A C U E R D O En la ciudad de La Plata, a 21 de diciembre de 2011, habiéndose dispuesto en el establecido, Acuerdo de 2078, conformidad que deberá con lo observarse el siguiente orden de votación: doctores Pettigiani, Soria, Genoud, Negri, de Lázzari, se reúnen los señores jueces de la Suprema pronunciar Corte de sentencia Justicia en definitiva acuerdo en la ordinario causa L. para 97.816, "Greco, Esteban contra Hilandería Villa Ocampo S.A. y otra. Daños y perjuicios". A N T E C E D E N T E S El Tribunal del Trabajo nº 4 del Departamento Judicial Quilmes hizo lugar a la acción promovida, imponiendo las costas a las codemandadas vencidas (v. fs. 303/343). La parte actora interpuso recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley (v. fs. 357/363 vta.). Dictada la providencia de autos y hallándose la causa en estado de pronunciar sentencia, la Suprema Corte decidió plantear y votar la siguiente C U E S T I Ó N ¿Es fundado el recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley? V O T A C I Ó N A la cuestión planteada, el señor Juez doctor Pettigiani dijo: I. En atención a la readecuación de la demanda que, con arreglo a la doctrina legal sentada por esta Corte en el precedente identificado como L. 81.216, "Castro c/ Dycasa S.A.", sent. del 22-X-2003, llevara a cabo la parte actora (v. fs. 215/217), el tribunal de grado hizo lugar a las pretensiones que Esteban Greco esgrimió contra "La Caja A.R.T. S.A.", en cuanto le requirió el otorgamiento de las prestaciones "Hilandería contempladas Villa Ocampo en la ley S.A.", a 24.557 la que y le contra reclamó -complementariamente- el pago de la indemnización integral, ante la insuficiencia resarcitoria prevista en el nuevo régimen de reparación de infortunios laborales (v. fs. 303/343). Para así resolver, tuvo por acreditado que el actor padece de hipoacusia perceptiva bilateral, várices (flebopatías bilaterales) y lumbociatalgia, que le provocan una incapacidad parcial y permanente del 43,5% de la total obrera (v. vered., 2da. cuest., fs. 304 y vta.) y que dicha minusvalía tareas que se halla relacionada, desarrollara a causalmente, favor y bajo con relación las de dependencia de la demandada "Hilandería Villa Ocampo S.A.", en virtud de una importante exposición sonora de su aparato auditivo, proveniente de los motores y maquinarias existentes en el lugar de trabajo y de la realización de continuos esfuerzos transporte de físicos pesos en el considerables, levantamiento comprometiendo, y así, toda su corporeidad con alta exigencia para su raquis y sus miembros inferiores (v. vered., 3ra. cuest., fs. 305/308). Indicó, además, que la empleadora incumplió en gran parte exámenes con su médicos deber de realizar preventivos, eficazmente los exigidos para legalmente constatar el estado de salud del trabajador (leyes 19.587, 7229 y su dec. prescripciones regl.), contenidas como así el art. en también con las 9 "k" del punto primero de los cuerpos normativos citados, respecto de la obligación materia de de promover la capacitación higiene y seguridad particularmente en lo relativo a del en la personal el en trabajo, prevención de los riesgos específicos de las tareas asignadas (v. vered., 4ta. cuest., fs. 308/309). Ya en la etapa de sentencia, el a quo determinó que el actor tomó conocimiento de sus afecciones el día 29 de febrero de 2000, fecha en que se encontraba plenamente vigente la ley 24.557 y que, a dicha data, aún no había sido dictado el decreto 1278/2000 (v. sent., fs. 323 vta./324). Juzgó que de las tres dolencias incapacitantes denunciadas, solamente la hipoacusia perceptiva bilateral se hallaba incluida en el listado de enfermedades profesionales dictado por vía del decreto 659/1996, reglamentario del art. 6 de la Ley de Riesgos del Trabajo (v. sent., fs. 324 vta.). Manifestó enfermedades que causadas o si bien concausadas el actor por el presenta trabajo, no incluidas en el listado de la ley 24.557, estando -por tal motivo- sus secuelas fuera del sistema, puede ocurrir ante sus jueces naturales para intentar la reparación del daño en el marco de la ley común, siempre que logre superar el valladar que le impone el art. 39 de dicho ordenamiento legal (v. sent., fs. 324 vta.). Destacó que a fs. 215/217 la legitimada activa solicitó -señaló- la la readecuación admisión de de la acción, una vía lo de cual supone reparación complementaria fuera del sistema de la Ley de Riesgos del Trabajo en caso de afectarse, por la aplicación de los límites legales del mismo, el concepto de indemnidad del trabajador, apreciado ello, con arreglo al criterio de la razonabilidad (v. sent., fs. 324 vta./325). Por tal razón, el sentenciante de mérito entendió que debía efectuar el cotejo entre la reparación pecuniaria prevista por ambos regímenes legales y, una vez llevado a cabo el mismo, concluyó que la amplia diferencia existente entre uno y otro sistema es suficiente como para considerar que la aplicación de la ley 24.557 importa una grave lesión patrimonial del trabajador dañado, además de resultarle discriminatorio, por negarle la tutela de un ordenamiento reparatorio adecuado y favorable a sus intereses (v. sent., fs. 325/331). Con sustento inconstitucionalidad adicional 1ra.- de de la en los Ley tales arts. de premisas, 39 y Riesgos 49 del declaró la -disposición Trabajo, por afectar las garantías constitucionales previstas por los arts. 16, 17, 18 y 75 inc. 22 de la Constitución nacional, como así también, por vulnerar los arts. 2 y 18 de la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre; 1 y 8 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y 7 y 10 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (v. sent., fs. 331 y vta.). Ingresó, también, al análisis del planteo de inconstitucionalidad del art. 6 de la ley 24.557, vigente al momento de la toma de conocimiento de las afecciones, en cuanto mandaba que las enfermedades no incluidas en el listado, como sus consecuencias, no serían resarcibles (v. sent., fs. 331 vta. in fine/334). En tal sentido, el tribunal de grado inicialmente se detuvo a señalar que, si bien la aseguradora de riesgos del trabajo realizó algunas inspecciones y observaciones que se detallan en la pericia técnica de fs. 134/141 vta., no surge -en cambio- que la accionada hubiera realizado las mejoras forma o cumplido parcial, con tales mediante recomendaciones, algunas