3- Algo más que Autoformación: la Transformación recibida en Actitud Orante Sólo desde Dios Creador, y desde su presencia, que crea y mantiene bondadosa y permanentemente nuestra vida, podemos motivarnos y vivir con intensidad, alegría y madurez crecientes, los instantes y las circunstancias cambiantes, esperadas o inesperadas, de la misma. Sólo desde Él y con nuestra relación confiada y amistosa con Él, podemos recibir su Vida que llene permanentemente nuestra vida, transformándola y asimilándola a la Suya, en gozo y plenitud. Actitud orante que Él mismo nos da a través de su Espíritu, Espíritu de Cris- 34 C S R F P / V I D A C O N S A G R A D A to, que es, además, la prenda de ese Amor que nada ni nadie nos podrá quitar, como lo testifica San Pablo, amplia y profundamente, en el Capítulo 8° de su carta a los Romanos. Esta apertura consciente y relación intencionada con la presencia vivificante de Dios, es lo que constituye la Actitud Orante que permite, no sólo la formación sino nuestra transformación por Él y en Él. Es la Unión con Dios viva y actuante que “santifica” toda la vida. Desde este nivel podemos asumir o vivir, como propias, algunas afirmaciones bíblicas o teológicas del mismo Jesucristo, o de los santos, como: “Mi alimento es hacer la voluntad de mi Padre” de Jesucristo; “Ya no vivo yo; es Cristo quien vive en mí” de San Pablo;“Hacerlo todo para mayor Gloria de Dios” de San Ignacio de Loyola; “Todo es gracia” de Santa Teresita; “Vivir siempre en la gracia y en la presencia de Dios” de San Juan Bosco; “La medida del amor, es amar sin medida” de San Agustín; “La verdadera y sólida devoción consiste en una voluntad constante, resuelta, pronta y activa, de ejecutar lo que se conoce ser del agrado de Dios” de San Francisco de Sales; “La aplicación a la presencia de Dios, por simple atención, consiste en estar delante de Dios por medio de una simple mirada interior de fe su divina presencia; y en permanecer así algún tiempo, ya sea medio cuarto de hora, ya sea un cuarto, más o menos, según se sintiere uno ocupado y atraído interiormente” de San Juan Bautista de La Salle. Etc, etc.