es factible y/o deseable la actuación de las Administraciones Públicas para evitar ‘desequilibrios’ medioambientales o sociales: ordenación del territorio, protección del medio natural, políticas tendentes a evitar un exceso de desigualdad en la distribución de la renta, etc. J.M.IRIBAS Teniendo en cuenta la composición de la mesa no incidiré excesivamente en factores de índole económica y me centraré básicamente en otros de carácter territorial y social que suelen estar habitualmente ignorados. Sigo pensando que nuestro principal activo sigue siendo nuestra excelencia territorial. Pero su aprovechamiento exige posicionamientos estratégicos y esfuerzos de planificación e implementación de atributos que me parecen muy lejanos, muy ajenos a las expectativas políticas, empresariales y sociales. El equilibrio del sistema territorial requiere necesariamente evitar el declive demográfico del interior todavía habitado, que es una condición básica para mantener el valor económico del territorio en conjunto. Es verdad que hay amplias zonas de la retaguardia territorial mediterránea que han sufrido procesos de desertización, palpables en Tarragona, Castellón y parte de Valencia, pero todavía hay otras zonas que, al menos hasta el momento, han conseguido evitarla. Pero el crecimiento de los municipios litorales (incluyendo entre ellos a los que forman parte de áreas metropolitanas) es mucho más elevado, de manera que el sistema de asentamientos puede verse amenazado a largo plazo. Se trata de una opción que hay que evitar. Son las zonas de interior las que mantienen en su totalidad la producción agraria y buena parte de la industrial, de manera que hay que esforzarse en mejorar la calidad urbana y la igualdad de oportunidades y expectativas en los municipios de la retaguardia territorial si se quiere mantener en ellos a los jóvenes, que son el capital humano que puede garantizar en el futuro la pervivencia de la actividad económica en estas zonas. Por otro lado, la deriva inevitable hacia la terciarización parece operar en contra de un sistema de asentamientos disperso, teniendo en cuenta que el terciario requiere acumulación e intercambio, que son atributos casi exclusivos de las grandes aglomeraciones urbanas. Pero quizá quepa una alternativa a este modelo que pasaría por la recuperación (y puesta al día) de algunos postulados de la organización territorial mumfordiana, de modo que se pudieran mantener cabeceras territoriales no excesivamente voluminosas (de 30 a 100.000 habitantes) y municipios satélite especializados, en un nuevo modelo de asentamientos que yo he definido como de “organización neuronal especializada”, y que es altamente operativo es países como Holanda y Suiza. Pero para que este modelo funcione adecuadamente se requiere mejorar las condiciones que presentan algunos factores de dinamismo terciario: una mayor excelencia 2 urbana, una elevada frecuencia y potente accesibilidad mediante actuaciones en los elementos componentes de la movilidad regional interna, un acrecentamiento del prestigio del talento, una muy superior inclinación hacia los intangibles, un equilibrio en las pautas de conducta social y una accesibilidad equivalente a los servicios públicos y privados. Respecto de los aspectos sociales lo más importante sería reducir los déficits que se observan entre los distintos territorios que componen el EEM con respecto a los espacios más dinámicos del mundo. Además de los directamente relacionados con la economía (y de los que destacaría los problemas relativos a insuficiencias en la acumulación de capital, en la formación y en la cultura de riesgo empresarial), parece conveniente referirse a algunos problemas de índole social que tienen muy alta relevancia: la profunda disociación entre la Universidad y el tejido empresarial (así como la escasa capacidad de autoexigencia de las instituciones universitarias y su exigua voluntad de aplicarse a la confrontación con los problemas externos reales), la voluntad cortoplacista de las políticas aplicadas por parte de las instituciones en cualquiera de sus escalas, la escasa inclinación de nuestra sociedad hacia la cultura de esfuerzo (evidenciada en todo tipo de indicadores y estimulada por una muy extendida cultura de sobreprotección familiar hacia los jóvenes), y la dificultad que plantean en muchos casos los propósitos de innovación en estructuras políticas y económicas dominadas por un anquilosamiento conservador y una profunda desconfianza hacia lo nuevo. J.SALOM Aprovechar todos los recursos territoriales existentes a lo largo de todo el eje mediterráneo, elaborando estrategias específicas en sectores competitivos pero basados en la “cultura” de cada territorio Partir de las actividades existentes pero favoreciendo un salto cualitativo, mediante la incorporación de I+D+i, cualificación, nuevos empresarios, diversificación hacia ámbitos más competitivos, innovaciones organizativas, tecnológicas y de gestión, etc. Diseñar campos estratégicos, y concentrar los recursos en apoyar las nuevas iniciativas en esos ámbitos, favorecer la cultura emprendedora. En cualquier caso, es necesario mantener unas líneas de política económica consecuentes, coherentes, y continuadas en el tiempo. 