salvo revisaciones en médicas incompletas. Indicó -además- que de los datos recogidos respecto de la actividad preventiva de "La Caja A.R.T. S.A.", que le imponen los arts. 1 y 4 de la ley 24.557, si bien estimada insuficiente y parcialmente incumplida, no es posible considerarla sino como levemente coadyuvante en la configuración del daño. Ello es así, pues se trata de afecciones -al menos dos de ellas, tales como las várices y lumbociatalgia- progresivas en el tiempo, en su contracción y, también, en su agravamiento (v. sent., fs. 332). Teniendo en consideración lo expuesto, sentenció que no hallaba, en la argumentación del actor, motivo que amerite incluir a la aseguradora de riesgos demandada en obligaciones adicionales a las que surgen de la contratación celebrada con "Hilandería Villa Ocampo S.A." y de la ley 24.557. Tampoco que existía mérito para decretar, en el presente caso, la inconstitucionalidad del art. 6 de dicho ordenamiento legal (v. sent., fs. 332 vta.). En este último aspecto, señaló que la incompatibilidad del citado art. 6 con las normas de la Constitución nacional, debe ser examinada ante un concreto reclamo fundado en orden a la exclusión de cierta enfermedad atribuible al trabajo del régimen especial y a las indemnizaciones allí establecidas, pero no cuando se trata de una pretensión fundada en el régimen común de responsabilidad civil, tendiente a obtener el resarcimiento integral de los daños provocados por aquélla, en lo que exceda de las prestaciones fijadas por la Ley de Riesgos del Trabajo, como es la situación del caso con posterioridad a la readecuación de la acción. De allí que, concluyó, devenía abstracto el planteo de inconstitucionalidad de la referida norma (v. sent., fs. 333/vta.). Finalmente, condenó a "La Caja A.R.T. S.A." al pago de $ 4.971,83 en concepto de reparación prevista en la ley 24.557 -por la readecuación de la acción- derivada de la incapacidad provocada por la hipoacusia perceptiva bilateral y a "Hilandería Villa Ocampo S.A." la suma de $á57.668,17, calculado, cantidad en que función de surge las de pautas restar de la al monto reparación integral -$á62.640- el importe de la indemnización tarifada establecido, de conformidad a la declarada constitucionalidad del art. 6 de la Ley de Riesgos del Trabajo, y ello, por no haber hallado durante el debate probatorio ni en el desarrollo del resolutorio, argumentación fáctica y jurídica válida para solidarizar a la aseguradora de riesgos respecto de aquellos revelados incumplimientos de la empleadora sobre las normas de protección y seguridad en el trabajo (v. sent., fs. 335 vta./336 vta.). II. Contra dicho pronunciamiento la parte actora interpuso recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley, en el que denuncia la violación de los arts. 44 inc. "d" y 47 de la ley 11.653; 34 inc. 4, 161 inc. 2, 163 inc. 6 y 362 del Código Procesal Civil y Comercial de la Provincia de Buenos Aires; 1 de la ley 24.557; 75 y 76 de la Ley de Contrato de Trabajo; 1074, 1081 y 1109 del Código Civil; 14 y 14 bis de la Constitución nacional; 3, 10, 12 y 36 de la Constitución provincial y de la doctrina que cita. En lo sustancial, se agravia de la decisión de origen en cuanto, por conducto del rechazo del planteo de inconstitucionalidad del art. 6 ap. 2 de la ley 24.557, liberó a la aseguradora de riesgos de toda responsabilidad respecto de las enfermedades que sufriera el actor y que no se hallan listadas, pero que, conforme se probara con la pericia médica practicada, fueron causadas por el trabajo cumplido (v. fs. 359/360). Refiere, además, que el obrar culposo de la empleadora -reconocido en la sentencia- debe proyectarse a la propia conducta de "La Caja A.R.T. S.A.", pues, esta última omitió tomar las medidas necesarias para prevenir los infortunios causados por la violación de las normas de seguridad e higiene y no demostró -siquiera- haber presentado un plan de mejoramiento adecuado y, menos aún, ejecutado algún control sobre el proceder de quien debía aplicarlo (v. fs. 362). Por tal razón -sostiene- al haber sido partícipe dicha aseguradora conjuntamente de con riesgos la en la causación empleadora, debe del daño, responder solidariamente por la íntegra reparación del infortunio en los términos del art. 1109 del Código Civil (v. fs. 363). III. El recurso prospera parcialmente. 1. En efecto, entiendo que corresponde -en la especie- modificar el pronunciamiento de grado en cuanto rechazó el planteo de inconstitucionalidad del art. 6, ap. 2 de la ley 24.557 y excluyó a las afecciones que porta el actor -lumbociatalgia y várices bilaterales- del sistema reparatorio establecido en dicho régimen legal. Habré de ingresar al tratamiento del agravio que porta este aspecto de la queja, a la luz de la doctrina de este Tribunal, emanada de la causa L. 91.163, "B., C. A.", sent. del 17-XII-2008, reproduciendo, en lo que resultare pertinente, los conceptos que allí esgrimiera la doctora Kogan en su voto. a. En ese orden, comenzaré por señalar que las disposiciones normativas contenidas en los arts. 1, 2, 6 y 39, integradas en consonancia con la manda del art. 49 disposición adicional 1ª de la ley 24.557, hacen régimen prestacional de dicha ley, un sistema hermético. del Así, su art. 1.1. establece que, tanto la prevención como la reparación de los daños derivados del trabajo, se han de regir por la Ley de Riesgos y sus normas reglamentarias. Por su parte, el art. 2.1.a. dispone su aplicación a todos los trabajadores en relación de dependencia del sector privado. A su vez, el art. 6 determina las contingencias y situaciones cubiertas, entre las que considera a los accidentes del trabajo -que define- y a las enfermedades profesionales que -con anterioridad a la sanción del decreto 1278/2000- se limitaban a aquéllas incluidas en el listado elaborado y revisado por el Poder Ejecutivo, en el que se clínicos, individualizaría exposición y el agente actividades de en riesgo, cuadros capacidad de determinar la enfermedad profesional. Cabe tener presente, en este tramo, lo sostenido por el juzgador a quo en punto a que dos de las tres dolencias detectadas en el accionante -várices bilaterales y lumbociatalgia- no se encontraban contenidas en dicho listado. Por su lado, opera como definitiva cláusula de cierre o abroquelamiento del andamiaje, que sin resquicios define que toda lesión o disminución de aptitud laboral causada en el desempeño del trabajo sea derivado al sistema de la ley 24.557, la modificación introducida al art. 75 del Régimen de Contrato de Trabajo por la disposición adicional 1ª del art. 49 de la Ley de Riesgos del Trabajo. En efecto, dispone, en su ap. 2 que "los daños que sufra el trabajador como consecuencia del incumplimiento de las obligaciones del apartado anterior -normas legales sobre higiene y seguridad en el trabajo- se regirán por las normas que regulan la reparación de los daños provocados por accidentes en el trabajo y enfermedades profesionales, dando lugar únicamente a las prestaciones en ellas establecidas". El art. 75 de la ley 20.744 -t.o.