Indexicalidad Fernando Rodríguez Bornaetxea Universidad del País Vsco / Euskal Herriko Unibertsitatea ------------------------------------------------------------------------------->>> ficha técnica El relanzamiento de la polémica sobre las expresiones indéxicas en el ámbito de la Filosofía analítica, se puede fechar en un artículo que el eminente lógico y profesor de la Universidad de Jerusalen, Yeosuah Bar Hillel, publicó en la revista "Mind" en 1954, aunque habitualmente se suele citar la ampliación del mismo que apareció con el nombre de "Indexical Expressions" en 1970 (Aspects of Langage, Jérusalem, Magnes Press, Hebrew University). El núcleo de la comunicación de Bar Hillel, está dedicado a mostrar que el significado de algunas palabras por sí mismas, es incompleto, que sólo puede completarse dentro de un contexto y que, por lo tanto, son "expresiones indicativas" de una situación de intercambio lingüístico. Harold Garfinkel, fundador de la Etnometodología (Etnometodología) señala a Charles S. Peirce y L. Wittgenstein y otros filósofos y linguístas para clarificar el ámbito de la indexicalidad. Parafraseándole diremos que Husserl se refiere a (1) expresiones cuyo sentido no puede decidir el receptor sin conocer o asumir algo sobre la biografía y los propósitos del usuario, las circunstancias de la locución, el curso previo del discurso o la relación particular de la interacción potencial o real que existe entre el usuario y el receptor. Bertrand Russell señaló que (2) las descripciones que las incluyen se aplican en cada ocasión a una cosa y a distintas cosas en ocasiones diferentes. Además, Russell dijo que (3) se usan para hacer declaraciones inequívocas que de todos modos parecen cambiar su valor de verdad. Nelson Goodman escribió que (4) cada una de sus locuciones constituye una palabra y se refiere a cierta persona, tiempo o lugar, pero denomina algo que no denomina cualquier repetición de la palabra. Las expresiones indéxicas son expresiones tales como "eso", "aquí", "yo, "la gente", etc.., que adquieren sentido a partir del contexto en el que se enuncian. El fenómeno de las expresiones indéxicas nos permite observar que una palabra puede tener significado transituacional pero tiene también un significado distinto en toda situación particular en que se utilice, y exige del receptor que "vaya mas allá de la información que se le da" (Bar Hillel,1954.). Es importante señalar que la noción de dependencia contextual de las expresiones del lenguaje natural es insuficiente si no se precisa que el contexto, en cuanto tal, no es una situación externa a la descripción. Por esta razón, Bar Hillel propuso, para captar la indexicalidad como fenómeno empírico, la noción de par ordenado contexto/expresión, partiendo de la idea de que no se puede decir nada referente a una expresión indéxica sin incluir el contexto pragmático. La identificación de Indexicalidad con dependencia del contexto fue uno de los principales problemas con que se tropezaron los etnometodólogos. En general los investigadores encuentran estas expresiones como molestas e incómodas para sus objetivos por lo que han sido motivo de infinitos estudios metodológicos que intentan remediarlas. La indexicalidad es uno de las nociones centrales de la Etnometodología. Para los etnometodólogos la vida social se construye a través del lenguaje, no el de los lingüistas o gramáticos, sino el lenguaje natural, el de la vida cotidiana. Para Garfinkel, la indexicalidad afecta al conjunto del lenguaje y la acción social. Su interés no se centra tanto en la existencia de "expresiones indéxicas" como en las "características indéxicas" de toda expresión. La indexicalidad se refiere tanto al uso de la situación para crear la independencia del contexto como al uso de elementos específicos de un tiempo y lugar determinados para generar el significado. La afirmación de que el significado se crea y se mantiene mediante el uso de recursos metódicos es fundamental para diferenciar la etnometodología del estructuralismo. El "miembro" no sólo domina series de normas sintácticas y semánticas sino también "características indicativas", supuestos, convenciones e información contextual