3 2. ¿Cuáles serían los elementos o instrumentos o factores necesarios para una modernización económica? E.REIG La pregunta es importante, pero no tiene una respuesta sencilla. Desde una perspectiva general creo que hay al menos tres condiciones que deben cumplirse. La primera es disponer de un conjunto de instituciones democráticas, limpias de corrupción, eficaces, y lo bastante transparentes, donde puedan hacer oír su voz los distintos sectores sociales y grupos de intereses. La segunda es que se mantenga una economía abierta a la competencia, tanto la procedente del mercado interior como del exterior, sin restricciones arbitrarias, y sin que se toleren abusos de posición dominante en el mercado (comportamientos de tipo monopolístico). La tercera es que las empresas cuenten con un marco adecuado para aparecer, crecer y desaparecer: reglas relativas al mercado de trabajo, fiscalidad, trámites burocráticos etc. Dentro de ese marco debe contarse con la capacidad de disponer de recursos humanos bien preparados (capital humano) y acceso al crédito. Una de las exigencias del momento actual es facilitar el tránsito desde actividades que durante varios años van a estar en declive – la construcción y muchas ocupaciones vinculadas a ella -, y otras actividades donde las empresas puedan ir descubriendo nuevas oportunidades. Para ello es fundamental que los mecanismos que faciliten el tránsito de los factores de producción, básicamente trabajo y capital, de unas a otras actividades funcionen correctamente: legislación laboral (examinar por ejemplo la experiencia danesa de ‘flexiseguridad’), acceso al crédito, disminución del exceso de regulaciones burocráticas que dificulta la creación y el cierre de empresas, y educación profesional de calidad que preste especial atención al reciclaje de los trabajadores desempleados. Un aspecto central de la modernización del tejido empresarial valenciano debería ser la apuesta por una elevación de la productividad. Ello no depende sólo del tipo de sectores económicos que protagonicen el crecimiento sino de las mejoras de productividad en las empresas que operan dentro de cada uno de dichos sectores. En consecuencia no es suficiente con que la industria o los servicios ocupen parte del espacio en la estructura productiva que deja libre la caída de la actividad en la construcción. Resulta necesario actuar, entre otros aspectos, en las siguientes direcciones: Intensificar el uso de capital humano, que debiera permitir a las empresas orientarse hacia actividades más complejas 4 tecnológicamente y con más valor añadido dentro de las que definen a su sector productivo Aumentar el tamaño de las empresas Mejorar la organización interna de las empresas Acompasar el crecimiento de los salarios a las mejoras de productividad Invertir más en innovación y en la adopción de nuevas tecnologías J.M.IRIBAS Las condiciones de partida de la propia actividad son inadecuadas. Las empresas tienen una insuficiente acumulación de capital y un nivel tecnológico que, salvo excepciones, es lamentablemente bajo en comparación con el de los espacios más dinámicos del mundo. Y las instituciones públicas concernidas directamente en la gestión de los espacios que componen el EEM están en una pésima situación financiera que les imposibilita contribuir a la modernización de los componentes del actual sistema de producción o generar nuevos escenarios productivos más sofisticados y rentables. En un panorama como el descrito no habrá más alternativa que la que surja de la iniciativa privada, que, por otro lado, ha sido históricamente la que ha promovido el desarrollo del EEM. Pero, a diferencia de otros momentos equivalentes al actual, los problemas requieren superar el modelo de respuesta convencional, que ha sido esencialmente local y voluntarista. Por una parte, el ámbito de la competencia se extiende ya a todo el mundo, con lo que ya no es suficiente con tener costes bajos de producción a escala regional, que ha sido la base del auge y pervivencia de una buena parte de la industria del EEM; por otro, la actividad económica en general (y la industrial y terciaria en particular) exigen niveles de sofisticación tecnológica que no son fácilmente asumibles pues requieren muy elevada acumulación de capital financiero, un nivel de formación técnica del que estamos muy lejanos y una cultura de esfuerzo que nos es ajena, a tenor de nuestra formación académica y de nuestros parámetros productivos más relevantes. Será preciso un esfuerzo extraordinario que permita introducir componentes de terciarización productiva (cualificación) en todos los sectores de actividad industrial y avanzar además en las actividades específicas del sector terciario, buscando clústers de especialización al menos a escala europea. En todas aquellas acciones productivas donde los componentes territoriales sean relevantes, la posición de partida del EEM es muy satisfactoria, de manera que no sólo podrá desarrollar actividades propias sino postularse como soporte territorial para atraer empresas externas. Deberá tenerse siempre presente que el EEM es el espacio de mayor calidad territorial del 5 Mediterráneo Occidental, pero que tal condición adquiere sólo valor cuando viene acompañada de medidas concretas que pongan en marcha o