- mediante su ap. 1, se enlaza con uno de los objetivos de la ley 24.557, cual es la prevención (art. 1.2.a.) y, mediante el ap. 2 de dicho precepto de la Ley de Contrato de Trabajo se patentiza la intención del legislador de contener, en un único régimen legal, toda reparación a que dé lugar la disminución laborativa que puedan padecer los trabajadores en relación de dependencia en el desempeño de su débito laboral. Sin perjuicio de que la validez constitucional de la referida disposición pudiera hallarse encadenada -por conducto de la pregonada hermeticidad y autosuficiencia del sistema- al juicio que mereciera la limitación del acceso a la acción civil prevista por el art. 39 de la ley 24.557, así como a la justificación de idéntico carácter que correspondiera asignar al cierre contenido por el art. 1 de la misma ley (Rodríguez Mancini, Jorge, "El art. 75 de la L.C.T. después de la reforma de la ley 24.557" en "Ley de Riesgos del Directores Trabajo Antonio -I-", Vázquez Revista de Derecho Vialard, Valentín Laboral, Rubio, ed. Rubinzal Culzoni, 2001, pág. 119 y ss.), quiere lo expuesto significar que, por una u otra vía, todos y cualquier daño que sufra el trabajador en el desempeño de su actividad laboral, incluidos los derivados de la inobservancia por su empleador de las normas sobre higiene y seguridad, quedan indefectiblemente regidos por las normas en materia de accidentes y enfermedades, esto es, por la Ley de Riesgos del Trabajo. Inequívocamente se advierte que el diseño normativo conformado por los arts. 1, 2 y 39 de la ley 24.557, en articulación con la cláusula del nuevo art. 75 de la Ley de Contrato de Trabajo, conforman los afluentes por los cuales todos los daños padecidos por los trabajadores que nuclea el sistema, ya sean derivados de accidentes, enfermedades profesionales o que resulten consecuencia del incumplimiento por parte del empleador de las normas sobre higiene y seguridad en el trabajo, se dirigen sin ambages al régimen de la ley especial. Como afirma el autor anteriormente citado, lo cierto y concreto es que el legislador ha subsumido las posibilidades referidas a una reparación de daños por incumplimiento de las obligaciones impuestas por las normas de higiene y seguridad, así como la inobservancia de las pausas o limitaciones establecidas por el a la duración ordenamiento legal del "en trabajo, la única posibilidad de obtener las prestaciones establecidas en el sistema de reparación de daños provocados por accidentes en el trabajo y enfermedades profesionales". De suerte tal que el diseño normativo elaborado provoca una inequívoca delimitación y la derivación, mediante el ingreso de todo daño laboral, hacia el régimen implementado por la ley 24.557 -objetivo de autosuficiencia y hermeticidad expresamente declarado entre sus postuladosy la consecuente accidentes o imposibilidad enfermedades que de predicar que permanezcan existan fuera del sistema. Lo hasta aquí expuesto permite afirmar, entonces, que al menos trabajador en el marco incapacitado con obligacional motivo de dado sus entre tareas y el su empleador, no puede sostenerse que existan daños que queden marginados del régimen establecido por la Ley de Riesgos del Trabajo, más allá de que el sistema prestacional le proporcione o no adecuada reparación. Sí cabe coincidir, en cambio, en que lo que no ha querido la ley es reparar las incapacidades derivadas como consecuencia contempladas en de su dolencias régimen o o etiologías previsiones. Y, en no este sentido, la clave de bóveda del sistema está representada por el citado art. 39 de la Ley de Riesgos del Trabajo en tanto dispone que las prestaciones de la ley eximen a los empleadores consabido de toda supuesto responsabilidad previsto por el civil, excepto art. 1072 de el dicha regulación normativa. b. Ahora bien, ante la imposibilidad de salida hacia una vía alternativa representada en la materia por la acción de derecho común, corresponde determinar si frente al daño verificado, motivado por riesgo o por incumplimientos derivados de culpa o negligencia que tornen operativa la responsabilidad extracontractual, generador concausal de dolencias incapacitantes no previstas en el listado elaborado por el Poder Ejecutivo nacional, no obstante se configura la obligación de reparar. En el marco legal señalado en el punto a, bien puede decirse evidencia la que la ruptura falencia del supra sistema legal apuntada ordenado pone en por el legislador con la Constitución nacional. En efecto, puede afirmarse que en el contexto de análisis que provee la Constitución nacional, sobre todo, luego de la reforma de 1994, inspirada en claras prescripciones tuitivas de la justicia social, así como profundizadora de la protección que merece el trabajador como sujeto anunciado preferente no puede de tutela, ocultar un su resultado carácter como el disvalioso, indudablemente alejado y contrapuesto con claros mandatos de jerarquía supralegal. Afirman autores como Humberto Quiroga Lavié en "Aspectos constitucionales de la ley sobre riesgos del trabajo", pág. 393 y sgtes. (en "Siniestralidad laboral ley 24.557", Néstor T. Corte-José Daniel Machado, Ed. RubinzalCulzoni) que "la télesis de la Constitución no debe ser, en ningún momento, dejada de lado a la hora de interpretar y aplicar la legislación de nivel inferior. Porque no por tener carácter finalista la normativa constitucional pierde su carácter jurídico. Todas las normas de la Constitución tienen carácter jurídico y son supremas, en los términos de los arts. 31 y 43". Señala también que dicho resaltamiento es absolutamente necesario pues "si la reparación del daño laboral