A C U E R D O En la ciudad de La Plata, a 8 de setiembre de 2004, habiéndose dispuesto en el siguiente orden establecido, Acuerdo de de 2078, votación: que conformidad deberá doctores con lo observarse Roncoroni, el Negri, Hitters, Soria, Kogan, se reúnen los señores jueces de la Suprema Corte de Justicia en acuerdo ordinario para pronunciar sentencia definitiva en la causa Ac. 88.337, "Focke, Sergio Raúl contra Galliani, Gabriel Horacio. Daños y perjuicios". A N T E C E D E N T E S La Sala III de la Cámara Segunda de Apelación en lo Civil y Comercial del Departamento Judicial de La Plata, confirmó el fallo de origen que había rechazado la demanda. Se interpuso, por la actora, recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley. Dictada la providencia de autos y encontrándose la causa en estado de dictar sentencia, la Suprema Corte resolvió plantear y votar la siguiente C U E S T I O N ¿Es fundado el recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley? V O T A C I O N A la cuestión planteada, el señor Juez doctor Roncoroni dijo: 1. Para confirmar el fallo de primera instancia que había desestimado la demanda entendió el tribunal que el conductor del Fiat Uno desplegó una evidente conducta desatenta, imprudente y negligente interruptiva del nexo causal entre el hecho ilícito y el daño sufrido, justificativa de la exención de responsabilidad del dueño o guardián del camión y su conductor (fs. 374 vta.). 2. Contra este pronunciamiento interpone el letrado apoderado de la parte actora recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley por el que denuncia la violación de los arts. 512, 901, 979, 1103 y 1113, 2º párr. del Código Civil; 393, 421, 456 y 474 del Código Procesal Civil y Comercial y absurda valoración de la prueba con la consiguiente infracción al art. 384 del mismo cuerpo legal. 3. El recurso no puede prosperar. a) Inicialmente, rechazó el tribunal el planteo apelatorio de cosa juzgada con relación a lo acontecido en sede penal por cuanto "... la decisión del Agente Fiscal de una Unidad disponiendo Funcional el de archivo Instrucción de las de la actuaciones causa ... en penal modo alguno es la sentencia que refieren los arts. 1102 y 1103 del Cód. Civil" (fs. 366). Contra este fundamento sostiene la recurrente que, si bien la decisión recaída en la Investigación Penal Preparatoria no es una sentencia, el art. 267, 1er. párr. del "C.P.C.C." (estimo que quiso referirse al Código Procesal Penal, v. fs. 384 vta.), al poner a cargo del señor Agente Fiscal dicha investigación le otorga facultades de Juez de Instrucción. Considero que tal afirmación no logra conmover lo sostenido por el tribunal en cuanto a que, los supuestos de "condenación" criminal, o sólo "absolución" pueden emanar del de una acusado en sentencia juicio que "... únicamente puede provenir de la decisión jurisdiccional de un juez y no de otro funcionario distinto al mismo que tenga facultades en torno a la instrucción de la causa ..." (fs. 366). Es que sólo puede ostentar la judicatura aquella persona para que asumir se encuentra dicho cargo habilitada con todas constitucionalmente las atribuciones y funciones que la propia Carta estatuye (conf. arts. 5, 108, 123 y concs., Constitución nacional; 1, 160, 166, 168, 169 y 171 de la provincial). Es por ello que no ha de prosperar el agravio respecto de la decisión del tribunal referida a que, el archivo de las actuaciones dispuesto por el señor Fiscal, no revestía la calidad de sentencia. Por lo que no podía atribuírsele el carácter de cosa juzgada en los términos de los arts. 1102 y 1103 del Código Civil, normativo desde el que fue resuelta la cuestión. fundamento b) A continuación se sostuvo en el fallo que la confesión de la demandada de su conocimiento referente a que no se podía girar a la izquierda carecía de valor probatorio en tanto contrariaba expresamente lo dispuesto por el art. 53 de la ley 11.430 (fs. 367 vta./368 vta.), otorgándosele a este aspecto el carácter de "prioritario". El recurrente critica esta apreciación oponiendo a ella la denuncia de transgresión a la citada norma, mas no ofrece ninguna argumentación que la sustente (v. fs. 383 vta.), por lo que resulta inatendible (art. 279 del C.P.C.C.). c) Seguidamente, teniendo en cuenta la doctrina de este daños Tribunal referida ocasionados reglamentaciones de por el a que la responsabilidad presunto tránsito, nacía infractor en de función por las de la relación de causalidad adecuada determinada conforme las reglas del Código Civil, examinó la conducta de ambos contendientes, lo que arrojó como resultado que: 1) si bien era cierto que el giro a la izquierda en una calle o ruta de doble mano resultaba peligroso, también lo era que no se trató de una maniobra sorpresiva de invasión de la mano contraria en tanto el conductor del camión, aun cuando no hubiera satisfecho "formalmente" la totalidad de los recaudos del art. 53 de la ley 11.430, la indicó con toda claridad (fs. 369 vta.); 2) el accidente se produjo de noche y en el lugar medio de la calzada existía una línea amarilla continua indicadora de la prohibición de adelantarse a otro vehículo (fs. 370); 3) se acreditó que el conductor del camión circulaba a la velocidad permitida de 40 km/h y que 50 metros antes puesto la desechó luz el entendió de doblar de hacia giro la calle reglamentaria. cuestionamiento que la amistad al con En testigo una de Echeverría este Soto, las