con el fin de enterarse de lo que "ocurre" en una situación determinada. Las clausulas "ad hoc", "etceteras", "formulaciones" o "glosas" son recursos metódicos que organizan el significado contextualmente. La diferencia entre los filósofos de la ciencia y la visión de Garfinkel, consiste esencialmente en el hecho de que los filósofos han intentado eliminar este tipo de expresiones o limitarlos a situaciones no científicas. Indudablemente, son expresiones incómodas para la ciencia porque una frase como "está lloviendo", no se puede decir atemporalmente, mientras que otra frase como "llueve en San Sebastian el 27 del IV de 1995 a las 16,30" puede ser dicha atemporalmente, ya sea verdadera o falsa. Ahora bien, las frases de la ciencia deben de ser atemporalmente verdaderas o falsas, por tanto independientes del contexto de su empleo. Para los etnometodólogos, sin embargo, los científicos pierden el tiempo buscando remediar las propiedades de indexicalidad del discurso práctico pues todo remedio está a su vez situado. En cualquier estudio de las acciones prácticas, la distinción y substitución de expresiones indéxicas por expresiones objetivas, no se realiza más que con fines estrictamente prácticos y hasta donde esos fines lo exigen. Desde el punto de vista etnometodológico, no sólo el lenguaje sino todas las formas simbólicas, enunciados, gestos, reglas, acciones, etc., siguen siendo incompletas excepto en el momento de producirse puesto que cualquier intento de completarlas abre una nueva "incompletud". Garfinkel señala que la sociología se vale de descripciones ordinarias, en lenguaje natural, para construir descripciones científicas. En este sentido la sociología distingue dos niveles de expresión en la descripción: las expresiones que trata como datos y las expresiones que le sirven para explicar, analizar, comentar esos datos y generalizarlos al mundo social. La investigación sociológica transforma las "expresiones reales", situadas, en "expresiones ideales" y de estas saca las estructuras y categorías que se asignan a las "expresiones reales" como si fueran sus propiedades. Este circuito tiene la forma de una doble idealización y constituye una doble subida semántica: de las expresiones reales a las ideales primero y de las ideales a las estructuras después. Las expresiones reales, sin embargo, no son datos sino descripciones (expresiones indéxicas) es decir, de facto. El paso de la expresión real a la ideal no es una inferencia inductiva sino una transformación correctiva. En definitiva, el sociólogo estaría preocupado por el nivel expresivo derivado (las expresiones ideales), olvidando las propiedades objetivas del lenguaje natural. Garfinkel, en cambio, se propone analizar estas propiedades: "Yo utilizo el término etnometodología para designar la investigación de las propiedades racionales de las expresiones indéxicas y de otras acciones prácticas" (Garfinkel:1967,p.11) La noción de indexicalidad, remueve las bases de la psicosociología "profesional" puesto que pone en el mismo plano los "descubrimientos" de los sociólogos académicos y el conocimiento del sentido común. Dicho de otra manera, la indexicalidad evidente e irremediable del lenguaje y de las situaciones sociales, pone en duda la existencia de la ruptura epistemológica entre el sujeto y su objeto de estudio. El sujeto, está constantemente ligado al objeto que quiere estudiar, y sin ruptura epistemológica, no hay sociología profesional posible. Hablar de indexicalidad significa, desde este punto de vista y en contra de lo que pretende la ciencia tradicional, que el sentido es siempre local y que no hay generalización posible. Esta constatación dificulta cualquier empresa de construcción de una semántica para una lengua concreta, lo que, a su vez, compromete gravemente toda posibilidad de construir gramáticas formales, recordemos aquí las dificultades encontradas por la escuela chomskiana en esta materia. Las lenguas naturales, por tanto, no son susceptibles de definiciones absolutamente precisas, fenómeno que a todas luces mina gravemente las bases de la lingüística general. En consecuencia, comprender un texto es en parte razonar, pero también ejercer una