afecta el marco constitucional de la dignidad y de la equidad en la relación laboral se está violando la obligación que le impone la Constitución a la ley de que en ella se aseguren 'condiciones dignas y equitativas de labor' (art. 14 bis). Porque si el Estado, a través de la ley, no seguridad es capaz social, de que asegurar tendrá los 'beneficios carácter de de integral la e irrenunciable', pues entonces queda quebrada la Constitución y, de ese modo, el sistema jurídico". Sostiene el citado autor que "mal podrá resultar constitucional la aplicación de la ley (...), si de ella se desprenden efectos notables de 'subdesarrollo' si los daños producidos por los accidentes enfermedad profesional especie". Tal el quedan caso de de trabajo o por ninguna sin reparación de un trabajador que la quede incapacitado total o parcialmente como consecuencia de una enfermedad no incluida en la lista que debe elaborar y/o revisar el Ejecutivo, de acuerdo con lo previsto por el art. 6.2. de la ley. En este último supuesto, "la inconstitucionalidad -dice- se producirá como consecuencia de la incompatibilidad entre la omisión del Ejecutivo y la irrazonabilidad de hacerlo (art. 28, Const. nac.) con el sistema normativo constitucional (...), especialmente el formado por la exigencia de que la seguridad social sea integral y que la legislación que la implemente resulte 'conducente al desarrollo humano', en los términos del art. 75 inc. 19 del nuevo texto". Destaca el principio supralegal de la "justicia social", que "opera como factor integrador de todo el plexo de valores que configura dicho sistema, de modo tal que cada aplicación de la Ley de Riesgos del Trabajo, así como ocurre con el resto del ordenamiento, deberá no desentonar ni resultar desigual con los restantes criterios normativos que regulan la reparación de daños dentro del régimen de la responsabilidad civil". Prosigue señalando que "no puede un accidente culposo extralaboral estar sometido a un sistema de mayor entidad reparatoria cuando se lo confronta con la aplicación estamos concreta que considerando, resulta menos del aún régimen cuando la legal que Constitución prioriza y privilegia la situación del trabajador, como lo hace con todo lo concerniente a los beneficios de la seguridad social". Finalmente, manifiesta que "la restricción legal impuesta en el artículo 6 inciso 2º a las 'enfermedades profesionales', excluye de su alcance tutelar a todas aquellas enfermedades que la técnica médica no califica de ese modo, pero que son adquiridas como consecuencia -por ejemplo- de microtraumatismos múltiples y repetidos contraídos en el trabajo (...), que no pueden dejar de ser reparadas en términos de la protección integral de la seguridad social consagrada en la Constitución, pero que se encuentran omitidas de tutela en la ley 24.557". c. En oportunidad de emitir pronunciamiento en la causa M.3724.XXXVIII., "Milone, Juan Antonio c/ Asociart S.A. Aseguradora de Riesgos del Trabajo s/ accidente -ley 9688" (sent. del 26-X-2004), en la cual estaba en juego la validez constitucional de la norma contenida en el art. 14.2.b. de la ley 24.557, la Corte Suprema de Justicia de la Nación expresó cuestionamiento que las leyes constitucional son susceptibles "cuando de resultan irrazonables, o sea, cuando los medios que arbitran no se adecuan a los fines cuya realización procuren o cuando consagren una manifiesta iniquidad" (Fallos 299:428, 430; consid. 5º y sus citas). La Ley de Riesgos del Trabajo ha declarado como uno de sus objetivos, la reparación de los daños derivados de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales (art. 1.b.). No obstante el enunciado, no parece claramente del sistema, elevado dudoso los que, propósito de asimismo, desterró supuestos de tal enfermedades profesionales no incluidas y las denominadas "enfermedades accidente", dejando claramente fuera del sistema reparatorio supuestos donde aparece debidamente acreditado el déficit físico en la salud del accionante con motivo de incumplimientos subsumibles, en principio, en no obstante la los arts. 1109 y 1113 del Código Civil. En tal sentido, declarada intención de conformar un sistema preventivo y reparatorio de los daños provocados en el trabajo, la ley 24.557 no encubre la propia incoherencia o irrazonabilidad, al omitir la prevención y desconocer la reparación de los daños que, aun derivados del mismo y siempre en referencia al período anterior a la vigencia del decreto 1278/2000, no se encuentren incluidos en el listado pergeñado y revisado por el Poder Ejecutivo o no sean consecuencia de un episodio único, súbito y puntual. En esta temática, tampoco pasó por alto el máximo Tribunal -en el precedente citado, cuyo iter reflexivo y fundamentos resultan traducibles al presente- como principio integrador de la exégesis propuesta y aun cuando, como también ocurre en el caso, no se trataba de una norma aplicable a la contienda, la reforma introducida por el decreto 1278/2000 que, en lo que aquí interesa, sustituyó el ap. 2 del art. 6 de la Ley de Riesgos del Trabajo, incorporando en el inc. b) la posibilidad de inclusión en el marco reparatorio del sistema de las enfermedades que, no estando previstas en el listado, en "cada caso concreto" se determine (sin referencia a la exclusividad) como "provocadas por causa directa e inmediata de la ejecución del trabajo" -en una locución evocativa del precedente configurado por el art. 2 de la ley 24.028- "excluyendo la influencia de los factores atribuibles al trabajador o ajenos al trabajo". La referida modificación, expresan los considerandos de ese cuerpo legal, tuvo su origen -entre otras causas- en "legítimos reclamos formulados respecto del sistema que pueden ser atendidos sin afectar el curso y eficacia" del mismo y, también, en el "cuestionamiento constitucional que hubo tenido acogida en tribunales de diversas jurisdicciones especialmente tratamiento del cuestionados dado a país". se ciertos Entre señaló los "se institutos, aspectos encuentra tal el caso el del listado taxativo de enfermedades profesionales así como el procedimiento establecido para su modificación". Con relación a este punto se observó "en atención a la posible aparición de nuevas patologías de naturaleza profesional no contempladas originariamente, o de evidencias científicas que permitan establecer el carácter