había sentido, por partes cuanto no era suficiente para descartar al declarante si no se acreditaba la existencia de un plan de mentiras, lo que en la especie no se daba; distinguiéndola de la efectuada por la coactora, esposa del accionante, rendida en sede penal, la que no podía ser tenida en cuenta en su favor por ser parte interesada (fs. 370 vta./371); 4) atendiendo a lo expresado, a las reglas de la sana crítica y a las máximas de experiencia universal, carecía de relevancia el no haber acreditado la circulación a la izquierda durante los 30 metros previos al giro ni el refuerzo de la señal luminosa, ofreciendo las razones de tal decisión (v. fs. 371/372 vta.); 5) camión frenó el de actor golpe no y demostró giró que el conductor intempestivamente, del máxime cuando se hubo probado la señalización de giro lumínica; 6) se acreditó, conforme lo surgido de la causa penal, que transitaba la mayor parte del Fiat Uno por la mano contraria y a una velocidad excesiva -45,102 km/h según dictamen producido en aquella sede y de 54 km/h, conforme la experticia obstante existir la no línea cuestionada amarilla de autos-, prohibitiva de no tal conducta, lo que le impidió cualquier maniobra de esquive por el lado derecho o el desvío hacia la banquina (fs. 373 y vta.). El detalle precedente muestra acabadamente que la decisión atacada versa sobre cuestiones cuyo examen resulta -en principio- ajeno al menester de esta Corte. Y digo, en principio, puesto que para lograr su revisión resulta imperativo no sólo denunciar, como lo hace la recurrente sino, fundamentalmente, acreditar el error palmario, grave y manifiesto que conduce a conclusiones contradictorias, inconciliables objetivas 17-X-1995; de e la Ac. incongruentes causa (conf. 63.556, sent. con Ac. del las constancias 58.938, 8-X-1996; sent. Ac. del 64.347, sent. del 18-II-1997; Ac. 71.327, sent. del 18-V-1999) que caracteriza el absurdo, como se ha sostenido en numerosos precedentes referidos acreditante del acontecido y el a nexo daño de la valoración causalidad provocado y de la entre a las el prueba hecho excusas interruptivas (conf. Ac. 44.536, sent. del 30-X-1990; Ac. 44.006, sent. del 21-V-1991 en "Acuerdos y Sentencias", 1991-I-791; Ac. 49.221, sent. del 11-II-1992; Ac. 47.126, sent. del 2-III-1993; Ac. 53.358, sent. del 22-II-1994; Ac. 57.706, 9-IV-1996 65.622, sent. del en "La sent. 28-III-1995; Ley del Ac. Buenos Aires", 6-V-1997; Ac. 58.554, t. sent. del 1996-686;, Ac. 68.729, sent. del 15-XII-1999). Es mi convicción que en la especie la citada demostración no ha acontecido. En efecto, para desvirtuar la decisión la recurrente alega que la alzada no tuvo en cuenta que la demandada no cumplió con la totalidad de los requisitos que establece el art. 53 de la Ley de Tránsito 11.430 (fs. 380 vta.); que la velocidad a la que circulaba la víctima no fue causa eficiente en la producción del daño (fs. 381); que la supuesta maniobra de sobrepaso en un lugar prohibido fue contradicha por el propio accionado que confesó que el Fiat Uno venía a su zaga (fs. 381 vta./382) y que la actitud del citado vehículo fue la de ir tirándose a la izquierda para evitar el impacto (fs. 382 vta.); que se encuentra probado que el conductor del camión no frenó; que el incumplimiento de las normas de tránsito en determinadas circunstancias trae aparejada responsabilidad civil para el transgresor y que, como consecuencia de todo ello el tribunal no aplicó correctamente los arts. 901 y 1113, 2do. párr. del Código Civil (fs. 386). Este compendio de afirmaciones, a mi juicio, carece de apoyatura objetiva. Es decir que la recurrente analiza los acontecimientos y valora la prueba desde su propia óptica, otorgándole un significado que evidencia la subjetividad con conclusiones, con que lo se que encuentran no logra teñidas demostrar sus que el tribunal, al examinar el material probatorio arrimado, haya actuado en forma caprichosa o apartada de las constancias objetivas de la causa, lo que se vislumbra a través de la simple compulsa con los fundamentos brindados para decidir y que fueran reseñados ut supra. En suma, los argumentos desarrollados no convencen del error atribuido a la afirmación referida a que la víctima, con su actitud desaprensiva y temeraria provocó, en forma total, la causación de su propio daño, pues las expuse- expresiones sólo derivan vertidas de un con este personal propósito análisis -como de la cuestión, arrojando como resultado conclusiones subjetivas que se oponen a las del juzgador, evidenciando únicamente su propio parecer huérfano de fundamentación objetiva, lo cual, como es sabido, no alcanza para refutar un razonamiento meduloso y prolijo, directamente emparentado con las constancias obrantes en la causa y cuya sólida factura no presenta fisuras. Consecuentemente, la denuncia de infracción a las normas legales citadas por el recurrente ha quedado sin sustento, de manera que no habiéndose cumplido la carga establecida por el art. 279 del Código Procesal Civil y Comercial, doy mi voto por la negativa. Los señores jueces doctores Negri, Hitters, Soria y Kogan, por los mismos fundamentos del señor Juez doctor Roncoroni, votaron también por la negativa. Con lo que terminó el acuerdo, dictándose la siguiente S E N T E N C I A Por lo expuesto en el acuerdo que antecede, se rechaza el recurso extraordinario interpuesto; con costas (arts. 84 y 289, C.P.C.C.). Notifíquese y devuélvase.