función creativa o adivinatoria que es la que interesa al etnometodólogo. Por tanto, todas las ciencias que exponen sus conclusiones en lenguaje natural, ven su carácter científico seriamente afectado. La indexicalidad, priva a estas ciencias de la esperanza de explicitar "de una vez por todas" lo "obvio" en la comunicación de un grupo; usando la expresión de Foucault, lo "dicho", no estará mejor definido que lo "no dicho". Además, sin definiciones objetivas dificilmente pueden funcionar las ciencias que utilizan el lenguaje natural en sus explicaciones, al menos en el sentido tradicional de función de la ciencia. En este sentido, para los etnometodólogos, los métodos que usan los miembros de la sociedad para comprenderse y comprender el mundo social no son diferentes de los empleados por los sociólogos profesionales para adquirir un conocimiento "científico" del mundo. Garfinkel toma prestado de K.Manheim, para ilustrar esta continuidad entre sociología profana y profesional, el "Método documental de interpretación", que el autor alemán reservaba para el conocimiento científico. Según Manheim mediante el método se busca un "patrón idéntico homólogo subyacente a una gran variedad de realizaciones totalmente diferentes en su sentido". Efectivamente, los actores sociales buscamos continuamente patrones en las conductas de nuestras interacciones cotidianas, de no hacerlo nuestros intercambios no tendrían sentido. Estamos obligados a evocar patrones subyacentes para hacer frente a la irremediable indexicalidad. El método documental de interpretación permite ver las acciones de los otros como la expresión de patrones de coducta y esos patrones, a su vez, permiten ver lo que son las acciones. Los individuos hacen inteligible la sociedad construyendo patrones y esos patrones les permiten entender el mundo social. Sin embargo, y a pesar de que el sociólogo profesional hace exactamente el mismo trabajo que el actor social, extraer y aplicar patrones, descontextualizar y contextualizar, al trabajo del profesional se le llama objetivación y al del actor subjetivismo. Garfinkel denuncia esta comparación irónica entre razonamiento profano y razonamiento profesional que relega al actor al papel de "idiota cultural" cuya única posibilidad es actuar conforme a las alternativas preestablecidas como legítimas por la cultura. En los casos en que las explicaciones de los actores no coincidan con las del científico deben rechazarse los argumentos del primero y el experto propondrá una explicación científica de sus acciones en función del papel de las normas y los valores interiorizados. Esta actitud permite marginar el conocimiento de los actores sociales y calificarlo de noracional o desviado cuando no se atenga a los cánones lógico-empíricos de la investigación científica. Garfinkel mantuvo que si las actividades sociales cotidianas se realizaran utilizando la racionalidad científica, el resultado sería la inactividad, la desorganización y la anomia. Es a todas luces inadecuado poner el conocimiento científico como estándar con el que evaluar los juicios de los actores y es, además, como señaló Garfinkel, un obstáculo para el análisis de las propiedades de la acción práctica. Evitar estas concepciones ideales de la acción racional permite acceder a las propiedades del razonamiento que el actor aplica al elegir entre las diferentes alternativas de acción que se le presentan. El fenómeno de Indexicalidad refuerza la idea de atenerse a la situación en curso convirtiéndose, en manos de los etnometodólogos, en una herramienta privilegiada para la interpretación de la acción. Dado que la contextualización de las acciones es siempre una contextualización imputada, esa misma imputación se convierte en un elemento clave para poder explicar dichas acciones. El tema de la Indexicalidad tal y como es abordado por la Etnometodología representa un intento efectivo de introducir el aspecto linguístico en la teoría sociológica. Además, si admitimos que la naturaleza del discurso y de la acción social es irremediablemente indexical, deberá reinterpretarse la relación entre el actor y la norma, y en consecuencia entre el razonamiento profano y el profesional.