profesional de dichas patologías, ejercicio resulta de dicha prudente y facultad..." razonable (Boletín no limitar Oficial de el la Nación, 29.558, 1ª Sección, 3-I-2001, pág. 2). En el precitado entorno resulta fundamental el marco normativo que, de manera insoslayable en la materia que nos ocupa, evocó la Corte Suprema de Justicia de la Nación en el precedente considerado. Con particular y protagónico relieve, el principio protectorio contenido en el art. 14 bis de la Constitución nacional dispone que: "El trabajo en sus diversas formas gozará de la protección de las leyes" y de la expresa manda de la que da cuenta esta norma: dichas leyes "asegurarán al trabajador: condiciones dignas y equitativas de labor". Conviene recordar -señaló el supremo Congreso Tribunal- "deberes que estos inexcusables" postulados a fin de imponen al asegurar al trabajador un conjunto de "derechos inviolables" (Fallos 252:158, 161, considerando 3º), lo cual, en atención a lo expresado, contrasta jurídicas sub desprovistas con las examine, de tutela. En circunstancias fácticas y que quedan absolutamente otras palabras se advierte, también en el caso, que no se satisfacen los requerimientos de "asegurar" una condición de labor "equitativa", vale decir, justa, considerada toda vez termina que, por su desinteresándose rigor, de la la norma concreta realidad sobre la que debe obrar (consid. 6º). A su vez, destacó los principios elaborados a partir de lo dispuesto en el mencionado art. 14 bis, al que se integran las disposiciones incorporadas por la reforma de 1994 en el art. 75 incs. 22 y 23 del texto constitucional. En tal sentido -expresó el máximo Tribunal- el Preámbulo del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales considera, de manera explícita, la interdependencia e indivisibilidad que existe entre la vigencia de los derechos económicos, sociales y culturales y la de los derechos civiles y políticos, por cuanto todos éstos se desprenden de la dignidad inherente a la persona humana (párrs. 2 y 3; asimismo: Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, Preámbulo, párrs. 2 y 3). Por dicha razón, el mencionado conjunto de derechos exige una tutela y promoción permanentes con el objeto de lograr su plena vigencia. En línea con tales afirmaciones, el art. 7 del instrumento internacional nombrado en primer término, al reconocer el "derecho al trabajo", comprende el derecho de toda dispone persona que de éste tener la oportunidad de ganarse la vida, lo cual se completa con el artículo siguiente en el que los Estados reconocen que tal derecho supone que toda persona goce del mismo en condiciones equitativas y satisfactorias, que le aseguren condiciones de existencia dignas para el trabajador y para su familia, mencionando al respecto, de manera particular, la seguridad materias y que, la higiene según lo en el allí trabajo, previsto, entre otras deben ser garantizadas por los Estados en sus legislaciones. A ello se suma el art. 12, relativo al derecho de toda persona al "disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental", cuando en su inc. 2 dispone: "Entre las medidas que deberán adoptar los Estados Partes en el Pacto a derecho fin de asegurar figurarán mejoramiento de las todos la plena necesarias sus aspectos efectividad para de (...) la de este b. El higiene del trabajo (...) c. La prevención y el tratamiento de las enfermedades (...) profesionales". El citado art. 7 en su inc. b. -corresponde destacarlo con mayor énfasis en el caso-, implica que, una vez establecida por los Estados la legislación apropiada en materia de seguridad e higiene en el trabajo, uno de los más cruciales aspectos sea la reparación a que tengan derecho los dañados. A conclusiones sustancialmente análogas conduce el Protocolo Derechos Adicional Humanos en a la Convención Materia de Americana Derechos sobre Económicos, Sociales y Culturales, Protocolo de San Salvador, aprobado por la ley 24.658, si se atiene a su Preámbulo y a los arts. 6 y 7, concernientes al derecho al trabajo y a las condiciones justas, equitativas, seguras y satisfactorias de trabajo, respectivamente. Por su parte, el art. 75 inc. 23 de la Constitución nacional, al establecer como atribuciones del Congreso de la Nación las de legislar y promover medidas de acción positiva que garanticen la igualdad real de oportunidades y de trato y el pleno goce y ejercicio de los derechos reconocidos por la Constitución y por los tratados internacionales vigentes énfasis determinados en sobre derechos grupos humanos, pone tradicionalmente postergados, dentro de los cuales se menciona, en forma expresa, a las personas con discapacidad. Por tal razón, una interpretación conforme con el texto constitucional indica que la efectiva protección al trabajo dispuesta en el art. 14 bis se encuentra alcanzada y complementada, en las circunstancias sub examine, por el mandato del citado art. 75 inc. 23, de no principio norma que, paralelamente, regresión en materia asienta de el derechos fundamentales. De reseñado, tutela manera no que, puede con que bajo encontrar jerarquía el marco cabida el supralegal, constitucional menoscabo se asigna de a la las condiciones dignas y adecuadas en materia de seguridad e higiene en el trabajo, contempladas, específicamente, en los mentados arts. 14 bis de la Carta Magna nacional; 14 de la Declaración Hombre; 7 Americana inc. b del de los Pacto Derechos y Internacional Deberes de del Derechos Económicos, Sociales y Culturales, así como a la debida protección de la incapacidad -art. 16 del instrumento citado en último término- derecho que los Estados parte deben reconocer a toda persona desde todos y cualquiera de sus poderes. En este sentido, históricamente, la tendencia del Poder Legislativo y del Judicial ha sido la de extender -y no desconocer- la tutela en materia de daños en el marco del derecho laboral en igualdad de condiciones que aquéllas de las que goza todo habitante de la Nación. Por vía de la opción prevista desde 1915 por la ley 9688 y las que sucesivamente 24.028, la el fueron trabajador situaciones sustituyendo, encontraba objetivamente leyes amparo previstas como 23.643 y tarifado derivadas en del riesgo profesional instalado y asumido por el empleador o, en el supuesto de configurarse un daño en circunstancias y responsabilidades propias de los ilícitos civiles, contaba