refuercen actividades cuya presencia esté impulsada o favorecida por las cualidades intrínsecas y comparadas del territorio. J.SALOM Aumentar la cualificación de los trabajadores y, sobre todo de los empresarios Favorecer la internacionalización de las empresas, lo que en algunos casos debe pasar por un aumento de su tamaño medio y/o por estrategias de cooperacióninterempresariales. Aumentar los niveles de I+D+i en todos los sectores económicos Favorecer la innovación tecnológica, de gestión y organizativa Potenciar, dentro de las cadenas productivas, las actividades y las fases con mayor valor añadido, y que en mayor medida dependen del tejido productivo prexistente y las relaciones interempresariales, de forma que se aprovechen las redes existentes y se evite la salida de empresas. 6 3. ¿Qué entendemos por “nueva” industria? ¿En qué consistiría la reindustrialización? ¿Es acertado el concepto? E.REIG Me parece que no existe ninguna definición establecida de lo que pueda denominarse ‘nueva industria’. Para mí podría ser un tipo de actividad industrial que utiliza ampliamente servicios producidos por otras empresas especializadas, y que es intensiva en capital humano, y muy receptiva a las innovaciones. La expresión ‘reindustrialización’ no me convence por dos razones: no partimos de un desierto industrial que haya que reindustrializar, y además transmite el mensaje de que de algún modo el sector de la industria manufacturera va a volver a ocupar un peso similar en el empleo y la producción al que tenía hace diez o veinte años, cosa que sinceramente no creo posible. J.M.IRIBAS Entiendo la “nueva industria” como aquella que viene definida por su sofisticación tecnológica, su exigencia de personal con elevada formación académica, su capacidad para integrar factores de cualificación y terciarización de los procesos productivos y de los productos finales y por su capacidad de innovación permanente. Consiguientemente, la reindustrialización consistiría en una reconversión cualitativa de la actividad industrial convencional que consiga transformar el sistema productivo actual por otro en el que los componentes mencionados acrediten una mayor exigencia cualitativa, un elevado nivel de singularización de los productos y de competitividad en los mercados internacionales. La ecuación excelencia-singularización-proyección internacional es crucial para poder resistir la potencia de los espacios industriales emergentes, especialmente los de Extremo Oriente. Pero el logro de la máxima eficacia depende no sólo de la deriva inversora que puedan tener los empresarios sino de factores sociales relevantes: la disposición de los políticos a favor de este tipo de economía (traducida en ayudas al sector, especialmente no poniendo trabas administrativas de escasa relevancia para su puesta en marcha), una positiva actitud cultural de la sociedad en relación con la innovación, una mejor formación de los trabajadores, una reconsideración sobre el actual modelo universitario y de su capacidad real de servicio a la sociedad. 7 J.SALOM En mi opinión, es imposible industrializar sobre el vacío, es necesario partir de la infraestructura prexistente. No obstante, cuando hoy hablamos de industria debemos hablar en realidad de “actividades servoindustriales”, es decir, no sólo la fabricación, sino todo lo que antecede y sigue al proceso de fabricación, desde el diseño o hasta la distribución y el mantenimiento. En el contexto actual de globalización, es necesario fomentar el desarrollo de actividades productivas que por su vinculación con un tejido productivo denso y la importancia del contexto sean poco susceptibles de relocalización (o al menos en algunas de sus fases). Esas actividades productivas, aunque tengan un núcleo industrial, se caracterizan precisamente por un mayor peso del componente de servicios, interno o externo a la empresa, por lo que producen lógicamente un aumento inducido del sector servicios. Creo que el uso del término “reindustrialización” se debería utilizar en el sentido de apostar por actividades vinculadas a la economía real, a la producción de riqueza, frente al predominio de las actividades especulativas de la etapa reciente. 8 4. ¿Por qué apostar por la actividad industrial y la reindustrialización de los territorios del EEM? E.REIG Plantearía, como ya he indicado, muchas salvedades a la idea de reindustrialización. Creo que algunas razones para apostar específicamente por la actividad industrial podrían consistir en que sin un cierto volumen de actividad industrial moderna difícilmente podremos tener en nuestra economía actividades de servicios más o menos avanzadas y que puedan utilizar el capital humano de que hoy en día disponemos (servicios financieros, ingeniería, diseño, educación especializada etc.). Como productores no deberíamos limitarnos al turismo y la hostelería, aunque estas van a seguir siendo actividades muy importantes, por la base de recursos naturales con que cuenta el espacio mediterráneo. Otro tipo de razones a favor de prestar atención a la industria es aprovechar un esquema de sistemas de empresas interesante y territorialmente vertebrador de que disponemos en el País Valenciano, en forma de distritos industriales de larga tradición (Rafael