con la posibilidad de transitar la senda más estrecha y ardua, pero totalizadora e integral de la reparación por dicha vía. Este resarcimiento camino con -si descuido bien de la que limitado prevención sólo con al que actualmente se integra- que pretende desandarse con el mero recurso de eliminar el resarcimiento de los daños producidos, aun mediando responsabilidad de tal naturaleza, en el ámbito laboral, no es razonablemente sustentable (art. 28, Const. nac.) bajo la cúpula tutelar instaurada por los señalados principios de jerarquía constitucional. Como se advierte, entonces, no es que la propuesta o el análisis en desarrollo implique paralizar o someter al estudio judicial la potestad de legislar ni tampoco consagrar la existencia de un pétreo derecho de daños en materia laboral. Lo cuestionable, al cabo, en la disposición del art. 6.2. de la Ley de Riesgos del Trabajo, es el carácter no sólo peyorativo sino totalmente excluyente establecido por el régimen en examen, bajo el cual se produjeron los hechos generadores de responsabilidad de la demandada, en confronte con el núcleo básico de garantías constitucionales mínimas y no con la reparación o tratamiento establecido por una ley anterior. Se trata, en definitiva, del ajuste o acomodamiento de la norma en análisis al elenco de derechos o garantías supralegales y no de la pretensa exhumación de un régimen legal derogado, sólo traído a colación a los efectos de realizar su cotejo en el trazado de un paralelo que permita advertir o evidenciar la efectiva tutela que, particularmente en la materia que nos ocupa, propugna la Carta Magna; o a comprobar su eventual -irrazonable e indebida- vulneración. Al respecto, cabe señalar que ya en el conocido caso "Ekmekdjan c/ Sofovich" (7-VII-1992, Fallos 315:1492), la Corte Suprema de Justicia de la Nación claramente alertó sobre la operatividad reconocidos por la advertido sobre Ley de los derechos Fundamental la y y garantías reiteradamente responsabilidad de ha carácter internacional del Estado por la estricta observancia que pesa sobre todos los órganos internos, incluidos los locales de carácter judicial -a quien por otra parte le corresponde la expresa misión, constitucional e indeclinablemente asignada, de verificar la correspondencia de las leyes con la Constitución nacional-, de las normas establecidas en los tratados internacionales de los que él forma parte. Ahora, en su nueva composición y por conducto del fallo que ha servido de guía al presente desarrollo, el supremo Tribunal supralegal y la federal plena reiteró operatividad la y trascendencia juridicidad -por oposición a un papel meramente programático o tendencialde la Constitución nacional y los compromisos internacionales relativos a derechos humanos vinculados al desarrollo social a los que colocó en el centro de su escena. Parejamente es dable concluir que dichas fuentes están lejos de configurar intervención del legislador extremo la afectación en desnaturalización constituye un del un o límite del del magistrado núcleo derecho principio negativo y con básico individual, activo a positivo la nivel o sino mediante la que la efectiva procuración de su realización más plena. d. Desde otra perspectiva, está fuera de toda duda que, una discapacidad como la que porta el actor, repercutirá no sólo en la esfera económica sino también en diversos aspectos de su personalidad que hacen al ámbito doméstico, cultural frustración del y social, desarrollo pleno con de la su consiguiente vida (Fallos 315:2834, 2848, consid. 12º, entre otros). En este sentido, es dable destacar la indebida agresión del patrimonio del trabajador -sustancial y predominantemente integrado por su capacidad de trabajoporque ya no nos encontramos en presencia de una eventual insuficiencia reparatoria, sino de absoluta desprotección y desconocimiento del deber consagrado por el art. 19 de la Carta Magna. La inconstitucionalidad de una norma como la examinada deriva entonces, principalmente, de provocar una restricción irrazonable consagrados resultado por la de las Constitución peyorativo que se garantías nacional, y derechos provocando materializa, en el un caso, mediante la consagración del más absoluto desamparo y el desprecio de una realidad imperativamente colocada como especial objeto de tutela, al privar al trabajador, víctima de dolencias derivadas debido, de en incapacitantes sus tareas, flagrante fundamentales señalados del que se resarcimiento apartamiento a comprueban lo que como le es de los principios largo del presente; inobservancia que, por otra parte, reconoce -enfatizando la iniquidad que encierra- un argumento meramente voluntarista y de neto y exclusivo corte economicista. Esta postura encuentra sustento, además, en el compromiso internacionalmente asumido por el Estado de propender al desarrollo social mediante acciones eficaces, positivas o negativas, cuando sea necesario remover los obstáculos que impiden la efectiva concreción del mismo (arts. 1 y 2, Pacto de San José de Costa Rica). Frente autos- a al la -configurativa detrimento capacidad de su indebido laborativa patrimonio- una -verificado del en trabajador exclusión como la contenida en el art. 6.2. de la ley 24.557, colisiona con el principio de no dañar a otro, contenido en el art. 19 de la Constitución nacional, inconstitucionalidad provocar una garantías del restricción consagrados en lo que deriva referido precepto irrazonable la Carta entonces de Magna los en legal, derechos nacional y la al y en Pactos Internacionales. Por ello, superándose, mediante la declaración de inconstitucionalidad del precepto de marras, el valladar de la indebida exclusión y, a fin de cumplir con el objetivo de reparación declarado en el art. 1.2.b. de la ley 24.557, corresponde incorporar el daño padecido por el reclamante -derivado de las afecciones vinculadas a la lumbociatalgia y várices bilaterales- en el marco tutelar de dicho ordenamiento legal. e. Si el régimen hermético que conforma la Ley de Riesgos del Trabajo tiene por objeto subsumir dentro de sí todo daño a que dé lugar la prestación de servicios en relación norma de supra dependencia, analizada, superada cuyo la abordaje restricción de se atento imponía la tratarse de un daño motivado por enfermedades no incluidas en el listado a que la misma alude, tal decisión -sumada a la declaración de inconstitucionalidad de su art. 39, dispuesta por el tribunal del trabajo, que arriba firme a esta instancia- no puede acarrear la frustración de los propósitos perseguidos por el referido cuerpo legal. Ha expresado la Corte Suprema de Justicia de la Nación in re A.2652.XXXVIII., "Recurso de hecho. Aquino, Isacio c/ Cargo Servicios Industriales S.A.", sent. del 21IX-2004 ("La Ley", suplemento especial del 27-IX-2004), que "... En efecto, es manifiesto que del hecho de ser constitucionalmente inválido que la mentada prestación de la Ley de Riesgos del Trabajo origine la eximición de responsabilidad del empleador (art. 39 inc. 1), no se sigue que las Aseguradoras de Riesgos queden relevadas de satisfacer las obligaciones que han contraído en el marco de la citada ley. De tal suerte, este pronunciamiento no sólo deja intactos los mentados propósitos del legislador, sino que, encontrar a la par, protección posibilita en la que medida el de empleador su pueda aseguramiento" (consids. 14º del voto de Petracchi y Zaffaroni y 11º del voto de los doctores Belluscio y Maqueda). Siguiendo las directrices emanadas del citado precedente "Aquino", esta Corte ha tenido oportunidad de expresar -por mayoría- que el daño sufrido por el trabajador o sus derechohabientes debe ser atendido por quien resulte obligado a su pago, sea la compañía aseguradora de riesgos del trabajo, el empleador o ambos según el modo en que hayan quedado acreditadas las bases de sus respectivas responsabilidades (conf. causa L. 87.394, "V. de C., M. C.", sent. del 11-V-2005). En el precedente de este Tribunal, la empleadora, como consecuencia del resultado negativo del test de constitucionalidad del art. 39 de la ley 24.557 efectuado en la instancia de grado, sólo fue condenada a abonar la diferencia resultante entre el régimen prestacional y la indemnización fijada en el marco del derecho civil, pues la firma aseguradora ya había integrado la suma para el pago de la renta periódica. f. Siendo ello así, si de conformidad con los lineamientos que se han venido exponiendo se incorpora el daño padecido por el actor -derivado de las afecciones vinculadas a la lumbociatalgia y várices bilaterales- al régimen reparatorio contemplado por la ley 24.557, corresponde a la aseguradora de riesgos del trabajo -en el caso "La Caja A.R.T. S.A."- otorgar las prestaciones allí establecidas, pues ésta no ha de quedar relevada del cumplimiento de las obligaciones que ha contraído en el marco de la ley especial. De modo tal, podrá cumplirse -además- el propósito de que el empleador encuentre protección en la medida de su aseguramiento, como lo ha postulado la Corte Suprema de Justicia de la Nación en la ya citada causa "Aquino" (consids. cits.). 2. Respecto a la petición que formula el compareciente para que se condene a "La Caja A.R.T. S.A." a la reparación prescripciones integral del contenidas en daño, los en arts. virtud 1074 y de las 1109 del Código Civil, he de señalar que la misma no resulta de recibo por un doble orden de fundamentos, a saber: a. En primer término, porque ha adquirido firmeza -con autoridad de cosa juzgada- la resolución emitida por el tribunal a quo a fs. 260 y vta., mediante la cual dicho órgano jurisdiccional -ante la expresa petición formulada por la parte actora en su presentación de fs. 215/217recondujo el proceso -de conformidad a la doctrina de esta Suprema Corte elaborada en torno al precedente L. 81.216, "Castro", sent. del 22-X-2003- y dispuso -en consecuenciaque el objeto del pleito no lo constituirá en adelante una acción de resarcimiento de daños y perjuicios con base en el derecho civil, sino que se regirá por las disposiciones de la ley sistema afección de 24.557 la y Ley complementarias, de constitucional indemnidad del Riesgos del trabajador- del bien con apreciándose Trabajo jurídico arreglo al genera si el o no protegido criterio -la de razonabilidad. b. Y, en segundo lugar, porque el sentenciante de mérito condenó a la empleadora -que consintió el pronunciamiento- a abonar la sumas que específicamente estableció en concepto de indemnización -con fundamento en normas del derecho común- por la incapacidad que porta el actor, derivada cumplimiento de de las su enfermedades débito contraídas contractual; en ello, el en concurrencia con la aseguradora de riesgos del trabajo, a la cual ordenó cubrir la porción del daño que le correspondía con arreglo al sistema reparatorio establecido por la ley 24.557. Para así resolver, juzgó que no hallaba, en la argumentación del actor, motivo alguno que amerite incluir, a obligaciones la aseguradora adicionales a de las riesgos que demandada, surgen de en la contratación celebrada con "Hilandería Villa Ocampo S.A." y de la Ley de Riesgos del Trabajo, toda vez que, la actividad preventiva que le imponen sus arts. 1 y 4, si bien la estimó insuficiente y parcialmente incumplida, no era posible considerarla sino como levemente coadyuvante en la configuración del daño. Ello es así, pues se trata señaló- de afecciones -al menos dos de ellas, tales como las várices y lumbociatalgia- progresivas en el tiempo en su contracción y también en su agravamiento (v. sent., fs. 332). Asimismo nótese que, si bien en el presente caso el actor dirigió su reclamo contra la "La Caja A.R.T. S.A." como codemandada directa, por la vía específica y autónoma, cual es la definida por los arts. 4 y 31 de la ley 24.557, es lo cierto que en su escrito de inicio (v. fs. 18 vta./19), si bien enunció la manera en que se vulneraron las obligaciones legales impuestas a dicha aseguradora (esto es, no incorporar un plan de mejoramiento de las condiciones de higiene y seguridad), como así también la conducta culposa en que la misma habría incurrido (omitir formular las correspondientes incumplimientos de la denuncias empleadora sobre la de los materia), no esgrimió los presupuestos que revelen la existencia de una causalidad adecuada con el daño invocado, condición esta necesaria para la efectivización responsabilidad en el reclamante, defecto ámbito técnico de legal reiterado una condena pretendido en el por por el escrito de readecuación de la acción (v. fs. 215/217 vta.) y en esta parcela del medio de impugnación analizado que sella sin más su suerte adversa. Por lo tanto, no advierto que el quejoso aporte ningún elemento convincente con virtualidad para descalificar