Boix, que es uno de los expertos del proyecto podría aportar ideas interesantes en este aspecto concreto de los ‘distritos’). J.M.IRIBAS Se trata de una apuesta irrenunciable, toda vez que una especialización productiva que desista de la industrialización como un componente clave del sistema productivo se revela, a largo plazo, como insostenible. En territorios amplios y complejos como el EEM no se puede mantener a largo plazo una economía basada exclusivamente en un monocultivo sectorial, sea cual sea el sector de actividad elegido. Ahora bien, dando por supuesta la necesidad absoluta de reindustrializar el ámbito entero de la EEM, será preciso distinguir qué actividades son más interesantes para cada una de sus porciones, teniendo en cuenta que la calidad intrínseca y comparada del territorio del EEM en conjunto es una de las más altas de Europa y del mundo. Hay pocos lugares en el planeta donde la respuesta a los factores de excelencia territorial sea tan satisfactoria como las que ofrece el litoral mediterráneo español, entendiendo que la excelencia se mide por los siguientes aspectos: calidad del medio ambiente y valores climáticos; accesibilidad intermodal; solvencia de las infraestructuras y equipamientos; potencia, diversidad y calidad de los espacios urbanos; integración metropolitana de las cabeceras territoriales; dinamismo económico y capacidad de respuesta a los retos de las nuevas actividades productivas; y, para terminar, tolerancia cultural y equilibrio social. 9 Por tanto, no se trata sólo de introducir nuevas actividades productivas relacionadas con la “nueva industria” (que podría denominarse con más propiedad como “nueva economía” para dar cabida a la actividad agroalimentaria y a las actividades terciarias), sino de invertir en la calidad del territorio, tanto a través de la mejora de sus condiciones de base como de la evitación de actuaciones y actividades que comprometan su calidad, a corto y a medio y largo plazo, así como mediante la elección de actividades que mejor puedan aprovechar las cualidades territoriales diferenciales del EEM. Por obsoleto que pueda parecer el discurso de Richard Florida acerca de las localizaciones preferentes de la clase creativa y por frívolas que parezcan algunas de sus conclusiones en un momento económico como el actual, una buena parte de sus reflexiones parecen todavía certeras y apuntan a posibles actuaciones de cualificación, dinamización y modernización productiva que siguen siendo posibles en el EEM. J.SALOM El elemento fundamental para producir desarrollo regional es aprovechar todos los recursos territoriales existentes, y el eje mediterráneo cuenta con una serie de recursos territoriales, creados por la historia económica y la tradición industrial, que pueden y deben ser aprovechados. En el caso del Eje mediterráneo, la industria es además un elemento que puede propiciar un desarrollo territorialmente más equilibrado, rompiendo la dinámica de concentración demográfica y económica en el litoral. Una reindustrialización renovada, o más bien “neoindustrialización” basada en la tradición existente puede crear empleos mejores y más estables, aminorando las desigualdades sociales, así como dar más peso y nuevo impulso a los sectores de servicios avanzados, aumentando la competitividad del conjunto de la economía regional. 10 5. ¿Qué debates (cultura empresarial, sistema educativo, capital humano, internacionalización, infraestructuras, energía, suelo, I+D, política de clusters, etc.) se deberían abrir en el seno de la mesa? Señalar sólo cuatro, por favor. E.REIG Creo que deberían abordarse temas básicos, como el capital humano y la compatibilidad y/o conflictos entre actividad económica y medio ambiente. También la internacionalización y el I+D. Apuntaría esos cuatro temas, ya que creo que lo de las infraestructuras ya no es tan perentorio como hace un par de décadas, ya que la situación es claramente mejor que entonces, y en cuanto a la política de clusters tiendo a verla como algo en que a veces se hacen planteamientos excesivamente voluntaristas ya que todo el mundo aspira a las industrias de alta tecnología (aeroespacial, telecomunicaciones, biotecnología etc.) y en general esos nichos ya están ocupados. J.M.IRIBAS Para mí los debates no deberían ser genéricos. Deberían centrarse en aprovechar al máximo los factores diferenciales de excelencia territorial (incluida la propia historia industrial y productiva del EEM) y se definirían mediante una reflexión combinada que afectara a los siguientes aspectos: Inventario, descripción y análisis de las especializaciones productivas que aprovechen los factores de excelencia territorial. Inventario, descripción y análisis de las actuaciones necesarias para el refuerzo de los factores de excelencia y para su óptimo aprovechamiento productivo. Actuaciones paralelas recomendables para mejorar la competitividad y singularidad de los procesos productivos del EEM. J.SALOM Cultura empresarial y emprendedurismo Innovaciones e internacionalización. ¿Qué cambios son necesarios, qué innovaciones debe adoptar la empresa que favorezcan la internacionalización? Política de I+D+i: universidades, institutos tecnológicos, parques tecnológicos, etc. Viejos y nuevos clusters. 11