el contenido del fallo, derivando la crítica a una meraá contraposición de criterios que, como tal, resulta inidónea a los fines del recurso deducido (conf. causas L. 71.024, "Núñez", sent. del 28-II-2001; L. 88.730, "Álvarez", sent. del 26-VI-2007). IV. Por lo expuesto, corresponde hacer lugar parcialmente al recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley deducido, declarar la inconstitucionalidad del art. 6.2. de la ley 24.557 y revocar la sentencia de origen en cuanto condenó a "La Caja A.R.T. S.A." únicamente al pago del resarcimiento contemplado en la ley 24.557 derivado de la afección auditiva, al que se le adicionará el otorgamiento de las prestaciones contempladas en dicha ley especial por las secuelas incapacitantes atribuidas a las restantes dolencias bilaterales y que padece lumbociatalgia- el de actor -várices conformidad con lo practicará la manifestado en el punto III.1 de este voto. En la instancia de grado se liquidación correspondiente. Costas pretensión aquí de ambas instancias resuelta- por su -respecto orden, de la atento la dificultad interpretativa de la Ley de Riesgos del Trabajo (arts. 68 y 289 del C.P.C.C.). Con el alcance indicado, voto por la afirmativa. A la cuestión planteada, el señor Juez doctor Soria dijo: Adhiero al sufragio emitido por el doctor Pettigiani, aclarando que, en lo que respecta al art. 6, ap. 2 de la Ley de Riesgos del Trabajo, norma tachada de inconstitucional por el interesado, concuerdo con lo aquí expuesto por el mencionado colega en los términos y por las razones que oportunamente me llevaron a suscribir el voto del doctor Hitters en la causa L. 88.775, "E.,E." (sent. de 23-III-2010) donde este Tribunal acogió tal tipo de planteo (conf. mi voto en L. 90.656, "Lescano", sent. de 23-III2010). Con el alcance indicado, voto por la afirmativa. El señor Juez doctor Genoud, por los mismos fundamentos del señor Juez doctor Pettigiani, votó también por la afirmativa. A la cuestión planteada, el señor Juez doctor Negri dijo: I. Entiendo, como el Juez que abre el acuerdo, que corresponde declarar la inconstitucionalidad del art. 6, ap. 2 de la ley 24.557 e incluir, como consecuencia, las afecciones que porta el actor -lumbociatalgia y várices bilaterales- en el sistema reparatorio establecido en esa ley. Reconducido el proceso con arreglo a la doctrina legal sentada en la causa "Castro c/ Dycasa S.A.", sent. del 22-X-2003, el objeto del pleito no lo constituye una acción de daños y perjuicios con base en el derecho civil sino uno regido por las disposiciones de la ley 24.557 en el que debe analizarse, con arreglo al criterio de razonabilidad, si el sistema de esta última ley genera o no afectación constitucional del bien jurídico protegido, esto es, la indemnidad del trabajador (fs. 260 y vta.). Frente a esa definición, sobre la que no es dable volver a esta altura del proceso, deviene inaplicable el criterio que, en minoría, expresé en la causa L. 91.163, "Buttice", sent. del 17-XII-2008, en el sentido que el análisis constitucional del art. 6 de la ley 24.557 resulta inoficioso en los casos en los que se reclama la reparación integral de un daño en la salud del trabajador derivado de las tareas que éste realizaba para su empleador. Por el contrario, dado los términos en los que en definitiva quedó trabada la litis, ese análisis constitucional resulta imprescindible. Al respecto, ya he expresado mi opinión contraria a la validez constitucional del art. 6.2. de la ley 24.557 en varios precedentes a los que, por razones de brevedad, me remito (conf. causas L. 77.186, "Mansilla", sent. del 24-V-2006; L. 79.786, "Pared", sent. del 20-XII-2006; L. 75.951, "Luna", sent. del 31-V-2006; L. 76.325, "Vallejos", sent. del 7-III-2007). Como consecuencia de ello, debe incorporarse el daño padecido por el actor, derivado de las dolencias individualizadas en el primer párrafo, al régimen reparatorio de la ley 24.557, correspondiendo a la aseguradora de riesgos del trabajo otorgar las prestaciones en él establecidas. II. En otro orden, adhiero a lo expresado en el punto III.2. del voto del doctor Pettigiani a fin de rechazar el planteo enderezado a condenar a "La Caja A.R.T. S.A." a la reparación integral del daño con fundamento en las normas de los arts. 1074 y 1109 del Código Civil. III. Corresponde, entonces, hacer lugar parcialmente al recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley deducido por inconstitucionalidad la del parte art. actora, 6.2. de la declarar ley la 24.557 y revocar la sentencia de grado en cuanto condenó a "La Caja A.R.T. S.A." a pagar solamente el resarcimiento contemplado en la ley de riesgos respecto de la afección auditiva, al que se debe adicionar el otorgamiento de las prestaciones previstas en dicha ley por las secuelas incapacitantes atribuibles a las várices bilaterales y la lumbociatalgia. Practíquese en la instancia de origen la liquidación correspondiente. Costas por su orden (arts. 68 y 289 C.P.C.C.). Con el alcance indicado, voto por la afirmativa. El señor Juez doctor de Lázzari, por los mismos fundamentos del señor Juez doctor Pettigiani, votó también por la afirmativa. Con lo que terminó el acuerdo, dictándose la siguiente S E N T E N C I A Por lo expuesto en el acuerdo que antecede, se hace lugar parcialmente inaplicabilidad de al recurso ley traído, extraordinario de se la declara inconstitucionalidad del art. 6.2. de la ley 24.557 y se revoca la sentencia impugnada en cuanto condenó a "La Caja A.R.T. S.A." únicamente al pago del resarcimiento derivado de la afección auditiva, al que se le adicionará el otorgamiento de las prestaciones contempladas en dicha ley especial por las secuelas incapacitantes atribuidas a las restantes dolencias que padece bilaterales y lumbociatalgia- indicado el punto en III.1 de del el actor -varices conformidad voto emitido con en lo primer término. Vuelvan los autos al tribunal de origen para que practique una nueva liquidación de conformidad con lo que aquí se ha resuelto. Costas pretensión aquí dificultades de ambas resuelta- interpretativas instancias por de su la -respecto orden, Ley Trabajo (arts. 68 y 289, C.P.C.C.). Regístrese y notifíquese. EDUARDO JULIO PETTIGIANI de de la atento las Riesgos del EDUARDO NESTOR DE LAZZARI DANIEL FERNANDO SORIA HECTOR NEGRI LUIS ESTEBAN GENOUD GUILLERMO LUIS COMADIRA Secretario